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General: Una Milenaria Doctrina Masónica Desconocida--
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De: Alcoseri (Mensaje original) |
Enviado: 07/02/2018 15:55 |
Una Milenaria Doctrina Masónica Desconocida--
La ciencia moderna está avanzando en el proceso de descubrir cómo funciona el universo, pero ni siquiera se ha preguntado para qué está. Si el universo nos resulta demasiado extenso para considerarlo en su totalidad, podemos pensar en estudiar el sistema solar o, reduciendo más aún, la Tierra”. ¿Quién se pregunta para qué sirve esta importante pieza mecánica? El mismo hombre es otra máquina construida perfectamente, más próxima a nosotros que cualquier otra. ¿Nos preguntamos nosotros mismos para qué sirve este ingenioso aparato? ----------- Hombres y sociedades, científicos y no científicos, intentan correr el velo que oculta el futuro. Todos estamos de acuerdo en que la humanidad está en una seria crisis y hasta se llega a dudar de que pueda sobrevivir. En todos estos estudios, es difícil ver por algún sitio que alguien se dé cuenta de que la primera pregunta a plantear es si la existencia de la Tierra y de la humanidad, que la ocupa, sirve para alguna finalidad útil o no. Es raro, porque estamos haciendo constantemente esta pregunta para entidades secundarias, como organizaciones humanas, y actividades similares. Sin duda, nos encontramos satisfechos de nuestra actitud utilitarista y estamos dispuestos a despreciar y rechazar cualquier cosa que no tenga una finalidad útil, y nos sentimos orgullosos de la capacidad del hombre para convertir los recursos naturales en algo útil. ----------- La vida de la Tierra es increíblemente compleja. Es un mecanismo tan ingenioso por su capacidad (no sólo para su propio mantenimiento, sino para evolucionar a estados más complejos), que es verdaderamente asombroso que nadie se haya preguntado para qué sirve. ----------- Si se hubiese limitado a fijarse en esta pregunta, se hubiese hecho merecedor a un puesto especial entre los pioneros del pensamiento humano. Como ya hemos visto, la pregunta se ocurrió y se convirtió en la idea fija de su mundo interior: ¿Cuál es el sentido y el significado de la vida en la Tierra en general y de la vida humana en particular? ----------- Esta podría ser una pregunta lógica y natural, pero, cuando nos preguntamos por qué no se le ocurre a toda persona que piensa, entramos en lo más profundo de nuestra situación humana. Estamos tan enfrascados en nuestros problemas objetivos que no nos paramos a reflexionar en una pregunta objetiva: ¿Para qué existo? Durante más de dos mil años, los filósofos han estado intentando contestar a preguntas tales como ¿cuál es la Realidad y cómo podemos conocerla? Han dado de lado a la pregunta ¿quién ha hecho esto y por qué?, bien por considerarlas sin respuesta o por pasarla a los teólogos para que suplan las deficiencias de la razón con la revelación y la fe. ----------- Los teólogos están de acuerdo en que la primera parte de esta pregunta ha sido revelada: la vida de la Tierra y la del propio hombre ha sido creada por Dios. La segunda parte, la han dejado al margen por inexplicable. Un escéptico podría hacerse eco de las palabras: “Si Dios ha hecho esto, ha cometido un acto de suprema imprudencia”. Este comentario parece más actual hoy que hace ochenta años. Los que no pertenecen a ninguna tradición tradicional, especialmente los que dudan de la existencia de Dios o la niegan, se quedan sin respuesta y generalmente se conforman con rehusar estos temas del origen y el destino, por encontrarlos carentes de significado. Si se acepta que la utilidad de la creación debe estar unida a la existencia de un creador, Dios y utilidad son dos conceptos que parecen mantenerse o caer juntos. Es más, si Dios no necesita nada, no se puede decir que busque una utilidad. Aquí hay algo terriblemente insatisfactorio. Si nos fijamos en las religiones y las filosofías orientales, veremos que dan poca importancia a la utilidad y, por tanto, no piensan en la necesidad de explicar nada, sea lo que sea. ----------- El Budismo, en todas sus formas, rechaza estas cuestiones, por considerarlas superficiales, e insiste en que el objetivo de la existencia del hombre es su propia necesidad de evadirse, que más que sufrimiento significa el estado de la propia encarnación, que condiciona al hombre. La única excepción significativa es la religión de Zaratustra, que enseñaba que tanto la vida de la tierra como la del hombre, dotado de inteligencia, fueron creadas para estar aliadas con el Espíritu Bueno Ahura Mazda en la lucha contra el poder de las tinieblas. Los himnos Avestanes están llenos de referencias a la función del hombre como colaborador en el proceso cósmico. Por ejemplo, el Yasna tiene la siguiente invocación: “¡Podemos ser de los que renuevan el mundo y hacen que progrese!”. A partir del siglo XVII, el pensamiento europeo se ha fijado cada vez más en lo natural y cada vez menos en lo sobrenatural. Cuando se empezó a conocer que la naturaleza está regida por leyes que el hombre puede descubrir y cambiar para su propia utilidad, la conquista del conocimiento y el poder se convirtió en una obsesión. La pregunta “¿para qué está todo esto?” parecía tener una respuesta muy simple: “Todo esto está para el hombre y para su satisfacción”. El significado auténtico de la palabra utilidad ha pasado a ser lo útil al hombre encauzado hacia fines humanos. ----------- A finales del siglo XX, cuando se empezaron las investigaciones, la ciencia y la religión empujaban al hombre en direcciones distintas; pero ninguna de las dos tenía en cuenta esta pregunta sobre el sentido y el significado de la vida humana en la Tierra. Las dos podían decir que conocían la respuesta, pero ninguna habría sido capaz de explicar su significado. ----------- Ahora, pasados años, cuando el siglo XXI está entrando en su primera década, tenemos que hacer frente a las consecuencias de haber olvidado esta pregunta. Todo el futuro de la humanidad se ve amenazado por esa sensación de inseguridad producida por la idea de que la vida no tiene ninguna finalidad ni la existencia del hombre tiene ningún sentido. Hoy día, hay pocos que puedan aceptar la doctrina de que Dios creó al hombre para que Lo amase y Lo sirviese en la tierra y, después, viviese con El en la Gloria Eterna. Las ingenuas ideas del cielo y el infierno, que convencieron a nuestros antepasados, no tienen ningún significado para el hombre moderno, ni siquiera bajo la sofisticada forma que le dan los teólogos, para que no desentonen con el progreso de la ciencia. Es raro, por tanto, que no se haya hecho nada por encontrar una explicación más convincente del significado de la vida en la Tierra. Es raro, porque los científicos saben perfectamente que la ciencia no puede, por sí misma, dar una respuesta a preguntas cómo ésta, pero, por otra parte, saben que hay una desesperada necesidad de un enfoque de la vida que restablezca la confianza en un mundo desconcertado. Se quedan atónitos ante el instrumento, pero no se preguntan, qué es lo que están haciendo. Nos equivocaríamos si dijésemos que nadie se pregunta “¿Qué es la vida?”. Por el contrario, todos nos hacemos esta pregunta alguna vez, a veces sin profundizar y otras veces deseando una respuesta, vista así, la pregunta puede desviarse sutilmente. Considerada en toda su objetividad, es un grito personal del corazón. Queremos que nuestras vidas personales signifiquen algo y, si estamos satisfechos con nuestras relaciones humanas y nuestras actividades externas, pretendemos olvidar que no tienen ninguna relación con esta idea superior. El sufrimiento del mundo continúa, aunque un individuo sea feliz o desdichado. La pregunta: “¿Por qué es así el mundo?” está en la mente de todos nosotros y, aunque la respuesta no sea acertada, debemos ver hasta dónde pueden llegar los sabios del mundo en busca de una respuesta satisfactoria. ----------- Hay dos escuelas principales del pensamiento. Una se conforma con la búsqueda continua de las leyes accidentales, con lo que podemos conocer “cómo actúa todo” para después hacer que “todo actúe” según nuestra conveniencia. Rechaza toda cuestión relacionada con la finalidad, que no sea el progreso en el conocimiento y el poder del hombre, y la falta de significado. Aunque no desprecien la fe y los principios religiosos, lo consideran como algo sin importancia para sus designios. La otra escuela pretende dar una explicación a los fenómenos naturales, y, al mismo tiempo, mantener una creencia en unos designios sobrenaturales. Son, en realidad, dualistas, que aceptan dos tipos de realidad, una natural y otra sobrenatural, pero no se consideran capacitados ni obligados a buscar un puente que las una. ----------- Si no nos gustan estas evasivas, tendremos que reconocer, por lo menos, que los religiosos han cometido un grave error al tratar de dar una razón para creer. El fallo desastroso de los distintos argumentos racionales para demostrar la existencia de Dios ha llevado a la conclusión, también engañosa, de que la imposibilidad de demostrar Su existencia es la misma que encontramos para demostrar Su no- existencia. El argumento del “orden del universo” se puede encontrar todavía en muchos textos de teología. Los piadosos creyentes dicen todavía: “¿Podéis dudar que este trabajo maravilloso, sea la obra de un Artífice Supremo?”. Uno a uno, la ciencia ha ido invalidando todos los ejemplos: primero, demostrando que el mundo físico está regido por unas leyes universales, que no tienen una finalidad determinada, y, en segundo lugar, demostrando que la vida de la Tierra pudo haber evolucionado desde formas simples, y éstas, a su vez, de combinaciones químicas casuales de la materia inerte. El argumento del “orden del universo” había perdido toda su lógica y con él, al menos así parecía, había desaparecido virtualmente toda necesidad de buscar un Creador. ----------- Ni los filósofos ni los científicos se han dado cuenta de la trampa en que han caído; todo este argumento era completamente antropomórfico. El hombre consideraba los seres naturales, vivos o inertes, como hubiese considerado las obras humanas. Suponía que un pájaro estaba dotado de alas porque Dios quería que volase o que un hombre estaba provisto de cerebro porque Dios quería que pensase. Cuando quedó claro que las alas y el cerebro se pueden considerar como instrumentos para sobrevivir en la lucha por la vida, parecía que ya no hacía falta ninguna explicación. No se le ocurrió a nadie que pudiese haber una finalidad distinta a toda finalidad humana, que no tenía que estar por fuerza al alcance del entendimiento humano. La ciencia ha anulado el horizonte del hombre en lo que excede los límites de la existencia terrenal, sin darse cuenta los científicos de que estos horizontes supraterrestres son los que han permitido nuevas vías de pensamiento sobre la naturaleza del mundo, de las que han surgido los cambios de escala que han hecho que las filosofías egocéntricas queden descartadas para siempre en toda consideración responsable. ----------- ¿Cómo es que la masonería, antes de acabar el siglo XX, estaba planteándose esta pregunta que entra de lleno en el meollo del tema? Nada de lo que hemos visto en las enseñanzas de las técnicas y sus sucesores justifica la suposición de que la masonería planteare entre los masones la pregunta o la respuesta. El mismo asegura categóricamente que esta era su propia pregunta y que, como se ha dicho antes, se convirtió en la “idea fija de su mundo interior ... “. ----------- Casi todo lo que han escrito tanto los admiradores como los detractores de la masonería guarda relación con sus ideas psicológicas y con su forma de vida. Ambas cosas son importantes, pero no justifican la frase, que dice: que hay pruebas inequívocas de que algunas de las ideas de la masonería son de origen “milenario”. En el presente se puede examinar algunas de estas ideas y considerar su puesto en un nuevo sistema de valores, que podría ganarse la aceptación y consideración de toda la humanidad. ----------- Los valores y las finalidades son inseparables. Si todas las situaciones tuviesen el mismo valor, no nos propondríamos ninguna finalidad. Si hay una situación que tiene valor para mí, me esforzaré para alcanzarla, con una intensidad proporcional a la importancia que le doy en ese momento. Los valores más concretos y más vivos proceden de las necesidades más poderosas. Necesitamos seguridad y alimentos para nosotros y los que dependen de nosotros, por lo que nuestro esfuerzo primario procede de la finalidad que crea esta necesidad. No tenemos claro cuáles son nuestras necesidades, superada la de la conservación de la vida, y, por tanto, no tenemos clara ninguna finalidad de mayor alcance. Si algo se nos presenta como necesario o deseable, lo que equivale a decir que se nos presenta como un valor, y esto nos convence o nos condiciona tratamos de conseguirlo, con lo que ya pasamos a considerarlo una finalidad. En otros tiempos, los hombres no se daban cuenta de que sus “finalidades” las dictaban las presiones sociales y los instintos animales y que, además, se ajustaban a costumbres y las conveniencias. Una de las principales aportaciones de la ciencia en los veinte últimos años ha sido demostrar hasta qué punto se pueden controlar las intenciones del hombre por el condicionamiento, la sugestión y otras presiones sociales. A esto hay que añadir la sensación general de incomodidad, especialmente entre los jóvenes, que se han liberado de las influencias condicionantes de la sociedad. ----------- Hay una situación muy seria, en la que se ven implicadas muchas personas que se dan cuenta de que no pueden aceptar un sistema de valores que ya no tiene sentido, pero tampoco puede inventarse sus valores propios, ya que dicho sistema tiene que ser subjetivo y divisorio. “Lo que es alimento para un hombre es veneno para otro”. No podemos creer que la vida humana tiene una finalidad absoluta, como nos dice la religión, ya que ahora podemos ver con toda claridad que dicha finalidad no tiene ni verificación ni significado. No podemos aceptar nuestra propia finalidad y rechazar las demás, ya que esto enfrentaría a todos los hombres unos contra otros. No podemos tampoco encontrar una finalidad humana común, que no pondría al hombre en conflicto con la naturaleza, cómo, indudablemente, ya está. ----------- La única posibilidad que nos queda es buscar el significado de la vida en la Tierra, y de la humana en particular, en un contexto más amplio, pero no infinito, de la Tierra, el sistema solar y hasta la galaxia,en la que nuestro Sol no es más que una mota de polvo. Si hay una finalidad grande e importante, que excede los límites de la experiencia humana, nuestra vida y toda la vida de la Tierra habría de estar relacionada con ella. Si pudiésemos estar seguros de esto, tendríamos un sistema de valores libre de todos los defectos de los que actualmente rigen nuestra vida. ----------- Argumentos de este tipo tienen que habérsele ocurrido a muchos masones, y es posible que este problema empezase a tomar forma en sus mentes, ya que en ella llega a su punto más alto la creatividad de los pensadores abstractos, como los matemáticos. La deslumbrante precocidad de algunos masones sirve para una rápida intuición del problema, pero no para el descubrimiento de su solución, que va contra los moldes del pensamiento –religiosos y seculares, filosóficos y científicos- que estaban extendidos por todo el mundo a principio de siglo y que siguen dominando todavía hoy. ----------- La respuesta que la masonería da a la pregunta: “¿Cuál es el sentido y el significado de la vida en la Tierra?”, es básicamente distinta de cualquier otra consideración religiosa o racional. “Es muy probable que haya en el mundo una ley de conservación recíproca de todo lo que existe. Ni que decir tiene que nuestras vidas sirven para mantener o conservar algo en el mundo, bien sea mayor o menor”. ----------- “La Asamblea de los Iluminados”, que ha existido desde tiempos de los sumerios y floreció plenamente con el imperio bactriano, coincidiendo con las doctrinas de Zoroastro. Después de Zoroastro, desapareció durante cien generaciones y ahora empieza a divulgar por el mundo su “Doctrina Desconocida”. He llegado a suponer que ésta es una Sociedad Masónica milenaria. ----------- ¿Cuál es esta doctrina masónica? La conservación recíproca, en su sentido especial, significa que el universo tiene una estructura o esquemas, según los cuales todo lo existente produce energía o substancias que son necesarias para el mantenimiento de otros seres. ----------- El masón hoy utiliza los términos evolución e involución para describir el proceso. Involución es el proceso de transformación según el cual energías de alto nivel actúan sobre energías inferiores, por medio de un aparato que les proporciona el entorno y las condiciones convenientes. El cuerpo humano es un aparato de este tipo, igual qu cualquier otro organismo viviente. La Tierra también facilita un ambiente adecuado para que energías de alto nivel, como la radiación solar, puedan actuar sobre elementos más pasivos de la superficie de la tierra y de la atmósfera. La involución es entrópica, lo que quiere decir que el nivel máximo de energía se va degradando en los diversos cambios involutivos. ----------- La evolución es un proceso inverso. Es la producción de energía de alto nivel, a partir de niveles inferiores. También se requiere su aparato, y no puede producirse si no es en presencia de una energía de nivel superior. La vida es un proceso evolutivo, que va contra lo lógico y verosímil. El proceso de transformación del hombre es evolutivo. Va en contra de la corriente de la vida: “El trabajo masónico está contra la naturaleza y contra Dios”. ----------- No obstante, el trabajo no se podría realizar sin la “Ayuda de Arriba- Dentro de unos límites, el proceso evolutivo puede empezar en un punto donde concurren una combinación ocasional de diversas circunstancias, pero este inicio prometedor se quedaría en nada si la fuerza superior no aportase su intervención. Esta noción es muy importante para comprender la evolución del hombre lo mismo como raza que como individuo. En la mayoría de los casos, el movimiento inicial se produce por una combinación accidental, que basta para producir la necesidad de evadirse de la corriente involutiva que conduce a un estancamiento; pero esta misma necesidad lleva a la involución y la desorientación. En cambio, bajo influencias conscientes y creativas, nos puede guiar, empezando así un verdadero movimiento evolutivo. ----------- Como se dice , esto es lo que sucede en los planetas, donde se producen, accidentalmente, formaciones capaces de producir movimientos automáticos. El Creador observa estos acontecimientos y solo interviene cuando ya han ocurrido, para dirigir el proceso y hacer que siga adelante. ----------- Esta situación accidental está dentro del campo de posibilidades, establecido por las leyes naturales para la transformación de la energía. |
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Image Credit : Nicolas Mirguet
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