China
es uno de los países de civilización más antigua. La geografía de
China, el extenso país de grandes ríos y altas montañas, en el que
surgió una de las más antiguas civilizaciones del mundo, ha tenido un
importante papel en el nacimiento y desarrollo de sus culturas. Los dos
ríos principales, el Huanghe y el Yangzi, surcan un gigantesco
territorio en el que se dibujan montañas y cordilleras, praderas y
desiertos. El resultado es un paisaje grandioso e infinito, desde la
costa que baña el océano Pacífico hasta la meseta más occidental del
continente asiático. China es fundamentalmente un país agrícola. Por
tanto, está muy condicionado por las variaciones que experimenta el
clima, debida a la influencia de los monzones. Las diferentes alturas y
paisajes crean una gran variedad de recursos naturales. El trigo, el
arroz, el maíz, el mijo, el sorgo o la soja son los principales
productos de las fértiles llanuras. La extensión de las redes fluviales
naturales y su importante potencial hidráulico condicionan desde los
albores de la historia china la construcción de canales y diques. Ello
fomentó el desarrollo de la ingeniería, que alcanzará su primera etapa
de esplendor durante la dinastía Qin, con el emperador Qinshi Huangdi.
Las zonas montañosas y las praderas del oeste proveen de abundante
ganadería, fundamentalmente bovina y lanar, caballar y de camellos. El
territorio chino ofrece también una abundante reserva de minerales, que
explicaría el desarrollo avanzado de las vasijas o los objetos de
bronce en las dinastías Shang y Zhou. China está considerada uno de los
lugares más importantes para el estudio del origen del hombre. Según
los arqueólogos chinos, hace 1.700.000 años, el hombre de Yuanmou vivió
en el suroeste de China, siendo considerado su más antiguo poblador.
Sus restos óseos fueron hallados junto a útiles de piedra, huesos de
animales y cenizas. Por otra parte, el llamado hombre de Pekín, que
vivió hace entre 400 y 500.000 años, ya tenía rasgos humanos, por lo
que se le define como el antepasado del chino actual. En el vasto
territorio chino surgieron numerosos centros de cultura neolítica. Los
yacimientos neolíticos más antiguos se encuentran en las provincias
meridionales del Fujian, del Jiangxi, del Guangdong, del Guangxi y del
Gizhou, así como en las regiones orientales del norte, a lo largo del
río Liao. Estos yacimientos se datan el 8500 y el 5000 a.C. Numerosas
tumbas contenían ajuares funerarios y junto a objetos en piedra se han
hallado objetos en jade, cuya elaboración revela un alto grado de
habilidad artesanal. En una época legendaria, alrededor de los siglos
XXI y XVIII a.C., se formó la dinastía denominada Xia, en las
provincias de Shanxi y de Henan. Los ricos ajuares funerarios de este
periodo demuestran la presencia de una sociedad estratificada, donde el
poder político coincidía con la autoridad religiosa. Esta autoridad
estaba sancionada por la posesión de recipientes rituales en bronce
fundido. Por otro lado, las prácticas adivinatorias realizadas
sistemáticamente por la corte implicaron un gran desarrollo de la
escritura. El primer imperio chino se formó en el año 221 a.C. Qinshi
Huangdi, primer emperador, terminó con sus adversarios y estableció una
monarquía centralizada, apoyada en un fuerte aparato burocrático. Qin
unificó el peso y la medida, la moneda y los caracteres, estableció un
tipo de sistema administrativo vertical y culminó la famosa Gran Muralla.