Iniciación, Camino de la Vida
La Iniciación Masónica , nos abre un camino hacia el autodescubrimiento
¿Cómo es la iniciación un camino de vida para el masón? ¿Qué propone, cuál es su objetivo?
Se puede resumir en una palabra que encontramos en todas las tradiciones: logro. Realización significa hacer real; Pero ¿qué tenemos que hacer realidad? esencialmente dos cosas que son potenciales dentro de nosotros, un orden mundial y un ser espiritual.
De hecho, a través de la iniciación primero debemos hacer real en nosotros un orden del mundo; porque la Masonería dice que es un orden del mundo, que el mundo está sujeto a leyes, que toda vida está sujeta a leyes, que la vida es un diálogo incesante entre orden y desorden y que, si el tiempo normal es una tensión hacia el desorden, la iniciación es un logro del orden.
Esta iniciación tiende entonces a hacer real en nosotros un ser potencial, al que llamamos espiritual, cósmico o trascendental; algunos lo llaman divino; pero las palabras no importan y no tenemos que dejarnos engañar por ellas aunque hayan sido distorsionadas por determinadas religiones o tradiciones; Por tanto, la iniciación debe llevarnos a concebir primero este ser espiritual, a darle vida y luego a llevarlo a la madurez.
El objetivo fundamental de la iniciación es, por tanto, hacer real un orden cósmico y dar nacimiento a un ser espiritual que es potencial dentro de nosotros. Esta iniciación puede conducir, en unos pocos casos verdaderamente excepcionales , a lo que se ha llamado iluminación, es decir, a la fusión última y total con el cosmos y con el primer principio.
¿Qué medios se nos dan para ser iniciados? Son de dos órdenes, el trabajo sobre nosotros mismos y los ritos. Podemos resumir el trabajo sobre nosotros mismos en tres palabras: despertar, ascetismo, conversión.
El despertar nos permite tener una conciencia clara de lo que es la iniciación y el deseo de esforzarnos por conseguirla. El despertar nos hace perder la conciencia de que primero debemos transformarnos a nosotros mismos, que primero debemos actuar sobre nosotros mismos antes de querer actuar sobre el mundo, porque debemos transformarnos incluso antes de querer transformar el mundo, porque quizás basta con transformarse uno mismo y. actuar sobre uno mismo para actuar sobre el mundo y transformarlo. Ascetismo, desde nuestra entrada en la masonería, nuestro ritual nos dice que la iniciación es una sucesión de muertes y renacimientos y que esta sucesión de muertes y renacimientos sólo se puede lograr a través del ascetismo y las pruebas. El ascetismo también nos permite, y esto es fundamental, volvernos transparentes primero para nosotros mismos, luego para los demás y finalmente para el mundo, oscureciendo lo que las tradiciones llaman, según los casos, el ego o el yo, es decir un yo específico. ser que está dentro de nosotros con sus problemas, sus impulsos, sus complejos, sus necesidades, su voluntad de poder y de hacer, que nos impide, cuando es demasiado importante, ser transparentes, serlo para nosotros mismos y para los demás.
Este ascetismo nos permite, por tanto, por un lado, nacer y renacer en diferentes planos espirituales a través de las pruebas y, por otro, tender a la transparencia.
La tercera palabra es conversión, pero en su verdadero sentido; Tampoco aquí debemos dejarnos engañar; La conversión define, fundamentalmente, el paso de una mirada exterior a una mirada interior, de un oído exterior a un oído interior, y por tanto de un acercamiento exterior al mundo y a uno mismo a través de los sentidos, a través de la razón y a través de la mente, a una mirada interior, un enfoque real de nosotros mismos, y esto para conocerse mejor a uno mismo. En efecto, es esencial conocerse a uno mismo porque conocerse a uno mismo es conocer las leyes de la vida; somos un microcosmos a imagen del macrocosmos: estamos unidos por las mismas leyes que cualquier fenómeno viviente, por tanto, si llegamos a conocernos a nosotros mismos, entonces conoceremos “el universo y sus dioses”; Es además uno de los objetivos de los símbolos, mitos y ritos permitirnos este conocimiento externo, fundamentalmente diferente del conocimiento intelectual o científico porque es experimentado, global e inmediato; esto es lo que la iniciación nos debe permitir, experimentar de manera total e inmediata lo que somos y lo que es el mundo; pero esto exige una conversión, es decir, pasar de la escucha exterior a la escucha interior, es decir, estar en busca de nuestra interioridad. En efecto, si tenemos que hacer real en nosotros un orden del mundo que allí es potencial y si tenemos que hacer nacer en nosotros un ser espiritual, debemos “convertirnos”, debemos buscar esta verdad que está en Nosotros.
Entonces la primera herramienta que nos permite acceder a esta iniciación es el trabajo personal.
El segundo es el rito. Hay que decir una y otra vez que el rito es una mediación y que el rito es operativo.
El rito es una mediación; no es una meta en sí misma; no somos fetichistas que practicamos el rito por el placer de practicarlo; practicamos el rito porque es el medio, la herramienta que se nos da para vivir este orden del mundo y realizarlo.
El rito es más operativo. No es una obra de teatro, una abstracción, un juego intelectual, se relaciona con la realidad, en su esencia misma; el rito da vida y construye porque hace real este orden del mundo en la Logia y en nosotros; de este modo nos santifica haciéndonos conformes a las leyes de la vida, al orden ideal del mundo, al “orden del cielo” de la tradición cabalista judía .
El rito es operativo; así, un ritual de apertura de la logia construye un templo, real y concretamente. Además, cada vez que construimos un templo con la ayuda de nuestro ritual de apertura, hacemos que el orden del mundo y de la vida sea un poco más real dentro de nosotros. Asimismo, un ritual iniciático es operativo en el sentido de que realmente, concretamente, verdaderamente crea un ser espiritual, en el sentido de que le da vida; Además, cada vez que vivimos un ritual iniciático, nos damos cuenta un poco más de este ser espiritual que está dentro de nosotros.
Esta operatividad del rito significa también que el tiempo que construimos para cada traje sólo es perfecto en la medida en que todos los hermanos que están en sus respectivas columnas colaboran con todo su ser, con toda su alma; si de hecho uno de ellos no participa, algo falta en esta logia, por lo tanto imperfecta, mal formada.
Asimismo, durante un ritual iniciático, el ser que intentamos dar a luz sólo puede ser perfecto si todos los masones que están ocupando sus respectivas plazas viven con él esta iniciación, mueren con él, sufren con él y renacen con él. Si uno de ellos no participa, se perderá algo en el Egregor durante mucho tiempo.
Por tanto, debemos decir que estos rituales iniciáticos de apertura deben ser experimentados por todos y de forma completa, sin afectividad ni intelectualidad, simplemente mediante una decisión global y total de todo el ser.
Por eso la iniciación es un camino de vida, un camino de vida primero para el masón, luego un camino de vida para la masonería. En efecto, es porque hace realidad, porque se da cuenta, que hacer masonería puede permitir a los masones ser hombres y mujeres de luz y a la masonería tender a cumplir su destino que es ser uno de los lugares más espirituales del presente siglo XXI.
"QQ:. HH:. masones y HH:. No Masones , debemos reconocer que nuestra verdadera naturaleza es desconocida para nosotros mismos, por tanto debemos auto descubrirnos . Vivimos en una ilusión de nuestra propia importancia, sin darnos cuenta de nuestra verdadera condición. Debemos aprender a mirar dentro de nosotros mismos, a observar nuestras acciones y pensamientos sin prejuicios, para descubrir la mentira que nos gobierna, y liberarnos de ella, para eso es exactamente la iniciación , iniciar a comenzar a liberarnos .
La auto valoración exagerada de nosotros mismos ,es un obstáculo para el verdadero conocimiento de nosotros mismos. Debemos superar este umbral para avanzar en nuestra búsqueda espiritual. La primera condición para trabajar en nosotros mismos es cambiar nuestra apreciación de nosotros mismos. Debemos ver en nosotros mismos cosas que no habíamos visto antes, y reconocer nuestra verdadera naturaleza.
La medida de nuestro ser no se encuentra en nuestro talento, educación o cultura, sino en la calidad nuestra visión interior. Debemos aprender a ver, a mirar dentro de nosotros mismos con sinceridad y honestidad. Solo entonces podremos conocer nuestra verdadera naturaleza y vivir en armonía con nosotros mismos y con los demás.
Es que debemos pagar el precio para conocer la verdad. Debemos pagar con nuestros prejuicios, convicciones y mentiras. Solo entonces podremos encontrar la realidad y vivir en la luz de la verdad."
Alcoseri