LA RESPONSABILIDAD ES DE A DOS
El hogar requiere responsabilidades en conjunto, como un equipo el cual disputa "un trofeo". Para lograr la victoria el equipo debe trabajar unido y apoyarse los unos a los otros.
En el matrimonio ocurre lo mismo, si el trofeo es el bienestar y la felicidad familiar, cada cónyuge debe ser responsable con sus tareas y ambos comparten dos muy importantes y esenciales: el hogar y la educación de los hijos.
Y lo más importante de todo: el matrimonio no son dos, si no tres. Dios es el centro de la vida matrimonial, de la pareja. El matrimonio es como una "cuerda" con dos extremos donde el esposo y la esposa están en cada uno de ellos.
Esta cuerda tiene la habilidad de estirarse o encogerse porque es flexible. Si Dios está en el centro de la cuerda, en el centro de nuestras vidas, la cuerda se encoge hacia el centro y la pareja permanece en estrecha relación; pero si estamos lejos de Dios la cuerda se estira y nos alejamos el uno del otro.
Por último me permitiréis que dedique este post a mi esposo que diariamente procura cumplir con su parte y me hace sentir que soy verdaderamente la persona más importante de su vida.
"Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían." (Cantares 8:7)
"El odio despierta rencillas, pero el amor cubrirá todas las faltas" (Proverbios 10:12)
Graciela