La búsqueda de la Verdad (Cuento sufí)
La búsqueda de la verdad es recorrer un laberinto profundo hacia uno mismo; es el camino que nos enseña sabiduría e intuición, para ver de manera clara el engaño y la manipulación, provengan de donde provengan. Es un viaje en solitario que te lleva a la cima de la libertad; es en ese momento cuando la verdad se descubre ante ti tal y como es. Y si quizás ocurre que dejas de verla un tiempo, será la señal para iniciar de nuevo su búsqueda. Una vez que la has visto ya no te dejas llevar por las apariencias.
Un cuento de la Tradición Sufí nos habla sobre la búsqueda de la verdad y dice así:
Una vez un joven noble e intrépido oyó un día que la Verdad era la más hermosa de las doncellas, y que el afortunado que la encontrara quedaría extasiado y satisfecho para siempre. Inflamado por el anhelo de hallar semejante belleza, desde ese mismo instante decidió consagrar su vida a la búsqueda de la Verdad.
Primero la buscó en los libros de sabiduría y de filosofía, pero descubrió incesantemente nuevos libros que desmentían, con pruebas y argumentaciones, las verdades publicadas anteriormente.
Continuó su búsqueda y se adentró en las religiones, pero le ocurrió lo mismo. Cada religión pretendía poseer la Verdad última; cada doctrina pretendía poseer la Verdad y cada una refutaba a la otra.
Entonces decidió buscarla por sí mismo, aunque para ello tuviera que recorrer el vasto mundo. Así fue como se hizo peregrino y anduvo por los caminos, y preguntó en cada pueblo y en cada ciudad: «¿Conocéis la Verdad? ¿Vive aquí?».
Y en todas las ocasiones obtenía la misma respuesta:
«¿La Verdad? Sí, pasó por aquí hace mucho tiempo. Pero se marchó y nadie sabe adónde se fue».
Habiendo trascurrido más de la mitad de su vida, el joven se convirtió en un hombre maduro. Cuando hubo visitado todas las ciudades de todos los países, nuestro buscador de la verdad abandonó la sociedad de los hombres y se dirigió hacia la naturaleza. Preguntó, entonces, a los valles y a los ríos, a la montañas y a los bosques, a los árboles y a las flores, si conocían la Verdad. Y los mares, los peces y los pájaros, cada uno con su lenguaje, le contestaban invariablemente: «¿La Verdad? Sí, la vimos pasar por aquí hace tiempo. Pero no se detuvo, y quién sabe dónde se puede encontrar ahora».
El hombre buscador de la Verdad se hizo viejo, mas no desistió en su búsqueda. Paraje tras paraje, fue escudriñando cada rincón del planeta… Tras haber agotado los recursos de la sabiduría, de los hombres y de la tierra, llegó a un vasto desierto de arena blanca y le preguntó a la ardiente arena: «¿Sabes tú dónde vive la Verdad?». Y el desierto le respondió: «¡Pues claro! ¡La Verdad se encuentra aquí! ¡La Verdad soy yo!».
Pero a fuerza de buscar la Verdad, el noble anciano, tras su larguísimo e incansable viaje, había aprendido a reconocer los artificios y a evitar las tentaciones. Supo inmediatamente que el desierto mentía, así que prosiguió su camino.
Finalmente, llegó al fin del mundo. Allí se encontró con una gruta oscura y profunda. El anciano entró en la gruta con la luz de un candil, y entonces descubrió que algo se movía en la negrura. Se trataba de una mujer muy vieja y que tenía una horrible apariencia. No obstante, él la reconoció al instante: era la Verdad. A pesar de su aspecto desagradable, se inclinó ante ella y le dijo:
«Te he buscado por todo el mundo, y tú no estabas en ninguna parte. Partí cuando era joven, y heme ahora convertido en un viejo. ¿Por qué te ocultas a todas las miradas? Todos te esperamos y te escuchamos. ¿Por qué huyes de tus amantes? Si te parece bien, deja tu retiro y acompáñame al mundo».
La Verdad no respondió.
El anciano insistió durante días y días, pero la Verdad siguió muda. Entonces, cuando comprendió que ella jamás abandonaría su cubículo umbrío en aquel rincón del fin del mundo, le dijo:
«Antes de marchar, te ruego que al menos me confíes un mensaje que pueda llevarme y pueda transmitir al mundo de tu parte. Lo llevaré a los océanos, a los lagos y hasta las altas cumbres. A los peces del mar y a las aves del cielo revelaré tu consejo. A las bestias y a los hombres llevaré el mensaje de la Verdad. Así podré decirles a los sabios y hasta a los místicos: “¡Aquí tenéis una palabra auténtica de la Verdad!”».
Entonces, la Verdad, esa dama vieja y de desagradable apariencia, levantó sus ojos y mirando profundamente al anciano, pronunció estas palabras:
«Ve y diles que soy joven y bella».
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La Masonería Invisible, un tema de lo más intrigante
¿Conocen la historia real de la Masonería Invisible como, una organización secreta a la que culparon de provocar la Revolución francesa? ¿Es la Masonería la instigadora la Independencia de los Estados Unidos y otras luchas independentistas ? ¿Es cierto que la Masonería Invisible sigue activa hasta hoy 15 de agosto de 2023 y maneja el mundo desde las sombras? ¿Quién no ha oído hablar alguna vez de los Superiores Desconocidos , esa organización secreta que aparece con frecuencia en la cultura popular? ¿Es la Masonería Invisible una organización paralela a la Masonería visible que podemos encontrar activa en cada ciudad o pueblo del Mundo? ¿Es la Masonería Invisible una organización de Elite que controla al Mundo desde las sombras? Son mucha preguntas , y seguro algún masón que nos lea haya tenido contacto alguna vez con esta masonería invisible.
Cuando se habla de esa masonería que controla el mundo , no debemos entender que es esa masonería que vemos operando a la vista de todos , y cuyos edificios podemos ver por calles y avenidas de nuestras ciudades.
Podemos encontrar referencias de esta Masonería Invisible en novelas, películas, cómics, videojuegos, series de televisión... Siempre acechando en las sombras, como misteriosos antagonistas de recursos ilimitados, conspirando sin descanso para controlar los núcleos de poder y establecer un Nuevo Orden Mundial, con un gobierno totalitario global que sustituya a los actuales estados soberanos.
Pero... ¿son los masones superiores desconocidos Grados 34º solo personajes de ficción? No son pocos quienes creen en su existencia real, e incluso señalan a personajes públicos como posibles miembros de esa organización secreta: a Vladimir Putin , los Rockefeller, Barack Obama , a presidentes latinoamericanos, empresarios y diversos actores de cine ... Cualquier figura relevante es susceptible de pertenecer a la Masonería Invisible, son esos que poco veras o nunca veras en Logias Masónicas convencionales .