Los testigos que declararon en la causa contaron cómo fue el operativo en el que fue apresado Santiago Maldonado
“A punta de pistola, disparando, disparando”
Tres miembros de la comunidad Pu Lof en Resistencia de Cushamen aportaron su testimomio en la Justicia. Uno de ellos vio a varios gendarmes golpear a una persona, subirla a un camión y luego a una camioneta. La reconoció como Santiago por la campera.
Un trabajador de la ciudad limpia pintadas que piden por la aparición de Santiago Maldonado.
“¡Tenemos a uno!”. El aviso a los gritos lo dio un agente de la Gendarmería a otros que corrían tras los pasos de un grupo de integrantes de la comunidad Pu Lof en Resistencia de Cushamen, en Chubut. Señalaba a Santiago Maldonado que se había quedado sin poder cruzar el río, aferrado a las raíces de un árbol con el agua hasta las rodillas. La escena fue descripta por un testigo que declaró el fin de semana bajo reserva de su identidad. Otro dijo que desde la orilla opuesta pudo ver a varios gendarmes golpear a una persona, subirla a un camión Unimog y luego a una camioneta. La reconoció como Santiago por la campera que llevaba puesta. Una mujer testimonió sobre la presencia del joven, que había ido a dar apoyo a las protestas mapuches. Las tres declaraciones arrojan datos fundamentales: no sólo afirman la presencia de Maldonado en el lugar, que había sido puesta en duda por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sino la vinculación de los gendarmes con los últimos momentos en que fue visto y que el Gobierno hasta ahora insistió en cuestionar. Recién ayer –cuando se cumplieron dos semanas de la desaparición– entregó, tras una intimación judicial, los nombres de los uniformados que actuaron en el lugar, aunque tampoco está claro si la lista está completa.
Estos tres testimonios cruciales forman parte de la causa en la que se investiga la posible desaparición forzada de Santiago Maldonado y el papel de la Gendarmería, que el lunes 31 de agosto empezó protagonizando un operativo para despejar la ruta 40 donde la comunidad reclamaba la libertad de su líder, Facundo Jones Huala, y al día siguiente directamente irrumpió en el territorio habitado por unos treinta mapuches donde los testimonios describen una persecución. El primer procedimiento se hizo con la orden del juez federal de Esquel, Guido Otranto. Por la noche ya no quedaba nadie interrumpiendo el camino. La siguiente aparición de los gendarmes fue a la madrugada, todo indicaría que con varios vehículos que fueron repelidos con piedras; luego cerca de las 11 de la mañana, cuando los miembros de la comunidad volvieron asomarse a la ruta, se inició la cacería dentro ya de las tierras recuperadas por los mapuches, adquiridas por Benetton a comienzo de los noventa. Esa segunda etapa, el 1º de agosto (día de la desaparición de Santiago), se hizo sin orden judicial, según dijo públicamente el juez Otranto y fue decisión de la Gendarmería a la que le había habilitado para actuar el Ministerio a cargo de Bullrich, con la presencia en la zona de su jefe de Gabinete, Pablo Noceti.
Desde el comienzo, los integrantes de la Lof en Resistencia –un grupo al que el Gobierno insiste el calificar como “terrorista” sin poder atribuirle más que su autodefensa con piedras lanzadas– mostraron su temor a prestar declaración por considerarse bajo permanente amenaza. Finalmente, desde el viernes último y a lo largo del fin de semana, un equipo de la fiscalía federal a cargo de Silvina Avila y de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), que dirige Félix Crous, pudo acceder a tres personas ofreciéndoles el resguardo de su identidad y en dos casos incluso de su rostro (declararon sin que se vieran sus caras). Tanto esta causa como la que tramita el habeas corpus confluyen en el juzgado federal de Otranto.
Los tres relatos resultan complementarios y confluyen en la presencia indudable de Santiago Maldonado en el lugar y el accionar brutal desplegado por la Gendarmería y que, según fuentes de la causa es “imposible desvincular a esta altura del hecho investigado”. Hasta ahora, el Gobierno, incluso en tribunales, afirmó que ninguna de sus fuerzas de seguridad tuvo ni tiene detenido a Santiago (lo que no quita que haya podido ser apresado de manera ilegal). Hoy Bullrich será interrogada en el Congreso (ver aparte).
La primera en declarar fue una mujer vinculada a la comunidad, quien describió la presencia de Maldonado allí como alguien que había llegado a darles apoyo y colaborar con sus protestas, según pudo cotejar PáginaI12 por allegados la investigación. Dijo que lo vio cerca de una garita de seguridad de la propia comunidad que se encuentra a unos cincuenta metros de la ruta. En una crónica publicada por la revista Cítrica que cita algunos testimonios si exponer los nombres, contaron incluso cómo era Santiago en el trato con ellos, y que le decían El Brujo y El Vikingo. Le hacían bromas por su barba, y recordaban que les había dicho que sí un día él no estaba deberían bautizarlo LHT: “las hice todas”.
Otro testigo, que ofreció un relato en forma anónima y sin repreguntas, contó que en el momento en que un grupo de Gendarmes se les abalanzó ya dentro del predio donde vive la comunidad, corrieron hacia el río Chubut, que está a unos 400 metros de la ruta 40. Es un río bajo, con ramas en el fondo. Según su relato, todos llegaron a cruzar menos Santiago, a quien pudo ver desde la otra orilla, aferrado a las raíces de un árbol que se hunden en el río, con el agua hasta las rodillas. Y allí fue que vio a uno de los Gendarmes agarrarlo y gritar “¡Tenemos a uno!”.
Por último, un tercer testigo detalló que desde la otra orilla pudo ver que un grupo de gendarmes golpeaba a una persona. Que le pareció que era Santiago, porque identificó su campera. Que lo subieron a un camión Unimog y que luego de allí lo pasaron a otro vehículo. Todos los testimonios describen a los gendarmes envalentonados en esa segunda jornada, cuando dos de ellos –además– estaban heridos por las pedradas que les lanzaban para tratar de alejarlos.
Según relato que refleja la revista Cítrica, los gendarmes habían entrado “a punta de pistola disparando y disparando”. “Nos tirábamos por diferentes partes porque la lluvia de balas no cesaba. Ahí es donde el compañero Santiago no logra cruzar”, da cuenta la publicación, donde los testimonios hablan de armas disparos con balas de plomo. Ese último sitio donde es visto Maldonado, rampa abajo al borde del río, es donde los perros entrenados en seguimiento de olfatos se detenían cuando seguían el rastro que tomaban de un gorro que pertenecía al artesano y que había sido hallado en un rastrillaje.
La demora en los allanamientos e inspecciones en tres escuadrones de Gendarmería (en Esquel, San Martín y El Bolsón), que demoraron ocho días, conspira obviamente contra el hallazgo y la determinación de algunas pruebas de vital importancia. Por ejemplo, el defensor Fernando Machado –quien presentó uno de los habeas corpus– advirtió que cuando fueron a inspeccionar las camionetas que habría utilizado la Gendarmería en los procedimientos algunas de ellas habían sido lavadas y una tenía rota la faja de seguridad. En un Unimog se hallaron pelos, una soga y restos de una mancha que podría ser de sangre. Todo esto se cotejará con la muestra de ADN aportada por Sergio, el hermano de Santiago. Ayer se levantaron más rastros de otra Unimog que habría estado dentro del predio.
Cerca del juzgado aseguran que ayer, finalmente, después de una intimación la Gendarmería entregó la nómina de los agentes que participaron del operativo y el detalle de todos los vehículos, aunque no especificaron detalles. Está pendiente, además, un análisis de las comunicaciones (ver aparte). Entretanto, el Centro de Estudios Legales y Sociales se presentaría como querellante en la causa sobre la desaparición. El caso adquirió tal magnitud que también la Comisión Interamericana de Derechos Humanos analiza pedidos de medidas cautelares. El Comité contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas ya pidió una acción urgente del Estado para encontrar a Santiago.
Falta a la verdad una vez más la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, cuando arrinconada en el Senado dijo que la desa- parición de Santiago Maldonado no fue denunciada desde el primer día y se permitió solicitar que no haya “un bando” que sostenga esa hipótesis. PáginaI12 tuvo acceso al expediente donde constan dos declaraciones realizadas ante el defensor Fernando Machado, de una testigo el mismo día del procedimiento represivo en la comunidad y otra de la APDH. “Es muy grave que la principal estrategia del ministerio siga siendo tratar de desdibujar los hechos”, dijo a este diario una fuente del caso. Además, Bullrich volvió a decir que la Gendarmería fue “agredida” sobre la ruta 40, poco antes de que esa fuerza ingresara a la comunidad Pu Lof de Cushamen, en Esquel.
En la foja cero de la causa, que la justicia federal comenzó a activar ocho días después de los hechos, consta que horas antes del “enfrentamiento” de “ocho mapuches con piedras” y treinta gendarmes que los desalojaron de la ruta, esa fuerza había desarmado las cuatro barricadas de palos y chatarra. “Ante la ausencia de manifestantes no hubo enfrentamientos con personal uniformado”, informó el gendarme Daniel Gómez al juez federal Guido Otranto. Cuatro horas después detuvieron a tres mujeres de la comunidad que iban en un vehículo gris, y por orden del magistrado las requisan y les abren una causa por corte de ruta. A las 11.15 comienza “el despeje de la ruta”, adonde un reducido grupo reclamaba la libertad del lonko Facundo Jones Huala, en el inicio del operativo represivo en medio del cual desapareció Santiago Maldonado.
El 31 de julio los gendarmes Gómez, Coronel, González, Alba, Saldaño y Echazu, Goñi, además de personal a cargo del comandante principal Fabián Méndez, llegan a las 13 a la ruta nacional 40, labran actas, firman, “se hacen fotografías y filmaciones por ser zona despoblada sin testigos”, según informan a las 19.20 antes de retirarse.
El 1 de agosto a las 3.30 el primer alferez Daniel Gómez junto al personal del escuadrón 35 de El Bolsón apoyado por personal del 36 de Esquel “aprovechando que los manifestantes no se encontraban sobre la ruta 40 procedieron a desarmar cuatro barricadas compuestas por palos, árboles cortados, piedras y chatarras distribuidas estatégicamente” y “ante la ausencia de manifestantes no hubo enfrentamientos con personal uniformado”. A las 5.30 así lo informa Gómez al juez federal Otranto. “Una vez despejada la ruta se informó lo actuado al magistrado interviniente telefónicamente”, consta en el expediente. Tres horas y media más tarde este gendarme “observa un vehículo color gris que ingresa por un camino al margen de la ruta nacional 40, hacia la construcción que se encuentra a 400 metros”. Los uniformados esperaron que el automóvil saliera, lo siguieron y detuvieron a sus tres ocupantes y los acusaron del delito de “entorpecimiento de servicios públicos”. Y a las 11.15 fue cuando, luego de repeler las piedras de los ocho mapuches, la Gendarmería cruzó la tranquera para “proceder a la aprehensión de los agresores”.
Pero no fue en ese momento que el juez Otranto se comunicó con los gendarmes, como dijo Bullrich en el Senado, sino a las 5.30, antes del “despeje” de la ruta.
El 2 de agosto Julio Saquero, de la APDH, presenta la denuncia ante el magistrado por la desaparición de Maldonado pero su declaración en el expediente recién se produce una semana después, así como la respuesta de Gendarmería sobre quiénes participaron del procedimiento por parte del escuadrón 35. Esa fuerza aporta nueve nombres.
Dos semanas después de volatilizarse en las tierras de Benetton en una protesta de los mapuches, crece el misterio y el escándalo político mientras se busca el cuerpo de Santiago Maldonad
La palabra desaparecido produce un escalofrío especial en Argentina. Por eso el caso de Santiago Maldonado, un artesano que vivía en el paraíso hippie de El Bolsón, en la Patagonia, y se volatilizó hace 15 días cuando estaba apoyando a un grupo mapuche que ha ocupado unas tierras del millón de hectáreas que tiene grupo Benetton en la zona, ha causado una gran conmoción. Nadie consigue resolver el misterio. El cuerpo no aparece, y la policía ni siquiera ha conseguido recorrer con calma la zona para buscarlo. El conflicto con los mapuches, que temen que aprovechen el escándalo para echarlos de unas tierras de los millonarios italianos que ocuparon hace dos años, complica todo.
100 agentes hicieron este miércoles un último intento para encontrarlo en las tierras de Benetton. Fuentes de la investigación confirmaron a EL PAÍS que durante el operativo se encontró un collar con una "S" en la medalla, que corresponde con la primera letra de Santiago. Pero de momento no hay más pistas sobre su paradero, en medio de una enorme tensión que forzó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a comparecer durante varias horas en el Senado para defender la actuación policial y su decisión de no apartar siquiera a los jefes del operativo. Ella no asume la hipótesis de desaparición forzada.
“Nosotros no vamos a dar por hecho una hipótesis mientras el juez no la asuma. No voy a hacer la injusticia de tirar a un agente por la ventana, prefiero asumir la responsabilidad como ministra. Echarlos sería la fácil, lo que se hacía siempre. Yo necesito esa institución para la tarea de fondo que estamos haciendo. Sería una mala ministra si tirara a un agente por presión mediática. Me la banco yo”, clamó Bullrich en una sesión muy tensa. Los representantes de la oposición se indignaban con su defensa de los agentes y le pedían que admita la desaparición forzada.
La lógica apunta hacia la policía, porque Maldonado desapareció después de que 40 agentes ingresaran a la zona donde están los mapuches el pasado 1 de agosto en un operativo después de que cortaran la carretera. Nadie sabe nada de él desde entonces, y no ha aparecido ninguna hipótesis alternativa sólida. “No sabemos a ciencia cierta que Maldonado estuviera allí. La madre dijo que hablo con él el día anterior y le contó que iba a ir a apoyar a los mapuches. Pero hemos registrado las llamadas y no hablaron ese día”, aseguró la ministra Bullrich. “Hemos investigado con perros para buscar rastros de Maldonado en las camionetas de gendarmería y todas las pruebas han dado negativo. Aún no sabemos si los pelos encontrados son suyos, tenemos que hacer la prueba de ADN. Podrían ser de los agentes. No hay ningún indubitable. Todos los días desaparecen personas en Argentina. En este momento tenemos 5.000. De ninguna manera vamos a aceptar que nos comparen con la dictadura militar y homologar a sus prácticas”, se indignó Bullrich. También rechazó que las camionetas hubieran sido lavadas.
Lo cierto es que el caso ha alcanzado un gran nivel político. La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner denuncia la desaparición y está en contacto permanente con la familia. Si aparece el cuerpo y se demuestra que fue la policía quien lo mató será un golpe muy duro para Mauricio Macri. Pero ya han pasado 15 días, y muchos temen que, como sucedió en otros casos, el cuerpo no se encuentre nunca. Ya pasó con Julio López, que desapareció en 2006, en plena democracia y con los Kirchner en el poder, después de declarar en un juicio contra Miguel Echecolatz, uno de los más sanguinarios represores. Nunca más se supo de él, aunque era un caso muy diferente.
Después de sufrir una de las dictaduras más crueles del planeta, con miles de desaparecidos cuyos cuerpos no han sido localizados tras 40 años, Argentina es uno de los países más sensibles del mundo con la actuación de la policía. Todos los gobiernos tienen terror a sufrir un episodio de este tipo. Eduardo Duhaldetuvo que adelantar las elecciones en 2003 cuando murieron dos manifestantes a manos de la policía. Los Kirchner ordenaron durante 12 años que no se reprimiera nunca a los manifestantes para evitar que les pasara como a Duhalde. Mauricio Macri también ha tenido mucha cautela ante el temor a un muerto en una protesta, algo a lo que le temen todos los presidentes.
Hasta ahora el caso Maldonado no ha supuesto un coste fuerte para Macri porque el misterio se mantiene y también porque este grupo de mapuches, que ha protagonizado varios episodios violentos, tiene grupos de apoyo importantes pero no ha logrado un respaldo mayoritario en la sociedad argentina. Pero si aparece el cuerpo todo podría dar un giro inesperado en plena campaña electoral.
Bullrich asistió al Senado para responder por la desaparición de Santiago Maldonado
Con muchas chicanas pero ninguna respuesta
La ministra mantuvo varios cruces con los senadores. Defendió a la Gendarmería, dijo no saber siquiera si el artesano había estado en el lugar y responsabilizó al juez y los familiares por las demoras en la investigación.
Patricia Bullrich eligió la Comisión de Seguridad Interior del Senado para dar explicaciones sobre la desaparición de Maldonado. Imagen: DyN
Luego de pegar el faltazo la semana pasada a la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, finalmente se presentó en el Congreso para responder sobre la desaparición de Santiago Maldonado. Lo hizo ante los senadores y en la Comisión de Seguridad. El cambio por un escenario más reducido y amistoso, sin embargo, no le alcanzó para evitar los cuestionamientos y varios contrapuntos con legisladores opositores como Nancy González, Norma Durango, Ruperto Godoy y Virginia García, entre otros. Lejos de hacerse cargo de la situación, Bullrich hizo un alegato político, defendió a la Gendarmería pese a que varios testigos indicaron que fueron los responsables del secuestro y deslindó responsabilidades en la familia y la justicia. “¿Por qué el gobierno no asume esta responsabilidad de ponerse al frente de esta investigación para que terminemos con esta historia y que aparezca Santiago Maldonado con vida?”, la inquirió Godoy, quien protagonizó uno de los cruces más duros.
A más de quince días de la desaparición de Maldonado, la ministra de Seguridad ratificó la línea discursiva que ensayó el gobierno desde que el caso tomó estado público. Al momento de iniciar la reunión presidida por la senadora Sigrid Kunath (FpV-PJ, Entre Ríos), Bullrich dio la versión oficial sobre algunos hechos y aseguró que no manejaban ninguna hipótesis principal sobre el paradero del joven. “Todas las hipótesis están abiertas”, afirmó. Por momentos intentó enmarcar el caso como una más de los cinco mil desapariciones que se registran actualmente en argentina. “El juez hasta ahora no ha catalogado la causa como desaparición forzada de personas”, afirmó. Ante las reiteradas preguntas de los senadores, ensayó siempre la misma cerrada defensa de la fuerza de seguridad señalada por testigos de la comunidad mapuche como responsable del secuestro. Sostuvo que los uniformados que participaron del operativo son “personas respetadas y queridas en la zona”.
El primero en iniciar las consultas fue el chubutense Mario Pais (FpV-PJ), quien remarcó que miembros de la comunidad del Lof Cushamen, precisaron que hubo persecución, hubo apresamiento de Maldonado, golpes e introducción en un vehículo de las fuerzas de seguridad, que era la única fuerza de seguridad que estaba interviniendo, la Gendarmería Nacional. La sesión comenzó a subir de tono cuando intervino la pampeana Norma Durango (PJ-FpV) quien también preguntó por la Gendarmería y por las medidas que se habían tomado con los responsables del operativo. La senadora también cuestionó la designación de Pablo Noceti como jefe de Gabinete del Ministerio. “Vengo de La Pampa, señora ministra. Y sé que el señor Noceti fue el defensor de conspicuos y condenados miembros de la subzona 14, como fueron Fabio Lidiar y Néstor Crepi”, acusados de delitos de lesa humanidad.
Exaltada, Bullrich desarrolló su defensa política de la actuación de los gendarmes. “No voy a hacer la injusticia de querer tirar un gendarme por la ventana. Prefiero como ministra asumir la responsabilidad y dejar que la Justicia investigue”, afirmó, subiendo el tono. “Necesito a esa institución para todo lo que estamos haciendo –continuó–, para la tarea de fondo que está haciendo este gobierno. Si lo primero que hacemos es tirarle la responsabilidad al gendarme, acusarlo previamente, y echarle solo por el hecho de una presión mediática, sería una mala ministra de Seguridad.” A este punto, Bullrich exclamó sacando pecho: “¡Me la banco yo! ¿Saben por qué? Porque eso siempre es lo que ha pasado en el país”.
Inmediatamente después defendió a Noceti, quien la había asesorado cuando era diputada nacional y lanzó una chicana para el kirchnerismo. “Muchas personas de nuestra comunidad han tenido situaciones previas con la dictadura militar, como fue (Raúl) Zaffaroni, que fue juez en la dictadura y todos lo bancamos como juez de la Corte Suprema. Alicia Kirchner fue funcionaria de la dictadura en Santa Cruz, y todos permitimos que vivan en democracia. Midamos a todos con la misma vara”, sostuvo la ministra desviando el tema.
Durante otra respuesta, Bullrich buscó desarrollar un hecho de violencia cometido presuntamente por el grupo Resistencia Ansestral Mapuche (RAM), lo que fue cuestionado por varios senadores como un intento de asociar a toda la comunidad mapuche con acciones agresivas. “Están todos los elementos como para pensar que hay una desaparición forzada. La estigmatización y demonización de la comunidad mapuche. Se los asocia al terrorismo. Se dice que son enemigos de la patria. Se plantea que son separatistas, que quieren constituir una república. Todos estos argumentos que ustedes han esgrimido, desde el presidente para abajo. El presidente ha dicho que es un grupo violento y que está medio lejano a las cuestiones democráticas. ¿Esto sabe a qué me hace acordar? A cuando desaparecía alguien y se decía: ‘por algo será’. Esa triste frase. ‘Por algo será’”, aseguró Godoy, que mantuvo reiterados cruces con la ministra. La funcionaria actuó ofendida por la comparación y negó cualquier
A su turno, la chubutense Nancy González la cuestionó por la demora en encontrar el domicilio donde vivía Maldonado. “El Bolsón no es una ciudad donde viven millones de habitantes, es un pueblo donde se conoce todo el mundo. Que pasen 10 días para poder localizar el domicilio de Maldonado, realmente, es sospechoso. Tal vez no querían encontrar el domicilio y no que no sabían dónde vive”, advirtió la senadora. La ministra no hizo más que decir que ella estuvo muy preocupada y que insistió diariamente en que se localizara la vivienda. Además, negó que las camionetas utilizada por las fuerzas de seguridad hubieran sido lavada para borrar rastros. “Si las camionetas hubieran sido lavadas o violadas en sus precintos, el juez no hubiera realizado los peritajes porque hubiera considerado que no eran válidas las pruebas”, argumentó.
“La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, niega la desaparición forzada de Santiago, niega dar información sobre el operativo que llevó adelante la fuerza a su cargo”, denunció Sergio Maldonado, el hermano del joven desaparecido desde hace 16 días. En nombre de su familia, Sergio también advirtió que la “falta de reconocimiento” de la funcionaria, que ayer se presentó en el Senado para dar explicaciones del tema, “genera indignación e impotencia”. Sergio difundió la respuesta de la familia Maldonado a las declaraciones de Bullrich en el Senado a través de WhatsApp y mediante ese servicio de mensajería se diseminó rápidamente. El hermano de Santiago Maldonado advirtió que la ministra “sigue negando la desaparición de Santiago” y también denunció que “las autoridades judiciales y políticas siguen desviando el foco y garantizando impunidad a las fuerzas de seguridad y el miedo a la sociedad”. Además, advirtió que “la sospecha sobre Santiago y su entorno lo revictimiza”.
Página/12 accedió al expediente por la desaparición forzada de Santiago Maldonado
Una historia de mentiras y encubrimiento
Los testigos, la familia y la información que existe en la causa apuntan a la responsabilidad de la Gendarmería y desmienten la defensa de esa fuerza realizada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en el Senado.
La comunidad mapuche, víctima de la represión y persecución de las fuerzas de seguridad.
Son los hippies rubios de El Bolsón. Santiago, “Brujo” o “Lechu”, como lo llaman, se juntó el domingo 30 de julio con su amigo Ariel y le anticipó que pensaba ir de visita a la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia, de Cushamen. Su estado de salud no mostraba indicio alguno de haber sido apuñalado. Cinco días más tarde, Ariel preocupado por la ausencia de su amigo lo llamó al celular, alguien atendió sin responder durante 22 segundos y la comunicación se interrumpió. Así lo declaró este joven ante el juez federal Guido Otranto en la causa por la desaparición de Santiago Maldonado. Los mapuches a los que iba a ver lo conocían y por eso reconocieron que era a él a quien agarraron los gendarmes la mañana del 1 de agosto durante el operativo represivo en esa comunidad. Lo golpearon y lo metieron en una camioneta Unimog. Santiago había hablado con su mamá, Stella Peloso, el jueves 27 y si hubiera estado lastimado ella lo habría sabido. Mientras usinas oficiales alimentan el foco mediático con una versión que exculpa a la Gendarmería, la principal hipótesis respecto a la responsabilidad de esa fuerza sigue siendo, tal como sucede sistemáticamente en las investigaciones por desapariciones de personas en democracia, la más descuidada por parte de la justicia. De hecho, la fiscalía federal aún no se pronunció sobre el pedido de la abogada de la familia para cambiar la carátula de NN, averiguación de paradero, por la de desaparición forzada de persona. Los nombres de los 130 gendarmes que entraron a la comunidad disparando balas de goma ingresaron al expediente que instruye la justicia federal recién hace dos días, pero el abogado de esa fuerza de seguridad ya tiene copias para ir armando la defensa porque, inexplicablemente, el juez Otranto los aceptó como parte en la causa.
“Santiago es vegetariano, un pibe pacífico, en la feria de El Bolsón lo conocen todos, tirar esto de un posible apuñalado es muy bajo pero ya podemos esperar que digan cualquier cosa”, define su hermano Sergio, con un tono que ya denota más cansancio que indignación.
A tres semanas desde la última vez que fue visto Santiago Maldonado, una a una fueron cayendo las mentiras oficiales: que los mapuches y la familia obstruyen la pesquisa, que la Gendarmería repelió la agresión de piedras de ocho mapuches cuando en realidad antes había hostigado y detenido a tres mujeres de la comunidad, que hay un “bando” que insiste en la desaparición siendo que en el expediente consta la denuncia por este delito desde la foja cero con testimonios y la denuncia de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (Apdh) de Esquel.
No funcionaron el video trucho de Entre Ríos y los barrios enteros donde todos usaban barba y rastas. Ahora fueron por el desvío, que, paradójicamente, podría llevar a la punta del ovillo de un armado previo: el incendio de un puesto en Epuyén supuestamente por parte de Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), en el cual Maldonado podría haber sido herido con un puñal. ¿Basado en qué? Nadie se atendió en los hospitales de la zona y una de las líneas celulares de Santiago se habría activado ese día en Epuyen. ¿Santiago se desangró en el desierto?
En este punto una parte de los investigadores se pregunta: ¿La familia, los amigos y las constancias del expediente son acaso menos creíbles que las conjeturas oficiales respecto a que Maldonado habría sido víctima de un puestero de la zona que se defendió cuando un grupo pro-mapuche lo atacó? Esa “hipótesis” lanzada por la secretaría de Seguridad ningunea el relato de la familia y los amigos de Santiago, como si no hubiera una larga historia de víctimas silenciadas.
PáginaI12 tuvo acceso a partes de los expedientes judiciales y reconstruyó los hechos a partir de fuentes judiciales, peritos, las querellas y la familia. Los investigadores coincidieron en que la justicia hizo medidas básicas, pero destacaron que “luego de siete días todo se hace tarde y mal”. Y agregaron que “esta demora es lo habitual en los casos de violencia institucional por lo cual es inevitable trazar similitudes con anteriores desapariciones en democracia. Es un mismo patrón, demorar las medidas preliminares lo cual concede una ventana de tiempo a la fuerza sospechada, y luego lanzar versiones distractivas, como fue el hallazgo de un cadáver NN en Punta Lara a pocos días de la desaparición del testigo Jorge Julio López”.
Miente, miente, que algo quedará
Ariel había presentado un hábeas corpus preventivo porque desde enero la policía de El Bolsón lo sometía a un permanente hostigamiento. Había sido detenido junto a uno de los hermanos de Facundo Jones Huala, el lonko de la comunidad Pu Lof Resistencia Cushamen preso en Bariloche, luego de la feroz represión a los mapuches que reclaman su derecho a una parte de las tierras de la estancia del empresario Luciano Benetton.
El buzo. “Ni de casualidad estuvo Santiago en ese hecho de Epuyén, Ariel es su amigo, habló con él ese fin de semana y estaba perfecto de salud. Es él quien aporta el buzo de Santiago para que los perros busquen rastros, no es de otra persona como dicen por ahí”, dijo Verónica Heredia, abogada de la familia Maldonado, a PáginaI12. “Dicen por ahí” que esa prenda la habría proporcionado la comunidad mapuche para “sembrar evidencia falsa”. El rastro de Maldonado lo siguen los canes en base al olor de una gorra y un cuello polar encontrados donde fue golpeado, según los testigos que así lo declararon ante el juez.
Celulares. “Tenía tres, y como uno es de Chile fue suficiente para generar la suspicacia de sus nexos internacionales. Es todo un delirio. Hay actividad de llamadas hasta el 21 en uno de los aparatos y hasta el 27 en otro, pero además en el que está registrado en Chile se recibe la llamada de su amigo Ariel el día 4 de agosto”, agregó la letrada en diálogo con este diario desde Esquel. “Hay un teléfono que tenía un chip de Chile porque había estado ahí, y después había otro con otro número que no se si sería de él o no, pero lo usaba para sus tareas de tatuajes y figura en los folletos que repartía”, describió Sergio Maldonado, hermano de Santiago.
¿Plomo? En la causa están siendo sometidas a pericias las municiones de goma que aparecieron en la escena. Pero según dos fuentes, los gendarmes también tiraron con balas de plomo, lo cual consta en una causa diferente contra Gendarmería por “hostigamiento”, iniciada por las dos mujeres de la comunidad que fueron detenidas en el operativo represivo.
Gendarmes. Según el expediente hubo dos gendarmes mujeres heridas. Aún resulta incomprobable para las fuentes saber a qué se deben las amenazas que estaría recibiendo el jefe del escuadrón de Esquel Fabián Méndez.
Es falso que la Gendarmería actuó “de oficio” por la flagrancia del delito de arrojar piedras con “hondas boleadoras”.
La cronología de los hechos realizada por la Gendarmería y que consta en el expediente da cuenta de que la comunicación con el juez Otranto no se produce luego de la pedrada con que los mapuches intentaron resistir el desalojo de la ruta, como sostuvo la ministra Bullrich, sino varias horas antes de la misma. Y omite detalle alguno sobre Santiago Maldonado. Su nombre recién aparece a fojas 1, en la denuncia de Julio Saquero, de la Apdh de Esquel, y en la declaración de una testigo de la comunidad ante el defensor oficial Fernando Machado.
A diferencia del escueto relato de los uniformados, la mujer describió que ingresaron al territorio en medio de disparos, empujando a sus hijos y quemando las carpas y pertenencias de los mapuches. “Búsquenlos”, era el grito que repetían. “Uno de los integrantes del Lof vio cuando se llevaban detenido al compa Santiago Peloso (apellido materno del desaparecido)”, dijo la testigo. Su mayor preocupación era evitar los efectos traumáticos de lo que habían vivido esa mañana en sus hijos, porque afirmó que “episodios de violencia son frecuentes”. Y aportó tres vainas servidas antimotín de 70 milímetros, y una sin percutar. Por su parte, Saquero ante el defensor Machado declaró que el ciudadano Santiago Peloso estaba presente durante el procedimiento de la Gendarmería para desalojar la ruta 40, “de quien no se tienen más datos ni contacto alguno”, y que luego de verificar que no estuviera detenido en ninguna comisaría dejaba constancia de que se encontraba desaparecido. Una semana más tarde, a fojas 44 la fiscal federal subrogante Avalos pide a Gendarmería el detalle del personal y vehículos que intervinieron en la represión, así como solicita al juez el audio de una entrevista al subsecretario de Seguridad Pablo Nocetti.
Según figura en el listado de medidas adoptadas en la causa hasta el 14 de agosto, el juez solicitó a la División Rastros de la Policía Federal que determine si las huellas encontradas en el allanamiento de la vivienda donde paraba Santiago en El Bolsón pertenecen a él. A dos semanas del hecho, Otranto volvió a pedir el listado de quienes participaron del procedimiento represivo y la lista de vehículos utilizados “en el término improrrogable de 24 horas”. Gendarmería se tomó 72 horas para entregar, finalmente, los 130 nombres. El juez toma nota de las pruebas que le aporta el defensor oficial sobre el lavado de las camionetas y la rotura de una de las fajas de seguridad, pero lo único que hace al respecto es “requerir los datos de la persona que hizo entrega de los mismos”.
Encubrir desde el minuto cero: episodio Epuyén
“Gendarmería le responde a la fiscal que participaron del operativo sólo ocho gendarmes, de los cuales cuatro son mujeres, y a partir de ese momento comprendí que esa fuerza es la responsable acá, ocultaron desde el minuto cero”, se indigna la abogada de la familia Maldonado. PáginaI12 le había preguntado cuál de todas las pruebas recogidas hasta ahora es la más contundente sobre el destino que pudo haber tenido el joven artista. Sin abrir especulaciones sobre los resultados de los peritajes de las muestras de sangre y cabellos halladas en los sucesivos allanamientos en el lugar y en el escuadrón 35 de Esquel, la letrada sí ponderó los testimonios. “Son contundentes y precisos, un testigo ve que Santiago no cruza el río, que lo agarran los gendarmes y lo golpean y una testigo observa cómo lo suben primero al Unimog, y luego lo pasan a una camioneta”, resume.
Pocos días después estalla la versión del puestero –o más bien capataz del puesto de Benetton en Epuyén– apuñalando a uno de sus atacantes, quien según el gobierno podría ser el joven desaparecido. El círculo podría cerrarse con otra medida ad hoc: la solicitud del contenido de la historia clínica de Maldonado que fue requerida al hospital local. Si bien el incendio del puesto de Epuyén existió, como así su derivada causa penal, y tuvo mucho impacto en los pobladores de la zona, algunas voces dudan que haya sido obra de la RAM. En una entrevista de La Izquierda Diario, la madre de Facundo Jones Huala, el lonko de la comunidad mapuche de Cushamen detenido y en huelga de hambre, dijo que “muchos pueden tener miedo a quedar pegados porque se comieron el cuento de la RAM. Hoy leía una noticia sobre gente de Cholila que quedó sin trabajo y salió a hacer un corte de ruta y ya salieron a decir que era la RAM la que cortaba. Van quedando claras algunas cosas. ¿Quién es la RAM, los mapuches o los milicos?”.
Actualmente la causa está desdoblada, el juez Otranto se quedó con el trámite de los tres hábeas corpus iniciales, y en sus manos no hay nada sobre el episodio de Epuyén. La investigación por el delito de desaparición forzada está delegada en la fiscalía de Alejandra Avalos, quien decretó el secreto de sumario. Entonces, las “versiones” sólo pueden surgir de fuentes oficiales o de la propia fiscalía que rompe su medida.
Germán Maldonado dijo frente al Congreso que Santiago, egresado de Bellas Artes, era artista y músico, que escribía y amaba viajar. Pero Maldonado es llamado “tatuador”, “artesano” o directamente “activista de la RAM” de rastas largas, que vivía en comunidad y leía bibliografía “revolucionaria” a favor de la causa mapuche, por quienes no escuchan a la familia sino al gobierno. “Bullrich no nos pidió disculpas por no haberlo ubicado con vida”, dijo Sergio Maldonado a PáginaI12 desde Bariloche. “Lo único que falta es que saquen un cuchillo ensangrentado, que lo hayan tenido guardado desde el día 21, sería totalmente ridículo pero ya no sé lo que pueden inventar. Se lo vió después de esa fecha, no tuvo nada que ver ni participó en lo que pasó en ese lugar, sigue desviando la atención”, agregó. Para este comerciante de 48 años cuya vida se dió vuelta hace tres semanas, “es tan simple, alcanza con que vayan a preguntar a la biblioteca de El Bolsón, adonde iba siempre a tomar mate y a charlar por largos ratos”.
Santiago está desaparecido, la multitud que exigió en Plaza de Mayo su aparición con vida pretende que no integre esa lista que con el paso del tiempo obliga a dejar de mencionarlos en presente para mencionarlos en pasado.
Argentina. Afirman que está probado que Maldonado estuvo en el lugar del operativo
Resumen Latinoamericano/ 23 de agosto 2017 .-
El defensor público oficial de Esquel, Fernando Machado, aseguró ayer que “está probado” que Santiago Maldonado estuvo en la zona del operativo de Gendarmería Nacional en la comunidad mapuche de Cushamen.
Mientras, la Legislatura provincial aprobó el proyecto para que el ministro de Gobierno, Pablo Durán, sea interpelado el 5 de septiembre sobre las tareas que se llevan a cabo para encontrarlo. A 22 días de la desaparición de Santiago Maldonado, el defensor público oficial de Esquel, Fernando Machado, manifestó que en el hábeas corpus presentado ante la Justicia se deja traslucir que el artesano estuvo presente durante el operativo que realizó Gendarmería Nacional el martes 1 de agosto en la comunidad mapuche de Cushamen. “Está probado que (Santiago Maldonado) estuvo ahí y que hubo violencia”, sostuvo el funcionario provincial. Ante una consulta sobre la posibilidad de que Maldonado haya sido asesinado, sostuvo que “el desenlace puede ser cualquiera” pero aclaró que, en su caso, no podía referirse a nada vinculado a la causa en términos de confirmación. Machado también se refirió a los videos difundidos este fin de semana que muestran el accionar de Gendarmería considerando que las imágenes son previas al operativo, es decir que no correspondía estrictamente al momento en que Maldonado fue visto por última vez. De acuerdo a esas filmaciones, el funcionario judicial consideró “desproporcionado el uso de la fuerza” y sostuvo que la dotación de Gendarmería le parecía “bastante exorbitante”. “Mi objetivo se centra en buscar a Santiago y encontrarlo. Hay que agotar el esfuerzo, la iniciativa y la inteligencia”, destacó Machado aseverando que existen muchas medidas pedidas para seguir investigando.
EXPLICACIONES EN LA LEGISLATURA
Mientras tanto, ayer al mediodía los diputados provinciales aprobaron por mayoría el proyecto del Frente Para la Victoria para que el ministro de Gobierno, Pablo Durán, sea interpelado el 5 de septiembre en la Legislatura con el fin de conocer qué acciones concretas impulsó para la búsqueda de Maldonado. Los legisladores mantendrán una sesión especial donde se le pedirá al funcionario que “relate los hechos en los que se produjo la desaparición del joven y cuál fue la participación que tuvo en el mismo la Policía de la Provincia y la Gendarmería Nacional”. Asimismo, el interrogatorio pide explicaciones sobre el marco legal en el cual Gendarmería Nacional desarrolló un operativo en territorio provincial. El proyecto recibió nueve votos a favor del Frente para la Victoria, del bloque Convergencia y el del diputado de la UCR-Cambiemos, Eduardo Conde. Por su parte, el bloque de Chubut Somos Todos no acompañó la iniciativa.
Desaparición forzada, estado de Santiago Maldonado
El juez federal de Esquel, Guido Otranto, decidió este jueves cambiar el estado de la causa de Santiago Maldonado: ahora es buscado por «desaparición forzada»
BUENOS AIRES.–El juez federal de Esquel, Guido Otranto, decidió este jueves cambiar el estado de la causa de Santiago Maldonado: ahora es buscado por «desaparición forzada».
La investigación se centrará en las fuerzas de seguridad, sobre todo en la Gendarmería, que hasta ahora cuentan con el apoyo de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
La fiscal que lleva la causa informó, tras una reunión con la familia de Santiago, que «la investigación es sobre el delito de desaparición forzada de Santiago y dio curso a nuestro pedido de recaratulación; que a fin de continuar con las medidas adoptadas en tal sentido solicitó el secreto de sumario por diez días corridos más; que solicitó a la Procuración General diera curso a nuestro pedido de integración del equipo de investigación».
Al considerarse una desaparición forzada inmediatamente la responsabilidad recae sobre los miembros del Estado, apuntó Telesur.
Tanto la familia como los organismos de derechos humanos consideran que Santiago fue detenido de forma irregular durante la represión a una protesta mapuche, el pasado 1ro. de agosto.
El comandante mayor de Gendarmería Diego Conrado Héctor Balari habló con el canal 4, de Esquel.
Otra farsa oficial que se cae a pedazos. Los cuatro escuadrones de la Gendarmería Nacional que reprimieron el 1º de agosto a la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia de Cushamen, adonde había ido Santiago Maldonado para solidarizarse y pedir por la liberación de su lonko Facundo Jones Huala, lo hicieron bajo “órdenes precisas emanadas del Ministerio de Seguridad”. Así lo declaró al día siguiente a la prensa el jefe de la Agrupación Chubut de esa fuerza. A pesar de que su jefe de Gabinete había sido fotografiado en el lugar de los hechos, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich repitió durante estas semanas que su cartera no daba órdenes a la Gendarmería en el terreno, al mismo tiempo que sucesivamente ejerció una defensa de los gendarmes. La funcionaria macrista no sólo se dedicó a culpar a la familia del joven diciendo que no colaboraba sino que además declaró: “No vamos a acusar a la Gendarmería”. En tanto, en diálogo con PáginaI12 Sergio Maldonado dijo que “ya no hay más dudas de que se lo llevó Gendarmería a mi hermano, esperemos que dejen de estar todo el tiempo confrontándonos, se dejen de tirar contra nosotros y de una vez el gobierno investigue dónde está”.
El 2 de agosto, el comandante mayor Diego Conrado Héctor Balari dijo en una entrevista al Canal 4 de Esquel que había mantenido una reunión de coordinación con el Ministerio de Seguridad en Bariloche, y cuando volvía a su “asiento natural” en Rawson, “nos dimos con este tema y a partir de ahí recibí la orden de la superioridad institucional de hacerme cargo y coordinar las acciones del operativo en base a los hechos y a orientaciones y órdenes precisas emanadas del Ministerio de Seguridad y de las autoridades judiciales con jurisdicción en la zona, el juzgado federal de Esquel, organizamos a la gente y procedimos”. Así lo difundió ayer el sitio El Disenso, con el mismo video donde Balari menciona la participación de los escuadrones 36 de Esquel, 35 de El Bolsón, 34 de Bariloche, 37 de San Martín y las unidades que componen su agrupación de Chubut, con el apoyo del escuadrón General Acha, La Pampa. “La etnia mapuche hacía un corte de ruta, hubo incidentes cuando los manifestantes quisieron volver a cortar la ruta, una pequeña escaramuza. No logramos detener a nadie pero informamos al juzgado, y seguimos apostados ahí para garantizar la libre transitabilidad de la vía”, declaró el comandante.
Mientras contaba esto ante cámara Santiago ya estaba desaparecido, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Esquel pedía un hábeas corpus y el defensor oficial Fernando Machado tomaba esa misma denuncia por desaparición forzada de persona. Pero sí hubo detenciones: dos mujeres mapuches y el hermano de Jones Huala, que fueron requisados en forma ilegal al salir de la Lof en un vehículo. Ante este hecho es que los mapuches volvieron a buscarlas a la ruta. Hay una causa paralela abierta y al respecto Machado explicó a PáginaI12 que “la detención habría sido ilegal y sus compañeros vinieron como a rescatarlos”. El defensor pone en duda que haya habido pedradas contra los uniformados, pero en cualquier caso este hecho previo fue el desencadenante del operativo posterior, donde desapareció Maldonado. “Luego justificaron todo con el secuestro de los elementos de labranza, hachas, cuchillos y un celular”, dijo.
No es la primera falacia que encuentra sus cortas patas. Pocas horas después de que la fiscal Alejandra Ávila dictara el secreto de sumario en la causa, el gobierno hizo circular en los medios afines la descabellada versión, ya desmentida por los propios protagonistas, de que Santiago había sido apuñalado una semana antes por un capataz en Epuyén, que se había defendido de un ataque de la RAM, Resistencia Ancestral Mapuche.
La ministra Bullrich en sus últimas declaraciones no sólo demonizó a la comunidad Pu Lof de Cushamen, cuyo werken (vocero) desmintió que pertenezcan a la RAM, sino que se permitió responder en el Senado que Pablo Noceti, su jefe de Gabinete, fue fotografiado en la tranquera de la estancia del empresario italiano Benetton (con quien los mapuches mantienen la disputa por las tierras) porque “iba de paso” hacia Bariloche. Casualidad de casualidades, Noceti había dicho a radio Nacional Esquel: “Vamos a empezar a terminar con el RAM, y a partir de ahora cada actividad pública que hagan van a quedar detenidos y llevados a juicio todos, cuando corten la ruta o se concentren frente al juzgado los vamos a detener, que lo tengan claro porque eso es lo que va a ocurrir, con el RAM no tenemos nada que dialogar, lo que haremos es judicializarlos. Van a quedar todos presos”.
Si bien se perdieron días clave a favor del encubrimiento, la causa originada en la denuncia penal contra el presidente Mauricio Macri, sus ministros de Justicia y Seguridad, y las autoridades de la Gendarmería Nacional que presentó la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) por la desaparición forzada de Santiago Maldonado ahora al menos tiene como carátula ese delito de lesa humanidad. Y en Esquel esperan que cambie la actitud tanto de la fiscalía federal como del juzgado respecto de la responsabilidad de esa fuerza de seguridad en el caso. Como botón de muestra, en el expediente aún no hay un informe detallado sobre los roles que tuvieron los cuatro escuadrones ni con qué equipamiento y municiones reprimieron a la comunidad, ni se tomó medida alguna sobre el lavado de las camionetas previo a los peritajes y el retaceo de información, como en el caso de los vehículos que fueron diecisiete pero oficialmente los gendarmes sólo informaron sobre cinco.
“Al menos ahora empezamos a salir del delirio, es positivo que la calificación tenga que ver con la hipótesis principal, que venimos sosteniendo desde el primer día, y es de esperar que haya un cambio de posición”, dijo a PáginaI12 el defensor Machado, en alusión a la fiscalía y el juzgado federales de Esquel. En el mismo sentido se pronunció Mabel Sánchez, que preside la APDH Noroeste de Chubut, y recordó que por eso “hicimos la denuncia penal por desaparición de persona contra Gendarmería, Noceti, Bullrich y Mauricio Macri, era imprescindible que esto se reconociera, tal como se lo dijimos a los gendarmes en la tranquera, por eso pedíamos entrar porque la comunidad gritaba ‘falta uno, falta El Brujo’, y por la misma razón intervino Machado, había menores y lo llamaron levantar actas con mujeres y niños”.
Cristina Kirchner reclamó, una vez más, por la aparición con vida de Santiago Maldonado
No hay futuro sin Santiago
En su cuenta de Facebook, la ex presidenta dijo sentirse conmovida por las palabras de la madre y el padre de Santiago Maldonado durante una entrevista.
Con está imagen y esta consigna encabezó su nota la ex presidenta en la red social. Imagen: Página de Facebook de Cristina Fernández de Kirchner
"Gendarmería se lo llevó y no apareció más", aseguró Cristina Fernández de Kirchner sobre el secuestro de Santiago Maldonado. Lo hizo a través de una reflexión que publicó en su cuenta de Facebook luego de leer la entrevista que brindaron los padres del joven desaparecido, Stella Maris Peloso y Enrique Maldonado.
La ex presidenta recuerda que leyó la entrevista mientras regresaba de Lomas de Zamora donde se había encontrado con un grupo de intendentes bonaerense. El texto, según ella reconoce, la conmovió ante el dolor de los padres de Santiago, quien permanece desaparecido desde el 1 de agosto cuando testigos vieron cómo era introducido en una camioneta de la Gendarmería durante la represión a la comunidad mapuche de Chubut.
El texto, titulado “¿Dónde está Santiago Maldonado?” es el que sigue.
Yo no puedo ver la cara de mi hijo en una bandera, en un mural. Que aparezca. Eso es lo que quiero. ¿Dónde está? ¿Qué le hicieron? Lo estamos esperando".
Cuando ayer regresaba de Lomas de Zamora, en medio del temporal, y me leyeron las palabras del padre de Santiago Maldonado, se me estrujó el corazón y pedí que me alcanzaran el celular para leer la nota.
Debo reconocer que la nota publicada en el portal de La Nación es conmovedora. Es conmovedor lo que está sucediendo y la periodista tuvo la virtud de reflejar la realidad de lo que está viviendo una familia que no sabe dónde está su hijo, porque Gendarmería se lo llevó y no apareció más.
Cuando leí que el padre de Santiago no quería ver la cara de su hijo en una bandera, me acordé de miles de rostros y entendí profundamente la desesperación de esa familia. No quieren un futuro sin Santiago. Y tienen razón. No quieren la cara de su hijo en una bandera, en un mural o en un cartel, porque saben que mientras su rostro esté allí, él no estará junto a ellos. No lo quieren en una bandera, lo quieren en su casa junto a ellos. ¿Puede haber acaso un deseo más sincero? La respuesta es una sola: No.
Cuando vi la imagen de Stella con lágrimas en los ojos, junto a la foto de Santiago cubriéndole la mitad del rostro y leí sus vivencias de madre, pensé: esto no puede estar sucediendo.
Por eso quiero compartir con ustedes la entrevista a los padres de Santiago Maldonado: "¿Dónde está? ¿Qué le hicieron? Lo estamos esperando".
Santiago Maldonado fue identificado por sus familiares en un video previo a la represión de la Gendarmería
Las imágenes que desmienten a Bullrich
La familia del joven desaparecido presentó la filmación ante la Justicia. Además entregó fotos y mensajes de texto entre Santiago y su cuñada. Todos esos elementos prueban que estaba en el lugar cuando los gendarmes reprimieron.
Las pruebas desmienten la versión que pretende instalar el Gobierno de que Maldonado podría haber sido herido en un hecho anterior a la represión.
“Está casi todo filmado”, dicen que dijo la ministra Patricia Bullrich, entre las sucesivas omisiones, tergiversaciones y falsedades que pronunció desde que desapareció Santiago Maldonado, en medio del operativo represivo a los mapuches en Cushamen. Así, un nuevo video acerca más al joven al momento en que los gendarmes lo habrían secuestrado y, por lo tanto, complica más al gobierno: se suman a la causa judicial pruebas aportadas por su familia que lo ubican en el lugar de los hechos poco antes de que fuera visto por última vez, el 1 de agosto sobre la ruta 40 con las primeras luces de la mañana. Además, los Maldonado presentaron evidencias de un intercambio de mensajes entre Santiago y su cuñada el 25 de julio, día de su cumpleaños. La parte de esta película que sigue faltando es la que transcurre entre las 11.15 y las 13.30 de ese día, cuando según los tres testigos que declararon en el expediente, tanto ante el juez federal Guido Otranto como frente a la fiscal Silvina Ávila, el artesano intentaba escapar de la cacería de la Gendarmería, sin lograrlo.
Además de programar con varias organizaciones de derechos humanos la movilización prevista para el viernes, cuando se cumplirá un mes de la desaparición de su hermano, Sergio Maldonado acudió una vez más a la fiscalía federal de Esquel, que la semana pasada recaratuló la investigación como desaparición forzada de persona. Acompañado por su abogada, Verónica Heredia, dijo que se presentaba para “aportar pruebas a fin de acreditar la falsedad de la hipótesis de que Santiago fue herido en un hecho ocurrido el 21 de julio de 2017”.
Según consta en el escrito que recibió la fiscal, “Santiago cumplió 28 años el 25 de julio y se comunicó con nuestra cuñada”. Sergio Maldonado acompañó con la captura de pantalla del celular de la esposa de Germán Maldonado, Carolina. “Feliz cumple, ardilla!! Te estamos esperando. Besos de los dos!!”, le enviaron desde 25 de Mayo. “Hola Caro, cómo andan? Gracias por acordarse!! Pronto nos veremos! Saludos!!”, respondió Santiago, desde El Bolsón.
“También venimos a aportar pruebas de la presencia de Santiago en el lugar de los hechos, entre las fotos que nos fueron acercadas a través de las redes sociales se observa a Santiago con la misma vestimenta que se lo ve en un video publicado en YouTube y la gorra hallada en el rastrillaje del 5 de agosto”, dijo Sergio Maldonado
En el sitio web www.santiagomaldonado.com la familia compartió la foto del momento en que fue encontrada la gorra blanca, cerca del río por parte de dos miembros de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), y la imagen de Santiago con la misma prenda en la cabeza.
El video fue emitido por el canal de Esquel y sus imágenes muestran el corte de la madrugada del 1 de agosto. Por la vestimenta la familia asegura haber indentificado a Santiago en ese momento en la ruta 40, cuando se acercó a solidarizarse con el reclamo de la comunidad mapuche por la liberación de su lonko, Facundo Jones Huala. Los peritos de las partes deberán analizar éste y los demás materiales fílmicos del caso para reconstruir cómo fueron los hechos.
En la línea de tiempo informada oficialmente luego de ese desalojo se produjo la detención de dos mujeres y un hombre mapuches que entraron y salieron de la Lof en un vehículo, con una requisa de los gendarmes que habría sido ilegal; la reacción de la comunidad ante esto; y el ingreso de los uniformados al predio para “proceder a la aprehensión de los agresores”, según informó el alferez Daniel Gómez a sus superiores. Imágenes de la “agresión” aún no aportó Gendarmería, pero la campaña nacional e internacional exige respuestas sobre Santiago Maldonado, visto por última vez en ese momento y en ese lugar.
La multitud clamó por la Aparición con vida de Santiago Maldonado
"¡Fuera Bullrich! ¡Fuera Bullrich!"
"Le pido a la ministra que dé un paso al costado", pidió Sergio Maldonado desde el palco frente a la Casa Rosada. Patricia Bullrich, responsable de Seguridad, quien desde un comienzo protege a la Gendarmería fue el blanco del repudio. Los hermanos, Germán y Sergio agradecieron a los cientos de miles que se movilizaron y se esperanzaron en que "Santiago aparezca".
Una marea de cientos de miles de militantes colmó la Plaza de Mayo y los alrededores en reclamo de "Aparición con vida de Santiago Maldonado". Los hermanos, Germán y Sergio, plantearon ante esa multitud la exigencia de respuesta al Gobierno por el mes de desaparición de Santiago. "Fuimos maltratados por la ministra de Seguridad" Patricia Bullrich y estamos "siendo hostigados por informaciones falsas". "¡Fuera Bullrich! ¡Fuera Bullrich!" gritó al unísono la plaza. "Le pido a la ministra que dé un paso al costado", exigió Sergio Maldonado tras detallar que la ministra protege a la Gendarmería y mintió sobre la falta de colaboración de la familia.
En las calles se mezclaban y abrazaban representantes de distintos organismos de derechos humanos que volvían a repetir con dolor "Aparición con vida". Dirigentes políticos de la oposición también se fundían en distintas columnas.
"Estoy a disposición para lo que necesitan. Es emocionante lo de la gente como ha sido cuando lo hicieron por mi viejo", dijo Rubén López, hijo de Julio López, al bajar del escenario de Plaza de Mayo, donde acompañó a la familia de Santiago. En cuando a los comentarios de quienes critican que se pida por Santiago ante una supuesta falta de reclamos tras la segunda desaparición de López, el hijo dijo: "No tienen altura moral para hacerlo porque nunca estuvieron en una marcha ni acompañando a la familia".
"Parece mentira que después de 40 años de lucha estemos acá. Estoy incrédula de las cosas que pasan en un Gobierno constitucional, elegido por el pueblo, pero salimos de cosas peores, luchamos contra cosas peores y luchamos de foja cero, ahora tenemos experiencia", sostuvo la abuela de Plaza de Mayo Rosa Roisinblit y aseguró: "Tenemos que conseguir que aparezca Santiago, que nos diga qué pasó, qué sucedió, ojalá podemos verlo, ojalá podamos hacer algo por él". "Santiago, no te vamos a abandonar", sentenció Rosa.
Por su parte, la nieta recuperada Victoria Montenegro consideró que la sociedad necesita "crecer como pueblo y no retroceder, volver a discutir a lo que ya le dijimos nunca más". "Le dijimos adiós a esa historia de desapariciones forzadas", sostuvo la hija de Hilda Ramona Torres y Roque Orlando Montenegro, detenidos-desaparecidos en la última dictadura cívico-militar.
"No queríamos hacer esta marcha, nunca la quisimos hacer. Una marcha por un desaparecido en democracia", lamentó Carlos Pissoni, integrante de HIJOS y pidió que el Gobierno nacional escuche lo que dice "la familia, los testigos y el Poder Judicial". "Ojalá nos equivoquemos, que este no sea un un hecho más de violencia institucional", cerró Pissoni.
El metrodelegado Beto Pianelli también se hizo presente en Plaza de Mayo y, frente a la multitudinaria convocatoria, señaló: "Esperemos que con esta concentración de hoy en todo el país se rompa el pacto de silencio, esta maniobra siniestra, y romper el terror que nos quieren inculcar".
El legislador del FIT Marcelo Ramal destacó la movilización masiva y la calificó como "la respuesta que tenía que dar el pueblo argentino". "No fueron capaces en un mes de hacer las cosas para encontrar a Santiago y parecen encubrir a las fuerzas de seguridad cada vez que hablan. A esto se le suma que, en los últimos días, agreden y persiguen a los que peleamos por la aparición de Santiago", indicó Ramal y recordó los 11 allanamientos realizados ayer en organizaciones sociales y políticas de Córdoba denunciadas por movilizarse.
Por su parte, el titular de la CTA de los Argentinos, Hugo Yasky, consideró que la multitud presente en la Plaza de Mayo "es la gran respuesta a esa pregunta: ¿Dónde está Santiago? Falta la respuesta del Gobierno". Yasky resaltó que los diarios regionales y del mundo "hablan de un pueblo capaz de reaccionar ante la desaparición de un ciudadano" y pidió "terminas con la lógica binaria, que indica que los que reclamamos por Santiago es por posición política y quienes mantienen silencio lo hacen por otra contraria".
Una multitud exigió la aparición con vida de Santiago Maldonado
“Queremos una investigación seria e imparcial”
Frente a una Plaza de Mayo desbordada, la familia de Santiago Maldonado cuestionó al Gobierno y reclamó la renuncia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. “Somos hostigados con informaciones falsas que lo único que hacen es sembrar la desesperanza”.
Toda la Plaza pidió por Santiago Maldonado. Los organizadores calcularon que participaron 250 mil personas. Imagen: AFP
Habían pasado dos minutos desde que Sergio Maldonado empezó a hablar en el escenario de la Plaza de Mayo cuando desde el fondo las palabras sueltas, los silbidos y la bronca se transformaron en un sólo reclamo: que se vaya. Sergio acaba de mencionar a la ministra de Seguridad, sin nombrar a Patricia Bullrich. “¿Hasta cuándo debemos soportar esta situación? ¿Hasta cuándo debemos preguntarnos dónde está Santiago? ¿Hasta cuándo seguirán cuestionando a Santiago, a sus fuertes convicciones, a su ideología de la solidaridad sin transar con nada ni con nadie”. Entonces volvió a nombrarla. Y la voz de la Plaza volvió a responder. A cantar. ¡Qué se vaya! Sergio retomó el punto justo en el que había quedado: “A la señora ministra de Seguridad le pido que de un paso al costado –dijo–, y deje el lugar a alguien realmente capacitado para poder brindarnos seguridad y no inseguridad”.
Los únicos que hablaron en Plaza de Mayo fueron los dos hermanos de Santiago Maldonado, Sergio y Germán, y sus compañeras Andrea Antico y Carolina. Poco antes de las siete de la tarde los organizadores dijeron desde el escenario que había más de 250 mil personas. Llegaban noticias de las manifestaciones que recorrieron las plazas de todo el país desde Jujuy hasta Tierra del Fuego. ¡Aplausos!, pidieron para los que también exigieron aparición con vida en Montevideo, Estcolmo, Chile, en San Francisco frente al consultado argentino a las cuatro de la tarde, en Francia, México, Bilbao y Río de Janeiro. A un mes de la desaparición de Santiago Maldonado la Plaza salió a decir frente a Casa Rosada que esta es una desaparición forzada que el Gobierno sigue negando y de la que es responsable. El escenario levantó ese reclamo como consigna central. Y que ubicó como responsables directos a dos personas cuyos nombres fueron pronunciados durante toda la tarde: Patricia Bullrich y su jefe de Gabinete, Pablo Noceti.
La familia estaba acompañada por las Madres de Plaza de Mayo, integrantes de Abuelas, de la Mesa de organismos de derechos humanos, del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia y miembros de la Pu Lof de Cushamen con banderas. Todos los que estaban allí levantaron los dos brazos cuando la Plaza volvió al “que se vaya” en singular, con una voz que fue creciendo desde atrás hasta desbordar el escenario.
Sergio fue el último que habló. “Siguen negando la desaparición en manos de la Gendarmería y pareciera que negaran hasta su propia existencia”, dijo. “En ningún momento se cuestionó el accionar de esta fuerza el día de la represión en la comunidad mapuche de la cual fue testigo el mundo. Lo único que hicieron fue cuestionar a Santiago, a sus amigos y a su familia. Somos maltratados por la señora ministra de Seguridad”, dijo y la Plaza respondió. “Somos maltratados por la ministra de Seguridad que ha demostrado no estar capacitada para ocupar ese puesto. Y tampoco esclarecer la desaparición de Santiago. Somos hostigados con informaciones falsas que lo único que hacen es sembrar la desesperanza en mi familia. Tenemos que soportar declaraciones de funcionarios que lo único que hacen es aportar dudas y confusiones. Nuestra familia ha colaborado desde el primer día con todos los requerimientos”, dijo. Aportaron las muestras de ADN: “Jamás nos negamos porque negarse sería no querer tener a Santiago”.
A diferencia de lo que sucedió en la Plaza del 11 de agosto, cuando los organismos de derechos humanos consensuaron un documento para establecer los principales reclamos, esta vez todos los espacios hicieron posible que sea sólo Sergio el que los enumerara.
“Queremos una investigación seria e imparcial”, dijo. “Queremos que se investigue a todo el personal de la Gendarmería que actuó en el operativo el día 31 de julio y 1º de agosto, ellos son los responsables y tienen que dar cuenta de su actuación”.
¡Asesinos! ¡Asesinos! –dijo la Plaza. Entonces, hizo las preguntas: ¿hasta cuándo tenemos que preguntarnos dónde está Santiago? Le pidió a la ministra que de un paso al costado. Y agradeció. A las organizaciones sociales, sindicales y políticas, a los organismos de derechos humanos y muy especialmente, dijo, a la comunidad mapuche. Una línea que también repitió su compañera, para dejar en claro dónde están las víctimas y dónde los perpetradores. La multitud dijo “viva el pueblo mapuche”. Y él pronunció el Presente.
¡Santiagado Maldonado!
¡Presente! –respondió la Plaza.
¡Santiago Maldonado!
¡Presente!
¡Ahora y siempre!
A las cuatro de la tarde, los pasacalles de La Poderosa iban recibiendo a los primeros que entraron desde avenida de Mayo. 30.000 mil veces la verdad, decía uno en una esquina. ¡Lo desapareció la Gendarmería!, colgaron entre dos árboles. Un hombre caminó con un cartón escrito a mano con la misma pregunta que se escuchó hasta entre los vendedores ambulantes de los subtes. ¿Dónde está Santiago Maldonado? Los vendedores voceaban ¡helado, helado! Y Miguel Pirelli, 78 años, antiguo vendedor de una editorial, se paró en la esquina del Cabildo con dos carteles dibujados: “Han regresado”, puso con una cara de Santiago. El escenario comenzó a reunir a distintas bandas musicales que se sucedieron hasta las siete. Pasaron los tambores en lucha de la Chilinga que ensayaron antes entre la gente.
Durante la semana, las organizaciones se reunieron para consensuar el diseño de la convocatoria para exigir claramente aparición con vida de Santiago Maldonado y para denunciar las políticas de encubrimiento desplegada por el gobierno nacional. Detrás de la convocatoria estuvieron organizaciones jóvenes sindicales, sociales, estudiantiles, barriales, culturales, políticas y de género que fueron nombradas una a una durante el acto. El dispositivo dispuso el ingreso de las columnas de las organizaciones de izquierda y del Encuentro por Diagonal Norte cubriendo el sector de Catedral y Rivadavia. Y el ingreso de la Mesa de organismos de derechos humanos y sus organizaciones por Diagonal Sur. Ambos espacios compartieron la Plaza sin avasallar a los que fueron llegando de modo individual durante la tarde.
Como sucedió en agosto, las pantallas del escenario repitieron la pregunta de Santiago con la convocatoria a la marcha: “Soy Victoria y estoy en mi casa. Quiero saber dónde está Santiago Maldonado”. Cerca del escenario, el ex diputado kirchnerista Horacio Pietragalla decía que lo que había cambiado desde entonces era que ahora hay una carátula que dice desaparición forzada. Pasaron Nicolás del Caño y Myriam Bregman, del FIT. “Creo que esta plaza es mayor y lo que hay de nuevo entre los dos momentos es que se consolidó la postura del gobierno nacional que desconoce estos hechos, cosa que esperemos que cambie con esta movilización y con todas las que sean necesarias”. Pasó Camilo Mones, delegado de Pepsico, que habló de Santiago en esa suerte de escenario que poco a poco comenzó a improvisarse en distintos puntos de la Plaza.
Entre muchos dirigentes sociales, políticos y de derechos humanos estuvieron Néstor Pitrola, Roberto Baradel, Victoria Donda, Victoria Montenegro, Adolfo Pérez Esquivel, Horacio Verbitsky, Nora Cortiñas, Daniel Filmus, Mara Brawer, María Elena Naddeo, Vera Jarach, Lita Boitanio, Tati Almeyda, Laura Conte. Y Ruben López, el hijo de Jorge Julio López.
En el escenario se escuchó la voz de Milagro Sala. Desde una pantalla preguntó por Maldonado.
“Hoy todas y todos estamos acá porque venimos a reclamar por la desaparición forzada de Santiago Maldonado”, abrió la locutora desde el escenario. “Santiago no está extraviado como dicen en el gobierno. Santiago está desaparecido y ellos son los responsables”. Leyó un pasaje de los textos de Santiago. Y pidió bajar las banderas o correrse a un costado. “Esta va a ser una tarde llena de dolor, pero también de esperanza”.
Pasó Teresa Parodi. “Es así –dijo ella sobre el Gobierno–: ellos miran para otro lado y es lo peor que pueden hacer”. En el escenario, entre bandas de músicos, se fueron leyendo los nombres de cientos de agrupaciones. Y luego la cronología de la desaparición reconstruida por la familia de Santiago. Cuando llegó al 1º de agosto, mencionó a Pablo Noceti en la ruta, y luego: Santiago no puede cruzar y lo agarran.
¡Pedimos aparición con vida! –se oyó. “¡Santiago presente!”, dijeron. “¡Que se oiga! ¡Que se escuche! Pocos minutos antes de las siete, Germán Maldonado abrió el tramo final.
“Quiero hablar como hermano de Santiago”, dijo. “Quiero decir que mi hermano es la libertad, la juventud, la solidaridad, el apoyo mutuo, preocupación y la cooperación, la ecología, la medicina, la aventura, la música, el dibujo, la pintura, el mural y los tatuajes. El viajó para aprender y conocer lugares nuevos y cosechó muchísimas amistades. Desde el norte y el sur de la Argentina, Uruguay y Chile. Marcó a muchas personas con sus ideas de libertad como con sus tatuajes”.
Habló Carolina, su compañera. Dijo que cuando le preguntan por Santiago, lo primero que dice es que es mágico. “Santiago es mágico. No dejemos que esa luz se apague. Lo amo muchísimo. Para mi es ardilla”. Y desgarrada le gritó: ¡Te amo ardilla! En el escenario también estuvo su abuela Lita.