La Masonería y su obsesión por el Secreto
Lo que se dice es que , como los No Masones no saben que se dice, elabora, trama y se hace dentro de las Logias en secreto y a Puertas Cerradas , los No Masones temen a esto y se usa como arma , ya que los profanos no sabrán nunca hasta donde se extienden los tentáculos de la Orden Masónica, que pueden llegar estos tentáculos hasta el Kremlin , el Vaticano , o a mismo Capitolio en Washington.
Hoy la Masonería ya no es exclusiva de Grandes Logias o Grandes orientes , puede ser operada en círculos de Logias Salvajes , esto es Logias no Juridiccionadas a ningún cuerpo masónico oficial , confederación de logias , supremos concejos etc. Estas Logias Masónicas Salvajes pueden operar dentro de países en donde la masonería este prohibida.
Así , el que no se sepa que se hace dentro de las Logias es su arma más poderosa , por ello el secreto en Masonería.
La masonería ejerce tanto fascinación como repulsión. Suscita los enamoramientos más apasionados y los odios más feroces. Estas reacciones desmedidas tienen su origen en una profunda incomprensión de lo que realmente es la Masonería. Comparada por unos como con una secta peligrosa y escurridiza , otros toman a la Masonería con un club empresarial y político que atrae oportunistas y finalmente son atrapados en su telaraña , despierta curiosidad o sospecha. Los juicios que emitimos sobre La Masonería rara vez se miden, y la mayoría de las veces surgen de la fantasía, pero muchas de las veces la realidad masónica supera a la fantasía . El aspecto esotérico de las prácticas masónicas, en particular su sistema simbólico y ritual, participa de esta relación fantasmagórica que lo profano mantiene como con algo perverso pero de gran atractivo, y ven en la Masonería como a la encarnación de Lucifer o de la Gran Bestia 666 .
Además, la falta de transparencia comunicacional de la institución masónica es en parte responsable de esta mitificación, incluso mistificación, con efectos en ocasiones más nocivos que beneficiosos, ya que miles de masones fueron y ahora son perseguidos y asesinados en muchos lugares del mundo; por el solo hecho de ser masones. Inicialmente pensada para proteger a los seguidores, la opacidad institucional en el secreto parece mantener el misterio, propiciar malentendidos y tergiversaciones de todo tipo. Por lo tanto, es legítimo preguntarse si recurrir al remedio del Secreto , en este caso específico, no agrava la enfermedad que pretende tratar.
Si el silencio se dirige principalmente a la comunidad laica, debe aclararse, no obstante, que la regulación de la expresión también se impone internamente. Dentro de la propia logia, durante las reuniones -llamadas “Tenidas”- donde se realiza el trabajo masónico, en ciertas Logias no en todas los Aprendices no pueden expresarse. Permanecen en silencio durante un período variable, que suele ser de uno o dos años. Esta medida, destinada a enseñar paciencia al adepto, pero también a desarrollar su capacidad de escucha e introspección, frena gradualmente cualquier inclinación a la charla inútil y las intervenciones inoportunas. Al estar así sometido a una estricta disciplina, el masón se acostumbra a no hablar indistintamente, lo que fortalece aún más su capacidad de callar cuando se encuentra en el mundo profano. A continuación, cuando el Aprendiz de Masón alcanza el Grado de Compañero y recupera el uso de la palabra, queda sujeto a ciertas reglas. Cualquier intervención es objeto de una solicitud al Venerable Maestro que dirige la logia, quien puede concederla o no pero también interrumpirla, si el tenor del discurso le parece contrario a los principios masónicos de tolerancia y templanza, por ejemplo. Además, estas restricciones de idioma preparan al adepto para el camino iniciático, que se basa esencialmente en un modo de aprehensión y comunicación no informativo, como veremos.
El proceso iniciático, o la primacía de la experiencia y la transmisión sobre la información
Más allá de los secretos de pertenencia, ritos y grados, tal y como enumeran, existe otro tipo de secreto, más codiciado por los amantes del sensacionalismo, y que ha causado que se viertan ríos de tinta. Es la clave del sacro masónico, el elemento que verdaderamente distingue al iniciado del no iniciado. Algunos querían ver en ella una revelación de primer orden, y planteaban la idea de que sólo unos pocos elegidos masones entre los hermanos que trabajaban en los grados de la Maestría de las “Logias del Tercer Grado ” serían poseedores de ella. Se pueden colocar razonablemente estas opiniones, que espesan aún más el misterioso bagaje de la masonería, en la categoría de mitos y otras creencias populares que han hecho soñar a generaciones enteras durante varios siglos, desde el tesoro de los Templarios hasta la Piedra Filosofal de los alquimistas.
Los masones, por su parte, estamos de acuerdo en que el "Secreto Masónico” no es realmente uno, sino un intricado engranaje de secretos combinados. Según los testimonios dejados por muchos hermanos masones , difícilmente sería una información valiosa para un No Masón , pero si, ocultada a sabiendas por los miembros de la hermandad para que no caiga en manos inadecuadas. Por el contrario, este famoso secreto residiría en el sentimiento íntimo que acompaña el proceso iniciático de cualquier adepto, así como su búsqueda de la palabra perdida y la unidad.
Ahora bien, en la medida en que la Masonería debe ser vivida para ser aprehendida, esta experiencia íntima, cuyo valor intrínseco suprime cualquier intento de análisis conceptual, es esencialmente inefable. Así podríamos decir: “No violaremos ningún secreto porque el único verdadero secreto masónico en el camino de la luz es el de una experiencia incomunicable. O también: "... en una comunión silenciosa, los seres profundos se unen y se reconocen más allá de las palabras", y "el iniciado calla porque las frases dicen algo distinto de lo que siente" .
En el corazón mismo del trabajo masónico, por lo tanto, parece no ser propicio para la narrativa, lo que naturalmente limita la propensión a una charla innecesaria . Es cierto que el francmasón puede hablar bien sobre esta experiencia límite, pero le es imposible traducirla en palabras y, por lo tanto, incluso transmitir sus sentimientos a aquellos que no la han experimentado ellos mismos. La inutilidad de una narración que resultaría trunca e imperfecta podría explicar la escasez de testimonios dejados por los infiltrados, mucho más que la prohibición de dicho fenómeno.
Esta observación nos lleva a abordar, de manera más amplia, la cuestión de la especificidad masónica. Sin embargo, esta especificidad, de la que el "secreto" antes mencionado es la ilustración significativa, permite comprender mejor las deficiencias de comunicación que sufre la institución desde hace mucho tiempo. Basado en prácticas rituales y en el estudio de un complejo sistema simbólico , el espíritu de la masonería NO parece ser el opuesto al que anima los usos tecnológicos ligados a la comunicación moderna, ya que el hacer Masonería se adapta a cada época y lugar. La tradición ocupa un lugar primordial, y la construcción material debe servir de modelo para la transformación interior del seguidor. Lejos las alegorías masónicas de representar simples ornamentos estéticos, metáforas que sólo tienen una tenue relación con la filosofía de los "Hijos de la Viuda" , las herramientas de la Masonería operativa son el alegórico sustrato mismo del trabajo especulativo. El iniciado usa el mazo, el cincel, la regla y el compás, en particular, como tantos modelos para destruir sus prejuicios, cuadrar su pensamiento, enderezar su juicio y pulir sus sentimientos. Sus gestos, finalmente, se hacen según la escuadra, el nivel y el compás .
A los mundos virtuales que ofrecen las Nuevas Tecnologías por la Internet a través de los simples medios digitales, hasta un día llegar a telepresencia en hologramas y a la velocidad de difusión que ofrece Internet, a la información efímera y "Fake" que transmiten los medios de comunicación de masas, la masonería prefiere adaptarse al mundo virtual, tan igual como si fuera en una materialidad sublimada en Logia, no importando tanto si es una presencia física o virtual de los miembros de la comunidad – creadora de lazos sociales –, la paciencia necesaria para toda hermenéutica así como la transmisión de los masónicos valores universales y atemporales, se puede transmitir por la vía internet . Hoy se distingue dos tipos de comunicación contradictorios que nos parece que puede aplicarse con provecho al caso de la masonería. La “política de la comunicación” de nuestra sociedad moderna, que entra en “un pacto de lealtad con la tecnología”, NO se opone a la “política de la memoria” de la Masonería, basada en una herencia simbólica común y un sentimiento de comunión. Hoy se ha mostrado hasta qué punto la comunicación tecnológica y la transmisión humana NO dependen de lógicas diferentes . Mientras que la comunicación tecnológica , mayoritariamente sincrónica, tiende a evolucionar sobre el eje espacial y a dialogar entre emisores/receptores a distancia, en torno a una información que rápidamente es golpeada por la obsolescencia, la transmisión presencial , más voluntariamente diacrónica, conecta las generaciones más allá de los siglos y une a los miembros de una comunidad en torno a valores compartidos, perpetuados por las ideas arquetípicas que la contienen. Pero la brecha entre la Masonería presencial y la Masonería en Línea cada vez es más parecida , y la frontera entre las dos se borra.
La iniciación masónica privilegia la interpretación antes que la información, la mediación simbólica en Logia se adapta a la cobertura mediática tecnológica . El ritual que sustenta las ceremonias masónicas otorga gran importancia a los intercambios interpersonales, la Masonería por internet potencializa la interacción entre Masones y también entre no masones . La función fática en Masonería que se le atribuye, desplaza la atención otorgada al contenido informacional hacia la forma relacional.
¿Cómo es la función fática del lenguaje en Logia?
La función fática, también conocida como función relacional, es aquella que se centra en el canal comunicativo presencial o virtual que permite la transmisión de la información entre emisor y receptor. En el caso, por ejemplo, del lenguaje hablado o por escrito , el canal de la idea son leer o escuchar.
Esto quiere decir que la función fática tiene lugar cuando se utiliza el lenguaje para verificar la disponibilidad e idoneidad del canal comunicativo, antes de comenzar el intercambio de información. De este modo, se verifica que no existan tropiezos o barreras en el canal, los cuales podrían deteriorar la calidad de la comunicación, cuando no impedirla del todo.
Para ello, se emplean alocuciones que carecen mayormente de significado propio, pero que sirven para retroalimentar la comunicación, o sea, para confirmar que todo está listo para que el emisor emita y el receptor reciba.
Recursos de la función fática en Logia Masónica
Saludos, que pueden servir para iniciar un canal de comunicación o expresarle al emisor que uno está listo para oírle o leerle , como el Clásico TAF, o saludos fraternales , es cuanto etc .
Preguntas no referenciales, o sea, preguntas que no tienen que ver con el mensaje comunicado, sino con el propio acto comunicativo, como “¿me lees ?” o “¿Sigues allí?”.
Frases y partículas de acompañamiento, como “ok”, “ajá”, “claro” y otro tipo de palabras que realmente carecen de sentido propio, pero sirven para hacerle saber al interlocutor que su mensaje llega sin interrupciones y puede continuar emitiéndolo.
Ejemplos de la función fática en Logias Masónicas:
El ritual masónico, es cierto, incluye una importante parte oral, prueba de que las dimensiones expresiva y cognitiva no están apenas ausentes. Además, los gestos inherentes al ceremonial están constituidos por signos que, por no ser lingüísticos, son sin embargo portadores de un significante y un significado, cuyo vínculo es nada menos que arbitrario. Sin embargo, la presencia física con el otro y sobre todo la comunión con el grupo, supuestamente alcanzando su clímax cuando el "Egregor" se hace sentir , suplantan el interés que un relato puede abarcar, en la medida en que esta experiencia simbiótica participa de la “metanoia” o transformación de la consciencia. Como la mayoría de los ritos de iniciación y paso, ampliamente estudiados por masones , el ritual masónico se esfuerza por lograr una conversión del ser, una mutación radical del pensamiento y el comportamiento mediante la incorporación de nociones previamente meditadas, que supuestamente provocan un despertar de la consciencia . En esta puesta en práctica de la espiritualidad masónica , que en muchos aspectos se deriva de una dramatización catártica de tipo aristotélico, reside la eficacia de la iniciación y, más ampliamente, el efecto per -formativo del fenómeno ritual. Pero una apropiación tan íntima, donde el cuerpo juega un papel de soporte o incluso de catalizador, aleja irremediablemente al masón de cualquier manifestación lingüística superflua.
Alcoseri