Durante el ritual masónico , el Maestro Masón simbólicamente sobre las ruinas del primer templo (el de Salomón) tendrá que reconstruirlo y, para acceder al segundo recinto, es decir el Santuario , debe pasar simbólicamente por el mar de bronce y purificarse allí. Esto recuerda las abluciones propias de todas las religiones ya que con agua a los llamados a nivelar el camino y subir a la montaña para escuchar la palabra viva. Por lo tanto, la consciencia del iniciado es llevada al mundo psíquico, el mundo del alma (simbolizado por el agua) y se activa en dos planos simultáneamente: el plano terrestre o híbrido y el plano psíquico.

Si entrar en el Templo masónico hay un paso obligatorio y es dejar atrás al profano mundo cotidiano, para entra el mundo de la Luz, y es ahora que comienza realmente la carrera de su regeneración, cursa en medio de las dos columnas que registran su renacimiento, esta frente al Ara Sagrada y renueva sus juramentos. Por lo tanto, el iniciado se apegó al servicio del Templo y se convirtió en ministro de fervoroso amor a la humanidad; entró ya en el recinto geométrico. Ante él ve la estrella de 5 puntas, y la “G” al centro, es el sello de la unión y la armonía.

La iniciación masónica resulta idéntica a cómo sería hace 12, 000 años en Göbekli Tepe toda iniciación comienza y termina en este nivel de consciencia, el de separarse al menos por unos momentos del Mundo de afuera , y penetrar en el Mundo de los Misterios.

A fuerza de intrepidez, perseverancia y ritualización es que descubrimos en todo su esplendor el Nombre sagrado escrito en letras de fuego. Es la raíz de todo, la vida de todo el universo. La visión y el reconocimiento de este Nombre eleva nuestra conciencia incluso al plano espiritual o iniciático; Allí el masón es liberado para siempre del mundo de la oscuridad, ya que ha logrado identificarse con el espíritu inmortal universal.

Pronto, quizás, después de este descubrimiento extraordinario, el iniciado sabrá la pronunciación el nombre sagrado ... Esto le dará el bautismo del Espíritu de fuego, el tercer nacimiento, el nacimiento en el mundo divino y el Entrada al tercer recinto: el Lugar Santísimo o Sanctasanctórum. El tercer nacimiento, la tercera iniciación , la exaltación al sublime grado de Maestro Masón, es obtenido por el pronunciamiento del NOMBRE del Gran Arquitecto del Universo, abre la última etapa que lleva a estar en su reintegración final.

El descubrimiento del Nombre transpone al hombre al estado hierático representado por el altar de los juramentos , el Ara Sagrada. En este estado también, el Masón estará revestido con el cuerpo de luz y restaurado a sus primeras funciones y prerrogativas. La Palabra divina nació en el templo de su corazón, o sea en su interioridad.

Pero antes de aspirar a un destino masónico tan alto, que incluso sobre pasa todos los grados masónicos conocidos, concentrémonos primero en asumir en nosotros los sentidos simbólicos del mar de bronce, las dos columnas , el Ara Sagrada y el piso ajedrezado de nuestros templos.

Mar de Bronce: Nuestra propia Purificación

Las Dos Columnas: Resolver nuestra propia Dualidad

El Ara Sagrada: Nuestro Centro de Gravedad psíquica.

El Piso Ajedrezado: El Teatro de Operaciones , nuestro propio Escenario.

Todo esto para resolvernos a nosotros mismos.

Alcoseri