Las apariencias son fachadas falsas que encubren un carácter débil y una personalidad insegura. El hombre y la mujer que tienen una identidad bien definida como hijos de Dios, tienen el carácter de Cristo y no temen que les conozcan sus debilidades. Antes bien les agradecen a quienes les ayudan a discernir esas áreas débiles para poder cambiar con la fuerza del Señor. Tienen suficiente fuerza y humildad para reconocer sus errores y disponerse a cambiar con la sabiduría y la revelación del Señor.
Guardar el testimonio no es poner fachadas hipócritas. Guardar el testimonio es vivir en obediencia al Señor y reconocer públicamente cuando nos equivocamos, pedir perdón y restituir a la persona que lastimamos. Guardar el testimonio no es aparentar como que nunca fallamos y que nadie conozca nuestras fallas; eso es hipocresía y Jesucristo rechazó fuertemente a quienes practicaban esas apariencias religiosas falsas.
Evitar las apariencias y la hipocresía en el Matrimonio, no significa que entonces tenemos que terminar con la relación, o que ahora le vamos a gritar las cuatro verdades al cónyuge en la cara. No. Evitar las apariencias y la hipocresía significa tomar la decisión de ser transparentes, de expresar los sentimientos con respeto y amor y reconocer que se necesita ayuda y buscarla con humildad con sus líderes espirituales. Significa reconocer que no se ha sido capaz de manejar las situaciones por si solos y necesitan la ayuda de Dios a-través de un Ministro suyo.
Lucha contra la falsedad, la hipocresía y las apariencias. Toma la decisión, y Dios te ayudará.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso
que Dios te ha dado. CUÍDALO!
tomado de Renuevos de Plenitud