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De: Zenobia (Mensaje original) |
Enviado: 28/10/2018 10:06 |
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De: Zenobia |
Enviado: 29/10/2018 11:11 |
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El Cisne Enfermo
Hay un cisne que muere cercado en un palacio. Un cisne misterioso de ropaje de seda que en vez de deslizarse en la corriente leda se estanca fatigado de mirar el espacio.
El cisne es un enfermo que adora al dios de oro; el sol, padre de razas, fecunda su agonía. por eso su tristeza es una sinfonía de flores que se entreabren en las sombras del lloro.
Tiene el pecho cruzado por un loco puñal, gota a gota su sangre se diluye en el lago y las aguas azules se encantarán bajo el mago poder de los rubíes que destila su mal.
El alma de este cisne es una sensitiva… no levantéis la voz al lado del estanque si no queréis que el cisne con el pico se arranque el puñal que sostiene su existencia furtiva.
Cuentan viejas leyendas que está enfermo de amor. Que el corazón enorme se le ha centuplicado y que tiene en la entraña como El Crucificado un dolor que cobija todo humano dolor.
Y cuentan las leyendas que es un cisne-poeta… Que la magia del ritmo le ha ungido la garganta y canta porque sí, como el arroyo canta la rima cristalina de su corriente inquieta. …………………………………………………………
Yo he soñado una noche que el viejo palacio era el cisne cansado de mirar el espacio.
Alfonsina Storni
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De: Zenobia |
Enviado: 29/10/2018 11:12 |
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Descalza fuí a buscarte
Descalza fui a buscarte, entre campos de trigo y cantos de sirena,
descalza te fui a buscar.
Quise hacer penitencia para ver si los dioses me querían decir donde estabas.
Pero los dioses nacieron sordos y no me oyeron.
Fui a buscarte descalza, para ver si mis pies en contacto con la tierra,
detectaban mejor el camino que me llevaría hasta ti,
pero la tierra estaba mojada y no quiso decirme
cual era el sendero donde descansaba tu dicha.
Descalza fui a buscarte por la arena perdida de una playa,
para ver si encontraba el barco que te traía hacia mí,
pero las olas eran tan altas que todos los barcos habían naufragado
y no quedaban barcos en el mar, ni en el océano.
Entonces miré dentro de mí, y resulta que estabas aquí, blanco, grande, resplandeciente,
ofreciéndome tu hombro y tu pecho y tu mundo insondable, pero mío. Y yo no lo sabía.
Desconozco el autor.
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De: Zenobia |
Enviado: 29/10/2018 11:12 |
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GATOS CONSTIPADOS
Somos dos gatos, Rosquito y Ros, estamos malitos, tenemos tos. Tose Rosquito y toso yo. Y por la noche, cuando dan las dos, nos da la tos a los dos, -a las dos-. Sale la dueña con un escobón, nos echa a la calle sin preocupación. Sin leche caliente, doy diente con diente, sin lumbre ni manta, el frío me espanta. Nos tiembla el bigote, nieve en el cogote. -¡No lo entiendo! -dijo Rosquito apenado-. Hasta que se nos pase el resfriado, tenemos que dormir en el tejado. Tirita Rosquito. Tirita Ros; de ver a los gatos, tirito yo.
Gloria Fuertes
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De: Zenobia |
Enviado: 29/10/2018 11:13 |
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Lasitud
Encantadora mía, ten dulzura, dulzura... calma un poco, oh fogosa, tu fiebre pasional; la amante, a veces, debe tener una hora pura y amarnos con un suave cariño fraternal.
Sé lánguida, acaricia con tu mano mimosa; yo prefiero al espasmo de la hora violenta el suspiro y la ingenua mirada luminosa y una boca que me sepa besar aunque me mienta.
Dices que se desborda tu loco corazón y que grita en tu sangre la más loca pasión; deja que clarinee la fiera voluptuosa.
En mi pecho reclina tu cabeza galana; júrame dulces cosas que olvidarás mañana Y hasta el alba lloremos, mi pequeña fogosa.
Paul Verlaine
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De: Zenobia |
Enviado: 29/10/2018 11:14 |
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ANSIEDAD
Ansia de estar un día en un puente de mando, recibir en el rostro el castigo del viento; sin ninguna arribada, por siempre navegando, sin dudas ni temores, cansancio o desaliento.
Y no saber siquiera, en qué forma ni cuándo, ha de concluir el viaje -en milagro de cuento-; ni cuándo retornar a éste mi lecho blando, ni a la antigua ventana, ni al dorado aposento.
Acres de sal los labios, ruda racha en la frente, perdido el horizonte, sin destino la nave, sin nada que la guíe, sin nadie que la oriente,
mecida por las olas, columpiada en la cresta, apenas sobre el mástil las alas de algún ave; sólo el rumor del mar, y Dios como respuesta.
Marilina Rébora
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De: Zenobia |
Enviado: 29/10/2018 11:14 |
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OTRA VEZ
Siempre la primavera y estas ganas de huir de las paredes. Gira la rueda ser otra vez virgen para dejar otra vez de serlo gira la rueda mojarme en la tormenta con un paraguas de risa como una niña mala gira que gira la sangre savia verde germina en mis caderas.
Gisela Galimi
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De: Zenobia |
Enviado: 29/10/2018 11:15 |
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POESÍA
Si la poesía es agua clara, dulce caricia a los sentidos quimera y ronda sueño azul de rima y ritmo, entonces ya no soy poesía. Pero si es lengua y sangre, y grito, y pozo, y llamarada. Si es aquelarre de palabras que liberan del hechizo, entonces más que nunca soy poeta. Aunque mis versos no me reconozcan.
Gisela Galimi
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De: Zenobia |
Enviado: 29/10/2018 11:16 |
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ISLA IGNORADA
Soy como esa isla que ignorada, late acunada por árboles jugosos, -en el centro de un mar que no me entiende, rodeada de NADA, sola sólo-. Hay aves en mi isla relucientes, y pintadas por ángeles pintores, hay fieras que me miran dulcemente, y venenosas flores. Hay arroyos poetas y voces interiores de volcanes dormidos.
Quizá haya algún tesoro muy dentro de mi entraña. ¡Quién sabe si yo tengo diamante en mi montaña, o tan sólo un pequeño pedazo de carbón! Los árboles del bosque de mi isla, sois vosotros mis versos. ¡Qué bien sonáis a veces si el gran músico viento os toca cuando viene del mar que me rodea!
A esta isla que soy, si alguien llega, que se encuentre con algo es mi deseo; -manantiales de versos encendidos y cascadas de paz es lo que tengo-. Un nombre que me sube por el alma y no quiere que llore mis secretos; y soy tierra feliz -que tengo el arte de ser dichosa y pobre al mismo tiempo-.
Para mí es un placer ser ignorada, isla ignorada del océano eterno. En el centro del mundo sin un libro SÉ TODO, porque vino un misionero y me dejó una Cruz para la vida -para la muerte me dejó un misterio.
Gloria Fuertes
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De: Zenobia |
Enviado: 29/10/2018 11:17 |
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LA NOCHE
Es un oro imposible de comprender, un acabado silencio que renace y se incorpora.
Las manos de la noche buscan el aire, el aire se olvida sobre el mar, el mar cerrado, el mar, solo en la noche, envuelto en su gran soledad, el hondo mar agonizando en vano...
El mar oliendo a algas moribundas y al sol, la arena a musgo, a cielo, el cielo a estrellas. La alta noche sin voces deviniendo en sí misma, inagotada y plena, es la mujer total con los ojos serenos y el hombre silencioso olvidado en la playa, el alto, el poderoso, el triste, el que contempla, conoce su poder que crea, ordena el mundo, se vuelve a su conciencia que da fe de las cosas, y el haz de los sentidos le limita la noche.
I
Concédeme esos cielos, esos mundos dormidos, el peso del silencio, ese arco, ese abandono, enciéndeme las manos, ahóndame la vida con la dádiva dulce que te pido.
Dame la luz sombría, apasionada y firme de esos cielos lejanos, la armonía de esos mundos sellados, dame el límite mudo, el detenido contorno de esas lunas de sombra, su contenido canto.
Tú, el negado, da todo, tú, el poderoso, pide, tú, el silencioso, dame la dádiva dulcísima de esa miel inmediata y sin sentido.
II
Estás solo, lo mismo.
Yo no toco tu vida, tu soledad, tu frente, yo no soy en tu noche más que un lago, una copa, más que un profundo lago, en que puedes beber aun cerrados los ojos, olvidado. soy para ti como otra oscuridad, otra noche, anticipo de la muerte, lo que llega en el día frío el hombre espera, aguarda, y llega y él se entrega a la noche, a una boca, y el olvido total lo ciega y lo anonada.
Sin límites la noche, pura, despierta, sola, solícita al amor, ángel de todo gesto...
Estás solo, lo mismo. Ebrio, lúcido, azul, olvidado del alma, concédete a la hora.
Idea Vilariño
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De: Zenobia |
Enviado: 29/10/2018 11:18 |
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El villorio
Un tren detenido sobre el llano
En cada charco duermen estrellas sordas Y el agua tiembla Cortinaje al viento
La noche cuelga en la arboleda
En el campanario florecido Una gotera viva Desangra las estrellas
De cuando en cuando Las horas maduras Caen sobre la vida.
Vicente Huidobro
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De: Zenobia |
Enviado: 29/10/2018 11:18 |
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AMOR QUE LIBERA
Ya no soy la niña amarga que tenía un mar de llanto y alta ortiga por el alma. Ya no soy la niña enferma que al oír risas lloraba; ya salí del solitario bosque que me acorralaba. Ahora soy la niña verde, porque floreció mi calma. Ya no soy la loca triste, ya no soy la niña blanca, nuevo amor ha traspasado con el nardo de su lanza mi corazón, que ahora tiene un nombre de menta y ámbar. ¡Ay cuánta sonrisa noto que trepa por mis espaldas! ¡Qué brillo tienen mis ojos -viudos de siete mil lágrimas-! La vida me sabe a verso y los besos a manzana. -El monte arregla sus pinos, por las rocas el mar baila-. El amor danza en mi pecho. ¡Ya me quiere! ¡Ya me aguarda! Ya no soy la loca triste, que al oír risas gritaba; ahora soy la niña dulce, ya no soy mujer amarga.
Gloria Fuertes
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De: Zenobia |
Enviado: 29/10/2018 11:19 |
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A una transeúnte
La calle atronadora aullaba en torno mío. Alta, esbelta, enlutada, con un dolor de reina Una dama pasó, que con gesto fastuoso Recogía, oscilantes, las vueltas de sus velos,
Agilísima y noble, con dos piernas marmóreas. De súbito bebí, con crispación de loco. Y en su mirada lívida, centro de mil tomados, El placer que aniquila, la miel paralizante.
Un relámpago. Noche. Fugitiva belleza Cuya mirada me hizo, de un golpe, renacer. ¿Salvo en la eternidad, no he de verte jamás?
¡En todo caso lejos, ya tarde, tal vez nunca! Que no sé a dónde huiste, ni sospechas mi ruta, ¡Tú a quien hubiese amado. Oh tú, que lo supiste!
Charles Baudelaire
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De: Zenobia |
Enviado: 29/10/2018 11:25 |
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LA MUJER DE HUMO
Hombre que me
besas,
hay humo en tus labios.
Hombre que me ciñes,
viento hay en tus brazos.
Cerraste el camino,
yo seguí de largo;
alzaste una torre,
yo seguí cantando...
Cavaste la tierra,
yo pasé despacio...
Levantaste un muro
¡Yo me fui volando!...
Tu tienes la flecha:
yo tengo el espacio;
tu mano es de acero
y mi pie es de raso...
Mano que sujeta,
pie que escapa blando...
¡Flecha que se tira!...
(El espacio es ancho...)
Soy lo que no queda
ni vuelve. Soy algo
que disuelto en todo
no está en ningún lado...
Me pierdo en lo oscuro,
me pierdo en lo claro,
en cada minuto
que pasa... En tus manos.
Humo que se crece,
humo fino y largo,
crecido y ya roto
sobre un cielo pálido...
Hombre que me besas,
tu beso es en vano...
Hombre que me cines:
¡Nada hay en tus brazos¡
Dulce Maria Loynaz
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De: Zenobia |
Enviado: 29/10/2018 11:30 |
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Poemas Haiku
VERANO
Si a la luna llena
le ponemos un mango:
¡qué buen abanico!
Sookan.....
La torre de Tooji
se ve
en la arboleda de verano.
Issa
El espolón del faisán
rasca
su bella cara.
Takarai Kikaku
Azada en pie
nadie a su alrededor.
Sólo calor.
Shiki
El peor, el peor,
el peor lugar,
salvo por su frescura.
Issa
Templo Kanei
al ritmo del gong,
reza el cuclillo.
Shiki
Las
cortesanas
quisieran ver el campo
de violetas.
Rioto
La peonía
cruza el lago
sobre una barca.
Kyooshi
Huye la serpiente
y queda tranquila
la montaña de azucenas.
Shiki
Canto de cigarra.
Aunque no lo parece,
pronto morirá.
Bashoo
Cuesta empinada
árboles sin hojas
delante de la casa.
Shiki
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De: Zenobia |
Enviado: 29/10/2018 11:34 |
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No busques al amigo
para matar las horas,
sino búscale con
horas para vivir.
Khalil Gibran
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