A Tu Orilla
A tu orilla he venido. Tengo un otoño, un pájaro y una voz desusada. Tú me esperas: un río, una pasión y un fruto. Y tiene nuestro encuentro el vuelo, la corriente, seguros, proclamados. He venido a tu orilla con los brazos tendidos y ahora ya soy la hierba que no termina nunca, el barro donde el agua sujeta sus mensajes y la cuna del cauce para mecer tu sueño. Dime si estoy pendiente de mi diario trabajo, si basta a tus oídos mi tristísimo verso o si a mi sombra vive mejor mayo tu carne. De tu orilla me iría si ahora me dijeras que te amo solamente como los hombres aman o que mi voz te suena como todas las voces.
José García Nieto
El Otoño se acerca
El otoño se acerca con muy poco ruido: apagadas cigarras, unos grillos apenas, defienden el reducto de un verano obstinado en perpetuarse, cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste. Se diría que aquí no pasa nada, pero un silencio súbito ilumina el prodigio: ha pasado un ángel que se llamaba luz, o fuego, o vida. Y lo perdimos para siempre.
Ángel González
Rocío tibio de amor
Bienvenido rocío tibio de otoño, que en el alba anidas gotas puras y cristalinas en pétalos de rosas en retoño, alucinando en mis ojos estoy espejismo de un amor que llegará hoy mismo. Mis manos,antes del alba,acariciarán a la rosa más primorosa del jardín del ensueño, deseando besar suavemente sus pétalos rosados y beber una gota de su rocío que calme mi sed de amar. Por que eres rosa y rocío de otoño, premonición que se cumplirá en la puerta del alba: Ella llegará muy de madrugada, sus labios curarán las heridas de mi corazón, sus caricias alborozarán mi alma que ya no estará solo. Rosa en retoño y rocío tibio de otoño cumpliendo su premonición estarán de largos ensueños en búsqueda del amor que ahora hallado,anclado estará en el centro de mi vida.
Miguel Visurraga Sosa
Rosa de Otoño
Abandonada al lánguido embeleso que alarga la otoñal melancolía, tiembla la última rosa que por eso es más hermosa cuanto más tardía. Tiembla... un pétalo cae... y en la leve imperfección que su belleza trunca, se malogra algo de íntimo que debe llegar acaso y que no llega nunca. La flor, a cada pétalo caído, como si lo llorara, se doblega bajo el fatal rigor que no ha debido llegar jamás, pero que siempre llega. Y en una blanda lentitud, dichosa con la honda calma que la tarde vierte, pasa el deshojamiento de la rosa por las manos tranquilas de la muerte.
Leopoldo Lugones
Otoño
Esparce octubre, al blando movimiento del sur, las hojas áureas y las rojas, y, en la caída clara de sus hojas, se lleva al infinito el pensamiento. Qué noble paz en este alejamiento de todo; oh prado bello que deshojas tus flores; oh agua fría ya, que mojas con tu cristal estremecido el viento! ¡Encantamiento de oro! Cárcel pura, en que el cuerpo, hecho alma, se enternece, echado en el verdor de una colina! En una decadencia de hermosura, la vida se desnuda, y resplandece la excelsitud de su verdad divina.
Juan Ramón Jiménez
Otoño
Has entrado al otoño me dijiste y me sentí temblar hoja encendida que se aferra a su tallo que se obstina que es párpado amarillo y luz de vela danza de vida y muerte claridad suspendida en el eterno instante del presente.
Claribel Alegría
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