A veces me quedo mirando al cielo y me pregunto por qué hemos hecho tantas cosas. Me pregunto cómo podemos destruir los mares y utilizar los árboles en nombre del progreso. Es una tragedia que estamos dañando las cosas tan rápido y que pronto estarán más allá de la reparación.
Es muy triste pensar que las generaciones futuras no tendrán las cosas naturales para disfrutar como las hemos tenido, y que serán pobres en lo que respecta a las ofrendas del mundo natural.
Pero, preservar la naturaleza es una cosa ... apreciarla es otra muy distinta. Hay tanta belleza a nuestro alrededor para ver, tocar y escuchar. La naturaleza es tan milagrosa porque siempre está cambiando. No importa cuántas veces mires algo, siempre es diferente.
La naturaleza puede incendiar un cielo al atardecer o transformar mágicamente un paisaje familiar en un país de las maravillas blanco como la nieve. Puede pintar un arco iris en el cielo, pintar hermosos colores otoñales en los árboles o pintar un grupo de narcisos en la hierba con un brillo de luz solar suave.
La naturaleza puede traer mucha belleza a nuestras vidas. La naturaleza tiene una manera de afectar nuestros estados de ánimo y puede obligarnos a cambiar nuestros planes. La naturaleza es responsable del sol, las nubes, la lluvia y la nieve. Cuando hace sol y está brillante afuera, nos sentimos alegres por dentro. Cuando está nublado y lluvioso, a menudo nos sentimos tristes. Cuando hay una noche hermosa y estrellada, la luz de la luna nos hace sentir románticos.
Cuando vemos las hojas que brotan en un árbol o cuando una flor tímida atraviesa el suelo congelado, o cuando olemos la frescura de la primavera, siempre nos llegará una nueva esperanza. La naturaleza es verdaderamente una parte intrínseca de nuestras vidas.
Cuando nos despertamos y vemos un amanecer, cuando caminamos y sentimos una brisa, cuando contemplamos las montañas y el esplendor de los mares, cuando vemos que la tierra renueva su belleza en cada estación del año y cuando las estrellas brillan a cada momento. En la noche, debemos estar muy agradecidos con el Señor por darnos todas estas cosas maravillosas y milagrosas. Aprender a ser más conscientes de la naturaleza puede realmente tener un buen efecto en nuestras vidas en la forma en que vemos las cosas y en cómo nos sentimos con nosotros mismos.