Desde tu boca se ve el futuro si te abrazo me abrazo también a mí mismo supongo que de irte ahora se despertarían las peores pesadillas no sé quererte más pero estoy aprendiendo a superar ciertas barreras a abrir mis puertas a decirle a la tristeza que no estoy para cuentos, ojalá nos deje el mundo un hueco pequeño para anidarnos la vida mecernos la sonrisa calentarnos el cuerpo al sol de estar muy cerca y volver a creer en la magia de dos queriéndose a gritos contra la pared contra sí mismos contratiempos ninguno: cariño las prisas para los relojes y el envejecer como el vino, que no se nos paren las ganas ni las sonrisas ni siquiera que cuando todos parezcan darnos la espalda nos ocupe la desesperanza la reserva natural del roce, es todo demasiado GRANDE a veces el vértigo es inevitable me ahoga la infinitud de ciertas promesas la lejanía de algunos lugares que quisiera presentarte. Pero: ya no tengo miedo.