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General: ♥AL SAGRADO CORAZON DE JESUS♥
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Respuesta  Mensaje 1 de 36 en el tema 
De: perladelmar  (Mensaje original) Enviado: 31/05/2012 20:50
 

 

 

ACTO DE CONTRICIÓN


¡Dulcísimo Corazón de Jesús,
que en este Divino Sacramento estás vivo e inflamado de amor por nosotros!
Aquí nos tienes en vuestra presencia,
pidiendo perdón de nuestras culpas e implorando vuestra misericordia.
Nos pesa, ¡oh buen Jesús!, haberte ofendido,
por ser Vos tan bueno que no mereces tal ingratitud.
Concédenos luz y gracia para meditar tus virtudes
y formar según ellas nuestro pobre corazón. Amén.


MEDITACIÓN CORRESPONDIENTE AL DÍA


ORACIÓN Y ACTO DE CONSAGRACIÓN
Rendido a tus pies, ¡oh Jesús mío!,considerando las inefables muestras de amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo tu adorabilísimo Corazón, te pido humildemente la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo, para hacerme digno de las gracias y bendiciones que generoso concedes a los que de veras te conocen, aman y sirven.
   ¡Mira que soy muy pobre, dulcísimo Jesús, y necesito de Ti como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar! Mira que soy muy ignorante, oh soberano Maestro, y necesito de tus divinas enseñanzas, para luz y guía de mi ignorancia! ¡Mira que soy muy fragil, oh poderosísimo amparo de los débiles, y caigo a cada paso, y necesito apoyarme en Ti para no desfallecer! Sé todo para mí, Sagrado Corazón: socorro de mi miseria, luz de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad. De Ti lo espera todo mi pobre corazón. Tú lo alentaste y convidaste cuando con tan tiernas palabras, dijiste repetidas veces en tu Evangelio: Venid a Mí,... Aprended de Mí... Pedid, llamad... A las puertas de tu Corazón vengo pues hoy, y llamo, y pido, y espero. Del mío te hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega. Tómalo, y dame en cambio lo que sabes me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad. Amén.
   Aquí se rezará tres veces el Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria, en recuerdo de las tres insignias, cruz, corona y herida de la lanza, con que se apareció el Sagrado Corazón a Santa Margarita María Alacoque.
 

 

 

 


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Respuesta  Mensaje 22 de 36 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 17/06/2012 02:52

DÍA 17
EN EL SAGRADO CORAZÓN,
 HALLAREMOS LA MÁS
  EFICAZ PROTECCIÓN

I

R

odeados como estamos de enemigos, necesitamos a todas horas unceloso y vigilante protector, y sobre todo porque son muchos esos enemigos; y son poderosos; y nos aborrecen de muerte.

   Todo lo que es enemigo de Jesucristo es por consecuencia enemigo de nosotros los cristianos. Tengo pues, enfrente de mí a todo el poder del infierno, y sirvo de blanco a sus ataques, tanto de persecución, como de seducción. El ejército del mal, que inspira invisiblemente Satanás, y visiblemente acaudillan los representantes de este en la tierra, llena el mundo; hay momentos en que ansioso se  pregunta el corazón si no es ya dueño enteramente de él. Le sirven para la propaganda de sus ideas los medios y la elocuencia; ejecutan sus órdenes muchos gobiernos; le prestan ayuda muchos extraviados con sus talentos. No hay acontecimiento alguno de cuantos presenciamos, que no sea un hecho belicoso en favor o en contra de la causa de Dios, y por consiguiente que no tenga pública o secreta relación con la suerte eterna de cada uno de sus amigos. Porque así como Dios todo lo ha puesto a mi servicio para salvarme, así todo lo pone en juego el demonio, mi enemigo, para perderme. Toda la rabia del infierno, contra Dios, la descarga él contra mí, imagen suya, ya que contra Dios se reconoce impotente. ¡Pobre de mí, hecho de continuo objeto de tan violentas arremetidas! ¿Hay esperanza de salvación para el hombre en medio de tan obstinado empeño para que la pierda?

   Medítese unos minutos.

II

   Sí, alma mía, tienes un protector más fuerte que todos tus enemigos, y es seguro que nada puede el infierno entero contra quien a tal amparo se sepa refugiar. Ampárate al Sagrado Corazón de Jesús. Tómale por escudo, y avanza valerosa. Di con seguridad: "El Señor es mi amparo; no temeré cualquier cosa que pueda hacer contra mí el enemigo. El Señor es mi defensor; ¿qué puede atemorizarme? Si se levantan contra mí armados ejércitos, no temerá mi corazón; si se libra contra mi dura batalla, en Él pondré mi confianza". 

   ¡Sagrado Corazón de Jesús! Mira cómo está mi alma de continuo asediada, víctima de constante persecución, vacilante tal vez ya y próxima a caer en manos de sus enemigos. ¡Dame fuerza, Sagrado Corazón! Están el mundo, el demonio y la carne contra mí. Pero sé que no estoy solo, no, sino contigo, mi dulce bien, mi único amparo, mi protector y fortaleza. No les temo ya a los enemigos. Ya se levanten en mi corazón tempestuosas pasiones; ya haga brillar el mundo a mi alrededor sus más poderosos atractivos; ya oiga zumbar sobre mi cabeza el continuo tiroteo de los que persiguen de muerte tanto a Ti, como a tu Iglesia y a tus amigos. A tu lado estoy y no desfalleceré. Caigan a mi derecha mil, y diez mil a mi izquierda, no me tocarán a mí los dardos del perseguidor. Clamaré al Señor, y me oirá; conmigo estará en el riguroso trance, y me sacará a salvo, y aun con eso mismo me glorificará.

   Sí, dulce protector mío, bondadosísimo Corazón, en tu poder he puesto tal confianza, y sé que no me fallará.

   Medítese, y pídase la gracia particular__________________________________________________________________________

Respuesta  Mensaje 23 de 36 en el tema 
De: Delfina Enviado: 17/06/2012 02:58

Respuesta  Mensaje 24 de 36 en el tema 
De: Maria Bonita Enviado: 17/06/2012 20:24
 

DÍA 17
EN EL SAGRADO CORAZÓN,
 HALLAREMOS LA MÁS
  EFICAZ PROTECCIÓN

I

R

odeados como estamos de enemigos, necesitamos a todas horas unceloso y vigilante protector, y sobre todo porque son muchos esos enemigos; y son poderosos; y nos aborrecen de muerte.

   Todo lo que es enemigo de Jesucristo es por consecuencia enemigo de nosotros los cristianos. Tengo pues, enfrente de mí a todo el poder del infierno, y sirvo de blanco a sus ataques, tanto de persecución, como de seducción. El ejército del mal, que inspira invisiblemente Satanás, y visiblemente acaudillan los representantes de este en la tierra, llena el mundo; hay momentos en que ansioso se  pregunta el corazón si no es ya dueño enteramente de él. Le sirven para la propaganda de sus ideas los medios y la elocuencia; ejecutan sus órdenes muchos gobiernos; le prestan ayuda muchos extraviados con sus talentos. No hay acontecimiento alguno de cuantos presenciamos, que no sea un hecho belicoso en favor o en contra de la causa de Dios, y por consiguiente que no tenga pública o secreta relación con la suerte eterna de cada uno de sus amigos. Porque así como Dios todo lo ha puesto a mi servicio para salvarme, así todo lo pone en juego el demonio, mi enemigo, para perderme. Toda la rabia del infierno, contra Dios, la descarga él contra mí, imagen suya, ya que contra Dios se reconoce impotente. ¡Pobre de mí, hecho de continuo objeto de tan violentas arremetidas! ¿Hay esperanza de salvación para el hombre en medio de tan obstinado empeño para que la pierda?

   Medítese unos minutos.

II

   Sí, alma mía, tienes un protector más fuerte que todos tus enemigos, y es seguro que nada puede el infierno entero contra quien a tal amparo se sepa refugiar. Ampárate al Sagrado Corazón de Jesús. Tómale por escudo, y avanza valerosa. Di con seguridad: "El Señor es mi amparo; no temeré cualquier cosa que pueda hacer contra mí el enemigo. El Señor es mi defensor; ¿qué puede atemorizarme? Si se levantan contra mí armados ejércitos, no temerá mi corazón; si se libra contra mi dura batalla, en Él pondré mi confianza". 

   ¡Sagrado Corazón de Jesús! Mira cómo está mi alma de continuo asediada, víctima de constante persecución, vacilante tal vez ya y próxima a caer en manos de sus enemigos. ¡Dame fuerza, Sagrado Corazón! Están el mundo, el demonio y la carne contra mí. Pero sé que no estoy solo, no, sino contigo, mi dulce bien, mi único amparo, mi protector y fortaleza. No les temo ya a los enemigos. Ya se levanten en mi corazón tempestuosas pasiones; ya haga brillar el mundo a mi alrededor sus más poderosos atractivos; ya oiga zumbar sobre mi cabeza el continuo tiroteo de los que persiguen de muerte tanto a Ti, como a tu Iglesia y a tus amigos. A tu lado estoy y no desfalleceré. Caigan a mi derecha mil, y diez mil a mi izquierda, no me tocarán a mí los dardos del perseguidor. Clamaré al Señor, y me oirá; conmigo estará en el riguroso trance, y me sacará a salvo, y aun con eso mismo me glorificará.

   Sí, dulce protector mío, bondadosísimo Corazón, en tu poder he puesto tal confianza, y sé que no me fallará.

   Medítese, y pídase la gracia particular__________________________________________________________________________

Respuesta  Mensaje 25 de 36 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 17/06/2012 23:14

 

 
 
 
 

 

DÍA 18
EN EL SAGRADO CORAZÓN,
 HALLAREMOS LA MEJOR HONRA

I

S

e llaman ilustres y honrados según. el mundo los que obtienen por sus merecimientos o por su fortuna el favor de los personajes famosos, y tienen libre entrada y valioso influjo en los palacios de los poderosos. A tales personas se los mira en general con admiración mezclada de secreta envidia: más que por sus riquezas y poderío se les señala por la importancia que rodea su nombre, por el esplendor en que viven sus familias, por la consideración y respeto que les tienen sus conciudadanos; y no obstante, ¡qué fugaz y pasajera es esta gloria humana, y qué fácilmente se cambia en olvido, y quizá en espantosa desgracia! Llena está la historia de esas catástrofes de la humana vanidad; más de una vez se han tocado en un mismo día los extremos de la mayor elevación y de la mayor ignominia; el trono quizá ayer, y hoy el cadalso.

   No es tal la gloria y el honor que a sus servidores concede el Sagrado Corazón de Jesús. Los predilectos y favoritos de este generoso Rey no pierden nunca la gracia real, si no renuncian a ella espontáneamente con un voluntario apartamiento. Son admitidos a su más dulce intimidad, y poseen cerca de Él la más absoluta influencia. De su recomendación pueden servirse para alcanzar del Padre cuanto les fuera conveniente para sí o para sus hermanos; ni se mostró más blando y generoso con los suyos aquel antiguo José, de lo que con nosotros quiere mostrarse nuestro hermano mayor Jesucristo. A los que se hayan sometido fielmente a Él en vida, les promete el asiento junto a sí para juzgar al mundo en el supremo tribunal. A los que por suyo le hayan tenido acá entre los hombres, les promete Él reconocerles por suyos ante su Padre Celestial.

   Medítese unos minutos. 

II

   Si ambicionas gloria y honores y real preferencia, alma mía, ambiciona ésta que sólo puede darte el Sagrado Corazón. Oye lo que dijo a sus discípulos, y en ellos a todos nosotros: “Ya no os llamo siervos, porque el siervo ignora lo que hace su señor; a vosotros os llamo amigos, porque os dí a conocer todo lo que oí de mi Padre”. ¿Qué príncipe de la tierra habló jamás así a un súbdito a quien quisiese honrar?

   Así lo reconozco, Jesús mío, y por esto en adelante no quiero ya otra gloria ni otro honor que los que resultan de servirte a Ti. Guárdense los reyes sus palacios, los notables su codiciado influjo, los poderosos los obsequios con que honran a sus amigos. Ténganse estos engañosos favores, que tan caros se compran y tan fácilmente se pierden.

   No excitará ya mi codicia el brillo de los lujosos vestidos, de los elevados puestos, del ilustre renombre, de la fama popular incierta y veleidosa. 

   ¡Oh Jesús mío! Quien vive como Tú alcanza el mayor favor: quien puede llamarse tuyo, adquiere el más distinguido título de honor. Ni más deseo, ni quiero pasar por menos. Sea ésta mi principal nobleza. La cruz, la herida de la lanza y la corona de espinas que muestras en tu Corazón, he aquí mis blasones, únicos que me han de dar a conocer en el juicio por servidor de tu palacio. Ambicioso soy, Jesús mío, y no me contento con menos que con reinar junto a Ti en la gloria que preparas a tus escogidos. Dame cada día más de esos verdaderos honores, y has que los alcance un día en tu reino celestial.

   Medítese, y pídase la gracia particular.
 
  
 
 
 
  CREACIONES PATITO 

Respuesta  Mensaje 26 de 36 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 20/06/2012 01:08
 

 

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DÍA 19
PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN,
 POR NUESTRO SANTO PADRE EL PAPA

I

H

emos llegado ya a la última novena de este Mes del Sagrado Corazón. Ya es hora que pensemos en dirigirnos a Él con nuestro fervor, para rogarle en estos últimos días por las necesidades más urgentes de la sociedad humana. Por las nuestras particulares hemos rogado cada día y podemos seguir haciéndolo en el fondo de nuestro corazón. Por estas otras nuestra oración debe ser pública y común, como son ellas públicas y comunes. Dediquemos, pues, el día de hoy a rogar al Sagrado Corazón por nuestro Santo Padre el Romano Pontífice. Y ¿por qué otro podríamos ofrecer con preferencia nuestra más eficaz oración? Es el Papa el centro de toda la vida católica sobre la faz de la tierra, base de su edificio, cabeza visible del cuerpo espiritual del cual Cristo es cabeza invisible. 

   Es, por lo mismo, el objetivo privilegiado de las más violentas iras del infierno. Alrededor de su trono rugen con furor sin igual todas las tempestades de la impiedad. Muchos, despechados, le dirigen brutales amenazas; otros, pérfidos y capciosos, le tienden astutas amenazas.

   ¿Podrá un hijo fiel de la Iglesia dejar solo a su Padre y Pastor en esos duros combates? ¿Podremos no acudir al Sagrado Corazón por esta primera y más urgente necesidad de nuestros días?

   ¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! Cubre con tu escudo de protección  a este Vicario tuyo, el primero de tus hijos, a quien has constituido en la tierra como Padre y Pastor de nuestras almas en lugar de Ti. Asístele, defiéndele, hazlo vencedor en todas sus luchas.

   Medítese unos minutos.

II

   De todos los deberes del buen católico, el deber de rogar por el Papa es, sin duda, el primero y principal. ¿Qué familia hay en la cual los hijos no se crean obligados a prestar toda clase de auxilios al padre de ella? Aquí la gran familia es el Catolicismo, y el gran padre de ella es el Romano Pontífice. Nosotros somos sus hijos, y los auxilios principales que necesita son los de nuestra fervorosa y constante adhesión.

   Es cierto que quizá nos hemos portado como extraños o indiferentes. ¿Estamos seguros de haber cumplido siempre la obligación de buenos hijos? No sea que esta dejadéz nuestra sea motivo de acusación en el tribunal de Dios. No permanezcamos más en esta frialdad y olvido.

   ¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! Esta quiero que sea mi petición constante en tu presencia: ¡Salva al Papa! Concede autoridad y fuerza a sus palabras; haz que este mundo indócil respete su voz; haznos sobre todo a nosotros obedientes y sumisos a sus enseñanzas. Que sean confundidos y disipados los quieren el mal; que vuelvan en sí los que se han extraviado con doctrinas extrañas; que vuelvan jubilosas al amoroso Pastor las ovejas que se han apartado de su rebaño.

   ¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! Por los méritos de tu Cruz, por el valor infinito de tu Sangre, por los azotes y las espinas de tu Pasión, dale a tu Vicario sobre la tierra lo que por él te pedimos en el día de hoy.

   Medítese, y pídase la gracia particular.

 
 
 

DÍA 20
PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN,
POR EL CLERO Y LAS ÓRDENES RELIGIOSAS

I

Si el Papa es la cabeza del cuerpo de la Iglesia, el Clero y las Ordenes religiosas son sus brazos. De ellos se sirve para obrar el bien y promover el servicio de Dios: por esto los sacerdotes y religiosos son tan aborrecidos de la impiedad, que a toda hora anda ella procurando o bien destruirlos o bien corromperlos. Dediquemos, pues, hermanos este día de hoy a rogar por tan importante necesidad.

   Pidamos al Sagrado Corazón que encienda y abrase en celo y caridad el alma de sus sacerdotes y religiosos y religiosas, para que por su medio gane cada día terreno el Reino de Dios sobre la tierra, y se conquisten nuevas almas para la gloria celestial. Que sea perfecta en ellos la observancia de las leyes eclesiásticas; que brillen en el pueblo por la pureza de las costumbres; por el desinterés; la obediencia; la humildad y el espíritu de sacrificio.

   ¡Oh Corazón de Jesús! ¡Mira cómo está el mundo, y la necesidad que hay de que trabajen buenos obreros en él! ¡Oh Padre de familias, manda buenos trabajadores a tu Viña. Hazlo, Corazón Divino, por tu gloria y por la salvación de tantas almas que has confiado a la dirección de tus ministros. 

   Te lo suplicamos muy especialmente, Sagrado Corazón, en este día de tu devoto Mes.

   Medítese unos minutos.

II

   Como sean los sacerdotes y las Casas religiosas, tales serán los seglares que viven a su alrededor. ¡Ay del pueblo donde reina hasta en los ministros del santuario, el desorden o siquiera la negligencia! ¡Cuánto debe interesarnos ante el Sagrado Corazón esta necesidad!

   ¡Oh Corazón Divino! Da celosos pastores a tus ovejas, ardientes anunciadores a tu palabra, fieles dispensadores a tus Sacramentos. Aviva en las almas que en los Institutos religiosos has escogido como especial porción tuya, y que más estrechamente te están ligados por medio de los votos. Dales el espíritu de oración, la vida mortificada, el reconocimiento interior, la ejemplar observancia.

   ¡Señor! Tú has dicho: “Un poco de levadura hace fermentar toda la masa”. Y ¿quiénes son la levadura de tu pueblo, sino estas almas que Tú has escogido de la masa común de él? Envía santos religiosos, ¡Señor! envía almas de superior perfección, y se transformará el mundo.

   Medítese, y pídase la gracia particular.

 

Respuesta  Mensaje 27 de 36 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 21/06/2012 23:23
 

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DÍA 21
PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN,
 POR LA RESTAURACIÓN 
  DE LA FAMILIA CRISTIANA

I

A

donde el infierno dirige con más ahínco sus ataques es a la sociedad doméstica. Lograr que desaparezca Jesucristo de la familia, éste es el blanco de sus deseos. Y ¡cómo se va logrando en muchas partes este deseo de Satanás! Apenas se encuentra ya en algunos lugares la familia verdaderamente cristiana. Ciertos padres y madres de hoy parecen haber desterrado la Religión de su hogar, según tienen olvidadas allí todas las prácticas de ella. Apenas se reza; y en familia, apenas se oye en ella el nombre de Dios. Toda la importancia se da al interés, a la vanidad, al lujo exagerado, a las culpables diversiones.

   ¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! Hazte cargo también de esta necesidad y acude a remediarla. Haz tuyos nuevamente nuestros hogares, de donde parece haberte echado el demonio tu enemigo. Vuelve a reinar ¡oh Señor! en nuestras casas, como en otros templos consagrados a Ti. Une a tu Divino Corazón los corazones de los padres y de los hijos, que hoy tienen miserablemente divididos la disipación y el egoísmo.

   ¡Oh Sagrado Corazón! Te pedimos hoy más fervorosamente por esta necesidad, una de las más tristes de nuestros días. 

   Medítese unos minutos.

II

   ¡Qué distinta sería la faz del mundo si volviese a reinar en la familia cristiana el Sagrado Corazón de Jesús! ¡Cómo sería la prudencia de los padres; cómo el respeto de los hijos; cómo la fidelidad de los esposos; cómo el amor de los hermanos! Cada casa cristiana sería un vivo calco de la Sagrada Familia de Nazareth.

   Hoy no reina en muchas de ellas Dios; pero reinan en cambio el egoísmo, la desconfianza, la relajación de los vínculos más sagrados. ¡Corazón de Jesús! ¿Es esta la familia cristiana como Tú la quieres? No. Es como la quiere el demonio, enemigo de tu nombre y de nuestras almas. Quítale, pues, Jesús, este señorío a Satanás; recóbralo Tú para no perderlo ya nunca. Sé Tú mismo en la familia el centro de unión, norma de conducta; den los padres buen ejemplo y sano consejo; muestren los hijos obediencia y docilidad; esmérense todos en el cumplimiento de tu ley y en el respeto a tu Iglesia.

   ¡Oh Señor! Sé Tú el verdadero Padre de familias, de todas éstas acá en la tierra, para que juntas formen un día contigo, la dichosísima familia del cielo.

   Medítese, y pídase la gracia particular.

 

 

 

 

 

DÍA 22
PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN,
POR LA EDUCACIÓN CRISTIANA
DE LOS NIÑOS Y NIÑAS

I

S

on los niños y las niñas las flores tempranas del jardín de Cristo y la porción predilecta de su amantísimo Corazón. Jesucristo en su vida mortal manifestó por la niñez singular preferencia. Un pasaje del Santo Evangelio nos muestra al Salvador llamando en torno de sí esas tiernas primicias de su rebaño, y prodigándoles dulces agasajos y recomendándolas a los cuidados y solicitud de los Apóstoles. La Iglesia, heredera del Divino Maestro, no se muestra menos celosa en esta maternal predilección.

   Pero también el enemigo muestra decidido empeño en apoderarse de esos corazones; y el mundo le secunda, y muchos padres le favorecen de un modo espantoso en esta obra infernal de robárselos a Dios. ¡El síntoma más pavoroso de nuestros desventurados tiempos es la corrupción de la niñez! Roguemos, pues, hoy, por los niños al Sagrado Corazón.

   Salva, ¡oh buen Jesús!, de la peste del siglo a esas pobres almas, apenas salidas de las aguas de tu Bautismo y ya enlodadas quizás por la cenagosa corriente de la corrupción. Conserva en sus corazones la posesión completa que tuviste de ellos cuando por aquel Sacramento los redimisteis de las garras de Satanás. ¡Mira, Divino Jesús, cómo están hoy deterioradas y quebrantadas las más bellas flores de tu jardín!

   ¡Oh dulce Jesús, bondadoso amigo de los niños y niñas!, te pedimos hoy con mucho dolor por esas prendas que el demonio procura robar a tu Corazón.

   Medítese unos minutos.

II

   ¡A quién no entristece ver tan alejadas de Dios a tantas almas tiernas, que debieran ser el bello adorno y la más preciada esperanza del Catolicismo! Unas sumidas en las tinieblas de la infidelidad en países no cristianos, otras entregadas a la educación perversa en escuelas impías, otras presenciando cada día ejemplos corruptores en aquellos mismos, que por el bien, debieran ser su espejo y su luz. ¡Cuántos de esos niños y niñas llevan a la primera Comunión el alma ya embrutecida por el vicio! ¡Cuántos después de esta toma de posesión que realiza en ellos el Hijo de Dios, lo lanzan inmediatamente de su corazón para alzar en él el trono de su enemigo! ¡Y cuántos quedarán en poder de este enemigo la mayor parte de la vida y cuántos eternamente!

   ¡Oh dulce Corazón de Jesús! Bien merecen estas víctimas de la astucia infernal, las súplicas más fervientes de tus devotos. Te rogamos, pues, por este plantel predilecto que ha de ser mañana tu cosecha. Hazla tuya, líbrala de los lazos que se le tienden, de los falsos maestros, de los malos padres, de las lecturas y distracciones perversas, de los amigos de la perdición. Se Tú el Custodio de su candor, el guía de sus pasos, el dulce objeto de sus primeros afectos; atráelos y enamóralos, ríndelos con el suavísimo influjo de tu amor, clava en ellos el sello de tu perpetuo dominio, y sea este completo en ellos toda la vida, traspase la muerte y dure por toda la eternidad.

   Medítese, y pídase la gracia particular.

 

 

 

 

 

 

 

 

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Respuesta  Mensaje 28 de 36 en el tema 
De: MELODY 976 Enviado: 22/06/2012 23:00

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DÍA 21 
PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN, 
 POR LA RESTAURACIÓN  
  DE LA FAMILIA CRISTIANA

I

A

donde el infierno dirige con más ahínco sus ataques es a la sociedad doméstica. Lograr que desaparezca Jesucristo de la familia, éste es el blanco de sus deseos. Y ¡cómo se va logrando en muchas partes este deseo de Satanás! Apenas se encuentra ya en algunos lugares la familia verdaderamente cristiana. Ciertos padres y madres de hoy parecen haber desterrado la Religión de su hogar, según tienen olvidadas allí todas las prácticas de ella. Apenas se reza; y en familia, apenas se oye en ella el nombre de Dios. Toda la importancia se da al interés, a la vanidad, al lujo exagerado, a las culpables diversiones.

   ¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! Hazte cargo también de esta necesidad y acude a remediarla. Haz tuyos nuevamente nuestros hogares, de donde parece haberte echado el demonio tu enemigo. Vuelve a reinar ¡oh Señor! en nuestras casas, como en otros templos consagrados a Ti. Une a tu Divino Corazón los corazones de los padres y de los hijos, que hoy tienen miserablemente divididos la disipación y el egoísmo.

   ¡Oh Sagrado Corazón! Te pedimos hoy más fervorosamente por esta necesidad, una de las más tristes de nuestros días. 

   Medítese unos minutos.

II

   ¡Qué distinta sería la faz del mundo si volviese a reinar en la familia cristiana el Sagrado Corazón de Jesús! ¡Cómo sería la prudencia de los padres; cómo el respeto de los hijos; cómo la fidelidad de los esposos; cómo el amor de los hermanos! Cada casa cristiana sería un vivo calco de la Sagrada Familia de Nazareth.

   Hoy no reina en muchas de ellas Dios; pero reinan en cambio el egoísmo, la desconfianza, la relajación de los vínculos más sagrados. ¡Corazón de Jesús! ¿Es esta la familia cristiana como Tú la quieres? No. Es como la quiere el demonio, enemigo de tu nombre y de nuestras almas. Quítale, pues, Jesús, este señorío a Satanás; recóbralo Tú para no perderlo ya nunca. Sé Tú mismo en la familia el centro de unión, norma de conducta; den los padres buen ejemplo y sano consejo; muestren los hijos obediencia y docilidad; esmérense todos en el cumplimiento de tu ley y en el respeto a tu Iglesia.

   ¡Oh Señor! Sé Tú el verdadero Padre de familias, de todas éstas acá en la tierra, para que juntas formen un día contigo, la dichosísima familia del cielo.

   Medítese, y pídase la gracia particular.

 

 

 

 

 

DÍA 22 
PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN,
POR LA EDUCACIÓN CRISTIANA 
DE LOS NIÑOS Y NIÑAS

I

S

on los niños y las niñas las flores tempranas del jardín de Cristo y la porción predilecta de su amantísimo Corazón. Jesucristo en su vida mortal manifestó por la niñez singular preferencia. Un pasaje del Santo Evangelio nos muestra al Salvador llamando en torno de sí esas tiernas primicias de su rebaño, y prodigándoles dulces agasajos y recomendándolas a los cuidados y solicitud de los Apóstoles. La Iglesia, heredera del Divino Maestro, no se muestra menos celosa en esta maternal predilección.

   Pero también el enemigo muestra decidido empeño en apoderarse de esos corazones; y el mundo le secunda, y muchos padres le favorecen de un modo espantoso en esta obra infernal de robárselos a Dios. ¡El síntoma más pavoroso de nuestros desventurados tiempos es la corrupción de la niñez! Roguemos, pues, hoy, por los niños al Sagrado Corazón.

   Salva, ¡oh buen Jesús!, de la peste del siglo a esas pobres almas, apenas salidas de las aguas de tu Bautismo y ya enlodadas quizás por la cenagosa corriente de la corrupción. Conserva en sus corazones la posesión completa que tuviste de ellos cuando por aquel Sacramento los redimisteis de las garras de Satanás. ¡Mira, Divino Jesús, cómo están hoy deterioradas y quebrantadas las más bellas flores de tu jardín!

   ¡Oh dulce Jesús, bondadoso amigo de los niños y niñas!, te pedimos hoy con mucho dolor por esas prendas que el demonio procura robar a tu Corazón.

   Medítese unos minutos.

II

   ¡A quién no entristece ver tan alejadas de Dios a tantas almas tiernas, que debieran ser el bello adorno y la más preciada esperanza del Catolicismo! Unas sumidas en las tinieblas de la infidelidad en países no cristianos, otras entregadas a la educación perversa en escuelas impías, otras presenciando cada día ejemplos corruptores en aquellos mismos, que por el bien, debieran ser su espejo y su luz. ¡Cuántos de esos niños y niñas llevan a la primera Comunión el alma ya embrutecida por el vicio! ¡Cuántos después de esta toma de posesión que realiza en ellos el Hijo de Dios, lo lanzan inmediatamente de su corazón para alzar en él el trono de su enemigo! ¡Y cuántos quedarán en poder de este enemigo la mayor parte de la vida y cuántos eternamente!

   ¡Oh dulce Corazón de Jesús! Bien merecen estas víctimas de la astucia infernal, las súplicas más fervientes de tus devotos. Te rogamos, pues, por este plantel predilecto que ha de ser mañana tu cosecha. Hazla tuya, líbrala de los lazos que se le tienden, de los falsos maestros, de los malos padres, de las lecturas y distracciones perversas, de los amigos de la perdición. Se Tú el Custodio de su candor, el guía de sus pasos, el dulce objeto de sus primeros afectos; atráelos y enamóralos, ríndelos con el suavísimo influjo de tu amor, clava en ellos el sello de tu perpetuo dominio, y sea este completo en ellos toda la vida, traspase la muerte y dure por toda la eternidad.

   Medítese, y pídase la gracia particular.

 

 

 

 

 

 

 

 

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Respuesta  Mensaje 29 de 36 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 23/06/2012 02:46

DÍA 23
PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN,
 POR LOS INCRÉDULOS Y LOS MALOS CRISTIANOS

I

H

ay hermanos nuestros creados como nosotros por Dios, redimidos como nosotros por la Sangre Divina, destinados como nosotros para el reino eterno, y que sin embargo se obstinan en cerrar sus ojos a la luz de la verdad y permanecer apartados de la fe, en ciego y voluntario paganismo. Estos son los incrédulos. ¡Cuántos de esos gentiles hay en medio de nuestra sociedad cristiana! ¡Cuántos de nuestros amigos y conocidos, y quizás parientes, no tienen de Dios y de su ley y de sus misterios mayor conocimiento que el que tiene un pobre salvaje, para quien es absolutamente desconocida la cruz! Roguemos, pues, hoy al Sagrado Corazón de Jesús por este doloroso estado de tantas almas.

   ¡Oh Jesús, Señor Nuestro! ¿Cómo puede ser que veinte siglos después de tu venida haya aún quien no te conozca? Abre, Señor, los ojos a los ciegos del alma, Tú que a tantos iluminaste los del cuerpo en tu vida mortal; te diremos como aquel ciego del Evangelio: “Señor, ¡que vean!” Que vean, que sientan, que gocen de la verdad de tu ley, de la ternura de tu amor, de la eficacia de tus Sacramentos! Que te conozcan ¡oh buen Jesús! estas pobres almas, a quienes tiene engañada la idea de que pueden salvarse con sólo vivir una honradez mundana, siendo que Tú no reconocerás este modo de vivir como digno de Cielo en tu juicio. Rasga, Señor, las densas tinieblas en que están envueltos tantos hermanos nuestros, y que les impiden ver el espantoso abismo de la eternidad que tienen abierto a sus pies. ¡Misericordia por ellos, piadosísimo Jesús! Acepta por ellos, Sagrado Corazón, los humildes ruegos de nuestro rendido corazón.

   Medítese unos minutos.

II

   Además de los incrédulos están los malos cristianos; es decir, aquellos que creen de verdad, pero no practican; tienen fe -y no quieren dejar de ser llamados católicos-, pero tienen malas costumbres y cometen criminales acciones. ¿Qué les valdrá a ellos su creencia, si no procuran tener una conducta coherente con ella? Sólo les valdrá de mayor responsabilidad en el tribunal de Dios.

   Te pedimos también, Sacratísimo Corazón de Jesús, por esos malos cristianos cuya vida culpable y viciosa deshonra tu ley y da ocasión a que se burlen de ella tus enemigos, al paso que es mortal escándalo para los incautos. ¡Oh indigna ingratitud! Creen en Ti, Señor, pero no te sirven; admiten tu ley, pero la pisotean y afrentan; temen el infierno, pero nada hacen por no caer en él.

   ¡Señor! ¡Despierta con el clamor de tus palabras de advertencia a los que están dormidos! ¡Limpia de las manchas de sus malas acciones a los que tienen la lepra en el alma! ¡Toca con tu inspiración a aquellos que como Lázaros ya huelen mal por la podredumbre de sus vicios!

   Haz brillar tu poder y tu misericordia sobre todos nosotros, para lograr ser lumbreras de santidad y ornamentos de la Iglesia.

   ¡Sagrado Corazón de Jesús! Por los incrédulos, por los endurecidos pecadores, te pedimos hoy luz, gracia y perdón.

   Medítese, y pídase la gracia particular.

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Respuesta  Mensaje 30 de 36 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 24/06/2012 02:30

DÍA 24
PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN,
POR LAS OBRAS DE APOSTOLADO

I

P

edimos hoy por todos los trabajos encaminados a difundir en nuestra sociedad la influencia de la Iglesia Católica y de sus instituciones contra la acción disolvente y demoledora de tantos que con diversos y numerosos medios pugnan por descatolizar el mundo. Pertenecen al concepto general de obra de Apostolado todos los ministerios eclesiásticos; pero de un modo muy particular se distinguen con este nombre las obras que ejercen bajo la dirección de la Iglesia los mismos laicos. Las sociedades de caridad, las escuelas y talleres, los periódicos y libros cristianos, las Academias de Juventud católica y asociaciones de católicos y todas las que con este o con aquel nombre, se proponen la reparación de los estragos de nuestros tiempos, la moralización del pueblo, la protección del pobre, o simplemente el ejercicio práctico y sin respeto humano de la Religión; todo eso que constituye hoy con diversidad de organización y de medios, pero con maravillosa unidad de pensamiento, el gran cuerpo de ejército de Apostolado seglar.

   Oremos, pues, hoy por esta imperiosa necesidad de los tiempos presentes. Oremos por esos hermanos nuestros que luchan incansablemente en estos campos de acción. Oremos para que Dios sostenga sus fuerzas, aumente su fe, dé alcance a sus palabras, los libre de la vacilación y del desaliento de los contratiempos, los corone de consuelos acá y de gloria en el cielo en premio de sus combates.

   ¡Oh Sagrado Corazón! Tú eres el jefe de esa espiritual y  generosa milicia, Tú el Nombre de su escudo y el lema de su bandera. Hazlos contigo un solo corazón y una sola alma, valerosos, dignos del todo de la santa causa que defienden y de la celestial recompensa que esperan.

   Medítese unos minutos.

II

   ¡Qué glorioso es ese ejército creyente que, de uno a otro confín del mundo lucha sin descanso por el nombre de Cristo, mezclado, aunque no confundido, con ese otro ejército de error y corrupción que sigue la bandera del enemigo! ¡Qué grandes combates se libran a todas horas entre los de uno y otro bando por medio del ejercicio de la caridad, de la pluma, de las palabras, del franco y esforzado ejemplo! ¡Qué grato ha de ser a Dios ver alrededor de la Iglesia esos hombres y mujeres que de toda edad, de todo sexo, de toda condición, que trabajan en estas magníficas obras católicas!

   Roguemos al Sagrado Corazón que nuestros corazones latan todos con los divinos latidos del Corazón de Jesús!  Que no nos mueva otro deseo que el de su mayor gloria y la salvación de las almas!  Que no nos engañe el fuego vano de erradas doctrinas que tienden a disminuir la santa intransigencia del dogma católico!

   Oh Corazón de Jesús! ¡Que vengamos a templar nuestras almas en Ti, fragua de amor infinito; que las saquemos de allí enrojecidas en el fuego de tu celo y de tu ardentísima caridad! Fuego viniste a traer a la tierra; ¿qué quieres Tú, sino que sin cesar se avive? Avívalo, Señor, primeramente en nuestros corazones que ya son tuyos, y sírvete luego de ellos para las grandiosas empresas de tu santa Religión.

   Medítese, y pídase la gracia particular.
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Respuesta  Mensaje 31 de 36 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 25/06/2012 00:56
  Enviado: 24/06/2012 18:53
 

 

DÍA 25
PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN,
POR LOS AGONIZANTES

I

M

iles de almas, pasan cada día de este mundo a la eternidad. Por consiguiente, miles de personas están a todas horas en dolorosa agonía. Y ¿qué es la agonía? Son los últimos instantes concedidos a aquélla alma antes de presentarse al tribunal. Son las últimas luchas entre la gracia de Dios y la sugestión del diablo, en aquel corazón que ambos se disputan toda la vida. Son momentos preciosos, de los cuales, así puede salir una eternidad feliz, como una eternidad desventurada. Al paso que se le van acabando al cuerpo sus fuerzas; mientras va faltándole al pecho la respiración, a los ojos la luz, a los miembros el calor y el movimiento, va acercándose el alma a aquélla región de la cual no se puede volver atrás. 

   Esto es agonizar, esto es morir. ¡Y miles de hermanos nuestros están cada día, ahora mismo, en este preciso instante, en este trance tan angustioso! Roguemos por ellos hoy y cada día al Sagrado Corazón de Jesús!

   ¡Oh Corazón Divino, que agonizaste en el Huerto  y en el Calvario! sé luz y consuelo de estos hermanos nuestros en su dolorosa agonía. Mira bondadoso a estas almas privadas de todo humano consuelo, y que  pendientes entre el cielo que desean y el infierno que temen, colocadas entre el tiempo que les huye y la eternidad que les viene encima, no tienen ya a quien volverse más que a Ti.

   ¡Corazón agonizante de nuestro divino Salvador! Sé Tú el bálsamo Cordial para esos hermanos nuestros en su angustiosa situación!

   Medítese unos minutos.

II

   Un día seremos nosotros los que nos hallaremos en agonía. Los que varias veces hemos presenciado en otros, por nosotros pasará y en nosotros lo verán entristecidos nuestros amigos. Dirán que llegó el fin para nosotros, la hora de abandonar este mundo, al que hemos entregado, quizás con demasía, nuestro pobre corazón.

   ¡Corazón de Jesús! Cuando me falte todo, y todo me huya, y todo me desampare Tú no me dejarás. ¡Oh dulce Amigo mío! De Ti espero el mejor consuelo que fortalecerá mi espíritu acongojado y calmará su agitación e inquietud; de Ti aguardo, por medio de los Santos Sacramentos, el último abrazo de paz y reconciliación.

   Pero entretanto, miles de hermanos nuestros se hallan cada día en estas angustias, y te ruego los socorras. Mientras como, descanso, trabajo, rezo o me divierto, esas almas se hallan pendientes en su suerte eterna de este último combate decisivo. ¡Oh amado Corazón de Jesús! Por aquellas tres amarguísimas horas que en el lecho de la cruz te vieron cielos y tierra agonizante y moribundo, socorre en ese trance a los hijos de tu Corazón


 

 

 

 
 

Respuesta  Mensaje 32 de 36 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 26/06/2012 01:04

DÍA 26
PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN,
 POR NUESTROS HERMANOS DEL PURGATORIO

I

L

a iglesia de Dios tiene hijos suyos necesitados aun fuera de este mundo, y tiene alivio también para estas necesidades de la otra vida. Entre los combates de la presente y el descanso final de la gloria, hay para muchas almas un plazo de expiación en que se purgan culpas todavía no purificadas, o se pagan deudas todavía no satisfechas. Este plazo de expiación, concedido por la misericordia divina y exigido por su justicia, es el Purgatorio.

   El  buen devoto del Sagrado Corazón de Jesús no puede menos que ser amigo del Purgatorio. Hay allí almas que un día fueron fervorosísimas, que oraron al pie de los mismos altares que nosotros, que sonrieron con las mismas alegrías cristianas y lloraron con idénticos dolores. Aman a Dios, le desean, tienen segura su próxima posesión. Pero esta dicha se les retarda hasta que sea completo el pago de sus atrasos. En sufragio de ellas, Dios admite nuestras oraciones y buenas obras. ¿Quién se las negará? 

   Oh Sagrado Corazón! Hazle sentir al mío un tierno afecto, un vivo interés por el alivio de estas almas hermanas mías, que nada pueden ya para sí y que todo lo esperan de nuestra caridad. Derrama sobre sus penas los tesoros de tu Corazón, y apresura el dulce momento de reunirlas eternamente contigo. 

   Medítese unos minutos.

II

    Es gran caridad la caridad para con las almas del Purgatorio. Los grandes santos han sido todos en este punto muy fervorosos. La Iglesia nos da el ejemplo mezclando en todos sus rezos y ceremonias el piadoso recuerdo de los difuntos.

   ¡Es dulcísima la comunicación de nuestros corazones con los de estos hermanos nuestros, por medio de la oración! ¡Es lazo misterioso, que nos permite tener amigos aun más allá de la tumba, y aleja de nosotros la idea de una separación total!

   ¡Padres, hermanos, amigos, bienhechores! ¡yo sé que me escuchan en el Corazón de Jesús y que por vía de Él reciben y agradecen mi cariñoso recuerdo!

   ¡Oh Sagrado Corazón, suavísimo intermediario de estas hermosas confidencias! Da a esas almas la paz que por ellas te piden tus amigos de la tierra, a fin de que un día nos reúnas a todos, en las inefables dulzuras del cielo! Acepta por ellas nuestras oraciones, nuestras limosnas, nuestra Comunión, nuestras mortificaciones, nuestra devoción a Ti. Porque sabemos que te son queridas, las recomendamos a tu compasión. Los méritos de tu vida, Pasión y muerte; las lágrimas de tu Madre; las virtudes de tus Santos; los servicios de tu Iglesia; todo te lo ofrecemos en pago de tales deudas, para que bondadosamente se lo apliques.

   Medítese, y pídase la gracia particular.
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Respuesta  Mensaje 33 de 36 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 27/06/2012 02:53

DÍA 27
PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN,
 POR EL AUMENTO DE ESTA DEVOCIÓN EN NOSOTROS

Y EN TODO EL MUNDO

I

¿P

odríamos dejar olvidada esta súplica entre las muchas que acabamos de dirigir estos días al Sacratísimo Corazón de Jesús? ¿Podríamos dejar de interesarnos vivamente en su presencia, para que cada día sea más y más ardiente en nosotros y en todo el mundo esta devoción? Con esto ejerceremos en favor de los hombres y por su eterna salvación el más fecundo apostolado. Mira cómo se esfuerzan los mundanos por propagar sus ideas; mira cómo sufren por lograr lo que persiguen y cómo se exponen a diversos contratiempos. ¿Qué podríamos hacer nosotros para extender algo más el amor a Jesús? ¿Qué hemos hecho hasta hoy? ¿Qué nos proponemos hacer en adelante? ¿Qué propósitos pensamos concretar en el ámbito donde nos movemos, entre nuestros amigos o familias o por lo menos en nosotros mismos?

   ¡Oh buen Jesús! Bien quisiera yo extender por todo el mundo, y hacer conocer a todos los hombres las riquezas de tu Corazón; pero ya que mis fuerzas son pocas para tan enorme apostolado, te suplico, Jesús mío, que seas Tú quien a todos se dé a conocer para que crezca cada día el número de los que te aman y sirven. Sea yo uno de ellos, Rey de las almas; hazme discípulo fiel, amigo fervoroso de tu Sagrado Corazón. 

   Medítese unos minutos.

II

   Grandes gracias puede estar seguro de recibir del Sagrado Corazón el que de veras se dedique a propagar entre sus hermanos y a aumentar en sí mismo esta devoción suya. Oigamos las palabras del Salvador a Santa Margarita en sus revelaciones: A los que “trabajen, dice, en extender el culto de mi Sagrado Corazón, les daré abundantemente las gracias necesarias a su estado, pondré paz en sus familias, les consolaré en sus penas, seré su amparo en la vida y en la muerte, bendeciré sus empresas cristianas. A los Religiosos que trabajen en la conversión de los pecadores, les daré fuerzas con que ablandar y mover los corazones más endurecidos. Las casas en que se halle expuesta mi imagen, estarán llenas de mis bendiciones. Los que se dediquen a dar a conocer mi culto, tendrán su nombre escrito en mi corazón, y jamás se borrará de él”.

   ¡Oh Sagrado Corazón!, a quien atentos hemos acudido a  festejar cada día de este devoto mes! que se cumplan en nosotros, tus amigos, estas tan consoladoras promesas! Aquí nos tienes para renovarte e1 propósito de eterna fidelidad y constancia en tu servicio, y en el apostolado de tu Corazón. Reina en nosotros y en nuestras casas, pueblos y ciudades; preside todos nuestros proyectos, anima todos nuestros pensamientos, que se dirijan todos a uno solo: el de promover sin descanso tu gloria.

   ¡Oh dulce Jesús! ¡Dichoso quien así viva en Ti, y en Ti muera! Que siempre sea tu Corazón nuestro tesoro en vida para que lo sea también en toda la eternidad, donde juntos te alabemos, gocemos y poseamos para siempre. Amén.

   Medítese, y pídase la gracia particular.
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Respuesta  Mensaje 34 de 36 en el tema 
De: MELODY 976 Enviado: 27/06/2012 08:34

DÍA 27 
PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN, 
 POR EL AUMENTO DE ESTA DEVOCIÓN EN NOSOTROS

Y EN TODO EL MUNDO

I

¿P

odríamos dejar olvidada esta súplica entre las muchas que acabamos de dirigir estos días al Sacratísimo Corazón de Jesús? ¿Podríamos dejar de interesarnos vivamente en su presencia, para que cada día sea más y más ardiente en nosotros y en todo el mundo esta devoción? Con esto ejerceremos en favor de los hombres y por su eterna salvación el más fecundo apostolado. Mira cómo se esfuerzan los mundanos por propagar sus ideas; mira cómo sufren por lograr lo que persiguen y cómo se exponen a diversos contratiempos. ¿Qué podríamos hacer nosotros para extender algo más el amor a Jesús? ¿Qué hemos hecho hasta hoy? ¿Qué nos proponemos hacer en adelante? ¿Qué propósitos pensamos concretar en el ámbito donde nos movemos, entre nuestros amigos o familias o por lo menos en nosotros mismos?

   ¡Oh buen Jesús! Bien quisiera yo extender por todo el mundo, y hacer conocer a todos los hombres las riquezas de tu Corazón; pero ya que mis fuerzas son pocas para tan enorme apostolado, te suplico, Jesús mío, que seas Tú quien a todos se dé a conocer para que crezca cada día el número de los que te aman y sirven. Sea yo uno de ellos, Rey de las almas; hazme discípulo fiel, amigo fervoroso de tu Sagrado Corazón. 

   Medítese unos minutos.

II

   Grandes gracias puede estar seguro de recibir del Sagrado Corazón el que de veras se dedique a propagar entre sus hermanos y a aumentar en sí mismo esta devoción suya. Oigamos las palabras del Salvador a Santa Margarita en sus revelaciones: A los que “trabajen, dice, en extender el culto de mi Sagrado Corazón, les daré abundantemente las gracias necesarias a su estado, pondré paz en sus familias, les consolaré en sus penas, seré su amparo en la vida y en la muerte, bendeciré sus empresas cristianas. A los Religiosos que trabajen en la conversión de los pecadores, les daré fuerzas con que ablandar y mover los corazones más endurecidos. Las casas en que se halle expuesta mi imagen, estarán llenas de mis bendiciones. Los que se dediquen a dar a conocer mi culto, tendrán su nombre escrito en mi corazón, y jamás se borrará de él”.

   ¡Oh Sagrado Corazón!, a quien atentos hemos acudido a  festejar cada día de este devoto mes! que se cumplan en nosotros, tus amigos, estas tan consoladoras promesas! Aquí nos tienes para renovarte e1 propósito de eterna fidelidad y constancia en tu servicio, y en el apostolado de tu Corazón. Reina en nosotros y en nuestras casas, pueblos y ciudades; preside todos nuestros proyectos, anima todos nuestros pensamientos, que se dirijan todos a uno solo: el de promover sin descanso tu gloria.

   ¡Oh dulce Jesús! ¡Dichoso quien así viva en Ti, y en Ti muera! Que siempre sea tu Corazón nuestro tesoro en vida para que lo sea también en toda la eternidad, donde juntos te alabemos, gocemos y poseamos para siempre. Amén.

   Medítese, y pídase la gracia particular.
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Respuesta  Mensaje 35 de 36 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 29/06/2012 01:59

DÍA 29

DEMOS HOY GRACIAS AL SAGRADO
CORAZÓN POR LOS BENEFICIOS
RECIBIDOS EN EL ORDEN DE LA GRACIA

I

S

i se ha mostrado pródiga conmigo la mano de Dios en el orden natural, no se lo ha mostrado menos en el orden de la gracia, o sea, el de los medios sobrenaturales que me ha concedido por mi justificación y para mi salvación eterna.

   En el centro de su Iglesia me ha hecho nacer como un hermoso jardín que riegan caudalosos ríos y fecundan a todas horas abundantes lluvias. El Bautismo con que me inició en la vida sobrenatural, los demás Sacramentos con que ella me robustece y sustenta, los santos ejemplos que para estímulo mío me hace admirar de continuo en derredor, la voz de sus ministros, la enseñanza de los buenos libros, los secretos toques con los que ahora despierta, o aviva, o quizá hasta resucita mi corazón, ¿qué son sino ligera historia de los admirables beneficios con que me va conduciendo su mano desde la cuna hasta la eternidad? Si fijo mi consideración en lo que ha sido hasta aquí mi vida; si me detengo en reflexionar sobre las causas que en cualquier período de ella han influido en mis determinaciones para que fuera hoy lo que soy, ¿no encuentro en todos mis pasos que soy objeto de una tierna y amorosa solicitud de mi buen Dios? Aquella palabra que me hizo buena impresión, aquella página que me hirió el alma,  aquel ejemplo que me alumbró de repente con vivos resplandores, ¿quién los disponía y hacía aparecer en mitad de mi camino, sino la Providencia admirable de mi Dios que velaba por mí, como madre por el hijo que lleva en brazos?

   ¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! A Ti debo el manantial de estas gracias sin medida, que sobre mi mal ha derramado la divina misericordia. Tuyas son, porque Tú nos las haz merecido, y proporcionado, porque es tuyo el conducto por donde a su vez vuelen al Padre celestial los afectos de mi pobre corazón.

   Medítese unos minutos.

II

   No hay minuto de mi vida en que no tenga algo que agradecer a la infinita bondad y misericordia de mi Dios en orden a la gracia. Más fácil sería contar las estrellas que están el cielo en una noche serena, o las gotas de rocío que caen en una mañana, que contar las ilustraciones superiores con que esclarece Dios constantemente la noche de mi vida, o las gotas de rocío con que ablanda y fecundiza la aridez de mi corazón. La habitual distracción en que vivo y lo limitado de mi inteligencia, no me permiten sondear como quisiera esos misterios de la operación de Dios en mi alma por medio de la gracia multiforme; conocimiento completo de ella no la tendré sino a la luz de la gloria en la eternidad. Hoy sólo puedo imperfectamente rastrearlos; pero aun así, me basta considerar un poco de ellos, para que me confundan su inconmensurable riqueza, su magnífica variedad, su poderosa eficacia. El estudio atento de mí mismo en una sola de mis tentaciones a que haya felizmente resistido, me daría materia para incesantes alabanzas a Dios. ¡y son tantas en el decurso del día, del mes, del año, de la vida, son tantas esas crisis por que ha pasado mi salvación eterna, crisis que ha venido a resolver a favor mío una ayuda en quien entonces tal vez ni siquiera pensaba!

  La eternidad misma no me parece bastante para agradecerte dignamente tales muestras de amor de mi buen Dios. Tú puedes, Sagrado Corazón de Jesús, llenar totalmente en mi nombre esta obligación sagrada. A Ti te escojo para que pagues por mí esta deuda de reconocimiento. Toma Tú, Jesús mío, los ruegos de mi alma y preséntalos al Eterno Padre en unión del eterno himno de gracias que en gloria suya le canta tu adorable Corazón.

   Medítese, y pídase la gracia particular.

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Respuesta  Mensaje 36 de 36 en el tema 
De: Nina40 Enviado: 04/07/2012 08:01
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