Invadida
Gracias por la razón que me entregas para seguir adelante; el hecho de poder verte cada día, presenta en mí la energía suficiente para despertarme cada mañana. No puedo morir sabiendo que pude observar tu sonrisa una vez más, sentir tu rostro junto al mío y tu cabello rozando mis manos al recostarte en mis brazos. Eres esa especie de droga que me obliga a continuar camino en mis mejores momentos, mi debilidad crece al estar dejos de ti y mi memoria retrocede a cada instante que estuviste a mi lado.
Por cada deseo de tocarte mi mente escribe su propia historia a la espera de susurrar a un costado de tu cuello las palabras que dan inicio a mi locura hacia tu ser. La necesidad de hablarte me envuelve en engaños que me prometen verte de nuevo; mi cerebro se alía con mi alma para preservarte cercano a mi corazón.