por Lautaro Errasti, Argentina .-
Convierten a cartas que demuestran cordialidad y educación en atrocidades escritas. Confunden la lectura y la hacen algo embarazosa. Es un problema que tiene sus raíces en la no lectura. La lectura debe ser un hábito. Uno debe tener la capacidad para darse cuenta como se escribe bien una palabra. Es un insulto a la palabra la no lectura. Esto acentúa cada día más el no escribir correctamente.
Cada día son más las personas que tienen faltas de ortografía. Y eso es la causante de contras: tales como el desempleo, el no entender lo que se quiere decir, la comunicación incorrecta. Es un mal inserto en la sociedad. Un mal que debe arreglarse. Porque no es algo menor. Es muy importante la buena ortografía. Sirve para que haya una buena relación entre los miembros de la sociedad. Por eso necesita ya una vuelta de tuerca.
Hubo un caso en una escuela en que el profesor no sabía lo que el alumno ponía. Fíjense hasta que punto llega la mala ortografía que en este caso provocó que el profesor tuviera dificultades para la lectura. Y, por supuesto, habrá gastado mucha tinta para corregir ese desastre. El alumno se sintió identificado, porque asumió que tiene errores de ortografía en abundancia. En vez de sentir vergüenza se comenzó a reír a carcajadas como si hubiera escuchado el mejor chiste en su vida.
Debe haber muchos casos que aun no conocemos, pero la situación debe ser la misma. La ignorancia es una amenaza para la cultura. Y a esto hay veces que se le resta significado. Pero no debe ser así. Debe ponerse un gran énfasis en este punto. Se debe llevar adelante todas las soluciones posibles. Cuantas más soluciones haya mejor. Las personas deben entender perfectamente lo que leen.
Numerosos casos de ortografías horribles podría decirse que asusta escucharlos. Se encuentran horrores en los escritos. Y lo peor es que las personas que los hacen se ríen, les causa gracia, les parece un chiste. Es hora de que haya un poco más de seriedad y se pongan en marcha un plan para que esto disminuya (y sí es posible que desaparezca). Pero esto debe ser cuidadosamente planificado: no hay que imponer a la fuerza el escribir correctamente.
Debe fomentarse una ley en la que todo maestro enseñe a los chicos a leer y, en consecuencia de ello, a escribir. Por ejemplo, un profesor debe darle un papel a un chico con un título y decirle “escribí lo que se te ocurra acerca de eso”. De esta manera el profesor podrá notar dónde radican los problemas que tiene cada uno para escribir y así con el paso del tiempo la escritura será una pasión tal que los chicos van a querer escribir bien.
De esta manera estaríamos ante una de las muchas posibles soluciones que este problema necesita. A la sociedad debe darle gusto escribir correctamente. No debe ser un chiste el observar errores numerosos de ortografía en varios escritos. El mundo necesita que haya una comunicación perfecta, sin que haya interrupciones en la transmisión del mensaje. Así la sociedad estará mejor conectada. Y todos los escritos podrán tener un buen entendimiento.
Fuente: http://www.tigweb.org/express/panorama/article.html?ContentID=13571
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