La Verdadera Libertad
"Santo Tomás que el hombre es bueno cuando su voluntad disfruta lo que es bueno, y malo cuando su voluntad se delita con lo que es malo. Es virtuoso cuando alla felicidad en una vida virtuosa, y pecador cuando obtiene placer de una vida pecaminosa. Por eso, las cosas que amamos nos dicen lo que somos.
Entonces, un hombre es conocido por su fin. También es conocido por su comienzo. Y, si quieren saber cómo es cualquier momento dado, descubran cuán lejos está su comienzo y cuán cerca de su fin. También por eso, el hombre que peca a pesar de sí mismo pero no ama su pecado, no es pecador en pleno sentido de la palabra.
El hombre bueno proviene de Dios y regresa a Él. Se inicia con el don del ser y con las capacidades que Dios le ha dado. Llega a la edad de la razón y comienza a elegir. El carácter de sus elecciones ya está en gran medida influenciado por lo que le ha sucedido en los primeros años de vida y por el temperamento con que nació. Seguirá siendo influenciado por las acciones de otros a su alrededor, por los acontecimientos del mudo en que vive, por el carácter de su sociedad. Sin embargo, fundamentalmente seguirá siendo libre.
Pero la libertad humana no actúa en en vacío moral. Tampoco es necesario producir tal vacío a fin de garantizar la libertad de nuestras actividades. La coerción desde afuera, las fuertes inclinaciones temperamentales y las pasiones dentro de nosotros en nada afectan la esencia de nuestra libertad. Simplemente definen su acción imponiéndole ciertos límites. Le dan un carácter peculiar que le es propio.
Un hombre temperamentalmente irasible puede tener más propensión a la ira que otro. Pero, mientras se mantenga sensato, sigue teniendo libertad de no ser iracundo. Su inclinación a la ira es simplemente una fuerza de su carácter que puede orientarse al bien o al mal, según sus deseos. Si él desea lo malévolo, su temperamento se volverá un arma del mal contra otros hombres y hasta contra su propia alma. Si él desea lo que es bueno, su temperamento puede volverse el instrumento controlado para combatir el mal que está en él mismo y ayudar a otros hombres a superar los obstáculos que ellos encuentran en el mundo. Él permanece libre de desear tanto lo bueno como lo malo.
Sería absurdo suponer que, puesto que, a veces, la emoción interfiere con la razón, ésta carece, por lo tanto, de espacio en la vida espiritual. El cristianismo no es estoicismo. La cruz no nos santifica destruyendo el sentimiento humano. El desapego no es insensibilidad. Demasiados ascetas fracasan en convertirse en grandes santos precisamente porque sus reglas y prácticas ascéticas simplemente han matado su humanidad en vez de liberarla para que se desarrolle y enriquezca en todas sus capacidades, bajo la influencia de la gracia."
Thomas Merton. Busca Tu Humanidad. Lo Que Murmura El Viento.
"Cuando eres interiormente libre, convocas a otros a la libertad, lo sepas o no. La libertad atrae, sea donde fuere que se manifieste. Un hombre libre, una mujer libre, crean un espacio seguro donde otros querrán morar. Nuestro mundo está tan lleno de condiciones, demandas, requisitos y obligaciones que muchas veces nos preguntamos qué espera de nosotros. Pero cuando encontramos a una persona auténticamente libre, no hay expectativas, sólo una invitación a llegar hacia nuestro interior y descubrir allí nuestra propia libertad. Donde hay verdadera libertad interior, está Dios. Y es allí, donde está Dios, donde queremos estar."
Henri Nouwen. La Libertad Atrae. Pan para el Viaje.
"...El don del libre albedrío es como un talento que Dios nos concede y, como los sirvientes de la parábola, debemos hacer uso de él, no sepultarlo en la tierra. Implica que lo invirtamos en buenas acciones, acciones que correspondan a nuestra realidad y a nuestra vocación, que nos hagan al mismo tiempo más reales y más libres, a fin de que con nuestra libertad nos aproximemos más a Dios.
Pero somos libres para destruir nuestra libertad apartándonos de la fuente de la vida, de la verdad, del camino hacia Dios. Una libertad que se entrega a la ilusión es responsable de su propia ceguera y de su propia esclavización. Pero mientras preserva la capacidad de elección, da testimonio del hecho de que es capaz de hallar perfecta libertad en el amor de Dios.
Jesús dice que el hombre que vive por la vida divina, que nace de nuevo del Espíritu y no de la carne, vive una libertad misteriosa y divina. 'El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo lo que nace del Espíritu' (Juan 3:8). San Pablo se hace eco de la enseñanza del Maestro: 'Donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad' (2Corintios 3:17) Y Jesús también dice: 'La verdad os hará libres' (Juan 8:32)"
Thomas Merton. El Hombre Nuevo.
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