Non trascurare le
piccole buone azioni,
pensando che non sono di alcun beneficio ...
anche
le piccole gocce di acqua
alla fine riempiranno una grande nave.
Non
trascurare le azioni negative solo perché sono piccole ...
per quanto piccola possa essere una scintilla,
può bruciare un pagliaio
grande come una
montagna.
( Buddha
)
No descuides las
pequeñas buenas
acciones,
pensando que no son de ningún beneficio
...
también las pequeñas gotas de agua
al final llenarán un gran
barco.
No descuides las acciones negativas solo porque son
pequeñas ...
por cuanto pequeña pueda ser una chispa,
puede quemar un pajar
grande
como una
montaña.
Escrito en la Arena Hermann
Hesse
Que lo hermoso y lo hechicero
sea tan sólo hálito y
tormenta,
y que lo encantador y lo precioso
y lo propicio nunca
permanezca:
que flor y nube y pompa de jabón,
fuegos artificiales, risas
de los niños,
mirada de mujer en el espejo
y tantas otras cosas tan
maravillosas
que se extinguen, apenas descubiertas,
duren sólo un
instante,
eso penosamente lo sabemos.
No nos es tan querido
lo
duradero, inmóvil:
piedra preciosa con un fuego frío,
pesada barra de oro
refulgente;
y las mismas estrellas
extrañas, alejadas, no
parecen
iguales a nosotros, seres transitorios,
pues la hondura del alma
no la alcanzan.
Parece que lo hermoso, que lo amable tienda a la
destrucción,
tan cerca siempre de la muerte,
y que lo más precioso, los
tonos de la música
que desde el nacimiento
huyen, se desvanecen,
hálito
son tan sólo, ríos, persecución.
Y por un dolor tenue derribados de un
soplo,
pues tampoco se dejan detener
por el tiempo que dura este latido,
tampoco exorcizar;
sonido tras sonido, casi apenas tocados,
se esfuman y
se escurren desde
allí.
Así está
nuestro corazón
lealmente entregado,
fraternalmente a lo fugaz,
la
vida, lo que mana,
no a lo que, sólido, posee duración.
Pronto lo
permanente nos fatiga, joyas,
roca y mundo estrellado,
a nosotros, en el
eterno cambio a la deriva,
almas de viento y pompas de jabón,
al tiempo
unidos, y fugaces,
a quienes el rocío de una hoja rosa,
a quienes el
cortejo de unas aves,
la muerte del espejo de las nubes,
el brillo de la
nieve, el arco iris,
la mariposa que voló, nosotros,
a quienes el sonido
de una risa
que al pasar nos rozara
nos parece una fiesta
o nos causa
dolor. Amamos todo aquello
que nos es semejante, y entendemos
lo que el
viento escribe sobre la arena.
“ Scritto sulla sabbia
”
Che
il bello e
l’incantevole
Siano solo un soffio e un brivido,
che il
magnifico entusiasmante
amabile non duri:
nube, fiore, bolla di
sapone,
fuoco d’artificio e riso di bambino,
sguardo di donna nel vetro di
uno specchio,
e tante altre fantastiche
cose,
che
esse appena scoperte
svaniscano,
solo il tempo di un momento
solo un aroma,
un respiro di vento,
ahimè lo sappiamo con tristezza.
E ciò che dura e
resta fisso
non ci è così intimamente caro:
pietra preziosa con gelido
fuoco,
barra d’oro di pesante splendore;
le stelle stesse,
innumerabili,
se ne stanno lontane e straniere, non somigliano a noi
–
effimeri-, non raggiungono il fondo dell’anima.
No, il bello più profondo e
degno dell’amore
pare incline a corrompersi,
è sempre vicino a
morire,
e la cosa più bella, le note musicali,
che nel nascere già fuggono
e trascorrono,
sono solo soffi, correnti, fughe
circondate d’aliti
sommessi di tristezza
perché nemmeno quanto dura un battito del cuore
si
lasciano costringere, tenere;
nota dopo nota, appena battuta
già svanisce e se ne
va.
Così il nostro cuore è
consacrato
con
fraterna fedeltà
a tutto ciò che fugge
e scorre,alla vita,
non a ciò
che è saldo e capace di durare.
Presto ci stanca ciò che permane,
rocce di
un mondo di stelle e gioielli,
noi anime-bolle-di-vento-e-sapone
sospinte
in eterno mutare.
Spose di un tempo, senza durata,
per cui la rugiada su
un petalo di rosa,
per cui un battito d’ali d’uccello
il morire di un
gioco di nuvole,
scintillio di neve, arcobaleno,
farfalla, già volati
via,
per cui lo squillare di una risata,
che nel passare ci sfiora
appena,
può voler dire festa o portare dolore.
Amiamo ciò che ci
somiglia,
e comprendiamo
ciò che il vento ha scritto
sulla
sabbia.
“ Sotto una piccola stella
”
Wisława Szymborska
(Polonia)
Chiedo scusa al caso se lo
chiamo necessità.
Chiedo scusa alla necessità se tuttavia mi sbaglio.
Non
si arrabbi la felicità se la prendo per mia.
Mi perdonino i morti se ardono
appena nella mia memoria.
Chiedo scusa al tempo per tutto il mondo che mi
sfugge a ogni istante.
Chiedo scusa al vecchio amore se do la precedenza al
nuovo.
Perdonatemi, guerre lontane, se porto fiori a casa.
Perdonatemi,
ferite aperte, se mi pungo un dito.
Chiedo scusa a chi grida dagli abissi per
il disco col minuetto.
Chiedo scusa alla gente nelle stazioni se dormo alle
cinque del mattino.
Perdonami, speranza braccata, se a volte
rido.
Perdonatemi, deserti, se non corro con un cucchiaio d’acqua.
E tu,
falcone, da anni lo stesso, nella stessa gabbia,
immobile con lo sguardo
fisso sempre nello stesso punto,
assolvimi, anche se tu fossi un uccello
impagliato.
Chiedo scusa all’albero abbattuto per le quattro gambe del
tavolo.
Chiedo scusa alle grandi domande per le piccole risposte.
Verità,
non prestarmi troppa attenzione.
Serietà, sii magnanima con me.
Sopporta,
mistero dell’esistenza, se strappo fili dal tuo strascico.
Non accusarmi,
anima, se ti possiedo di rado.
Chiedo scusa al tutto se non posso essere
ovunque.
Chiedo scusa a tutti se non so essere ognuno e ognuna.
So che
finché vivo niente mi giustifica,
perché io stessa mi sono d’ostacolo.
Non
avermene, lingua, se prendo in prestito parole patetiche,
e poi fatico per
farle sembrare leggere.
Bajo una pequeña
estrella
“ Debo mucho a quienes no amo …” WS
Para alguien a quien quiero mucho …
Que me disculpe la coincidencia por llamarla
necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me
equivoco.
Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.
Que me
olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado
por alto a cada segundo.
Que me disculpe mi viejo amor por considerar al
nuevo el primero.
Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a
casa.
Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.
Que me
disculpen los que claman desde el abismo el disco de un minué.
Que me
disculpe la gente en las estaciones por el sueño a las cinco de la
mañana.
Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.
Perdonadme,
desiertos, por no correr con una cuchara de agua.
Y tú, gavilán, hace años el
mismo, en esta misma jaula,
inmóvil mirando fijamente el mismo punto
siempre,
absuélveme, aunque fueras un ave disecada.
Que me disculpe el
árbol talado por las cuatro patas de la mesa.
Que me disculpen las grandes
preguntas por las pequeñas respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada
atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, misterio de la
existencia, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de poseerte
pocas veces.
Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.
Que
me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos, cada una de ellas.
Sé
que mientras viva nada me justifica porque yo misma me lo impido.
Habla, no
me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas y que me
esfuerce
después para que parezcan ligeras.
Wislawa
Szymborska