Los eufemismos son muy empleados en el lenguaje políticamente correcto para evitar posibles ofensas a grupos de individuos, o como instrumento de manipulación del lenguaje para hacer más fácil la aceptación por la "masa" de ideologías que, expuestas de otro modo, resultarían reprobables.
También se emplean eufemismos para suavizar blasfemias: en francés se tiene parbleu en lugar de par Dieu. En español tenemos diantre en vez de diablo y diez o sos sustituyendo a Dios en varias expresiones blasfemas. Lo contrario de un eufemismo es un disfemismo.