Amadas Vasijas de Dios
La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2 Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. 3 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. 4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Ezequiel 36 1-4
Cada mujer de éxito pasa por tiempos de sequedad. cuando eso sucede, nos sentimos generalmente confundidos por el silencio de Dios. ¿Dónde está Dios en medio de todo esto? ¿Sentiré de nuevo su presencia? ¿Está enojado conmigo? Me siento fracasada. ¿Por qué no puedo escuchar la voz de Dios? Día tras día las preguntas permanecen sin respuestas. Uno ansía dejar el desierto y experimentar el río refrescante de Dios.
Recuerdo tiempos de sequedad en mi propia vida. Aunque esos tiempos parecían muy largos en ese momento, ahora me doy cuenta qué cortos realmente fueron. el Señor sabe lo que hace. Él también sabe cuanto tiempo toma hacer la obra que debe ser hecha en mí.
Durante esos períodos, el Señor la colocará en un sendero hacia la restauración. El quiere liberarla de su dolor y desaliento del pasado tanto como usted quiere que lo haga! Dios hará su parte, pero usted tiene que hacer la suya. Una de las cosas importantes que podemos hacer durante esos períodos de sequedad es profetizar. Profetizar reavivará los lugares secos y muertos en su vida.
La palabra hebrea que se traduce profetizar es naba, que significa: "bullir o fluir hacia afuera; brotar, fluir, derramarse o rebosarse" Naba es la palabra usada en Ezequiel cuando el Señor le ordenó que hablará a los huesos secos: "profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palalbra de Jehová" (v.4)
Dios prometió que los huesos secos se levantarían de sus tumbas, serían traídos de nuevo a la vida y restaurados a su herencia. Usted tiene la misma promesa del Señor. tiene una herencia divina, Pídale que le muestre la herencia que Él tiene para usted. Entoncese hablé a los lugares secos que impiden su restauración. No espere por el próximo profeta que venga a la ciudad y haga lo que usted puede hacer. Profetizar es simplemente "revelar la mente de Dios". Una vez que el Señor le revele su voluntad para la restauración que tiene para usted, dé a conocer su mente.
A medida que la palabra profética salga de su boca, los ríos irrumpirán en su desierto. "He aquí que yo hago cosas nuevas; pronto saldrán a luz... Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad (Is 43:19).
Mujer de propósito, hay un río dentro de usted que espera ser liberado. Profétice, y el Señor comenzará a revelarle qué gran restauración habrá
Barbara Wentroble
Fondo ~Perla~ ©2006 |