Recordemos a quienes estuvieron allí y su importancia
La crucifixión de nuestro Señor y Salvador es fundamental para la fe cristiana. Reunimos aquí estos breves bosquejos de algunas de las personas que estuvieron involucradas en lo que sucedió aquel Viernes Santo, con la esperanza de que reflexionemos más profundamente sobre el regalo maravilloso de lo que Jesús hizo por nosotros.
La multitud
El Señor había llegado a ser muy conocido por los milagros que llevaba a cabo entre el pueblo (Lc 23.8). Pero la gente consideraba también que algunos de sus comentarios eran escandalosos, como su afirmación de que era el Hijo de Dios, y las palabras que ellos distorsionaron, como la amenaza de que destruiría el templo (Jn 2.19-21; 10.30, 31).
Debido a que mucha gente estaba de acuerdo con los milagros y las enseñanzas de Cristo, los líderes religiosos, que sintieron que Él era una amenaza a su autoridad, tramaron su muerte en secreto para no despertar sospechas (Lc 22.2). Más tarde, los principales sacerdotes “incitaron a la multitud para [pedir a Pilato que] les soltase más bien a Barrabas” en vez de Jesús (Mr 15.11). Y el fluctuante populacho obedeció.
Sin embargo, a pesar de su influencia, el poder no le pertenecía al pueblo. Le pertenecía al supremo Juez, quien permitió que un débil e indigno tribunal crucificara, no simplemente a un hombre famoso, sino a la única Persona que tenía el poder de liberar a la humanidad de las ataduras del pecado y la muerte.
Los soldados
Primero azotaron a Jesús. Luego se burlaron de Él llamándolo “Rey de los judíos”, poniéndole una corona de espinas puntiagudas, y vistiéndolo de púrpura, el color de la realeza. Finalmente, lo clavaron en una cruz junto a dos delincuentes. Mientras Jesús colgaba delante de ellos, los soldados se dedicaron a tener una vulgar exhibición de codicia: ¿Quién se quedaría con sus vestiduras?
Partieron sus vestidos, pero decidieron que la túnica del Señor era demasiado valiosa para hacer lo mismo (Jn 19.23, 24). Al echar suertes por su ropa, su acción revela unos corazones que se habían vuelto insensibles a la vida humana, y endurecidos a las cosas divinas.
Al ocuparse de Cristo sin más esfuerzo del que requerían sus obligaciones, se burlaron de su muerte, rifándose sus pertenencias —una distracción momentánea de su trabajo, con el moribundo Jesús simplemente como trasfondo de su frívolo entretenimiento. Insensibles al profundo sufrimiento en su entorno, los soldados demostraron, sin proponérselo, su necesidad de un Salvador para que volvieran a ser verdaderos seres humanos. Cristo era el Único que podía restaurar en ellos la imagen y semejanza del Dios misericordioso y dador de vida.
ilustrado por Jeff Gregory
Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas
Partieron sus vestidos, pero decidieron que la túnica del Señor era demasiado valiosa para hacer lo mismo (Jn 19.23, 24). Al echar suertes por su ropa, su acción revela unos corazones que se habían vuelto insensibles a la vida humana, y endurecidos a las cosas divinas.................................................................
Aun no entendemos, porque Jesùs fue custodiado como si fuera un asesino temible y muy peligroso, porque lo hicieron junto a su cruz, pero tambièn lo hicieron junto a su sepulcro, me imagino que teniendo un corazòn, podrido, y duro como la roca, temìan al HIjo de Dios, y sabìan perfectamente que tenìa todo el poder del mundo, y que realmente era Dios, porque si no hubieran creido eso, no lo hubieran cuidado tanto.