Una persona zalamera es aquella que, de manera excesiva y exagerada, se comporta de forma aduladora, diciendo numerosos cumplidos y halagando a alguien con la intención de agradar y ganarse sus favores y confianza. Por decirlo de otro modo, un ‘zalamero’ es la versión edulcorada de un ‘pelota’ o ‘lameculos‘.
El origen etimológico del término lo encontramos en el árabe (como otros tantísimos vocablos que han enriquecido nuestra lengua y forman parte de ella) ‘salaam’ cuyo significado es ‘paz’ y que es ampliamente utilizado (entre otras cosas) como saludo, por ejemplo el famoso ‘salam aleikum’ (Que la paz esté contigo) con el que inician su saludo los musulmanes. De ahí pasó a ‘zalama’ (desear la paz) siendo utilizado con el sufijo –ero (zalamero) para llamar así a aquel que estaba continuamente deseando la paz, de manera exagerada, repetitiva y aduladora.