El Evangelio De Hoy domingo 21 De Octubre De 2012.
XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO.
¡Bienvenidos. Hermanos y hermanas en Cristo Jesús!
El Señor este con Uds.Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo Resucitado que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir y a llevar una vida Espiritual llena de amor y paz.
Con alegría leamos la palabra.
Habla Señor, qué tu siervo escucha”.
Señor, creo en las Sagradas Escrituras que voy a leer,se que contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza y enciende mi corazón para que la palabra de Dios pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio de Tu Palabra, Tu Divina voluntad, lo que puedo y debo lo, que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar, como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.Señor, aquí tienes mi corazón abierto, dispuesto a Escuchar Tu Palabra con corazón sencillo y con la voluntad decidida para obedecerle...En TI esta la Luz y la salvación.Amen, y Amen
Primera Lectura.
Isaías 53, 10-11 *Cuando entregue su vida como expiación, verá su descendencia, prolongará sus años.*
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prolongará sus años. Lo que el Señor quiere prosperará por su mano Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos.Palabra de Dios.
Meditación
La primera lectura de hoy, tomada de la segunda parte del libro de Isaías, nos habla de la misión del ‘siervo sufriente’, es decir, de aquel redentor del Pueblo de Dios que ofrece su vida para ver el nacimiento de una nueva posibilidad, de una nueva descendencia. Este poema nos habla más de esperanza, de tenacidad y de lucha que de sufrimiento pasivo o resignación. La misión del siervo del Señor no es ver su cuerpo destrozado, sino servir de puente para las nuevas generaciones de creyentes que se han de inspirar en su particular estilo de vida. Por esta razón la “nueva descendencia” no se refiere, ni en el texto ni en la interpretación cristiana, a los descendientes biológicos, sino a una nueva generación de personas comprometidas con la Causa de Dios en favor de su pueblo, el pueblo pobre, dolorido y oprimido.
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Salmo:32
*Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.* Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.
Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
Segunda Lectura
Hebreos 4, 14-16 *Acerquémonos con seguridad a trono de la gracia*
Hermanos: Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.
Meditación
El escrito a los hebreos nos insiste en un tema que con frecuencia se nos refunde en la memoria: la mediación de Jesús para comprender el designio de Dios. Si prescindimos de él, de lo que él hizo y de lo que él significa para nosotros, estaremos vaciando al cristianismo de su esencia.
El Salvador a quien honramos no es un superhombre. Es un pobre hombre devorado por la angustia, torturado y ridiculizado, probado en todo como nosotros. Nadie, pues, debe sentir reparo ante El. Todos tenemos, cualesquiera que seamos, la posibilidad de reconstruirnos.
Después de haber anunciado que hemos sido salvados por la mediación sacerdotal de Jesucristo, el autor pasa a exhortarnos a permanecer en la "confesión de la fe". Probablemente alude con ello a un símbolo de la fe recitado en la liturgia bautismal y conocido muy bien por sus lectores. Y, aunque nosotros desconocemos exactamente la forma de este credo primitivo, sabemos que en él se confesaba que Jesús es el Señor y el mismo Hijo de Dios. Siendo Jesús el Hijo de Dios, el único Hijo, y, por otra parte, uno de nosotros y solidario con todos los hombres, es Mediador y nuestro sumo sacerdote. Su sacerdocio es "grande" y superior al de los sacerdotes del Antiguo Testamento. Si éstos penetraban una vez al año en el "santo de los santos", lugar construido por manos de hombre, por más que fuera el signo de la presencia de Dios en medio de su pueblo, Jesús, atravesando el cielo, llegó de una vez por todas a la inmediata presencia del Altísimo. Jesús es el verdadero pontífice que tiende el puente entre las dos orillas, entre Dios y los hombres. En él y por él hemos sido reconciliados con Dios. Pero esta grandeza y esta dignidad suprema de Jesús, como hijo de Dios y verdadero sumo sacerdote, no le impide conocer a los hombres. Pues Jesús, que es también un hombre, quiso hacerse solidario de todos nosotros y padecer nuestras propias debilidades. Y aunque es verdad que no tuvo pecado, fue probado o tentado lo mismo que nosotros.
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Santo Evangelio:
Marcos 10, 35-45 *El hijo del hombre ha venido para dar su vida en rescate por todos.*
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos del Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: "Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir." Les preguntó:- "¿Qué queréis que haga por vosotros?" Contestaron: "Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda." Jesús replico: "No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?" Contestaron /: "Lo somos" "Jesús les dijo: "El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado." Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniéndolos, les dijo: "Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos." Palabra del Señor.
Reflexión.
Precisamente una de las enseñanzas de Jesús fue su certera capacidad para develar las ambiciones de poder que se ocultaban en las intenciones aparentemente más buenas, como la de marchar con él hacia su destino. Jesús tiene esa gran capacidad de confrontar a todas las personas, y en el contraluz poner en evidencia todas esas piruetas que hace la conciencia para evadir la voluntad de Dios y dejarse arrastrar por los seudo-valores de la cultura vigente que conducen a la búsqueda desaforada del poder.
En este episodio, dos de los discípulos más cercanos de Jesús pugnan por convertirse en sus predilectos en detreminento de los demás. En efecto, Juan y Santiago, parecen estar más obsesionados por sus propios espacios de poder que en la obra redentora que Dios Padre realiza en Jesús, Dios Hijo. Juan y Santiago se mostraron tan mundanos, tan materialistas como muchas veces nos pasa a cualquiera de nosotros. Esos discípulos estaban tan mentalizados en ser parte de la Gloria de Jesucristo pero eluden el sufrimiento por el que Nuestro Señor tenía que pasar por amor a todos y cada uno de los seres humanos: ellos no alcanzaban a dimensionar la misión de Jesús en este mundo... pero parecía no importarles demasiado. No son pocas las ocasiones en que las cuestiones de este mundo nos hacen perder de vista las cosas de Dios. Es por eso que Jesús se muestra firme para no dejar de señalar el camino correcto y, con amor y dulzura pero con firmeza, amonestar a sus discípulos. Seguir a Jesús no es una carrera en donde los seguidores compiten entre si para ver quien "corre" mejor, quien es el más aplicado, quien recibirá una mejor recompensa. Seguir a Jesús no es estar pendiente de las apariencias y de los aplausos de este mundo. La humillación a la que Jesús hace referencia no es un desprecio de la propia persona, sino de un reconocimiento de la pequeñez de uno mismo y un abandono total a Dios. Seguir a Cristo es ponerse totalmente en manos de Dios, estar dispuestos a ser cotidianamente moldeados a su imagen y semejanza, por más que eso nos implique algunos sufrimientos. Seguir a Dios es dejar en sus manos el premio de la Vida Eterna, tal como Él lo tiene pensado y no como uno mismo pretende. Al fin y al cabo, los planes de Dios serán siempre infinitamente mejores a los de cualquiera de nosotros. Leí una vez en un libro sobre una carrera de 100 metros entre chicos con Síndrome de Down. En ese relato se cuenta que, a poco de llegar a la meta, el chico que iba segundo tropieza y cae... y, ante la sorpresa y emoción del público, el muchacho que estaba por ganar la carrera, al ver caer a otro competidor, se devolvió, lo ayudó a levantarse y juntos corrieron de la mano hasta la meta... ¡qué lección de vida! y pensar que muchos les dicen que son "discapacitados". Seguir a Jesús es ayudar a otros a que también lleguen a la meta. Seguir a Jesús no se fundamenta en ambiciones personales ni en caprichos... sino en que se haga la Voluntad de Dios tanto en la tierra como en el Cielo.
Señor Jesucristo, te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por perdonar mis pecados. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que sea.” Padre lleno de amor, tú que te complaces en la misericordia y no te dejas ganar en generosidad y compasión, perdona siempre nuestras faltas y todo aquello con lo que herimos a tus hijos alejándonos así de tu casa y de tu mesa, así, con la luz de tu Espíritu Santo reconoceremos que tu amor es más grande que nuestras faltas y volveremos a ti con un corazón contrito y humillado. Gloria y alabanza a ti, Señor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor.Amen,y Amen .
GRACIAS SEÑOR POR ESCUCHARNOS
Hermes Sarmiento G.
De Colombia
Cristiano católico
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Saludos, Dios los Bendiga. *
GRACIAS POR TU AMISTAD, FELIZ DIA.
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Nota Importante:
Las imágenes que utilizo en este mensaje, son a modo de ilustración, y no para adoración.
“No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: No te inclinarás á ellas, ni las honrarás; porque yo soy Yahvé tu Dios”. Exodo 20:4-5 |