Asistentes a la muestra.
Por SAHILY TABARES
Fotos de la muestra: LEYVA BENÍTEZ
La imagen fotográfica nunca deja de transformar el instante en eternidad, es un instrumento fundamental en la construcción de la identidad de una nación mediante las diferentes formas en que se imagina y representa al otro ser humano.
No por casualidad esta mujer vive intensamente tres vidas, como fotógrafa –la menos conocida-, cineasta y artista de la plástica. Deja constancia de la memoria, redescubre el fluir natural de la existencia, el implacable paso del tiempo mientras desata la curiosidad innata para poner en evidencia las relaciones entre imágenes y sonidos desde un enfoque personal, creativo, provocador.
Su amplia filmografía incluye documentales, video instalaciones y más de 40 películas, entre las que descuellan, Cléo de 5 a 7 (1962), La felicidad (1965), Daguerrotipos (1975), Sin techo ni ley (1985), y Jacquot de Nantes (1991).
Fidel Castro, una foto inusual.
Agnès Varda (Bruselas, 1928) regresa a La Habana mediante la exhibición de 110 fotografías que captó durante su visita a la capital cubana en las últimas semanas de 1962. Estas piezas le permitieron construir la narración animada del documental de 30 minutos, Saludos, cubanos (1963), premiado en el Festival de Leipzig, y tras varias décadas se presentan por primera vez en nuestro país en la muestra Varda/Cuba/Cine, con la curaduría de Clément Chéroux y Karolina Ziebinska-Lewandoeska,
Tras una exitosa exhibición en el Centro Pompidou del Museo Nacional de Arte Moderno, en París, entre diciembre de 2015 y febrero de 2016, las instantáneas dialogan en el mismo espacio con Saludos, cubanos. Ninguna de ellas es inocente, revelan el contexto político, social e histórico de una época que la fotógrafa apresa con originalidad en el punto de vista y hábil posicionamiento ante sujetos, atmósferas, situaciones.
La mirada de Varda se desplaza por calles y espacios rurales; más que mirar, ve, capta a Fidel Castro en una pose inusual, el gozo de alfabetizados en la campaña nacional de 1961, los cortadores de caña en plena labor, personajes anónimos y célebres.
Detrás del lente de una pequeña cámara Leica con película en blanco y negro, se revela la intuición de la cineasta, quien busca el efecto visual del enfoque selectivo; desde otra perspectiva narra gestualidades de Benny Moré, encuentra metáforas en la confluencia entre contenido y forma.
Secuencia de Benny Moré.
De ningún modo escapan a su intencionalidad las relaciones complejas, dialógicas, de imágenes que cumplen una función socio-comunicativa, forman parte de la memoria colectiva, generan múltiples significados en mensajes dirigidos a públicos diferentes.
En un espacio contiguo a la exposición se exhiben documentales de Sara Gómez, notable cineasta cubana que participó en el equipo de realización de Saludos…y mantuvo una entrañable relación artística con Varda.
Los vasos comunicantes entre ambas artistas tuvieron bases antropológicas, etnográficas, e intereses comunes que en ellas motivaron la búsqueda de dispositivos y lenguajes, los cuales permitieron mostrar la energía de las personas, sus conflictos, situaciones, angustias, alegrías.
La muestra Varda/Cuba/Cine propicia redescubrir la visualidad como dinámica de la cultura en movimiento, esta fluye con toda su fuerza de condicionamientos sociales y remembranzas indispensables para seguir nutriendo el conocimiento sobre nosotros mismos.
- Con el enfoque selectivo queda nítido el sujeto fotográfico.
- Capta un objeto desapercibido para la mayoría.