El Templo de las Luces.
Transcurría durante una época de oscuridad que dos hombres se encontraron en el camino. Y no es que fuera en realidad una edad de tinieblas, sino que los ojos de las personas estaban cubiertos por una oscura venda que no les permitía ver.
Estoy en la búsqueda de un Templo cerca de aquí, su no nombre es el Templo de las Luces, dijo el primer hombre.
Casualmente, yo vivo cerca de aquí, y puedo indicarte el camino que lleva al Templo de las Luces, dijo el segundo hombre.
Debería poder encontrarla solo. Me han dado las instrucciones y las sigo, dijo el primer hombre.
¿Entonces por qué me hablas acerca del Templo de las Luces?
Una de las instrucciones fue que a lo largo del camino comentara de esto a todo mundo.
¿De modo amigo que lo que quieres es llevar a cabo las instrucciones?
Sí, es de suponer que podría encontrarme con otros interesados en encontrar el Templo.
Pero, mi amigo llegando hasta aquí donde todos sabemos de la ubicación del Templo, sería más que conveniente para ti recibir nuevas instrucciones de un residente de esta región, especialmente porque de aquí en adelante el camino es tortuoso, peligros y muy difícil.
Confío mucho en lo que se me ha dicho ya que la información me ha conducido hasta esta región. Perdón, pero no puedo estar tan seguro de ti.
¿De modo que, a pesar de confiar en la persona que te envió aquí, no te ha instruido en quién confiar?
Eso puede ser cierto, pero confiar es un instinto.
Amigo buscador, ¿Tendrás alguna otra meta?
No, solamente encontrar el Templo de las Luces.
¿Puedo preguntarte por qué ese afán tuyo de encontrar ese Templo?
Porque se me ha dicho de buena fuente que es allí donde podrán socorrerme de mi ceguera espiritual.
Tienes razón amigo buscador, pero hay un requisito según entiendo y además más información. Me pregunto si has pensado al respecto, las cosas no son tan fáciles en esta región.
¿Cuáles son?
El requisito previo para poder ver por medio de la ayuda que te brinden en el Templo de las Luces es que sepas ver; paradójico, no lo crees.
No puedes asegurarme eso.
Claro que no, en una edad de tanta oscuridad como ahora, nada es certero.
¿Qué debo hacer para saber ver?
Debes estar abierto a que veras algo totalmente nuevo, incluso saber que lo que llegaras a ver cambiará tu vida por completo. Puesto que lo que verás algo sorprendente.
Pero , existe más información.
¿Cuál es esa Información?
La información es que el Templo de las Luces es sólo un nombre, ahí no hay Luz verdaderamente, simplemente ahí en ese lugar te quitan la venda que cubre tus ojos.
La verdad no sé que son las Luces, pero parce evidente que tú me engañas, no sé de vendas que cubran mis ojos, no sé de saber ver. A final de cuentas, no sé lo que busco.
El Templo de las Luces puede tener muchos significados, tantos como hombres y mujeres en el mundo, muchos opuestos a otros. Por este camino uno se topa con personas, que por sí mismas se arrancaron las vendas que cubrían sus ojos y quedaron cegadas por la intensa Luz, otros voltearon sus ojos hacia el lado equivocado.
El que te quiten la ceguera que padeces, no es garantía de que sepas percibir con exactitud lo que verás, llegar a Ver correctamente es como una Gracia Divina.
No puedes probarme todo eso que dices, dijo el buscador. Y agregó: probablemente tengas motivos para confundirme, y seas un malvado que pretende que yo no encuentre el Templo de las Luces.
El segundo hombre le contesta: No soy ni peor, ni mejor de lo que piensas. En vez de prometerte Luz, y permitirte que supongas que encontrarás allí la cura a tu ceguera espiritual. Yo que tú, averiguaría si te encuentras por merecimiento a tus acciones próximo a un Templo semejante, y si eres capaz de saber “Ver” una vez que te quiten la venda que cubre tus ojos ahora.
El buscador del Templo de las Luces dijo: de todos modos me empeñaré en ser admitido en el Tempo, de permitir que se me quite la venda que cubre mis ojos, y sobre todo que me instruya el cómo saber ver.
En un destello de Intensa Luz, los dos hombres de pronto se vieron dentro del Templo de las Luces se miraron mutuamente y comprendieron que estar dentro del Templo sólo tenía un significado: “El Despertar de la Consciencia”.
Las luces son nuestros hermanos de todo el Universo Masónico, con su luminosidad nos iluminan. Este mundo, en el que vivimos es un escenario iluminado por una potente Luz Divina, si no la vemos es por la venda que cubre nuestros ojos.
A este relato se le atribuye el poder de mantenernos contacto telepático, bridándonos un instrumento que nos provoca la necesidad de la búsqueda interna y un contacto espiritual sin fronteras de tiempo o de espacio.
Vicente Alcoseri
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