Lo que la Masonería propone al Mundo

La Francmasonería pone la Biblia sobre el Altar para analizarla intelectualmente, y se le dice a cada masón que está en su libre derecho de interpretarla, y de no creer ciegamente en lo ahí escrito. Tal es el espíritu de la Reforma Masónica subsistente aún en la Masonería Regular. Pero la glorificación que los masones regulares hacemos de la Santa Biblia como la sugerencia de que debe ser la gran luz de la Masonería junto con el simbolismo de la Escuadra y el Compas, esta invalidado por la concesión que hace a los demás masones pertenecientes a religiones distintas a la cristiana, de sustituir la Biblia por el Sagrado Corán en las Logias Musulmanas, y así por otras tantas religiones y sus libros sagrados.

Pero esta concesión no resuelve el problema ni es, por tanto favorable a la tan anhelada realización de la confraternidad humana que es la gran meta de la Masonería Regular, pues una vez de borrar diferencias derivadas de las varias religiones dogmáticas, las deja subsistentes en las logias compuestas de masones de una sola religión, hoy por la internet los foros masónicos están representados no sólo por masones de otras religiones no cristinas, sino por “No Masones” e incluso por Ateos y Agnósticos. En contra del espíritu masónico que no inquiere ni debe inquirir sobre las creencias individuales de los demás. Y así para la iniciación el candidato a la iniciación masónica lo único que pide la Masonería es que el hombre y la mujer crean en Dios y sean libres y de buenas costumbres.

Muchos aseguran acertadamente de la marcada diferencia entre Religión y Masonería, que según ya lo dijo el Francmasón y Pastor Anderson: la Masonería es la en que todos los hombres honrados están conformes y todos pueden aceptar a los demás con sus diferencias, porque es la esencia, el fundamento, la sustancia, el espíritu de la verdadera religiosidad. Mientras que las falsas religiones dogmáticas que amortiguan el espíritu religioso en una densa envoltura de absurdos dogmas, exclusivas confesiones y formulismos atroces que excluyen a todos los demás que no aceptan sus ideas, formulismos que han sido una de las más poderosas causas de enemistad entre los hombres. Y como la Biblia y el Corán han sido entre muchos otros fundamento de las religiones dogmáticas y fanáticas, y si han de ser fieles a los masones al espíritu y objeto de una Institución, cual es realizar en la vida terrena la fraternidad humana, muchos piensan que el Corán y la Biblia deben desaparecer de las Logias, porque en derecho masónico no pueden haber logias acogidas al fanatismo, ni es necesario ningún libro sagrado para atestiguar la creencia en Dios.

Una Logia Masónica ha de ser el Lugar más sagrado donde se venere al Ser Supremo sin necesidad de dogmatismos religiosos, y donde no quepan diferencias confesionales o religiosas. Así una Logia Masónica ha de ser el lugar donde hombres y mujeres se reúnan en busca del perfeccionamiento individual y colectivo, trabajen juntos en un taller para mejorar las condiciones del mundo y construir un sagrado templo no hecho de manos humanas sobre cuyo pavimento ajedrezado reúna a gentes de todas la razas y credos, y bajo su techo de abovedado celeste se eleven a los planos más superiores la silenciosa y más ferviente oración representada en buenas obras para la humanidad, y así en una oración que no sea de palabras y pedidos personales, y entonces Dios entenderá que no se le busca a Él por la recompensa de un cielo o un paraíso, como lo buscan los musulmanes y cristianos, que siempre están ávidos e interesados por ser recompensados. Y así, el masón nunca está esperanzado en un Cielo o en una recompensa por una buena acción o por una Oración.

En este lugar que es una Logia, en este Taller Masónico y en este Gran Templo de hombres libres de buscar ser recompensados de alguna forma por Dios, así la sinceridad hacia Dios se hace evidente. Y así reunidos hombres de todas las Razas y Nacionalidades, pues la fraternidad masónica les invita a dejar atrás los dogmas religiosos y las pesadas cadenas de sus restricciones absurdas, todos esos formulismos atroces, los adjetivos de odios y resentimientos que los separan, y así al final entrarán con el alma inmortal henchida de gozo espiritual y amor fraternal que a todos nos unirá.