La Sabiduría en Masonería
La noción de sabiduría es parte de nuestro trabajo en Masonería. Se la menciona en Logias, infinitas veces, así como su nombre aparece en algunos de nuestros textos fundacionales como el Regius, de 1390:
"El oficio de la masonería tuvo su comienzo cuando Euclides con su gran sabiduría fundó la Escuela de Alejandría en la tierra de Egipto".
Entre los innumerables escritos sobre el tema en el campo de las religiones quisiera mencionar también “El Libro de la Sabiduría” del Antiguo Testamento, parte atribuida a Salomón.
El Libro de la Sabiduría es uno de los libros de la Biblia que se encuentra en el Antiguo Testamento.
El Libro de la Sabiduría se cree que fue escrito en el siglo I a.C., durante el período helenístico, en Alejandría, Egipto. El autor es desconocido, pero se cree que fue un judío helenizado que escribió en griego.
El Libro de la Sabiduría se divide en 19 capítulos y puede ser dividido en tres secciones principales:
En esta sección, se presenta la sabiduría como una virtud que permite a los seres humanos vivir de acuerdo con la justicia y la moralidad.
En esta sección, se presenta la sabiduría como una guía para entender la historia y el destino de los pueblos. Y se presenta la sabiduría como una manifestación de la providencia divina que guía la historia y la vida de los seres humanos.
El Libro de la Sabiduría en la Biblia presenta varios temas y enseñanzas importantes, como:
La importancia de la sabiduría y la justicia en la vida humana. La providencia divina que guía la historia y la vida de los seres humanos. La lucha entre la virtud y el vicio. La importancia de la educación y la formación en la sabiduría. La relación entre la fe y la razón.
El Libro de la Sabiduría ha tenido una gran influencia en la tradición judía y cristiana. En el cristianismo, se considera uno de los libros deuterocanónicos, es decir, libros que no se encuentran en el canon hebreo.
Abordar el tema de la Sabiduría en Masonería desde una perspectiva esotérica, como si estuviéramos sentados en un templo masónico, rodeados de símbolos y energías sagradas.
En Masonería, la Sabiduría se entiende como la comprensión profunda de nosotros mismos con relación a la naturaleza divina y la conexión del ser humano con el Universo. Es la capacidad de ver más allá de la ilusión y la apariencia, y de alcanzar la verdad eterna y universal.
La Sabiduría masónica se basa en la idea de que el hombre es un ser divino, creado a imagen y semejanza del Gran Arquitecto del Universo. Por lo tanto, la Sabiduría es la capacidad de reconocer y manifestar esta divinidad en nuestra vida cotidiana.
En nuestro camino masónico, la Sabiduría se desarrolla a través de la iniciación, la instrucción y la práctica. A medida que avanzamos en nuestros grados, se nos revelan nuevos símbolos, rituales y enseñanzas que nos permiten profundizar en nuestra comprensión de la Sabiduría.
La Sabiduría masónica se manifiesta como:
La capacidad de amar y comprender a los demás, y de sentir la conexión con el Universo.
Es la capacidad de pensar críticamente y de analizar la realidad de manera objetiva.
Es la capacidad de conectar con la fuente divina y de reconocer nuestra verdadera naturaleza espiritual.
En Masonería, la Sabiduría se asocia con la letra "G", que representa la gnosis , la geometría y la armonía universal. También se asocia con el número 3, que representa la trinidad y la unidad.
La sabiduría está ligada al conocimiento, al saber, al comportamiento sabio en todas las situaciones. La verdadera sabiduría no es una virtud que se exhibe, es discreta, interna, se dirige tanto al corazón como al intelecto y reconcilia a los individuos y a los pueblos bajo condición de reciprocidad.
Puede formularse en términos abstractos pero también en términos muy prosaicos. Al no ser prerrogativa de una élite, la sabiduría está dirigida a todos, aunque se exprese de forma diferente. Se trata de un conocimiento muy particular, que ninguna ciencia expone, que ningún diploma sanciona. No se trata de teoría sino de práctica. No de pruebas, sino de ensayos. No de ciencia, sino de vida. ¡Es una forma de vida!
Se trata más de una cuestión de comportamiento individual impulsado por el sentido común universalmente aceptado que por una moralidad particular. Nadie puede reclamarlo para sí mismo. La sabiduría no es transferible; Podemos inculcar sus principios, pero difícilmente lograremos que viva en la mente de los demás; se transmite a través de la experiencia personal que cada persona forja del mundo y de sus hermanos y hermanas en la humanidad.
Todos buscamos la sabiduría, pero a veces la buscamos de manera equivocada. Muy a menudo nos encontramos con seres que viven como cáscaras vacías de cualquier sustancia que no sea material y que parecen felices. Entonces ¿por qué no ser como ellos? Ya no tendríamos que superar las preguntas que nos asaltan y nos obligan a pensar. ¡La doctrina del perezoso es tentadora! Pero sabemos dentro de nosotros que hay algo más y que si nos quedamos dormidos durante una hora en una dichosa pereza, despertar será aún más difícil. Así que volvemos a nosotros mismos y pensamos.
¿Pero es el masón un librepensador?
El filósofo siempre ha sido un pensador. Filosofar hoy es reflexionar sobre los seres, las causas, los valores, los principios. El filósofo piensa y trata de explicar a través del discurso al hombre, la naturaleza, la sociedad y el universo, de dónde venimos, qué somos y hacia dónde vamos.
La filosofía tal como la entendemos nació en la antigua Grecia, cuna de la filosofía natural que dio paso a la filosofía moral. Del “mito ” al “logos”, de Tales de Mileto a Sócrates, el discurso sobre la naturaleza ha evolucionado hacia el discurso de las razones, de las explicaciones. Sin embargo, entre los filósofos naturales o morales, cualquier dominio, incluso técnico, era considerado sabiduría. El médico, el poeta, el carpintero, el Masón , el ebanista o el músico poseedores de su ciencia eran sabios.
Platón dijo sobre la música:
"La música da alma al universo, alas a la mente, vuelo a la imaginación, encanto a la tristeza, alegría y vida a todas las cosas. Ella despierta el Logos y participa de todo lo que es bello, justo y bueno. La música es una filosofía. » .
Si la sabiduría, a la que se refiere la masonería, es la " sophia " de los griegos, es decir, el ejercicio de un arte complejo y difícil de dominar, hasta tal punto que Platón prefirió hablar, no de sabios sino de amigos de la sabiduría , entonces no se excluye que los masones sean amigos de esta sabiduría.
Pero algo va a cambiar en Grecia. Ya no bastaba poseer un arte para ser sabio; también había que saber escuchar el Logos, la Palabra de la que se hablaría en el Antiguo Testamento, y conformar a ella la propia conducta. El significado de la sabiduría ha cambiado, en particular desde el ejercicio de un arte hasta un intento de ajustarse a la noción de lo divino, a una búsqueda de ese Conocimiento atribuido a la divinidad. Nació la idea de una sabiduría perfecta trascendente. Todavía era necesario distinguir el conocimiento de la comprensión. La sabiduría no puede concebirse sin el conocimiento, y este conocimiento es más que el simple saber, que es sólo el trampolín.
Para algunos, la idea de que el conocimiento es un atributo divino ha permanecido firmemente anclada en la mente de las personas. Postula la comprensión de lo sagrado y su penetración, mientras que el conocimiento, por noble que sea, es reductivo. Se trata únicamente de la acumulación de información libresca o de otro tipo, de tal modo que se aumente la biblioteca de nuestro cerebro.
El conocimiento conduce a la comprensión, y el conocimiento es divino.
Ya para Platón, antes del Antiguo Testamento, el filósofo que quiere llegar a ser sabio crea un parentesco con lo divino. La idea de la sabiduría trascendental contenía la noción de la elevación del espíritu humano. Según los escritos bíblicos, la Sabiduría, parte integral de la matriz, preexistió a la creación. Para los antiguos egipcios, la Sabiduría era parte del Principio divino cuando creó el mundo. Isis lo encarnó en relación con Osiris, y Balkis, la reina de Saba, lo encarnó en relación con sus ilustres amantes.
¡En la misma línea, los masones saben que es con la Sabiduría que el Gran Arquitecto del Universo logra ser lo que Es!
Parece pues que a lo largo del tiempo, la Sabiduría tiene una estrecha relación con la perfección, o mejor dicho, con el perfeccionamiento, y más profundamente, con el Universo, a través del conocimiento y la Creación.
Conocer, perfeccionar el conocimiento y así aproximarse a lo Divino, al Absoluto universal, al Gran Arquitecto del Universo, he aquí un movimiento conforme al planteamiento masónico, con los objetivos de los masones en el camino iniciático.
Dicho esto, si la sabiduría es uno de los pilares de la masonería, los masones modernos, a lo largo del camino, abrazan la sabiduría por sí misma y nunca por la preocupación de volverse divinos.
La masonería lleva dentro de sí el cuestionamiento, no las respuestas. El masón se cuestiona, intenta mejorar, contagiar e irradiar en la sociedad profana los valores que transmite la Logia. Si quiere caminar hacia la Sabiduría, todo masón no será necesariamente un filósofo, tal vez un hombre de palabra, pero en todo caso un hombre deseoso de conocer lo Universal en su diversidad, de acercarse a la Perfección y un eterno buscador que no tiene teoría que explicar. dispensar, no imponer ningún dogma.
Como el Héroe del cuento, nuestro “Vagabundeo”, nuestra “Aventura” se construirá a través de recorridos iniciáticos marcados por pruebas como la vida humana, con sus aspiraciones y sus luchas. Son necesarias para todo aprendizaje, para todo desarrollo, conscientes de que tenemos la misión de hacer florecer un patrimonio intelectual y moral, para transmitirlo enriquecido, a la próxima generación.
Por eso, a pesar de nuestras diferencias pero guiados por esta misma esperanza que llevamos dentro, hagamos a nuestro vez que, a través de nuestros comportamientos y nuestras acciones, la dignidad humana pueda crecer en el mundo y permita al hombre encontrarse consigo mismo.
Pero nosotros, que sólo somos aprendices de Sabiduría, todavía tenemos que aprender a vivir, aprender a pensar, aprender a amar. Nunca hemos terminado, cada camino es uno que puede llevar a la Verdad, pero la verdad no es el final del camino; Ella es el mismo camino.
Recordemos ahora el lema de la Ilustración: "Sapere aude" que se traduce del latín como "Atrévete a saber" o "Atreveos a usar vuestra propia razón".
Este lema fue popularizado por el filósofo alemán Immanuel Kant en su obra "¿Qué es la Ilustración?" (1784), y se convirtió en el lema de la Ilustración, que buscaba promover la razón, la ciencia y la libertad de pensamiento.
El lema "Sapere aude" es un llamado a la gente a pensar por sí misma, a cuestionar la autoridad y a buscar la verdad a través de la razón y la evidencia. Es un principio fundamental de la Ilustración y sigue siendo relevante en la actualidad.
Asi que: “Sapere aude, incipe: Atrévete a saber, atrévete a ser sabio, ¡comienza ahora!
Alcoseri