Culiacán, Sinaloa. México. A 24 de noviembre del 2011.
Prologo:
“Lo esencial en la existencia del hombre es el hecho de que ha emergido del reino animal, de la adaptación instintiva, de que ha trascendido la naturaleza- si bien jamás la abandona y siempre forma parte de ella- y sin embargo, una vez que se ha arrancado de la naturaleza, ya no puede retornar a ella, unas vez arrojado del paraíso- un estado de unidad original con la naturaleza- querubines con espadas flamígeras le impiden el paso si tratara de regresar. El hombre solo puede ir hacia adelante desarrollando su razón, encontrando una nueva armonía humana en reemplazo de la pre humana que irremediablemente está perdida” “El hombre está dotado de razón, es vida consciente de sí misma; tiene consciencia de sí mismo y de sus semejantes, esta vivencia como individualidad y separatividad le provoca angustia; es, por cierto, la fuente de toda angustia”.- Erich Fromm (3)
“Somos los eternos desconocidos, y cómo había de ser que nos encontráramos, si nunca nos hemos buscado”, “La pulsión es un estimulo que proviene de una necesidad, misma que se elimina con la satisfacción, lo cual deriva en otras características dignas de tomarse en cuenta tales como la de que se trata de una fuerza constante, y no podemos huir de ella, como sucedería en el caso de un estimulo externo”.- Sigmund Freud (4)
“FRATERNIDAD COMO PULSIÓN”
La fraternidad tiene como “esencia” la unión de varios individuos con la finalidad de incrementar las posibilidades de conservar su existencia, este comportamiento se ha observado tanto en humanos como entre otros individuos del reino animal, lo que nos hace pensar que tal acción no es exactamente propia de la razón sino que es una pulsión que tiene sus orígenes en el inconsciente.
El hombre vive en medio de un telar de fuerza y leyes que muchas de ellas aún desconoce. El hombre es inmanente y trascendente al mismo tiempo de la naturaleza, vive en un universo regido por leyes y al mismo tiempo disfruta de la “libertad” de su razón. Todos obedecen las leyes asumiendo que sus actos son producto de sus deseos.
Se “dice” que gran parte de los actos en la vida del hombre tienen su origen en el inconsciente. Existen fuerzas que emergen desde esta oscuridad y el hombre le da forma en sus “detalles” y el “como” han de convertirse en actos.
Nacemos, vivimos y Morimos no cuando ni como lo deseamos. Desde Adam y Eva o desde el nacimiento de la humanidad, se ha entablado un enfrentamiento constante entre el Consciente, Inconsciente, el hombre y Dios, es una lucha por la “libertad” y la “razón” que inicio en un acto de desobediencia y donde el hombre se rebela contra las fuerzas de la natura y de Dios por medio de su mente y razón en desarrollo.
Para las personas es demasiado “pesado” considerar que los dioses moran en ellos como fuerzas potenciales en su interior. Las grandes religiones y teologías no hablan de un dios y un hombre como cosas separadas sino de un solo ser.
La energía, el ser, y dios son potencialidades mientras no se manifiesta en la acción, cobrando existencia en el momento del “fenómeno”, dejando de existir como una dualidad o pluralidad porque todos los “actores” se funden en una sola cosa… La manifestación.
El inconsciente manifiesta lo que el hombre es, al mismo tiempo que el hombre manifiesta lo que el inconsciente es; La fuerza manifiesta lo que el hombre es, al mismo tiempo que el hombre manifiesta lo que la fuerza es; Dios manifiesta lo que el hombre es, al mismo tiempo que el hombre manifiesta lo que Dios es, al dejar todos de ser potencialidades convirtiéndose en realidades a través del fenómeno o expresión.
En el universo todo vibra, todo se mueve; Cuerpo, emoción y mente solo poseen vida cuando están en movimiento, la vida es movimiento y acción la muerte es inmovilidad. El hombre solo está vivo cuando la fuerza vital de vida tiene manifestación por el movimiento en él. Dentro de esta variedad de dioses o fuerzas, los Griegos distinguían dos, Eros como la conservación de la vida y Thanatos la pulsión de la muerte, el resto son solo variantes donde sus modalidades son asumidas por la idiosincrasia cultural del hombre que se mueve entre el “ello” y el “súper yo”(1); La condición social y fraternal del hombre, solo son modalidades de la pulsión del gregarismo que en últimas instancias tiene su origen en la primera pulsión básica de todo ser vivo, la conservación de la vida.
El hombre como ser con consciencia, razón y memoria, es consciente de su pasado, presente y posible futuro y final. El hombre muere poco a poco cada día y esto lo sabe consciente o inconscientemente y le provoca un estado sin justificación aparente de angustia e incertidumbre, misma que trata de aminorar al tratar de encontrar un poco de alivio a su malestar a través de un gregarismo o fraternidad (2) que le brinde un incremento a la seguridad de vivir.
No solo de pan vive el hombre. El hombre vive tanto objetivamente como subjetivamente y se mueve en dos planos donde el externo cobra realización en el interno por medio de la acción, ahí es donde se encuentra el hombre verdadero, el hombre que es consciencia y mente y como tal, requiere confirmación de su existencia, pero ésta confirmación no la encuentra por sí solo y requiere que alguien o algo externo a él le confirma su realidad subjetiva, ésta confirmación solo puede encontrarla en su relación con el universo y la humanidad que le rodea.
Las luchas dentro de grupos o fraternidades es la búsqueda del poder para sentirse vivos. El hombre busca confirmar su existencia subjetiva al ver realizado el “rol” que está desempeñando en el uso del poder, mismo que utiliza para construir o destruir con el propósito de perpetuar su vida y la del grupo que representa.
En un grupo o fraternidad se observan “algunas” personas que ante la imposibilidad de realizarse por ellas mismas, buscan “cubrirse” por una autoridad superior en una relación simbiótica y sado-masoquista, donde uno se somete y el otro se impone sintiendo así incrementar su seguridad de vida.
Somos lo que nuestras ideas y nuestra fortaleza de vida es en proporción a la fortaleza de nuestras ideas. El hombre entre más sujeto esté a sus fuerzas instintivas, tiende a considerar como un peligro a todo aquel que difiera de sus ideas. El hombre considera como amenaza no necesariamente un peligro real, basta que él considere como posible tal amenaza para que está asuma realidad en su consciencia.
La evolución como un proceso de perfección y divinidad, tiende al autoconocimiento y dominio de uno mismo por medio de la “acción” y comprensión, llegando a convertir gradualmente al inconsciente más consciente y a Dios más humano y al hombre más divino; es un caminar mutuo del uno hacia el otro por medio del conocimiento como una experiencia por la acción personal.
El hombre tiende a evolucionar impulsado por fuerzas que emergen del inconsciente y a través de la relación con el universo y la humanidad. El hombre corrige al ver su imagen reflejada en el espejo de la humanidad, sin embargo la imagen que observa no es perfecta porque la misma humanidad no ha terminado de pulir el “espejo”; El individuo y la humanidad son una sola cosa y no es posible la evolución individual sin considerar el resto de la raza humana, porque la humanidad es un solo ser, de ahí la frase “Todo hombre porta dentro de sí a la humanidad entera”
El hombre es un ser social, la fraternidad es una necesidad inconsciente generada por la pulsión del gregarismo. Toda la humanidad es una sola “cosa”, lo que algunos portan en forma potencial en otros es fuerza activa. La evolución del hombre es la realización del ideal arquetípico de perfección de sí mismo. El evolucionar de la persona hace evolucionar también el arquetipo de modo que el final del sendero se pierde en la eternidad infinita.
Aquellos cuyo ideal es el poder por la destrucción y sometimiento de los demás, algún día comprenderán que no es posible la evolución en forma individual sino colectiva y que la evolución se da por la acción del servicio; El conocimiento es universal y quien lo posee no debe guardarlo como un instrumento de poder, sino compartirlo como la luz del sol para quienes son capaces de comprender. Quienes no comprendan lo anterior y provoquen daño y retraso a la humanidad por fines egoístas, algún día lo sentirán en su propia persona, porque “La siembra es voluntaria, la cosecha obligatoria”.
El inicio de toda evolución y estabilidad social, inicia en la claridad de mente. Pareciese que todo es un juego de espejos, donde la mente individual se convierte en espejo como de igual modo la mente colectiva se convierte en otro espejo y la mente cósmica se convierte también en espejo donde el testigo oculto observa desde la individualidad hasta la colectividad cósmica… “El todo es mente”.
Lo que yo veo en el “espejo” es mi imagen, sin embargo y paradójicamente no exactamente lo es. Percibo la imagen que yo soy capaz de percibir, como también es la imagen que el espejo puede proyectar. Humanidad y hombre deben evolucionar juntos, para que tanto “espejo” como “observador” alcancen una proyección y observación prístina de la realidad del “Yo Soy”.
El hombre se ve impulsado por fuerzas instintivas que le han ayudado en la conservación y evolución del género humano. La ciencia ubica al hombre dentro del reino animal, pero el destino del hombre es formar el reino humano y para ello, debe liberarse de su naturaleza inferior o animalidad por medio de la razón y el pensamiento. Las fuerzas instintivas deben estar al servicio de la voluntad y deseos del hombre y no al revés, para ello el hombre debe primero volverse consciente de las fuerzas que lo impulsan a sus espaldas.
Muchas palabras bonitas y propositivas se podrían decir sobre la fraternidad, pero aun la belleza tiene una razón de ser y ésta ocasionalmente permanece oculta a la vista casual del hombre ordinario; Repito la fraternidad es una necesidad inconsciente generada por la pulsión del gregarismo en un afán de incrementar la seguridad de sobrevivencia e impulsar la evolución en este sentido, porque la “fuerza de vida” no busca la inmortalidad individual sino de género, y en este intento evoluciona no solo la humanidad sino todo ser viviente en el cosmos.
Sociedad, fraternidad y gregarismo son en el último de los términos una misma cosa y contienen en sí un solo objetivo, la conservación de la vida por medio de la evolución hacia un individuo y sociedad cada día más perfecta y armónica por el desarrollo de sus facultades potencializadas humanas y porque no, la trascendencia de lo humano hacia lo divino.
El orden de las palabras “Libertad, Igualdad y Fraternidad” tiene su razón de ser, pues ninguna de ellas puede existir como realidad, si antes no se han logrado las anteriores. El hombre no puede evolucionar ni alcanzar el autoconocimiento de sí mismo sin la libertad, y solo puede observar su reflejo entre sus iguales, la fraternidad es el reconocimiento de que todos los individuos sin importar color, raza o credo, pertenecen a un solo ser o género llamado humanidad.
La multiplicidad es aparente, la división no existe; Dios, el Universo y la Humanidad son uno solo. El todo evoluciona al girar la rueda de la vida impulsada por el aliento divino de Dios y el constante esfuerzo del “ser” por conservar su consciencia.
¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es, habitar los hermanos igualmente en uno! Sal.133.
Fraternalmente
Lázaharo Hael,’,
Nota:
Pretendí escribir sobre la fraternidad, pero el alma es libre y lleva mi escritura hacia donde ella le place y a las alturas que desea.
El presente son reflexiones y meditaciones personales, no representan necesariamente la opinión de la orden.
No escribo para todos, sin embargo, Todos son invitados a leer.
Bibliografía:
(3).- La memoria del olvido.- Patricia Corres Ayala.
(4).- El arte de amar.- Erich Fromm.
Biblia.- Casidoro de reina (1569)
Glosario:
(1).- “El Ello: Su contenido es inconsciente y consiste fundamentalmente en la expresión psíquica de las pulsiones y deseos. Está en conflicto con el Yo y el Superyó, instancias que en la teoría de Freud se han escindido posteriormente de él.
El Yo: Instancia psíquica actuante y que aparece como mediadora entre las otras dos. Intenta conciliar las exigencias normativas y punitivas del Superyó, como asimismo las demandas de la realidad con los intereses del Ello por satisfacer deseos inconscientes. Es la instancia encargada de desarrollar mecanismos que permitan obtener el mayor placer posible, pero dentro de los marcos que la realidad permita. Es además la entidad psíquica encargada de la defensa, siendo gran parte de su contenido inconsciente.
El Superyó: Instancia moral, enjuiciadora de la actividad yoica. El Superyó es para Freud una instancia que surge como resultado de la resolución del complejo de Edipo y constituye la internalización de las normas, reglas y prohibiciones parentales.
(2).- Fraternidad: En su concepto abstracto implica siempre las nociones de unión, de respeto mutuo y de acompañamiento. Si bien todas estas características son las que hacen a las relaciones entre hermanos (o deberían hacer a ellas), los lazos de fraternidad pueden volverse extensivos a relaciones no consanguíneas en las que todos estos elementos estén presentes.