A la iglesia sufrida de Esmirna

Personas que sufrían y necesitaban vencer el temor
para permanecer firmes

A los ciristianos der Esmirna no se les llama al arrepentimiento Estaban bajo
ataque y necesitaban que se les alentara a resistir la paralisis morta de imaginar
el futuro y preguntarse como iban a poder lidiar con lo que les podía traer el mañana.
"No temas en nada loque va a padeceer —les dijo Jesús—. He aquí, el diablo echará
a algunos de vosottros en la carcel, pra que estéis probados, y tendréis tribuacióm
por diez dias. Se fiel hasta la muerte, y yo te dare la corona de la vida. (2.10)

Después del impacto que le causó saber que tenía leucemía y tras una semana de
tratamientos. douglas Maurer, de 15 años de edad, cayó en una profunda depresión.
Cuando una de sus tias ordenó unas flores para él, pidió a la joven florista que
hiciese un arreglo especialmente bonito.  "Es para mi sobrino adolescente que tiene
leucemia" —le dijo por teléfono.
Cuando llegaron las flores al cuarto del hospital de Douglas éste encontró una
tarjeta escrita a mano en la cesta que decía:
Douglas: yo tomé este pedido. Trabajo en la floristería. Tuve leucemia cuando tenía
7 años. Ahora tengo 22. Buena suerte.  Siento de verdad lo que te sucede. Sinceramente
Laura Bradley.

Al escribir sobre este incidente, el columnista Bob Green comentó: "Douglas Maurer
estaba en el hospital lleno de equipos muy sofisticados valorados en millones de
dólares.  Era atendido por médicos y enfermeras expertos cuyo años de adiestramiento,
sumados, ascendian a cientos. Sin embargo, fue una empleada de una floristería, una
muchacha que ganaba un salario básico, que, con el tiempo dedico para mostrar su
preocupación, dio a Douglas esperanza y la voluntad de seguir adelante"
¿Por qué? Porque había pasado por la misma situación por la que él estaba pasando
y había vencido.

Cuando Jesucristo nos dice: "no temas lo que vas a padecer" y vincula nuestra persecución
directamente con nuestra lealtad a Él, habla por experiencia propia. En las páginas de las
Escrituras podemos observar, aunque no comprender totalmente, la agonía de Jesús
cuando enfrentó a la cruz.  En Getsemaní, mientras Sus agotados amigos dormían, Jesús
se postró sobre Su rostro ante Su Padre,orando y suplicando que hubiera otro camino.
En pleno conocimiento de lo que Le esperaba, voluntariamente abrazó la voluntad de Su
Padre,

Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cuél por el gozo puesto
delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del
trono de Dios. Considerad a Aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra
Sí, mismo, para que vuestro Bnimo no se canse hasta desmayar.
(He 12.2,3)

Martín R. De Haan II

1a. Parte

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