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¿Cómo vencer los obstáculos en el crecimiento personal y espiritual?
Decidió no volver a congregarse. Un domingo, tras un culto cristiano maravilloso. La alabanza le pareció particularmente agradable. Sin rayar en la exageración, Damián pensaba que la voz principal de la alabanza era de buen nivel. "Me sentí inspirado—le dijo a su esposa sonriendo, mientras conducía de regreso a casa--. No pienses que exagero. De verdad, me sentí muy bien."
El problema fue cuando dobló para tomar una avenida muy transitada. Un vehículo de servicio público se le adelantó, y por poco le hace chocar. Damián sacó la cabeza por la ventanilla y—como hacía tiempo no lo hacía—dejó que una palabra de grueso calibre, escapara con la fuerza de la rabia, por su boca que minutos antes estaba exaltando al Señor Jesús.
Ese fue el factor desencadenante. Dejó de hablar. Su esposa lo miraba por el espero retrovisor, y él no se atrevía siquiera a levantar la mirada. "Lo siento—argumentó él en voz baja--, se que me dejé arrastrar por la rabia." Rebeca no le dijo nada, simplemente apretó su mano con fuerza y miró hacia delante, como si el incidente quedara atrás.
No se dijo más del asunto, pero en adelante, no quería volver a reunirse. "Eso de ser cristiano no es para mi", le repetía a su esposa cada vez que ella lo invitaba al templo.
Un día ella se cansó de sus excusas. Lo miró fijamente y le dijo algo que todavía da vueltas en su cabeza: "Y a ti, ¿quién te dijo que ser cristiano era sinónimo de dejarse vencer ante las primeras dificultades?", y salió. Él la alcanzó en la playa de estacionamiento y juntos fueron al servicio aquella mañana…
El proceso apenas comienza
Cuando entregamos nuestra vida al Señor Jesús, se inicia el proceso de crecimiento personal y espiritual, que se torna sólido cuando dependemos del Señor Jesús para seguir adelante, tal como lo dijo a sus discípulos: "
Ustedes ya están limpios por la palabra que les he comunicado. Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes."(Juan 15: 3, 4 a).
Ahora, si tornamos práctica esta dependencia del Hijo de Dios, en oración y meditación en sus enseñanzas, sin duda iremos escalando, tal como si estuviéramos camino a una cima: "
Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí" (versículo 4 b).
Cuanto más intentemos el cambio y crecimiento, personal y espiritual, en nuestras fuerzas, más fracasos tendremos. No podemos olvidar que luchamos contra una naturaleza caída, gobernada por mucho tiempo bajo el pecado y sobre la que estamos llamados a vencer, tomados de la mano de Jesucristo. No es en nuestras fuerzas sino en las de Dios.
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De: Perla |
Enviado: 04/07/2010 00:10 |
Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí" (versículo 4 b).
Cuanto más intentemos el cambio y crecimiento, personal y espiritual, en nuestras fuerzas, más fracasos tendremos. No podemos olvidar que luchamos contra una naturaleza caída, gobernada por mucho tiempo bajo el pecado y sobre la que estamos llamados a vencer, tomados de la mano de Jesucristo. No es en nuestras fuerzas sino en las de Dios. ~~~~~~***~~~~~~
Invitamos a la derrota cuando recordamos lo que debemos olvidar.
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