La madre expresó con lágrimas su desconcierto, desesperación y desesperanza. Tres sentimientos conjugados en uno solo. Doce horas antes su hijo, de apenas dos meses, había ingresado por urgencias a un hospital del centro de Buenos Aires. Inicialmente le dictaminaron una contaminación por una bacteria que los médicos no identificaron y anunciaron que descubrirían con base en análisis de laboratorio. Ahora le decían que el bebé había muerto.
El facultativo que la atendió se limitó a entregar el informe y, aunque no quiso entrar en detalles respecto a las razones de la defunción, escuchó el llanto unos pocos segundos y dio vuelta, en dirección a su consultorio. Ni siquiera se inmutó cuando el padre del chico le anunció una demanda penal.
El incidente apareció publicada en las agencias internacionales de noticias y desencadenó una cascada de denuncias. Otros padres intervinieron para asegurar que sus hijos también habían muerto, en extrañas circunstancias, en la institución hospitalaria. "Se supone que aquí encontrarán vida, no la muerte", aseguraron.
¿Qué pastoreo brindamos a las ovejas?
Hoy día cuando abundan personas interesadas en recibir reconocimiento por su liderazgo en la iglesia, cabe que al interior de la iglesia cristiana evangélica se produzca una profunda reflexión respecto a la responsabilidad que nos cabe en la tarea de guiar, consolar y atender a las ovejas.
Muchos van a su pastor, obrero o líder en procura de consejo, y no lo hallan. La respuesta es: "Ando muy ocupado, pida cita con mi secretaria". O desde el púlpito se proclaman mensajes hirientes, que antes que ánimo en el Señor, traen desaliento.
Nuestro amado Dios a través de su profeta expresó un mensaje sobre el que debemos meditar con cuidado: "Mi pueblo ha sido como un rebaño perdido; sus pastores lo han descarriado, lo han hecho vagar por las montañas. Ha ido de colina en colina, y se ha olvidado de su redil" (Jeremías 50:1).
¿Cuál es su grado de entrega a la obra del reino de Dios?¿Por qué está en un ministerio, por amor a las almas o por el reconocimiento que tal posición genera?. La respuesta está en sus manos y, sin duda, es la base para que aplique los correctivos que considere oportunos frente a los errores cometidos en su desenvolvimiento ministerial.!Hoy es el día para cambiar!