La madrugada del 3 de agosto de 1.492 parte del puerto de Palos Cristóbal Colón
al mando de tres naves y unos noventa hombres, con el objetivo de
encontrar una ruta occidental hacia las Indias. Tras hacer escala en
Canarias, ponen rumbo al Oeste.
Parten las tres naves, dos carabelas y una nao, con provisiones
para un año. La Pinta era de Gómez Rascón y de Cristóbal Quintero, y no
sabemos si fue incautada o alquilada, aunque sí que a éste "le pesaba
ir a aquél viaje, al rompérsele el gobernalle". Fue una buena velera y
su capitán, Pinzón, tendía siempre a adelantarse a las demás naves.
La Niña era de Moguer, propiedad de Juan Niño y llamada realmente Santa
Clara, y fue sufragada por los paleños. Era quizás el barco de mejor
condición marinera.
La Santa María, alias la Gallega, era de Juan de la Cosa,
natural de Santoña pero vecino del Puerto de Santa María. Colón, quien
la capitaneaba, la fletó aprovechando que estaba en Río Tinto en misión
comercial. Era muy pesada y "no apta para el oficio de descubrir", en
palabras del mismo Colón.
Los tres eran barcos bien aparejados, de construcción sobria y
adecuado equipamiento. La marinería la componían personas de todo tipo
y condición, a sueldo de la Corona. No eran personas de armas sino
marineros, vestidos con un blusón de caperuza, un gorro de lana y
descalzos. Van también oficiales reales, cirujanos, calafates,
toneleros, cocineros, carpinteros, un escribano que debía levantar acta
de las tierras descubiertas y un intérprete, Luis Torres, que hablaba
árabe y hebreo
A las dos horas después de la media noche del 12 de octubre de
1491, por fin apareció la costa. Era una isla llamada Guanahaní. Con la
luz de del día, bajaron a tierra Colón y algunos hombres. Enseguida
Colón efectuó la ceremonia formal de la toma de posesión de la dicha
isla en nombre del Rey y la Reina, sus señores. Aunque Colón no lo
sabía, acababa de descubrir un Nuevo Mundo.
Unos meses antes de morir Colón,
corría ya por Europa el nombre del continente que había descubierto:
América. El hecho de que fuera bautizado así es bastante peregrino,
como veremos. De las Indias halladas por los españoles había abundantes
noticias en Europa, contra lo que tradicionalmente se afirma, pues
aparte de la Carta de Colón de la que ya hablamos, resultó que Pedro Mártir de Anglería
estuvo haciendo de corresponsal en España, difundiendo sus hechos más
notables. Pero todo eran eso, noticias de indias, de las Indias de
Asia, a cuya antesala habían llegado los españoles. Lo que nadie sabía,
al menos en 1506, es que aquellas Indias no eran las de Asia, sino
otras, que formaban continente aparte. Fue lo que vino a decir Amerigo Vespucci, cuyo nombre recibió dicho continente.
Anteriormente hablamos de Vespucci y de sus hipotéticos cuatro viajes.
Al regresar a Lisboa del último de ellos, en el que recorrió la costa
brasileña y quizá la argentina (algunos suponen que llegó hasta los 52°
de latitud sur), escribió a su amigo Pier de Soderini el 4 de
septiembre de 1504 informándole "Llegué a la parte de las Antípodas,
que por mi navegación es la cuarta parte del mundo", añadiendo "Yo he
descubierto el continente habitado por más multitud de pueblos y
animales que nuestra Europa, o Asia o la misma África". La carta a
Soderini, conocida como Cuattro Viagi, se difundió ampliamente por
Europa, llegando un ejemplar de la misma al Gimnasio del Vosgo, donde
un grupo de intelectuales protegidos por el duque de Lorena trataba de
publicar la Geografía de Ptolomeo. La introducción a esta obra corrió a
cargo del clérigo Martín Waldseemüller,
quien estaba trabajando en ella cuando recibió una copia de la Carta a
Soderini. Quedó encantado con lo que se decía en ella, pues era nada
menos que la noticia de que existía otro nuevo continente, distinto de
los tradicionales que se anotaban en la obra de Ptolomeo:
una cuarta parte, un Mundo Nuevo, además de Europa, Asia y África.
Decidió transcribir al latín la "Lettera" y la agregó como epilogo a su
prólogo, anotando: "Mas ahora que esas partes del mundo han sido
extensamente examinadas y otra cuarta parte ha sido descubierta por
Arnerigo Vesputio -como se verá por lo que sigue- no veo razón para que
no la llamemos América; es decir, la tierra de Americus, ricos, por-
Américo, su descubridor". Waldseemüller completó su obra con un nuevo
mapa del mundo, un planisferio, que añadió a su Introducción, en el que
perfiló ya el nuevo continente. En la parte superior puso dos
medallones con las efigies de Ptolomeo y Vespucci. Allí apareció por
primera vez el nombre de América, junto con los de Asia, Europa y
África.
Los ocho libros de la "Geografía" de Ptolomeo se vendieron tan
bien, que en 1507 se habían hecho ya seis ediciones de la misma. Europa
se enteró por ella que existía América como continente, ignorando por
completo que su verdadero descubridor, Cristóbal Colón, acababa de
morir hacía apenas unos meses en el más completo anonimato. América se
llamó así desde entonces, justa o injustamente. Los españoles, apegados
a sus tradiciones, siguieron arrastrando el nombre colombino de las
indias hasta bien entrado el siglo XVIII.
Descubrimiento de Nueva España
Francisco Hernández de Córdoba descubrió Yucatán, según ya contamos en
otra parte, yendo por indios o a rescatar, en tres navíos que armaron
él, Cristóbal Morante y Lope Ochoa de Caicedo, el año 17. El cual,
aunque no trajo más que heridas del descubrimiento, trajo relación de
cómo aquella tierra era rica en oro y plata, y la gente vestida. Diego
Velázquez, que gobernaba la isla de Cuba, envió luego, al año
siguiente, a Juan de Grijalva, sobrino suyo, con doscientos españoles
en cuatro navíos, pensando ganar mucha plata y oro, por las cosas de
rescate que enviaba, a donde Francisco Hernández decía. Fue, pues, Juan
de Grijalva a Yucatán, peleó con los de Champoton, y salió herido.
Entró en el río de Tabasco, que llaman por esto Grijalva, en el cual
rescató, por cosas de poco valor, mucho oro, ropa de algodón y lindas
cosas de pluma. Estuvo en San Juan de Ulúa; tomó posesión de aquella
tierra por el Rey en nombre de Diego Velázquez, y cambió su mercería
por piezas de oro, mantas de algodón y plumajes; y si se hubiera dado
cuenta de esta bondad, hubiera poblado en tan rica tierra, como le
rogaron sus compañeros, y hubiese sido lo que fue Cortés; mas no era
tanto bien para quien no supo conocerlo; aunque él se excusaba diciendo
que no había ido a poblar sino a rescatar y descubrir si aquella tierra
de Yucatán era isla. También lo dejó por miedo a la mucha gente y gran
tierra, viendo que no era isla, pues entonces huían de entrar en Tierra
Firme. Había también muchos que deseaban ir a Cuba, como era Pedro de
Albarado, que se perdía por una isleña; y así procuró volver, con la
relación de lo hasta allí sucedido, a Diego Velázquez. Recorrió la
costa Juan de Grijalva hasta Pánuco, y volvió a Cuba, rescatando con
los naturales oro, pluma y algodón, a pesar de la mayoría, y hasta
lloraba porque no querían volver con él: tan de poco era. Tardó cinco
meses desde que salió hasta que regresó a la misma isla, y ocho desde
que salió de Santiago hasta que volvió a la ciudad, y cuando llegó no
lo quiso ver Diego Velázquez; que fue su merecido. ARTEHISTORIA http://www.artehistoria.jcyl.es/histesp/videos/95.htm EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA
http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/1500.htm LA DENOMINACIÓN DE AMÉRICA http://www.artehistoria.jcyl.es/cronicas/contextos/10137.htm LA CONQUISTA DE MÉXICO http://www.artehistoria.jcyl.es/cronicas/contextos/11495.htm DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA DEL PERÚ . http://www.artehistoria.jcyl.es/cronicas/contextos/index.html CRÓNICAS DE AMÉRICA .