Cristina Fernández de Kirchner tuvo que esperar casi tres semanas para celebrar una victoria por la mínima. La noche electoral de las primarias del pasado 13 de agosto, una de las más extrañas que se recuerdan en Argentina, el recuento se paró cuando en la provincia de Buenos Aires, el distrito clave, se había llegado al 95%. Kirchner perdía por 7.000 votos frente a Esteban Bullrich, el candidato de Mauricio Macri, un exministro de Educación de bajo perfil y con algunas meteduras de pata en la campaña. Los macristas montaron una fiesta como si hubieran ganado y la mayoría de los argentinos se fueron a la cama convencidos de que la expresidenta había sido derrotada definitivamente. Pero el recuento final, que tardó casi tres semanas, confirmó lo que decían los kirchneristas esa noche: que se habían dejado para el final las mesas más favorables a ellos y finalmente ganaron. Pero lo hicieron por solo 20.324 votos, según la agencia oficial Telam. Una escasa diferencia del 0,21%.
El Gobierno de Macri, Vidal Y Bullrich sigue con su operación de maquillaje y manipulación.
Primero nos quisieron hacer creer una mentira: que habían ganado.
Luego que “empataron”: como si en política existiera el empate, como si fuera un partido de fútbol.
Hace un par de días que perdieron “por poco, por muy poco”.
Y ayer, finalmente, que hemos ganado “por un puñado de votos”.
Una expresión despreciativa, dicha para desvirtuar el valor del voto y de la democracia.
Por un puñado de votos podemos tener senadorxs y diputadxs para defender y frenar el ajuste, o para imponerlo y agravarlo.
Un puñado de votos no es un tema menor. Es la diferencia entre un Gobierno que puede mentir y avasallar para imponer su dureza, o una Oposición que puede unir a la mayoría para frenar el ajuste.
Ese puñado de votos es la oportunidad que tienen hoy dos de cada tres argentinxs que le dijeron NO a Macri.
Ese puñado de votos es la esperanza de la mayoría.
Ese puñado de votos es lo que puede impedir que este Gobierno aplique su ajuste cruel, insensible e injusto.
Ese puñado de votos es la democracia misma.
Ese puñado de votos es nuestra oportunidad para que la mayoría social y electoral sea también una mayoría política e institucional.
Ese puñado de votos te permite cambiar de rumbo económico y político. ¿Vas a dejar que lo desprecien?
Votá en octubre para que respeten ese puñado de votos.
Votá en octubre para que ese puñado de votos aumente y sea la defensa más firme de tus derechos.
La semana que viene nos vemos en La Plata.