No escuches la mente cuando te habla sobre el mañana,
esa es la verdadera tentación, esa es la serpiente del edén,
que promete lo que no existe,
que se aprovecha de tu ambición,
de tu creer en el mañana . . .
El hombre sabio mira siempre lo inevitable,
lo inevitable es que este momento no volverá,
por esta razón aprovecha su vigor, su inteligencia,
su claridad mental con un solo propósito,
el de ir más allá de la mente,
el de ir más allá de las apariencias,
el de eliminar todo los aspectos negativos
de su interior aquí y ahora...
El hombre sabio sabe que nada es para siempre
y no solo lo sabe sino que también lo vive,
lo vive de una forma que transforma los lugares donde se mueve,
los convierte en un paraíso, de ahí la belleza de un hombre,
de una mujer que conocen la verdad, que viven en Dios,
que han ido más allá del ego
El presente es la única realidad que existe