Olvidada pureza, cómo quisiera rescatar
ese dolor de Buenos Aires, esa espera sin pausas ni
esperanza.
Solo en mi casa abierta sobre el puerto
otra vez empezar a quererte,
otra vez encontrarte en el café de la mañana
sin que tanta cosa irrenunciable
hubiera sucedido.
Y no tener que acordarme de este olvido que sube
para nada, para borrar del pizarrón tus muñequitos
y no dejarme más que una ventana sin estrellas.
“ Veredas de Buenos Aires ”
De pibes la llamamos vereda
y a ella le gustó que la quisiéramos,
en su lomo sufrido dibujamos tantas rayuelas.
Después, ya más compadres, taconeando,
dimos vuelta manzana con la barra
silbando fuerte para que la rubia del almacén
A mi me tocó un día irme lejos,
pero no me olvidé de las veredas,
como la fiel caricia de mi tierra.
Fondos By Lety
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