Yo me acuesto, y me duermo, y vuelvo a despertar, porque tú vigilas mi sueño
Salmo 3:5
4 ¡Cuidado, no pequen más! Cuando llegue la noche y se acuesten a dormir, pónganse a pensar en todo lo que han hecho. 5 Ofrézcanle a Dios lo que él les ha pedido, y pongan su confianza en él.
Salmo 4: 4-5
8 Cuando me acuesto, me duermo en seguida, porque sólo tú, mi Dios, me das tranquilidad.
Salmo 4:8
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