De
infinitas posibilidades culinarias, el arroz es uno de los alimentos
más completos que la naturaleza nos proporciona. Si a esto le añadimos
lo económico de su precio podremos entender por qué este rico cereal
figura como producto básico en la dieta de más de la mitad de la
población mundial. No hay más que fijarse, por ejemplo, en la
importancia que en las regiones asiáticas se concede a este alimento,
acompañante más que habitual en la mayoría de sus recetas.
Pero,
además de sus aplicaciones culinarias, no hay que perder de vista que
el arroz es también portador de saludables beneficios para el
organismo. Así, ha sido usado para tratar afecciones como la gastritis,
la arteriosclerosis, la nefritis, e incluso, algunas enfermedades de la
piel (es conocida la utilización de los polvos de arroz en determinados
tratamientos dermatológicos).
En
cuanto a la proporción de grasas que el milenario cereal contiene en su
composición, debemos pensar que ésta es muy escasa (solamente 0,5
gramos por cada 100 de arroz) de manera que, no debemos verlo como un
‘enemigo’ de las dietas de adelgazamiento, ya que todo depende del modo
de preparación y de los ingredientes con los que lo acompañemos.
Algunos trucos y consejos
-
Cada tipo de arroz tiene su tiempo de cocción. Siga bien las
instrucciones que le den en los envases para conseguir un arroz
perfecto.
- Si quiere que el arroz blanco esté bien suelto y blanco, añada al agua de la cocción unas gotas de zumo de limón.
- No remueva nunca el arroz con un tenedor mientras cuece, ya que se le pegará.
- Espere siempre a que el agua esté hirviendo para echar el arroz, ya que en caso contrario se pegará.
- Para que su paella quede del todo irresistible, deje que repose cinco minutos poniéndola sobre una bayeta mojada doblada.
- Si quiere dar a su arroz de acompañamiento un aspecto más vistoso,
ponga en el agua de cocer un poquito de colorante alimentario o una
ramita de azafrán y así obtendrá un arroz amarillo.