Ser más inteligente que otros nos produce satisfacción, porque estamos convencidos de hacer las cosas bien y de comprender las razones y los motivos que mueven a los demás. Es como si dirigiéramos el Universo con Dios. El problema es que ni siquiera Dios lo controla todo.

 Los seres humanos hacen cosas sorprendentes, que el poder divino no controla. Incluso Dios aprende de la más sencilla de sus criaturas. No podemos negar que existe gente realmente tonta, ni que, aún peor, a veces tienen poder. Es un pensamiento frustrante para los más inteligentes, pero, en general, la estupidez adopta muchas formas y los más listos pueden cometer también las mayores tonterías, mientras que los menos dotados tienen, a veces, las ideas inspiradas que no esperábamos de ellos.

 Los ángeles aconsejan que no nos dejemos llevar de nuestra supuesta superioridad intelectual; por el contrario, que nos concentremos siempre en hacer las cosas lo mejor que podamos y sabemos. De ese modo estaremos tan ocupados que no tendremos tiempo de indagar en la inteligencia o la falta de inteligencia de los demás.

 ¿Conoces a alguien especialmente tonto? ¿Por qué? ¿Te gusta sentirte más listo que él? ¿Tiene alguna cualidad que pueda redimirle? ¿Cuántas tonterías has hecho tú a lo largo de tu vida? ¿Qué pensarías si te enteraras de que otras personas te consideran tonto, en vez de pensar en ti como un ser complejo, pero humano y completo, al fin y al cabo?

 Meditación de los ángeles: Un ser humano tiene muchos aspectos, de modo que no se le debe reducir a uno solo de su personalidad