Pizarras y escalofríos
¿Por qué al aruñar una pizarra se percibe un escalofrío en los dientes o la espalda?
Sábado 18 de Mayo del 2013
Por: Ronny Ugarte Quirós.
He aquí una columna rescatada de la ceveteca, como suelo hacer los sábados, que se refiere a la siguiente pregunta: ¿Por qué al aruñar una pizarra se percibe un escalofrío en los dientes o la espalda?
Para empezar, se reacciona ante el ruido producido por ese frotamiento (un ruido similar es el producido al frotar estereofón).
Dicha reacción no es universal. Hay un sinnúmero de personas a las cuales estos sonidos no les afectan. Sin embargo, hay también innumerables personas para las cuales escuchar esos ruidos es una experiencia tremendamente incómoda.
He de confesar que no conozco una explicación documentada para dicho fenómeno. Todo lo que puedo ofrecer es una serie de explicaciones, que he escuchado o bien que he elucubrado yo mismo para darle paz a mi intriga, con la esperanza de que alguna les resulte convincente.
Una explicación es que, al parecer, las personas sensibles a dichos ruidos los relacionan con otra experiencia porque guarda algún tipo de semejanza con el chirrido en cuestión.
Por ejemplo, una explicación que he escuchado mucho es que ambos se asemejan bastante al ruido del torno de un odontólogo. Según eso, ello explicaría por qué la reacción suele darse en los dientes.
Pero no siempre se da en los dientes. Según me han contado (pues soy de los afortunados seres inmunes a tales ataques sonoros), a veces se siente escalofrío en la espalda o simplemente una insoportable ansiedad.
Quizá lo que ocurra es que hay ciertas frecuencias sonoras (muy agudas) que alteran todo el sistema nervioso de las personas afectadas, poniéndolo, como quien dice, “con los pelos de punta”. Una posible demostración de ello es que los perros y gatos cuando escuchan algunos ruidos reaccionan incómodamente, como con ansiedad.
Puede también que estemos frente a una reacción instintiva contra un temor atávico (muy antiguo, heredado de otros tiempos, sentido pero no identificado). Por ejemplo, puede que cuando nuestros ancestros mamíferos vivían amenazados por los dinosaurios, de alguna manera esos sonidos anunciaban la presencia de un depredador, entonces conservamos ese mecanismo de defensa, a pesar de ya no ser útil.