¡Gracias, amado Señor, por mi vida.
¡YO ME BENDIGO EN EL NOMBRE DE JESÚS!

Soy la sal de la tierra, sí. Mi vida despierta sed por el Agua viva en las
personas que me rodean en mi trabajo, vecindario, lugar de estudios,
en mi familia, a todo lugar a donde voy (cuando hago mandados,
cuando visito a alguien), cuando hablo por teléfono. Yo oro que mi
testimonio concuerda plenamente con lo que Jesús quiere para mi vida.
Yo predico la Palabra, insto a tiempo y fuera de tiempo; redarguyo,
reprendo, exhorto con toda paciencia y doctrina, mis palabras son de
bendición y edificación y traen gracia al que las escucha.

He sido hecho/a la justicia de Dios en Cristo. Fui creado/a a imagen y
semejanza de Dios, por lo que tengo acceso a Su naturaleza divina para
vivir una vida sobrenatural, dándole gloria y honra en todo lo que hago.
Soy escogida desde antes de los tiempos y tengo un nombre nuevo: soy suyo/a.
Me ha capacitado para ser Su embajadora al mundo, tengo el respaldo de Dios
para hablar en Su nombre y todo lo que yo diga conforme a la voluntad de
Dios, se hará. ¡Qué enorme responsabilidad! ¡Qué glorioso privilegio!

¡Soy creación de Dios, creado/a en Cristo Jesús para buenas obras! No dependo
de la suerte ni del destino, mi vida no flota a la deriva en la vida, tiene una
ruta trazada que mi Padre conoce y me muestra. Él tiene pensamientos y planes
de bien para mí, pues soy como la niña de Sus ojos.

Jesús murió por mí… El sacrificio de la Cruz fue hecho conmigo en su
mente. El precio de mi salud fue sobre él, también el de mi paz y
mi victoria. ¡Gracias! Deseo vivir siendo transformado/a a Su imagen. Puedo
hacerlo porque mi Dios me ayuda y me fortalece. Él me ha sentado con Cristo
en los lugares celestiales y soy una con Cristo en Dios. Él es mi cabeza y yo
soy su Cuerpo. Por ello, he obtenido la herencia y tengo libre y confiado acceso
al Padre por el Espíritu Santo.

Cuando me someto a Dios y resisto al diablo, ¡éste huye! ¡Qué libertad y felicidad!
No seré condenado/a, tengo Abogado en Jesús y mi Padre es Juez Justo.
Puedo correr a Él y ponerme a cuentas, mi corazón aprende cada vez más a ser
un corazón conforme al de Dios. Al tener mi corazón en paz con Él, mi paz
sobrepasa la comprensión humana, es una paz divina.

He sido investido/a con poder de lo alto para que, en el nombre de Jesús, le dé
buenas nuevas a los pobres, sane a los quebrantados de corazón, pregone/predique
libertad a los cautivos y vista a los ciegos (espirituales y físicos), ponga en libertad
a los oprimidos y predique el año agradable del Señor. Contrario a lo que el mundo
dice, ¡este es el año agradable del Señor para mí y mi nación!

Yo realmente soy todo lo que mi Biblia dice que soy, puedo hacer todo lo que mi Biblia
dice que puedo hacer y tengo todo lo que mi Biblia dice que tengo (mucho más que
sólo cosas materiales…). Vivo por y en la ley del Espíritu de Vida en Cristo. El Gran
Yo Soy ha hecho Su morada en mi vida y, al mismo tiempo, mi vida está escondida
en Él. ¡Qué felicidad! Gracias amado Señor, en el nombre de Jesús. Amén.

Ministerio Clamemos