Estás hecha del aire, del agua, del sonido, todos colaboraron en tu naturaleza; yo te respiro y bebo y escucho, y me he dormido en el sereno abrazo donde tu vida empieza.
Brevería Nº 1583
Te respiro
Te respiro, y la vida se me llena de sueños, como si fueras una estatua de aire y en una sola inhalación, tu cuerpo, etéreo, tembloroso, fuera apresado al fondo de mi pecho. He aspirado fragancias, de la rosa al naranjo y al incienso, y me quedé sin ellas, eran golpes de viento, mariposas de sombra, agua trenzándoseme entre los dedos, brillo breve, intangible, apenas un recuerdo. Al respirar tu dimensión, quisiera nunca exhalar mi aliento, por temor a perderte como se pierde el vaho en los espejos. Tan frágil, tan ligera, pero tan mía, con mi propio sello. Y no desciendes sólo a mis pulmones, te filtras, te dilatas en mi centro, y te arrastran mis venas, cada contacto tuyo en mí disuelto. Me posees con la absoluta fuerza de quien se compenetra desde dentro, extendida en los brazos, en los muslos, y acoplada en el sexo. Te ciño íntegramente, te quedas, y me quedo.