CARACAS.— Explorar redes sociales puede ofrecernos pistas sobre cómo puede irse atizando en millones de conciencias la sensación de que una nación ha caído en el abismo. Hablando de Venezuela y de cómo muchos seres de buena voluntad expresan su preocupación, pues el país parece arder por los cuatro costados, resultan interesantes los videos que han circulado entre los cibernautas.
Agarra por el cuello, de principio a fin, el episodio fílmico de una rastra llena de cajas de cerveza Polar, la cual ha sido asaltada por alguien y así atrae en segundos a todos cuantos pueden agenciarse cajas y botellas, en un capítulo desesperado que solo tiene fin cuando llegan representantes del orden ciudadano.
En otro punto de la navegación, resulta ilustrativo el video tomado por un aficionado tras las rejas, en algún portal en el Estado de Táchira, de cómo se van calentando los ánimos entre un grupo de personas y uniformados encargados de velar por la disciplina social: todo empieza con una mujer exaltada, dando gritos a un agente del orden. Otra va en su auxilio, en una suerte de tira-y-encoge al cual se suman hombres descamisados y desafiantes. Acuden otros gestores del orden. El episodio termina con una respuesta en grupo de los uniformados.
En otro momento de la búsqueda aparece una imagen fija, comentada, donde se ve a un agente del orden tirado en el suelo, junto a su moto, y rodeado de personas que lo golpean con rabia.
Así se han sucedido las imágenes en días recientes. Y mientras una sigue explorando y leyendo, se asombra de cómo las distorsiones pretenden convertir en multitudinarios sucesos que son puntuales, característica que está ayudando, por cierto, a que las autoridades de la Revolución actúen sobre los focos de violencia, con lo cual neutralizan y ponen frente a la justicia a los bandidos que han cometido todo tipo de fechorías en nombre de una «contraparte» política.
En medio de la tempestad hubo víctimas muy jóvenes, como un muchacho de 19 años en el Estado de Miranda, quien camino a su hogar, a principios de abril, fue balaceado por un «agente del orden de tránsito» que debe dar cuentas a la justicia. El padre de la víctima declaró a los medios que su hijo no participaba en protesta alguna, y que no entiende cómo las personas que dicen llamar a un cambio en el país lo hacen al precio de la muerte de los jóvenes. El padre no culpa al Gobierno, y pide una investigación a fondo sobre los hechos.
En el Estado de Lara, el 12 de abril, un joven de 14 años recibió tres impactos de bala que le quitaron la vida. La oposición lo ha incluido en la lista de las víctimas del Gobierno Bolivariano, pero el muchacho no estaba en protesta alguna, y la madre aseguró a los medios que su hijo fue abatido cuando manifestantes violentos de la derecha entraron a la ciudad socialista en la cual residía. En medio de su dolor, la madre calificó de repudiable que utilicen el asesinato de su hijo para atacar al presidente Nicolás Maduro.
Se ha dado de todo en este juego sucio contra la Revolución: personas fallecidas en un hospital y reportadas en ciertos medios como víctimas de la supuesta represión del Gobierno; mercenarios infiltrados en las fuerzas responsables de mantener el orden público; cierto periodista que sin saber que era filmado, incitaba a manifestantes de la derecha a gritar contra Maduro para luego ser ese el trigo de un buen reportaje.
Mientras, el gobierno bolivariano, sin soltar los asuntos que tienen que ver con el orden interno, sigue enfrascado en múltiples tareas de naturaleza social, y en otras que tienen que ver con la memoria histórica: a propósito de la conmemoración de los 207 años de la Declaración de la Independencia de Venezuela, el pueblo ha sido convocado a una gran marcha este 19 de abril, «Caracas de punta a punta, de norte a sur, de este a oeste, va a estar desbordada del amor patrio», ha dicho el vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela, Tareck el Aissami.
La derecha viene anunciando algo sobre lo que harán este 19, pero el gobierno le ha dejado claro el mensaje de que mediten bien, pues, hasta ahora, como ha dicho Tareck, la oposición solo ha convocado a actos terroristas.
Maduro ha dado instrucciones a integrantes de su equipo de gobierno, para atender a los pequeños comerciantes que han sido víctimas de la derecha fascista, al tiempo que ha manifestado su compromiso de apoyar en la reparación de las instalaciones dañadas, muchas de ellas nacidas para atender al pueblo.
De «foquitos» ha calificado Tareck los recientes estragos humanos y materiales acometidos por la derecha. Detrás de esos desórdenes que no reportan bienestar alguno a las grandes mayorías que han sabido resistir cercos económicos, políticos, mediáticos, no se advierten, esa es la verdad, premisas que podrían estar indicando una confrontación generalizada entre dos fuerzas: no hay multitudes, ni pensamiento organizado ni programa social, ni causas por las que valga la pena combatir. Es una realidad histórica que ni el reportaje más perverso del mundo podrá silenciar.