Los Constructores De Nuevas Catedrales

 

 

“ Encontrar el sentido de la vida es la cuestión humana más acuciante ”, esta cita nos recuerda que cada uno de nosotros está llamado a construir paso a paso el sentido de nuestra vida. Este significado, único para cada uno de nosotros, no se le puede imponer a nadie. Una cosa es segura, y creo que es válida para cada uno de nosotros: el proyecto ha estado, está y seguirá plagado de dificultades, dudas, pero también de verdaderas alegrías. Desde una piedra tosca, hay un largo camino hasta llegar a una piedra tallada. Es este camino, este viaje iniciático que debe vivirse acompañado de hermanos y hermanas, unidos en la fraternidad y la apertura de miras tan neCésaria en el camino hacia el conocimiento. Fueron tantos los desafíos a que se enfrentaron a diario en las obras los antiguos constructores de catedrales, entendiendo que, ellos también utilizaron la piedra como materia prima, desbastada y moldeada por generaciones de constructores para dar origen a edificios grandiosos. Un trabajo que requería conocimientos y habilidades, solidaridad y espíritu fraterno. Elementos y valores mutuos que nos unen en nuestro camino masónico, para levantar nuestro edificio y conducirnos en nuestro camino iniciático. Debemos comprender el espíritu operativo con el que se construyeron estos magníficos edificios, la utilidad de tales obras, para comprender que efectivamente existe un vínculo, muy fuerte, entre nuestras actividades masónicas especulativas. y la de estos antiguos constructores operativos. Todo esto me llevó a hacerme una sorprendente pregunta masónica: “ ¿Qué nos llevó de ser constructores de Templos, a construirnos a nosotros mismo como auténticos Templos ?” ». Enfoque operativo: ¿Qué es una catedral en el siglo XII? Alrededor de la Construcción de un Templo o Catedral se describe una atmósfera, de Orden y Cooperación: “ Cuando las catedrales estaban en etapa de construcción , la participación de los obreros era completamente unánime. No fueron los círculos directivos religiosos desde el Vaticano los que operaron con su mano de obra, fue el pueblo, el país el que participó . El teatro de operaciones estaba en las catedrales ”. Esta frase resume el estado de ánimo y la atmósfera que podemos encontrar en estos edificios religiosos. En el siglo XII, la catedral era el espejo de la vida de la ciudad; no era sólo una iglesia dedicada al culto, sino que conservaba el carácter de un sitio sagrado, similar a lo que se describe en el Libro de la Ley o Santa Biblia , relativo a la construcción del Templo del Rey Salomón . Así se mantuvieron las catedrales hasta el siglo XIV, tanto edificios religiosos como civiles. Lugar de encuentro, de vida e intercambio intelectual, social y cultural, allí se discuten todas las inquietudes sociales de la época, ya que nuestro trabajo uniformado transforma nuestro templo en un lugar dedicado al trabajo de las ideas, donde el individuo 'se enriquece individualmente en comunidad. La catedral es una reproducción íntima y matemática de la estructura del universo a escala humana, reproduciendo una imagen reducida de la creación: los tres niveles que componen el universo " cielo, tierra y mundo subterráneo ", así como también lo es el hombre, un universo en miniatura, un microcosmos, compuesto de espíritu, alma y cuerpo. La catedral representa al mundo y al hombre al mismo tiempo, conectando al hombre con su creador. Enfoque especulativo: cómo nuestro trabajo refleja el de los constructores: Como acabamos de ver, la catedral es la mediadora entre el hombre y su creador. El constructor operativo tuvo la pesada tarea de levantar este edificio que en definitiva tenía, por analogía, las mismas funciones que nuestros actuales templos masónicos, un lugar donde el hombre debe elevarse hacia la luz, donde aprende, busca la Verdad, trabaja por la solidaridad y fraternidad entre hombres. En estas catedrales, los hombres compartieron y maduraron sus conocimientos permitiéndoles ser intelectualmente libres, esa riqueza inestimable que es la libertad de comprender, de poder aportar su propio camino y su contribución a las cuestiones sociales, de expresarse sin prejuicios ni predisposiciones. Nuestro deber masónico es también mantener y levantar este edificio, y en ello la Masonería nos permitirá aislarnos del mundo profano para avanzar hacia la verdadera luz. Recordemos esta cita : “ La masonería, institución esencialmente filantrópica, filosófica y progresista, tiene por objeto la búsqueda por la verdad, el estudio de la moral y la práctica de la solidaridad; trabaja por el mejoramiento material y moral, por la perfección intelectual y social de la humanidad ”. Encontramos los primeros vestigios de organizaciones obreras en la época de la construcción del Templo de Salomón y la leyenda de HIRAM el arquitecto de los arquitectos. Se reconoce una jerarquía en tres grados que no son los dados por la Biblia, sino los de los grados masónicos: aprendices, compañeros y maestros. El paso de un nivel a otro se realiza a través de una ceremonia de iniciación, se transmite una contraseña que permite el reconocimiento en el nivel superior. El vínculo entre este sistema organizativo y la masonería es muy fuerte: nuestro templo llega incluso a ser una reproducción del templo de Salomón. Pero no es sólo nuestro templo el que es una representación de la obra de HIRAM, nuestra iniciación será en sí misma una reproducción de la vida de HIRAM quien, habiendo completado el edificio espiritual, fue luego asesinado por tres malvados compañeros que querían extraer los secretos adquiridos sin pasar por el debido proceso de aprendizaje. El asesinato de Hiram pone de relieve el objetivo que nos ofrece nuestra obediencia a través de su sistema iniciático: buscar lo que se ha perdido en sí mismo, reunir lo que está disperso y difundir por todas partes la luz sobre todo esto. La muerte de HIRAM permite a la Masonería dar a luz un nuevo HIRAM en cada maestro. Muere a ti mismo para renacer en la luz pura que trae la iniciación a este grado. Con regla y palanca en mano, durante nuestra iniciación o aumento de salario al grado de compañero masón , descubrimos las siete artes liberales. El trabajo de reconocer las artes liberales como herramientas al servicio de nuestra conciencia y de la ley ética por la que estamos vigilantes y atentos nos ayuda a ajustarnos a las “ reglas ” dictadas por nuestra conciencia, a las leyes morales que debemos preservar y a distanciarnos de todo fanatismo y de toda fe ciega. ¿Son las artes liberales el peso que debemos poner en la palanca que nos permita separarnos de nuestros metales, de nuestros dogmas, para encontrar el camino que nos elevará como hombre y masón para construir nuestro templo interior? Actuar con la regla y la palanca es, por tanto, actuar con la ley y el deber. Las artes liberales son las herramientas en las que se realizará nuestro compromiso masónico. Desde hace siglos, generaciones de masones se han sucedido en este asombroso proyecto de mejora intelectual, social y material de la humanidad. Tomamos prestados de los operarios constructores las herramientas (compás, cuchara de albañilería , escuadra, llana, geometría sagrada , matemáticas, etc.) y los valores morales (iniciación, transmisión de conocimientos, fraternidad, respeto y escucha) que hoy utilizamos con fuerza y ​​vigor. El arte del trabajo simbólico como herramientas de comunicación e introspección nos permite levantar y sellar las piedras de nuestra construcción interna, el simbolismo es un vector de intercambio universal y reconocido que permite la apertura de miras de todos los masones y masonas sin ningún límite. Construir…iniciar es empezar algo nuevo, iniciar un camino hacia otra forma de pensar sobre la sociedad, sobre uno mismo y la humanidad. El propio trabajo de descenso, el famoso VITRIOLO, nos permitirá trabajar sobre nosotros mismos y mejorarnos y construir nuestra libertad de pensamiento: justa, cuadrada y nivelada. Hace unas líneas arriba acabamos de hablar de la analogía en el trabajo entre la masonería operativa de los constructores y nuestra masonería especulativa, de que la meta es el progreso del hombre hacia la libertad, el conocimiento y la luz para el mejoramiento de la humanidad. El yo ya no está solo, el pensamiento ya no es personal. Platón decía que " el hombre es un ciego que va por el camino correcto ", el ciego desconocía la naturaleza de la sensación visual, se formaba ideas de ella pensando según el modelo geométrico que le proporcionaban sus sensaciones táctiles. La iniciación nos trae la luz que nos permitirá trabajar sobre nosotros mismos para enseñarnos a comprender y construir nuestra libertad de pensamiento directamente a través de los sentidos de nuestro intelecto y a no formar ideas falsas, servidas por no sé qué dogma listo para consumir. . El hombre empecinado , solo encerrado en sus supuestas verdades nunca conquistará nada, el hombre empecinado en sus propios dogmas no es príncipe, no es señor y no es rey ​​de sí mismo y de su templo, nada crecerá jamás en él, se encuentra entonces en un proceso de esterilidad social, para el hombre empecinado su rey y señor será su fanatismo. Es neCésario confrontarnos con las ideas de las masas, y ese es el desafío, preparar, alentar la idea de una introspección personal sobre el futuro teniendo en cuenta sólo la propia verdad, siempre conocida, que no es la de mañana, pasado mañana, la verdad de ayer es diferente a la de hoy, para ser viables, nuestras ideas deben confrontarse constantemente con el mundo real . Esta transformación de la piedra en bruto en catedral es para nosotros los masones, es la reproducción de nuestra propia iniciación masónica, una aventura que comienza con una introspección dentro de uno mismo, a través de uno mismo para una futura influencia en la humanidad. Cito a Sócrates: “ Uno de los preceptos más importantes de la sabiduría es conocerse a uno mismo ” fin de la cita. Querer hacer el bien de la humanidad requiere sobre todo un trabajo de autoconocimiento, visitando el propio " yo " profundo para descubrir la luz que nos permite realizar el trabajo masónico, es este trabajo el que el masón debe hacer. Su objetivo no es transformar a la humanidad sino también construir templos para mejorarla mediante la difusión del conocimiento, una aproximación al conocimiento de uno mismo y así al descubrimiento de diferentes formas de pensar. La masonería no hizo las revoluciones sociales , sino que simplemente introdujo las nociones de libertad, tolerancia e igualdad política, y esto detonó las revoluciones y las luchas por la independencia. La masonería no desarrolló una concepción del capitalismo o del socialismo en la economía del siglo XIX, pero introdujo una noción de justicia social y de progreso en el corazón de la sociedad de la época. La masonería no mejora a la humanidad al tener una influencia directa sobre ella; construye catedrales de ideas de todo tipo que tendrán una influencia positiva mucho más brillante en la mejora material y moral de la humanidad. ¿No somos cada uno de los masones verdaderas catedrales de la masonería? y la iniciación masónica sería el proceso de transformación hacia lo verdadero, lo justo y el bien para la humanidad. Iniciación, proceso complejo que permite la creación de elementos únicos, eslabones de la Masonería, siendo el hombre el centro de la obra y del universo. La masonería por tanto construye a los hombres como el constructor levantó la catedral, el objetivo de mejora de la humanidad es el mismo, seguramente estamos en un proceso más moderno, más industrial pero siempre con el mismo objetivo: cambiar al hombre, que mejorándose mejora la sociedad. Revelando la luz a los hombres donde levantar toneladas de piedras curiosamente sigue el mismo proceso: un rito compuesto de 3 grados de elevación: El primer grado de elevación constituye la elección del lugar de construcción. La determinación del círculo primitivo paso operativo permitiendo determinar el espacio de la construcción donde las primeras figuras geométricas organizarán la ubicación de la construcción. Para nosotros los masones, esto representa la conciencia de querer trabajar para levantar nuestro edificio personal, es la elección de la obediencia masónica y el compromiso personal que queremos aportar a ella. Es también la elección de nuestra logia, el corazón de nuestro edificio, el espacio de trabajo donde aprenderemos, recibiremos y luego daremos las herramientas que nos permitan recorrer el camino de la luz: elección de nuestra logia madre, de estos símbolos y su rito. . Para establecer el equilibrio de la construcción en este nuevo terreno, el aprendiz utiliza el nivel y la plomada para asegurar la estabilidad de su construcción. Como este día único, donde la piedra es colocada por primera vez en la tierra sin saber si se convertirá en catedral, siento la misma sensación y sobre todo la misma emoción que cuando di este primer paso en el templo, descalzo, con ojos vendados, ni desnudo , ni vestido, en una palabra era vulnerable, pero asi vivía mi vida antes de iniciarme masón , era victima vulnerable de las mentiras que se dicen desde las religiones, las universidades, los medios de comunicación y desde la política, etc. la masonería no soCarta nte me retiro la venda que cubría mis ojos, sino me hizo entrar en el “MUNDO REAL”. El concepto de "MUNDO REAL" es un tema central en la enseñanza masónica. Según, el MUNDO REAL es un estado de consciencia objetiva y percepción de la realidad que trasciende la realidad cotidiana y ordinaria, donde se excluyen los dogmas, fanatismos y todo tipo de fantasías mentales que enturbian nuestra percepción . En Masonería se argumenta que la mayoría de las personas viven en un estado de "sueño" o "hipnosis", en el que perciben la realidad de manera distorsionada y limitada. Este estado se caracteriza por la falta de conciencia y la dominación de los hábitos y las emociones. Por otro lado, el MUNDO REAL se refiere a un estado de conciencia en el que la persona puede percibir la realidad tal como es, sin las limitaciones y distorsiones de la percepción ordinaria. En este estado, la persona puede experimentar una sensación de unidad y conexión con el universo, y puede acceder a conocimientos y habilidades que no están disponibles en el estado profano de sueño . Se describe el MUNDO REAL como un estado de "consciencia objetiva", en el que el Masón puede percibir la realidad sin la influencia de las pasiones y los malos hábitos. En este estado, la persona puede experimentar una sensación de libertad y espontaneidad, y puede tomar decisiones y acciones que están más en línea con su verdadera naturaleza. Para alcanzar el MUNDO REAL, se recomienda una serie de prácticas y ejercicios que pueden ayudar a desarrollar la conciencia y la percepción. Estas prácticas incluyen la meditación en logias, la observación de sí mismo para conocerse a si mismo , el trabajo en logias para concentrar la energía, y la práctica de la "noidentificación" con los pensamientos y las emociones. Asi , el MUNDO REAL es un estado de consciencia y percepción que trasciende la realidad cotidiana y ordinaria profana. Volvamos al tema de la construcción de Catedrales. La primera piedra que abraza la tierra, el pie del iniciado que da su primer paso hacia el templo. El segundo grado masónico es el contorno del cuadrado del cielo que permite orientar la catedral y el contorno del cuadrado de la tierra que fija a través de estos ángulos la posición donde se construirán los grandes pilares del crucero de la Naos . Estas plazas determinan el espacio material de la catedral. Este es el trabajo del aprendiz, la delimitación del cuadrado por el cuadrado y el trabajo del material para desbastar la piedra en bruto en la columna norte. El espíritu del aprendiz se dirige hacia el Oriente , hacia la luz. Esta etapa es silenciosa al igual que el trazado realizado por los constructores operativos. El recién iniciado , en su silencio, abandona sus metales para dirigir su mente en la dirección de la luz que se le muestra. El tercer y último grado de elevación es el de la construcción: simboliza el trabajo y uso de las 3 ciencias que ordenan el mundo: el número, la geometría y la arquitectura. Nos encontramos nuevamente en esta etapa con las artes liberales, fundamento de nuestro trabajo de masón compañero. Número, geometría y arquitectura son los instrumentos comunes de construcción de la obra masónica: la condición que permitirá una mejor y universal comunicación en la columna sur para lograr la consagración del edificio poniendo fin definitivo a su creación. A partir de ese momento, la catedral vive, respira, y es cuando ocurre la magia. Es la transición a la maestría, que no es un fin sino el comienzo del camino iniciático, el comienzo de un renacimiento que ofrece al hombre la capacidad de pensar en sí mismo como perfectible y que este acercamiento es posible y existe. Aquí comienza la labor del maestro masón: hacer mejor al hombre para que pueda mejorar la sociedad. Nuestro recorrido por el camino iniciático y el trabajo sobre uno mismo que implica, nos permiten elevarnos hacia la verdadera luz para la mejora de la humanidad e iluminarla así con la luz más pura. El verdadero poder de la masonería es difundir sus ideas de fraternidad, tolerancia y mejora de la humanidad. Para ello sólo debe contar con el trabajo incesante de los hermanos en el cumplimiento de esta tarea. Los deberes y compromisos que asumimos durante nuestra iniciación frente a nuestros pares y a lo largo de nuestro camino masónico nos obligan a trabajar en fraternidad y solidaridad. El autoconocimiento nos permite avanzar en esta dirección abriéndonos a los demás. No sé qué descubriré al final de este camino iniciático que me hace darme cuenta de que muchas malas cosas han desaparecido dentro de mí y que deseo trabajar con ardor, alegría y libertad: ¿puede mi vida ser suficiente con lo que sé Sobre mí? ¿Quién es el yo que aún permanece virgen de mi propia conciencia? Al ser conscientes de nuestras fortalezas y debilidades, podemos llevar adelante de manera útil nuestro ideal masónico y tratar de hacer que nuestro mundo sea mejor y que nuestros semejantes sean más iluminados.

 

Alcoseri