Desde que Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos, las noticias económicas se han caracterizado por una constante mejora, sin embargo, las últimas informaciones al respecto comienzan a decepcionar.
El informe laboral de marzo mostró que el país sumó 98.000 puestos de trabajo, bien por debajo de las expectativas de aumento de cerca de 180.000. Y el viernes pasado, vimos que las cifras de ventas al por menor no alcanzaron las expectativas, mientras que el martes tanto los datos de construcción de viviendas como de producción industrial erraron en sus estimaciones.
Y de acuerdo a los datos de Bank of America Merrill Lynch, el grado de sorpresas económicas en Estados Unidos está empezando a decaer. Eso significa que las noticias económicas ‒aunque no necesariamente malas‒ ya no serán mejores de lo esperado.
“Por primera vez desde las elecciones estadounidenses, el conjunto de los datos económicos ha comenzado a sorprender a la baja”, escribe Hans Mikkelsen, un estratega de crédito en BAML.
Si bien la magnitud de estas decepciones depende del punto de vista desde donde se mire ‒por ejemplo, cómo se ponderan las publicaciones de datos individuales, y otras cosas‒, esta tendencia es digna de mención”.
El actual crecimiento económico, por supuesto, es una combinación de actividad, confianza y planes comprometidos desde hace mucho tiempo. Sin embargo, una parte de lo que hace que la confianza sea una medida fundamental a rastrear por los mercados y los economistas es que los picos de confianza pueden conducir a nuevos planes o a cambios en la trayectoria de las inversiones existentes.
Entonces, si bien la confianza económica es mucho más volátil que el crecimiento económico por sí mismo, la confianza es el elemento con mayor potencial para cambiar lo que ocurre realmente.
Mikkelsen agrega que este descenso de las expectativas “llega tras un período prolongado en el que, tal y como hemos apuntado con frecuencia, los datos de los préstamos han sido débiles”. Este declive en los préstamos bancarios, que volvimos a ver la semana pasada con los datos H.8 de la Reserva Federal sobre las hojas de balance de los bancos, ha sido discutido ampliamente en los mercados, si bien también ha sido desestimado por los responsables de la Fed, entre otros.
Y si el declive en el crecimiento del crédito y el descenso de sorpresas económicas indican el principio de una recesión o el reajuste de las tendencias que estallaron tras las elecciones, queda claro que estamos a punto de entrar en una nueva fase de la economía de los Estados Unidos.
(Con información de Yahoo Finanzas)