Felipe II de Austria (o Habsburgo), llamado El Prudente
(Valladolid, 21 de mayo de 1527 El Escorial, 13 de septiembre de 1598),
fue Rey de España1 desde el 15 de enero de 1556 hasta su muerte, de
Nápoles y Sicilia desde 1554 y de Portugal y los Algarves (como Felipe
I) desde 1580, realizando una ansiada unión dinástica con Portugal, que
duró 60 años. Fue asimismo Rey de Inglaterra, por su matrimonio con
María I, entre 1554 y 1558. Hijo y heredero de Carlos I de España e
Isabel de Portugal, hermano de María de Austria y Juana de Austria,
nieto por vía paterna de Juana I de Castilla y Felipe I y de Manuel I
de Portugal y María de Castilla por vía materna. Murió a los 71 años de
edad el 13 de septiembre de 1598, tras pasar unos años en unas
condiciones de vida malas debido a la enfermedad que padecía, y que se
agravaba con el paso del tiempo. Desde su muerte fue presentado por
sus defensores como arquetipo de virtudes, y como un monstruo fanático
y despótico por sus enemigos. Esta dicotomía entre la Leyenda Negra y
la Leyenda Blanca o Rosa fue favorecida por el propio Rey Prudente, que
se negó a que se publicaran biografías suyas en vida y ordenó la
destrucción de su correspondencia. Aún hoy en día, la historiografía
anglosajona y protestante, representa a Felipe II como un ser fanático,
despótico, criminal, monstruo imperialista y genocida. Sus victorias
fueron minimizadas hasta lo anecdótico (salvo unos pocos ejemplos como
la Batalla de Lepanto) y sus derrotas magnificadas en exceso, a pesar
de que no supusieron grandes cambios políticos o militares, como la
pérdida de una pequeña parte de la Grande y Felicísima Armada debido a
un fuerte temporal, que además los historiadores anglosajones
"transformaron" en una gran victoria inglesa. Durante su gobierno,
el Imperio español dirigió la exploración global y la extensión
colonial a través del Atlántico y Océano Pacífico, convirtiéndose
durante mucho tiempo en el principal país y potencia europea en todo el
mundo. Su imperio, el Imperio Español se convirtió bajo su gobierno en
el primer imperio global, porque por primera vez un imperio abarcaba
posesiones en todos los continentes, las cuales, a diferencia de lo que
ocurría en el Imperio Romano o en el Carolingio, no se comunicaban por
tierra las unas con las otras
La bandera con la Cruz de Borgoña es la más característica de las utilizadas por los Tercios Españoles. Tras
la muerte, el 1 de noviembre de 1535, de Francisco II, último Sforza,
el Ducado de Milán quedó sin soberano. Los reyes de Francia,
emparentados con la familia Visconti, reclamaban el ducado. Esta fue
una de las causas de las sucesivas guerras italianas. Francisco I vio
en la muerte del duque de Milán una nueva oportunidad para hacerse con
el territorio, originando una tercera guerra contra Carlos I de España,
que acabó con la Tregua de Niza en 1538. En 1540 el ducado seguía
sin soberano, estando a cargo de un gobernador. En un primer momento,
el propio Carlos I pensó nombrarse a sí mismo duque, ya que Milán era
un Estado feudatario del Sacro Imperio Romano Germánico y, el emperador
tenía potestad para conceder el título. Pero esto podría ser
considerado un casus belli en Francia, y además, dañaría su imagen de
libertador y no conquistador. Entonces decidió conceder el título al
príncipe Felipe. El 11 de octubre de 1540 fue investido Felipe como
duque de Milán. La ceremonia fue secreta y no se consultó con los
príncipes electores para evitar problemas internacionales. En 1542
estalló una nueva guerra entre Francia y España. Entre las condiciones
de la Paz de Crépy, que puso fin a las hostilidades en 1544, se
encontraba la boda de Carlos, duque de Orleans e hijo de Francisco I,
con la hija de Carlos I, María de Habsburgo (y los Países Bajos y el
Franco-Condado como dote), o con la hija del Rey de Romanos Fernando,
Ana de Habsburgo (y Milán como dote). La elección fue Milán, pero en
1545 la muerte del duque de Orleans dejó sin validez los acuerdos.
Nuevamente de forma secreta el príncipe Felipe fue investido Duque el 5
de julio de 1546. En 1550 se hizo finalmente público el nombramiento
de Felipe y, el 10 de febrero del mismo año, Ferrante Gonzaga,
gobernador de Milán, le prestó juramento de fidelidad en su nombre y en
el de la ciudad. Rey de Nápoles [editar] A finales de 1553 se
anunció la boda de Felipe con su tía segunda María I de Inglaterra.
Pero el problema era que Felipe era únicamente príncipe y duque, y era
impensable el matrimonio de la reina con alguien de rango inferior. La
solución de Carlos I fue renunciar al Reino de Nápoles en favor de su
hijo. El 24 de julio de 1554 Juan de Figueroa, enviado especial de
Carlos I y Regente de Nápoles, llegó a Inglaterra con la investidura
formal de Felipe como Rey de Nápoles y Duque de Milán. Al día siguiente
se celebraron los esponsales. Rey de Inglaterra [editar] El 25 de julio de 1554 Felipe se casó con la reina María I de Inglaterra. Al final de la ceremonia fueron proclamados: Felipe
y María, por la gracia de Dios, Rey y Reina de Inglaterra, Francia,
Nápoles, Jerusalén, Irlanda, Defensores de la Fe, Príncipes de España y
Sicilia, Archiduques de Austria, Duques de Milán, Borgoña y Brabante,
Condes de Habsburgo, Flandes y el Tirol, en el primero y segundo año de
su reinado. Las cláusulas matrimoniales eran muy rígidas
(equiparables a las de los Reyes Católicos) para garantizar la total
independencia del Reino de Inglaterra. Felipe tenía que respetar las
leyes y los derechos y privilegios del pueblo inglés. España no podía
pedir a Inglaterra ayuda bélica o económica. Además, se pedía
expresamente que se intentara mantener la paz con Francia. Si el
matrimonio tenía un hijo, se convertiría en heredero de Inglaterra, los
Países Bajos y Borgoña. Si María muriese siendo el heredero menor de
edad, la educación correría a cargo de los ingleses. Si Felipe moría,
María recibiría una pensión de 60.000 libras al año, pero si fuera
María la primera en morir, Felipe debía abandonar Inglaterra
renunciando a todos sus derechos sobre el trono. Felipe, único
Consorte Real con título de Rey en la historia de Inglaterra, actuó
conforme a lo estipulado en el contrato matrimonial y no se entrometió
en el gobierno de su esposa. Durante gran parte de su reinado estuvo
ausente, especialmente a partir de 1556 cuando su padre abdicó en él la
Corona de España. El 17 de noviembre de 1558 María murió sin descendencia, dejando Felipe de ser Rey de Inglaterra.
En 1555 Carlos I, anciano y cansado decidió renunciar a más
territorios en favor de su hijo Felipe. El 22 de octubre del mismo año,
Carlos abdicó en Bruselas como Soberano Gran Maestre de la Orden del
Toisón de Oro. Tres días después, en una grandiosa y ostentosa
ceremonia ante decenas de invitados, se produjo la abdicación como
Duque de Borgoña y Soberano de la Países Bajos. Carlos pensó que
España defendiese desde esos territorios al Sacro Imperio Romano
Germánico, más débil que Francia. A diferencia de Castilla, Aragón,
Nápoles y Sicilia, los Países Bajos no eran parte de la herencia de los
Reyes Católicos, y veían al monarca como un rey extranjero y lejano
[cita requerida]. Los Estados del norte pronto se convirtieron en un
gran campo de batalla, ayudados por Francia e Inglaterra, que
explotaron la situación de rebelión constante de Flandes para debilitar
a la Corona Hispánica.
Rey de España, Sicilia y las Indias El
16 de enero de 1556, Carlos I en sus habitaciones privadas y sin
ninguna ceremonia, cedió a Felipe la Corona de los Reinos Hispánicos,
Sicilia y las Indias. Aunque durante su juventud vivió 12 años fuera
de España en Suiza, Inglaterra, Flandes, Portugal, etc. Una vez
convertido en Rey de España fijó su residencia en Madrid y potenció el
papel de esta ciudad como capital de todos sus reinos. En 1587 incorporó a la Corona la Orden de Montesa.
Rey de Portugal
El
4 de agosto de 1578, tras la muerte sin descendientes del rey Sebastián
I de Portugal en la batalla de Alcazarquivir, heredó el trono su tío
abuelo, el cardenal Enrique. Durante el reinado de éste, Felipe II se
convirtió, como hijo de Isabel de Avis, en candidato al trono portugués
junto a Antonio, el prior de Crato, Caterina de Portugal y Ranuccio I
Farnesio. Los principales aspirantes eran Felipe, con el apoyo de la
nobleza y el alto clero, y Antonio, apoyado por la gran mayoría del
pueblo llano. A la muerte de Enrique I, Antonio se autoproclamó Rey
de Portugal el 24 de julio de 1580. Ante tal hecho, Felipe II reaccionó
enviando a un ejército al frente del duque de Alba para luchar contra
el prior de Crato y reclamar sus derechos al trono. La batalla de
Alcántara culminó una rápida y exitosa campaña militar que obligó a
Antonio a huir y refugiarse en las islas Azores (de donde fue
desalojado en 1583 tras la batalla de la Isla Terceira). Una vez
tomada Lisboa, Felipe II fue proclamado Rey de Portugal el 12 de
septiembre de 1580 con el nombre de Felipe I y jurado como tal por las
Cortes reunidas en Tomar el 15 de abril de 1581.
El gobierno de Felipe II, coincide con la etapa conocida como
Renacimiento. Aunque el cambio ideológico no es tan extremo como en
otros países; no se rompe abruptamente con la tradición medieval, no
desaparece la literatura religiosa, y será en el Renacimiento cuando
surjan autores ascéticos y místicos; por ello se habla de un
Renacimiento español más original y variado que en el resto de Europa. La
literatura religiosa está encabezada por escritores como: Santa Teresa
de Jesús, San Juan de la Cruz, fray Luis de Granada, San Juan de Ávila
y fray Juan de los Ángeles. Miguel de Cervantes empieza a escribir sus primeras obras. La
poesía renacentista de este se dividió en dos escuelas: la Salmantina
(Fray Luis de León) y la Sevillana (Fernando de Herrera). En el
teatro destaca la figura de Lope de Vega, que aún acaparará más
importancia en el reinado de Felipe III, al igual que Miguel de
Cervantes. Entre los pintores más famosos destacan El Greco,
Tiziano, Antonio Moro o Brueghel el Viejo. Alonso Sánchez Coello fue el
pintor de cámara de Felipe II. Es el apogeo de los arquitectos
españoles, entre los que destacan Juan de Herrera, Juanelo Turriano,
Francisco de Mora o Juan Bautista de Toledo, que tiene como resultado
la aparición de un nuevo estilo, que se caracteriza por el predominio
de los elementos constructivos, la ausencia decorativa, las líneas
rectas y los volúmenes cúbicos. Este estilo sería bautizado
posteriormente como estilo herreriano. Construyeron edificios
religiosos y mortuorios como el Monasterio del Escorial o la Catedral
de Valladolid; civiles o administrativos como la Casa de la Panadería,
o militares como la Ciudadela de Pamplona. De hecho, a esta época,
en la que existen escritores y dramaturgos de gran talla, y acaban de
nacer los que destacarán bajo el gobierno de Felipe III, se le conoce
como el Siglo de Oro o el apogeo de la cultura española. Política interior [editar]
Durante
su reinado hizo frente a muchos problemas internos entre los cuales
caben destacar: su hijo Carlos, su secretario Antonio Pérez y la guerra
de las Alpujarras. También acabó con los focos protestantes en España,
localizados principalmente en Valladolid y Sevilla.
El príncipe Carlos (1545 a 1568) y el problema dinástico
El
príncipe Carlos nació en 1545, hijo de su primera esposa María de
Portugal con la que se casó dos años antes y la cual murió en el parto.
Caracterizado por su desequilibrio mental, de muy posible origen
genético pues tenía cuatro bisabuelos (en lugar de los ocho naturales)
y seis tatarabuelos (en lugar de dieciséis), tuvo una complexión débil
y enfermiza. Fue educado en la Universidad de Alcalá de Henares junto
al hermanastro del rey, don Juan de Austria. Conspiró con poco disimulo
con los rebeldes flamencos contra su padre. Tras asombrosos escándalos
relacionados con esto, como el intento de acuchillar en público al
Duque de Alba, fue detenido por su propio padre, procesado y encerrado
en sus aposentos. Posteriormente fue trasladado al Castillo de Arévalo
donde murió de inanición (se negaba a comer) y en total delirio 1568.
Este terrible hecho marcó profundamente, y de por vida, la personalidad
del monarca. De su segundo matrimonio con María Tudor no hubo hijos,
pero de su tercer matrimonio con Isabel de Valois tuvo dos hijas, con
lo que al morir en 1568 Isabel de Valois y su primogénito Carlos,
Felipe II se encontró con 41 años, viudo y sin descendencia masculina.
Éste fue uno de los peores años para Felipe II: a la tragedia personal
se unían la rebelión en los Países Bajos y las Alpujarras, el avance
imparable de la herejía protestante y calvinista en Francia y Europa
Central, la piratería berberisca y el resurgir de la amenaza otomana
tras el fracaso del Sitio de Malta y la muerte de Solimán el Magnífico. En
1570, Felipe II se casa por cuarta vez, con Ana de Austria, hija de su
primo el emperador Maximiliano II, con quien tuvo cuatro hijos, de
cuales sólo uno, Felipe (14 de abril de 1578 31 de marzo de 1621),
futuro Felipe III, llegó a la edad adulta. Quedando finalmente resuelto el problema de la descendencia, Ana de Austria moriría en 1580. Felipe II no volvería a casarse
En
1567 Pedro de Deza, presidente de la Audiencia de Granada, proclama la
Pragmática bajo orden de Felipe II. El edicto limita las libertades
religiosas, lingüísticas y culturales de la población morisca. Esto provoca una rebelión de los moriscos de las Alpujarras que Juan de Austria reduce militarmente.
La crisis de Aragón (1590 a 1591) y Antonio Pérez Antonio Pérez
Antonio
Pérez, aragonés, fue el secretario del rey hasta 1579. Fue arrestado
por el asesinato de Juan de Escobedo (hombre de confianza de don Juan
de Austria) y por abusar de la confianza real al conspirar contra el
rey. La relación entre Aragón y la corona estaba algo deteriorada
desde 1588 por el pleito del virrey extranjero y los problemas en el
condado estratégico de Ribagorza. Cuando Antonio Pérez escapa a
Zaragoza y se ampara en la protección de los fueros aragoneses, Felipe
II intenta enjuiciar a Antonio Pérez mediante el tribunal de la
Inquisición para evitar la justicia aragonesa. Este hecho provoca una
revuelta en Zaragoza, que Felipe II reduce usando la fuerza.
Reformas administrativas
Su
padre Carlos I había gobernado como un emperador, y como tal, España y
principalmente Castilla habían sido fuente de recursos militares y
económicos para unas guerras lejanas, de naturaleza estratégica,
difíciles de justificar localmente puesto que respondían a su ambición
personal (y aún más, a las ambiciones de la Casa de Austria) y que se
habían convertido en carísimas con las innovaciones tecnológicas
bélicas. Todo mantenido con los fondos castellanos y con las riquezas
americanas, que llegaban a ir directamente desde América a los
banqueros holandeses, alemanes y genoveses sin pasar por España.
El
«Camino Español», fue utilizado por primera vez en 1567 por el duque de
Alba en su viaje a los Países Bajos, y el último ejército en circular
por él lo hizo en 1622. Felipe II como su padre, fue un rey
absolutista, continuó con las instituciones heredadas de Carlos I, y
con la misma estructura de su imperio y autonomía de sus componentes.
Pero gobernó como un rey nacional, España y especialmente Castilla eran
ahora el centro del imperio, con su administración localizada en
Madrid. Felipe II no visitó apenas sus territorios de fuera de la
península y los administró a través de oficiales y virreyes quizá
porque temía caer en el error de su padre, Carlos I, ausente de España
durante los años de las rebeliones comuneras; quizá porque, a
diferencia de su padre (que aprendió muy mayor el castellano) Felipe II
se sentía profundamente español.
Convirtió España en el primer
reino moderno, realizó reformas hidráulicas (presa del Monnegre) y una
reforma de la red de caminos, con posadas, con una administración (y
una burocracia) desconocida hasta entonces, los administrativos de
Felipe II solían tener estudios universitarios, principalmente de las
universidades de Alcalá y Salamanca, la nobleza también ocupaba
puestos, aunque en menor cantidad. Ejemplos reseñables de su meticulosa
administración son: En 1561, Felipe II decide trasladar la sede de
la corte y convierte Madrid en la primera capital permanente de la
monarquía española. Desde entonces, salvo un breve intervalo de tiempo
entre 1601 y 1606, bajo el gobierno de Felipe III, en el que la
capitalidad pasó temporalmente a Valladolid, Madrid ha sido la capital
de España y sede del Gobierno de la Nación.
La Grande y Felicísima
Armada (Armada Invencible), de la que se conocía hasta el nombre del
ínfimo grumete, mientras que los ingleses no tienen noticia cierta ni
siquiera de todos los barcos que participaron. Los tercios eran las
mejores unidades militares de su época. Creados por su antecesor,
Carlos I de España, fueron decisivos para Felipe II en las victorias
que obtuvo frente a los franceses, ingleses y holandeses en su reinado
(ver apartados correspondientes). Eran expertos en tácticas como el
asedio (Asedio de Amberes). Aparte de tener los mejores soldados,
también disponía de los mejores generales de su época, tanto en tierra
como en el mar. De estos destacan Duque de Alba, Alejandro Farnesio,
Álvaro de Bazán y Juan de Austria entre otros.
Aparición de los arcabuceros y
mosqueteros, que combatían junto con los piqueros y la Caballería.
Asimismo se disponía de artillería: desde cañones de bronce o hierro
colado, medioscañones, culebrinas hasta falconetes. En el aspecto
táctico, destaca la utilización de ataques por sorpresa nocturnos
(Encamisada). Si se trataba de un asedio, los Tercios realizaban obras
de atrincheramiento para rodear la plaza y aproximar los cañones y
minas a los muros. Uno de los escuadrones se mantenía en reserva para
rechazar cualquier tentativa de contraataque de los sitiados. En el
mar, destacaba la utilización masiva de galeones, ya que su combinación
de tamaño, velamen y la posibilidad de transportar armamento y tropas
lo hacían idóneo para las largas travesías oceánicas, combinando así la
capacidad de transporte de las naves de carga con la potencia de fuego
que requerían las nuevas técnicas de guerra en el mar, permitiendo
disponer de barcos de transporte fuertemente armados. Carlos I creó
el 27 de febrero de 1537 la Infantería de Marina de España,
convirtiéndola en la más antigua del mundo al asignar de forma
permanente a las escuadras de galeras del Mediterráneo las compañías
viejas del mar de Nápoles. Sin embargo, fue Felipe II el que creó el
concepto actual de Fuerza de Desembarco, concepto que aún perdura en
nuestros días. Destinó gran cantidad de dinero para crear la mejor
red de espionaje de la época. Es muy conocido el uso de la tinta
invisible y de la escritura microscópica por parte de los servicios
secretos de Felipe II. Bernardino de Mendoza, fue militar, embajador y
jefe de los servicios secretos en diversas regiones del imperio español
bajo Felipe II y durante este tiempo estuvo destinado como embajador
español en París. Una de las acciones más importantes atribuidas a este
antepasado de los actuales servicios secretos, fue el asesinato de
Guillermo de Orange a manos de Balthasar Gérard. Creación del Camino
Español, una ruta terrestre para transportar dinero y tropas desde las
posesiones españolas en Italia, hacia los países bajos españoles. El
comercio con las colonias españolas estaba fuertemente controlado. Por
ley, las colonias españolas sólo podían comerciar con un puerto en
España (primero Sevilla, luego Cádiz). Los ingleses, holandeses y
franceses trataron de romper el monopolio, pero este duró durante más
de dos siglos. Gracias al monopolio, España se convirtió en el país más
rico de Europa. Esta riqueza permitió sufragar sobre todo las guerras
contra los protestantes del centro y norte de Europa. También causó una
enorme inflación en el siglo XVI, lo que prácticamente destruyó la
economía española. Felipe II se comunicaba casi diariamente con sus
embajadores, virreyes y oficiales repartidos por el imperio mediante un
sistema de mensajeros que tardaba menos de tres días en llegar a
cualquier parte de la península o unos ocho días en llegar a los Países
Bajos. En 1566 realizó una reforma monetaria con el fin de aumentar
el valor del escudo de oro, y se pusieron en circulación diferentes
especies de vellón rico. En 1567 Felipe II encargó a Jerónimo Zurita
y Castro reunir los documentos de Estado de Aragón e Italia y juntarlos
con los de Castilla en el castillo de Simancas, creando uno de los
mayores archivos nacionales de su tiempo. El gobierno mediante
Consejos instaurado por su padre seguía siendo la columna vertebral de
su manera de dirigir el estado. El más importante era el Consejo de
Estado del cual el rey era el presidente. El
rey se comunicaba con sus Consejos principalmente mediante la consulta,
un documento con la opinión del Consejo sobre un tema solicitado por el
rey. Asimismo existían seis Consejos regionales: el de Castilla, de
Aragón, de Portugal, de Indias, de Italia y de Países Bajos y ejercían
labores legislativas, judiciales y ejecutivas. Felipe II también
gustaba de contar con la opinión de un grupo selecto de consejeros,
formado por el catalán Luis de Requesens, el castellano duque de Alba,
el vasco Juan de Idiáquez, el cardenal borgoñés Antonio Perrenot de
Granvela y los portugueses Ruy Gómez de Silva y Cristóbal de Moura
repartidos por diferentes oficinas o siendo miembros del Consejo de
Estado. Felipe II y su secretario se encargaban directamente de los
asuntos más importantes, otro grupo de secretarios se dedicaba a
asuntos cotidianos. Con Felipe II la figura de secretario del rey
alcanzó una gran importancia, entre sus secretarios destacan Gonzalo
Pérez, su hijo Antonio Pérez, el cardenal Granvela y Mateo Vázquez de
Leca. En 1586 se crea la Junta Grande, formada por oficiales y
controlada por secretarios. Otras juntas dependientes de ésta, eran la
de Milicia, de Población, de Cortes, de Arbitrios y de Presidentes.
El 30 de Junio de 1598 , emprendia Felipe II su último viaje al Escorial
" Quiero que me lleven vivo a donde está mi sepulcro " , así se lo expresó Felipe II a su viejo amigo Critóbal de Moura . Sus deseos fueron obedecidos y hasta allí fue conducido en una silla en la que podía mantenerse a duras penas. Los portadores marchaban tan lentamente que tardaron seis dias en recorrer los escasos 50 Km que separan Madrid del Monasterio del Escorial . Los dos primeros , tras su llegada , los dedicó a admirar por última vez su obra , visitando claustro , salas , iglesia y biblioteca y casi todos los departamentos de la colosal construcción , gozándose de su obra terminada y a la vez despidiéndose de ella . Mas sus dolores arreciaban y a veces eran tan fuertes que incluso le impedian tomar la pluma para firmar , pero ni la enfermedad ni los dolores , quebrantaron su ánimo y el primero de septiembre , recibía la extremaunción , dos semanas más tarde , dejaba de existir . Contaba entonces 71 años y habia reinado 42 años, desde que su padre el Emperador Carlos I , abdicara en él , para que rigiera los destinos del Imperio . Con él concluía una época de España , otra nueva y de distinto rumbo , había comenzado .