Pasos para librarse del enojo
Hay personas que pasan gran parte de su vida luchando con este sentimiento. Alguien hizo algo en el pasado que las hirió, y nunca lo han olvidado.
Cuando los sentimientos vuelven a aflorar, esas personas quedan atrapadas en una resaca emocional como si el agravio acabara de producirse. Nadie nace airado; es una conducta aprendida. Ésta es la razón por la que la advertencia de la Biblia debe tomarse seriamente: "No te entremetas con el iracundo, ni te acompañes con el hombre de enojos, no sea que aprendas sus maneras, y tomes lazo para tu alma" (Pr 22.24, 25). ¿Cuáles son, entonces, las señales de advertencia de la furia?
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La persona irritable, explota con facilidad. Lo más probable es que haya experimentado alguna experiencia dolorosa en la vida —quizás la muerte de un ser amado, o la pérdida de un empleo. El sentimiento de agravio personal puede llevar a un resentimiento profundo. En vez de tomarse el tiempo para luchar con el trauma emocional de la herida, la persona puede dejar que la amargura se vuelva cada vez mayor, hasta que ya no puede contenerla más.
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Las personas iracundas pueden tener problemas de depresión, y una serie de problemas físicos. Los cuales pueden ser padecimientos permanentes que agraven la situación.
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La gente temerosa tiene una mayor tendencia a enojarse. Anhelan aventurarse y probar algo nuevo, pero nunca lo hacen porque le tienen miedo al fracaso. La mezcla de temor e indignación es una combinación fatal.
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La frustración es también una señal de que la persona está luchando con sentimientos de hostilidad. La mayoría de las personas se fijan metas en la vida. Es posible que no las escriban en un papel, pero en lo más profundo de su ser tienen una lista de las cosas que quisieran lograr. Cuando pasan los años, y las puertas de la oportunidad no se les abren, en la vida de la persona puede crearse una frustración. Cuando esto sucede, una pequeña chispa puede generar una gran explosión.
¿Cómo maneja usted el enojo? Comience pidiéndole a Dios que le perdone, y que después le muestre a las personas que necesita perdonar. El resentimiento es uno de los principales ingredientes de los sentimientos de culpa. Muchas veces, las personas que guardan rencor se sienten culpables, y también airadas. Deshacerse del enojo puede ser difícil, pero hacerlo es esencial para la salud espiritual de la persona.
Significa tomar la decisión de hacer lo que Jesús hizo: no guardar resentimiento contra quienes nos han causado algún daño. El perdón que Jesús dio en la cruz, fue no sólo para los que estaban presentes allí, sino también para nosotros. Aferrarse a no perdonar es peligroso. La verdad es que, el mantenerse airado exige mucho más esfuerzo que el vivir con la alegría de sentirse libre de esa peligrosa emoción. Charles F. Stanley
En Su amor y mi amor,
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