Por ser libre del pasado que acusa
Jesucristo, el Renuevo, hizo una obra completa de redención, abrió el camino para que los que lo amamos, tengamos un nuevo comienzo. Jesús, reinas haciendo juicio y justicia en la tierra anteponiendo la misericordia, ¡gloria sea a tu maravilloso nombre!
Con responsabilidad asumo las consecuencias de mis acciones anteriores, sabiendo que ahora no estoy solo, y que Él usará cada experiencia para mi crecimiento espiritual. El Espíritu Santo y la libertad que Cristo compró para mí me permiten vivir libre de la acusación y la vergüenza. Cuando estos pensamientos vengan yo confesaré que Cristo es mi escudo, que su Sangre me ha limpiado y que su perfecto amor me libra del temor.
Cambio mi patrón de pensamiento porque estudio y entiendo la Palabra. La aplico a mi vida y ésta produce un cambio que alcanza todas las áreas de mi vida, incluyendo mis recuerdos. Ahora, vivo en una novedad de vida, siendo guiado por el Espíritu Santo que me muestra el Camino a seguir todos los días.
¡Jamás podría haber imaginado la libertad y paz que ahora disfruto al ser libre de la condenación y acusación del enemigo! Sólo mi buen Dios podría haber diseñado un plan de redención tan maravilloso.
Es por la gracia que hoy puedo presentarme delante del Rey de Gloria para alabarlo y entregarle esta nueva vida. Amado Padre, confío en ti y te doy gracias porque tu paz es como un bálsamo que sana. Me alegraré y regocijaré en Ti; cantaré a Tu nombre, oh Altísimo, porque me has hecho bien.
Gracias, Padre de misericordias, por extender Tu brazo de salvación y bendición sobre mi vida. Oro que otros puedan ver en mí el cambio y disfrutar de este mismo privilegio la de nuestra amada Guatemala en este nuevo año. Te bendecimos y te glorificamos. En el nombre de Jesús, Amén.
(Jer. 23:5; Zac. 6:12; 2 Co. 5:17; Ro. 7:6; Dn. 10:18; Mt. 22:37-38; Sal. 9:2; 13:6)
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