UUYYY COMPADRITO, PARA CUANDO LLEGUE ESTE DICHOSO ASTEROIDE, TODAVIA HABRA MUNDO? ASI COMO VAMOS DE TERREMOTOS, INUNDACIONES, HURACANES, GUERRAS, VIOLENCIA... SE ME HACE QUE VAMOS A TIRARLE NOSOTROS AL POBRE ASTEROIDE... IMAGINATE QUE ALGO REALMENTE AMENAZADOR Y POTENTE CAYERA EN EL PLANETA... UUYY...
INTERESANTISIMO EL ARTICULO, COMPADRITO JJ... GRACIAS POR COMPARTIR...
La costa norte rusa es un vasto territorio de varios miles de kilómetros dentro del Círculo Polar. Durante décadas, los largos inviernos polares en los que la luz solar es prácticamente inexistente, combinados con las abruptas y peligrosas costas, se convirtieron en un verdadero quebradero de cabeza para la seguridad de los miles de barcos de carga que usaban esta ruta para conectar la parte oriental y occidental de Rusia.
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En nuestros días, con la aparición de los satélites y la navegación con GPS, ha solucionado el problema, pero a mediados del siglo pasado las autoridades tuvieron que buscar soluciones para este problema.
Fue así como el Partido Comunista de la Unión Soviética decidió construir una cadena de faros para guiar a los barcos en la oscuridad de la noche polar en estas costas deshabitadas. Los faros, situados a cientos de millas de áreas pobladas, debían de ser completamente autónomos, puesto que en lugares tan alejados e inhóspitos no se disponía de ninguna fuente de alimentación externa. Fue así como los ingenieros soviéticos decidieron emplear la energía atómica, creando una serie de pequeños reactores atómicos producidos en serie limitada expresamente para ser instalados en estos faros del Círculo Polar.
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Los reactores podrían trabajar de modo independiente durante muchos años sin requerir intervención humana alguna. Según la época del año, los faros se ajustaban automáticamente para encenderse cuando era necesario, a la vez que enviaban una señal de radio de advertencia a los barcos que pasaban cerca.
Durante varias décadas, los faros cumplieron su función, hasta la caída de la Unión Soviética, en la que su mantenimiento fue cayendo en el olvido. Poco a poco, todos los faros fueron desatendidos y, tras averías que nadie se preocupó en solucionar, sus luces quedaron apagadas por siempre. Por otro lado, la mejora tecnológica en los sistemas de navegación de los barcos también fue causa de que nadie se preocupara demasiado por aquellos antiguos y ruinosos faros y, según parece, tampoco recordaron que en ellos había reactores nucleares.
Por falta de información, o por exceso de hambre, la mayoría de los faros fueron víctimas de los saqueadores que en busca de cobre y demás componentes de valor, hicieron caso omiso a las advertencias sobre el peligro radioactivo desmantelando por completo sus entrañas y convirtiendo desde entonces a estas edificaciones en radioactivamente contaminadas.
En la actualidad, incluso tras varias décadas de abandono en algunos casos, las zonas todavía están catalogadas como peligrosas por los altos niveles de radioactividad.
El resultado es un experimento muy divertido que ha atraído a públicos de todas partes del mundo pero que por el momento se encuentra limitado al idioma inglés. Para su conveniencia he traducido los hechos y los he ordenado después del salto. Personalmente encuentro muchos de ellos sumamente divertidos pero su verosimilitud podría ser altamente cuestionable dependiendo de a quien se le pregunte.
1- Los cerdos no pueden mirar hacia el cielo
2- En Texas es ilegal hacer graffiti sobre una vaca
3-Las mujeres parpadean casi el doble que los hombres
4-Los gatos duermen durante casi el 70% de sus vidas
5- Los pinguino pueden saltar casi dos metros hacia arriba
6- La biblia es el libro más robado del mundo (¿No robarás?)
7- Besar a otra persona por un minuto quema 26 calorías
8- Charles Chaplin una vez salió tercero en un concurso de imitadores de Chaplin (no había revelado su verdadera identidad)
9- Mel Blanc, quien le prestaba su voz a Bugs Bunny, era alérgico a las zanahorias
10- Albert Eistein nunca podía recordar su propio número telefónico.
11- El león de Metro Goldwyn Meyer mato a su entrenador el día después de filmar la famosa escena (disputa salarial)
12- La mayor parte de los robos ocurren en los días Martes.
13- Ciertas especies de caracoles pueden dormir por hasta 3 años-
14- El 95% de las personas puede saber el sexo de otra persona solo con oler su aliento.
La historia tras la foto del general Nguyen, tomada por Eddie Adams.
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Una polémica que sigue viva.
Muchas veces vemos una y otra vez una fotografía famosa y no sabemos cual es la historia que tiene detrás. Hoy contaremos la historia de la celebre imagen que Eddie Adams sacó el 1 de febrero de 1968, y que le valió entre otros el premio Pullitzer. Como en otras muchas fotografías famosas, Adams fue victima de la interpretación de su propia imagen.
Aquel 1 de febrero de 1968, el temido Jefe de la policía survietnamita, el general Nguyen Ngọc Loan, ejecutó de un disparo en la cabeza y en medio de una calle de Saigón, a Nguyen Van Lem, miembro del Frente Nacional de Liberación, el famoso Vietcong, que se hacía llamar capitán Lop.
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Dos días antes, el Vietcong, se saltó un pacto de alto el fuego que celebraba la entrada del nuevo año vietnamita, y realizó una terrible ofensiva en Saigón, atacando diversos objetivos, entre ellos la comisaría central de policía, y ejecutaron en sus domicilios a numerosos oficiales del ejército y la policía, así como a sus familiares. Este ataque pasó a la historia como “la ofensiva del Tet”.
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Van Lem, que supuestamente dirigía este escuadrón, fue capturado junto a una zanja que iba a servir de fosa común, y en la que había 34 cuerpos, en su mayoría de soldados y policías. 6 de estos cuerpos eran ahijados del general jefe de la policía Ngọc Loan.
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Al día siguiente a capturarlo Ngoc Loan ejecutó a Van Lem en la calle, donde esa imagen quedaría grabada para la posteridad. Muchos dicen que de no haber estado la prensa presente Ngoc Loam no hubiera disparado. Los testigos eran un cámara dela NBCque grabó la ejecución en video, y Eddie Adams que fotografió la escena. Nada más disparar, Ngoc Loan se dirigió hacia el cámara y le dijo: “Estos hombres matan a mucha gente de nuestro pueblo, y creo que Buda me perdonara”.
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Pero sus aliados no lo hicieron, y la foto, fue portada del New York Times y los principales diarios de sus aliados americanos, convirtiéndose en la gota que colmaba el vaso para la gente que estaba en contra de la guerra de Vietnam y usada desde ese momento como icono por el movimiento antibélico.
El propio ejército americano repudió a Ngoc Loan por ese acto que les puso en contra de la opinión pública y que representaba una derrota psicológica importante.
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Cuando los comunistas ganaron Saigón, Ngoc Loan escapó a los Estados Unidos en 1975, donde se estableció, siendo reclamado como criminal de guerra sin éxito. En la ciudad de Burke, Virginia, abrió una pizzería viviendo como un ciudadano más, pero en 1991 fue reconocido y amenazado. Las constantes presiones hundieron su negocio que tuvo que cerrar y huyó a Washington, donde murió de cáncer en 1998.
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Eddie Adams.
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La otra cara de esta historia es la del fotógrafo, Eddie Adams, que ganó el Pullitzer por la foto de la ejecución y fue colocado en el podio de los fotoperiodistas más prestigiosos del mundo gracias a su trabajo en el conflicto de Vietnam.
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A pesar de esto, siempre se lamentó de la interpretación que se dio a su foto y en una entrevista con “Time” declaró:
“El general mató a un Vietcong con la pistola. Yo maté al general con mi cámara fotográfica. La fotografía es el arma más poderosa del mundo. La gente se las cree, pero las fotos mienten, incluso sin ser manipuladas. Sólo son medias verdades.
Lo que la fotografía no preguntaba era : ¿Qué hubieras hecho tú de haber sido el general en aquel momento y de haber sido tú el que capturó al supuesto tipo malo después de que hubiera volado por los aires a uno, dos o tres soldados americanos?”.
Este tipo es un héroe.Combatía en nuestra guerra, por su pueblo. Había ayudado a construir un hospital en Saigón. Acababa de asistir a la masacre de varios de sus compañeros.
Esta era la justificación que Adams hacía de su célebre imagen y del general Ngoc Loan, al que pidió perdón varias veces por el daño que su imagen le había hecho. Cuando loan murió en 1998, Adams envió su familia una nota: “Pido disculpas, mis ojos están llenos de lágrimas”.
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Adams murió en 2004 y la polémica de su imagen sigue hoy tan viva como en el momento en el que apretó el disparador de su cámara.
Siempre hemos visto imágenes de los amplios y coloridos campos de tulipanes que pueblan las tierras holandesas, pero muchos desconocen que hace unos siglos, un único y simple tulipán podía valer una inmensa fortuna. A este curioso fenómeno se le llamó “Tulipomanía”.
El tulipán es una flor originaria de Asia central, cuyo nombre significa “turbante” , pueden tener entre 30 y60 cmy es una planta bastante resistente, pero la historia de esta flor cambió para siempre cuando en 1593, un profesor de botánica, que cuidaba los jardines del emperador Maximiliano I, llamado Carolus Clusius, cuyo verdadero nombre era Charles de l’Ecluse, introdujo en Holanda los primeros tulipanes que el mismo trajo desde Turquía, donde tenían gran simbolismo y adornaban los trajes de los sultanes, para aportar un toque exótico al recién creado jardín botánico de Holanda..
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Carolus Clusius
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Esta flor creó rápidamente un gran interés entre las clases sociales pudientes, que eran al fin y al cabo los que visitaban el jardín, y Carolus cultivó de manera privada, variedades exóticas que florecían con facilidad en el arenoso terreno holandés ganado al mar. Pero robaron su jardín llevándose varios bulbos y poco a poco el tulipán se esparció por todo el territorio.
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Mientras la mayoría de la población despreciaba la nueva planta al no ser medicinal, no tener un olor agradable y solo florecer un par de semanas al año, los jardineros de los nobles la plantaban en sus jardines por su exotismo, y los pintores comenzaron a pintarla en miles de lienzos desatando toda una moda.
Una moda que en solo unos pocos años se convirtió en fiebre y en la famosa “Tulipomanía”, un periodo de euforia especulativa de masas, tal vez el primero de la historia, en la que el precio del tulipán alcanzó niveles descomunales, lo que provocó una espectacular burbuja económica y finalmente una igualmente espectacular crisis financiera que dejó a Holanda al borde de la quiebra.
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¿Pero como es posible que unos tulipanes produjeran esta locura colectiva?.
El tulipán comenzó a convertirse en un símbolo de status social, y las habituales flores de un solo color dieron paso a otros de varios colores que aumentaban su rareza y por consiguiente su precio. Los horticultores se desvivían por conseguir las tonalidades de colores más extraños sin éxito (hasta hace poco no se ha sabido que el responsable de esa tonalidad es un simple pulgón), así que esos bulbos de varias tonalidades comenzaron a alcanzar precios desorbitados, e incluso llevar nombres de personajes ilustres
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En 1620 comienzan las primeras transacciones comerciales desorbitadas de bulbos. Algunos ricos cambian sus mansiones, caballos o grandes posesiones por un solo bulbo. Para hacernos una idea de esta locura, en 1623 el precio de una variedad original estaba sobre los 1.000 florines holandeses, el sueldo de 15 años de un artesano, que solía ganar 150 florines al año.
En 1635 hay datos que registran la venta de 40 bulbos por 100.000 florines, ( un cerdo costaba 40 y una tonelada de mantequilla 100) .
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Esta fiebre por el tulipán se extendió a todas clases sociales, ya que muchas familias invirtieron todo cuanto tenían en el negocio, vendiendo incluso sus propias casas para comprar bulbos con los que supuestamente ganar dinero, bulbos que muchas veces ni siquiera pasaban por sus manos, y que al final el comprador y el vendedor no veían físicamente, ya que por la rapidez con la que las flores cambiaban de manos, la venta se realizaba sobre un papel o nota de crédito, a veces sobre bulbos que no había sido recolectados, y variando el precio entre el vendedor y el comprador final mas de un 500%, este tipo de venta era conocida como “venta al aire”, y realizada sobre todo en tabernas
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Gráfica que muestra el precio del tulipán en un año.
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Otras veces, las flores simplemente no existían, ya que el catalogo sobre el que compraban eran dibujos de acuarelas con flores que muchas veces el artista había inventado para hacer el dibujo.
En 1636, la peste asoló el país, diezmando la población, y subiendo los precios más. Este mismo año el negocio entra en bolsa, y un año después, los propios comerciantes piden al gobierno que se regule este comercio, incluso que se prohíba para frenar una locura que estaba amenazando la economía del país.
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Semper Augustus
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En 1637, esa locura alcanzó su cenit cuando un solo bulbo de la variedad, “Semper Augustus”, se cotizó a la increíble cifra de 6.000 florines
Un historiador de la época cuenta como un marinero hambriento confundió uno de estos bulbos con una cebolla y se lo comió. Ese fatal error que le costó seis meses de cárcel al ser denunciado por el noble que había pagado por esa “extraña cebolla” 3.000 florines.
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El 5 de febrero de 1637, un centenar de tulipanes se vendieron por una fortuna, 90.000 florines, pero esa sería la última venta, al día siguiente, como por arte de magia, la gran burbuja explotó y en el mercado no se vendió ningún lote, y los vendedores alarmados bajaron el precio, pero ya era tarde, miles de fortunas se habían desvanecido, todas clases sociales resultaron afectadas, el pánico cundió y la economía holandesa quedó en quiebra.
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Los holandeses sin embargo cambiaron el rumbo del mercado y comenzaron a exportar fuera de sus fronteras la flor que tantas alegrías y quebraderos de cabezas les habían dado, y comenzaron a recuperarse convirtiéndose en el principal exportador mundial de flores, y saneando así su maltrecha economía, de hecho hoy en día se siguen cultivando miles de hectáreas de esta colorida y simbólica flor.
56 años antes del ataque contra las Torres Gemelas, Nueva York se despertó con un susto similar
Cuando se habla de aviones estrellados contra rascacielos conocidos, todos tenemos en mente el trágico suceso de las torres gemelas, pero hace mas de 60 años, una apacible mañana del 28 de julio de 1945, Nueva York se despertó con un susto similar.
Durante la 2º guerra mundial, el temor a que hubiera un ataque en el edificio más emblemático de Nueva York, el Empire State, era muy grande. Pero la guerra en Europa había terminado, y Japón se rendiría poco después, pero una mañana de sábado de 1945, quien estrellaría su avión contra el edificio no era un enemigo, sino un héroe de guerra.
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El condecorado teniente coronel Bill Smith, se puso a los mandos de un bombardero B-25, un avión bimotor muy usado por los aliados en Europa durante la 2 guerra mundial. Su misión era sencilla, llevar el avión desde la base de Dakota del sur hasta Nueva Jersey.
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Smith pilotando el avión partió antes de las 9 a.m. y cuando llevaba una hora en el aire, recibió un mensaje desde el aeropuerto de Queens (actual aeropuerto de “la guardia”) que una densa niebla se había apoderado de Manhattan y le sugerían aterrizar antes de atravesar la isla. Smith recibió y contesto el mensaje, pero ignoro el consejo y en lugar de aterrizar antes de llegar a Nueva York, descendió de los 2000 metros reglamentarios con la esperanza de poder ver tierra firme y aterrizar, pero en lugar de eso, cuando la niebla se desvaneció, se encontró de repente con los rascacielos de Manhattan, y a la altura de la quinta avenida con la calle 42, realizo un giro fatal intentando esquivar el imponente edificio que le cerraba el paso.
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Pero la escasa maniobrabilidad del bombardero, le le llevo directo hacia el Empire State ante el asombro y los gritos de los viandantes alertados por el rugido de los motores del avión.
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El B-25 se estrello a 320 km/h contra el Empire State, arrasando de inmediato las plantas 78 y 79, y el combustible que se derramo convirtió en una antorcha la fachada del edificio e inundó de fuego todos los pasillos hasta la planta 75. Uno de los motores cayo en el hueco del ascensor incendiando el sótano, el otro atravesó 7 paredes del edificio hasta caer en la calle 33. El tren de aterrizaje y otras partes del avión dañaron numeroso edificios de los alrededores.
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La gente corría despavorida pensando que la ciudad estaba siendo atacada, pues tras Pearl Harbor, los neoyorquinos tenían ese miedo presente de sentirse objetivo principal en caso de ataque.
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Ese día 14 personas murieron (a pesar que en la imagen del “New York Times” ponga 13), y hubo 26 heridos graves la iglesia lo califico enseguida de milagro , ya que cientos de personas trabajaban esa mañana en el edificio, pero la curiosidad es que la planta 79 era sede de la conferencia nacional católica de ayuda a los heridos de guerra, había mas de 20 mujeres tramitando informes y solo murieron 6, el resto fueron despedidas por el impacto cayendo sobre el hueco de un montacargas y salvando la vida.
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De la planta 80 a la 86 era usada como almacén y la gente de los pisos superiores pudieron comprobar, por primera vez en un rascacielos ,la eficacia de las escaleras antifuego que colocadas estratégicamente, que permitían rodear el edificio y salvar el fuego, además del sistemas de ladrillos y hormigón de su estructura que sirvió de muro de contención (algo que por ejemplo no paso en las torres gemelas ni en rascacielos modernos, donde no se utilizan estos materiales para abaratar costes y por ser demasiado pesados).
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La catástrofe pude haber sido muchísimo mayor, ya que un día normal el edificio tenia 16.000 trabajadores, pero al ser sábado solo había unos 1.500, y en la calle, una de las mas concurridas del mundo donde suelen transitar miles de peatones y vehículos, apenas hubo heridos leves a pesar de la lluvia de fuego y cascotes.
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En estos casos también surgen héroes como el caso de Herbert Fabián, que el solo consiguió sacar del edificio 20 personas desvanecidas entre los pisos 30 y 40, o Harold Smith, que subió 3 veces hasta la planta 62 para rescatar a otras tantas personas.
Otra curiosidad es el caso de Betty Lou Oliver, que se recupero de sus heridas tras caer por un hueco de ascensor de 330 metros, ostentando el record, aun hoy en día, de ser la persona que ha sobrevivido tras caer de esa altura.
Video que narra como vivieron los informativos Neoyorquinos el suceso
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Desde ese día, el alcalde prohibió al ejercito sobrevolar la ciudad, y dos días después de sofocar el incendio, los bomberos hallaron otro cuerpo “pegado” al eje inferior del ascensor, con lo que el numero de victimas subió a 14 “oficialmente” ya que dos trabajadoras no fueron encontradas y la única teoría es que el calor del impacto volatilizo sus restos.
Un millón de dólares de la época y 3 meses de trabajos intensivos fueron el balance material, ya que hubo que reforzar la estructura de varios pisos que resultaron dañados.
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Este hecho, y la fobia a que un incidente posterior similar se repitiera, hizo que aparte de sus materiales originales de construcción, que ya de por si aíslan el edificio, se reforzara el sistema de riego en caso de incendio, y reestructuraran aun mejor sus puntos de evacuación, convirtiendo al Empire State en uno de los rascacielos mas seguros del mundo .
Bases polares enterradas bajo el hielo. La Bird station.
Tumbas de hielo
La bird station, fue una base científica que los americanos construyeron en la Antártida en 1957, durante bastantes años numerosos grupos de científicos pasaban allí los meses del verano polar para realizar sus estudios y experimentos. Situada a unos 500 kilómetros de la costa occidental, fue usada también como almacén de otras bases polares, como la McMurdo o la Amundsen-Scott. Para la comunicación entre las bases, se instalaron una serie de postes de unos 35 metros de altura. Y se llevaron hasta el lugar gruas y diferentes tipos de maquinaria pesada.
Antigua postal con la base como tema.
Torres de comunicación en los años 80, prácticamente sepultadas
Su construcción no estuvo exenta de peligros y accidentes e incluso un enorme avión de transporte colisionó por las malas condiciones climáticas en 1960. Pero los inviernos polares son duros y salvajes y cuando llegaba el verano, el trabajo era cada vez más duro y pesado para desenterrar los diferentes edificios de la base, hasta que en los años ochenta se decidió crear otras bases nuevas en lugares menos agresivos y estas estaciones quedaron totalmente abandonadas. En pocos años, el hielo cubrió prácticamente por completo todas las instalaciones. A finales de los ochenta todavía se podían ver las puntas de las torres de comunicación o de las gigantescas grúas, pero hoy en día todo ha desaparecido bajo la gruesa capa blanca.
La lucha contra las inclemencias del clima son duras en la Antártida, y esta es una de las mejores muestras de ello.
Sin duda, si en un concurso de televisión nos preguntaran sobre grandes maldiciones de la historia una gran mayoría de nosotros daría como respuesta “La maldición de Tuntankhamón”. No sin motivo, ya que en ésta es posiblemente la maldición sobre la que más se ha escrito y más se ha hablado durante los últimos 80 años. A lo largo de este post, que por su extensión se dividirá en dos partes, intentaré mostraros como dicha maldición jamás existió y cuáles fueron los posibles motivos de que esta maldición se propagara como la pólvora, convirtiendo a un desconocido faraón “de segunda clase”, en el faraón más conocido y famoso de todos los tiempos.
Comenzaré con la versión más o menos abreviada de la maldición, ya que ésta tiene muchísimas variantes en lo que respecta a fechas, nombres y consecuencias y, tras ello, haré también un pequeño resumen sobre los antecedentes y circunstancias de los descubridores del sarcófago del Faraón Niño, el arqueólogo Howard Carter y su mecenas, Lord Carnarvon.
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LA MALDICIÓN
Corría un día 4 de abril de 1923 cuando, exactamente a la 1:55 de la noche, todas las luces de El Cairo se apagaron sumiendo a la capital Egipcia en la más profunda oscuridad. En ese preciso instante, Lord Carnarvon, un aristócrata inglés que había financiado y, por defecto, colaborado en gran medida en el descubrimiento de la tumba del faraón Nebjeperura Tutanjamón, más conocido como Tutankhamon, o Tutankamón, fallecía de pulmonía, empeorada por los efectos de la picadura de un mosquito. También en ese preciso instante, en Londres, a miles de kilómetros de Egipto, la perrita del Conde Carnarvon comenzó a ladrar y cayó muerta a los pocos segundos.
Comenzó así una leyenda maldita que crecería durante los siguientes años como una bola de nieve.
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Fragmento de un diario de la época especulando sobre la muerte de Carnarvon
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Lord Carnarvon, o George Edward Stanhope Moyneux Herbert (para los más curiosos), jamás estudió arqueología ni ninguna especialidad asociada a ella, pero sí que era lo suficientemente rico como para poder financiar el trabajo de un joven arqueólogo que, de lograr desvelar alguno de los secretos ocultos bajo las arenas del valle de los reyes, le aportaría el mismo, si no más, mérito, fama y prestigio que si hubiese cavado la tierra con sus propias manos.
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Lord Carnarvon
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Fue así como Carnarvon financió la búsqueda de Howard Carter, que ya llevaba más de quince años trabajando en prospecciones arqueológicas en Egipto y que le seguía la pista a la tumba del faraón Olvidado. Pasaron varios años de búsqueda infructuosa hasta que el 4 de Noviembre de 1922, Carnarvon recibió un telegrama en Londres de Carter, en el que le indicaba que acudiera raudo a El Cairo porque por fin había descubierto la tan anhelada tumba de Tutankhamón.
Los trabajos de excavación y limpieza de la entrada a la tumba fueron duros y laboriosos y no fue hasta el 17 de febrero de 1923 cuando se pudo llevar a cabo la apertura de la primera puerta. En ella participaron una veintena de personas, grupo que quedó maldito por la osadía de perturbar el descanso del faraón. Tras apenas dos meses de la apertura de la tumba, Lord Carnarvon fallecía en las circunstancias que he citado arriba. Antes de que acabara el año, morían otras doce personas del grupo. Pero no acabó la cosa ahí, ya que las muertes se extenderían todavía más; George Jay Gould, hijo del financiero Jay Gould y amigo de Carnarvon se trasladó a Egipto, después de la muerte de su amigo, para ver el lugar con sus propios ojos. Murió de peste bubónica veinticuatro horas después de haber visitado la tumba.
A lo largo de 1929, habían muerto otras dieciséis personas que, de un modo o de otro, habían estado en contacto con la momia. Entre las víctimas se encontraban el radiólogo Archibald Reed, que había preparado los restos de Tutankamon para los análisis radiológicos, Evelyn White, arqueóloga, esposa de lord Carnarvon y Richard Bethell, su secretario personal. Incluso el padre de Bethell murió suicidado. Y después murieron Arthur C. Mace y A. L. Callender, asistentes de Carter: Douglas Derry, que sometió a análisis la momia del rey; Aaron Ember, egiptólogo; Bernard Pyne Greenfell, papirólogo de Oxford, y John G. Maxwell, amigo y ejecutor del testamento de lord Carnarvon.
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Carnarvon, lady Evelyn y Carter
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Todos ellos habían ignorado los jeroglíficos escritos sobre el sello puesto en la entrada: “La muerte golpeará con sus alas a quienquiera que disturbe el sueño del faraón”.
Hasta aquí, la versión novelada de la archiconocida maldición del faraón. ¿Espectacular verdad? Tras leer tal cúmulo de muertes y desgracias es difícil pensar que se deben simplemente al azar y que en realidad, el nexo de unión común, que fue el hallazgo y/o posterior trabajo con los restos del faraón tiene algo que ver con ellas.
Como veremos más adelante, la realidad dista bastante de la leyenda. Leyenda en la que contribuyeron nombres como el de la novelista Marie Corelli, que en aquel tiempo afirmó poseer un primitivo texto árabe que mencionaba y advertía de las maldiciones que seguirían a la apertura de la tumba (Textos que jamás aparecieron, por supuesto), y más tarde otros nombres como el de Charles Berlitz,(investigador de dudosa reputación) y defensor de la maldición y que a su vez basó sus informes en otro apasionado de la Egiptología, Phillip Vanderverg, que en los años setenta consiguió un enorme éxito con su libro “La maldición de los faraones”. Otros escritores de la época, como Sir Arthur Conan Doyle o el egiptólogo Arthur Wiegall, añadieron más leña al fuego, declarándose abiertamente creyentes en la maldición.
Con estos nombres detrás y sabiendo de las aficiones novelescas de estos personajes, la cosa comienza a oler un tanto raro.
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Howard Carter
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CARTER Y EL FARAÓN NIÑO
Howard Carter era una joven dibujante inglés que, con diecisiete años, fue enviado a Egipto por lord Tyssen-Amberst para ayudar al arqueólogo Flinders Petrie. Carter, gracias a su trabajo, no tardó en ganarse la simpatía de sus superiores. Durante las excavaciones e investigaciones aparecieron una serie de muestran que apuntaban a la existencia de un faraón hasta la fecha desconocido, hasta que un día Petrie mostró al joven Carter un anillo en el que leyó por primera vez su nombre: Tut-Ank-Amon, que traducido equivale a “Más que nunca está vivo Amon”. Anteriormente algún investigador ya había encontrado este nombre en algún lugar, pero sin saber muy bien a qué se refería, quedó olvidado entre legajos y notas.
Carter comenzó a interesarse cada vez más por este faraón olvidado hasta el punto de comprometerse consigo mismo a que algún día encontraría su tumba.
Pasado un tiempo, Carter pasó a trabajar para Edouard Neville, hijo de Richard Lepsius, conocido como el padre de la egiptología. Tras seis años de trabajo junto a Neville, se convirtió en inspector de antigüedades del Alto Egipto y Nubia, con sede en Luxor. Pero a Carter no le gustaba ese trabajo burocrático y se buscó la vida para volver a la acción y las excavaciones. Con el patrocinio del un acaudalado americano, Theodore Davis, volvió de nuevo al Valle de los Reyes.
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Tumbas encontradas en el valle de los reyes
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Muchos arqueólogos y egiptólogos habían abandonado las excavaciones en este lugar convencidos de que tras el descubrimiento de las tumbas de Tutmosis I, Tutmosis III y Amenofis II, ya no quedaba nada de valor arqueológico bajo aquellas arenas. Pero Carter, en tras solo tres días, consiguió localizar las tumbas de Tutmosis IV y la de la reina Hatsheput. Fue durante estas investigaciones cuando dimitió de su cargo como inspector tras ser responsabilizado injustamente de la agresión a unos turistas franceses por los guardias de un puesto arqueológico.
Por estas fechas llegaba a Egipto el noble inglés lord Carnarvon, que acudía allí para matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, buscando un clima templado y aires más secos que los ingleses que curaran su maltrecha salud y, por otro lado, para realizar su nueva pasión: la arqueología. No tardaría en darse cuenta de que su dinero no lo iba a convertir en un buen exhumador. Pidió consejo al director del museo del Cairo, que le recomendó a Howard Carter. Era el año 1907 y, gracias a la financiación de Carnarvon, Carter pudo reemprender de nuevo su gran sueño, encontrar la tumba de Tutankhamon.
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Las excavaciones fueron largas y laboriosas y en más de una ocasión la falta de resultados estuvo a punto de acabar con la idílica búsqueda. Carter necesitó quince años para poder enviar aquel mítico cablegrama a Carnarvon, que en aquel momento se encontraba en Inglaterra y el que decía, el 4 de noviembre de 1922: “Finalmente hecho espléndido descubrimiento en el Valle; magnífica tumba con sellos intactos. Se requiere su inmediata vuelta. Felicitaciones”.
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Carter había descubierto unas escaleras que bajaban hasta una puerta cerrada con los sellos del faraón niño. Por fin su sueño se iba a ver cumplido. En unas semanas llegó Carnarvon junto con su hija, lady Evelyn. Fue entonces cuando practicaron un agujero en la puerta y pudieron ver lo que había al otro lado.
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Tras la puerta se encontraba un auténtico y verdadero museo colmado de objetos, amontonados unos sobre otros en número infinito; jacintos dorados, estatuas de aspecto real, joyeros pintados y taraceados, vasos de alabastro, tabernáculos negros, mazos de flores y hojas, lechos, sillas magníficamente talladas, un trono de oro tallado y muchas, muchas otras cosas. Pero ni rastró de ningún sarcófago. Se trataba de una antecámara en la que hubo que clasificar, dibujar y fotografías todos los objetos antes de poder transportarlos al laboratorio y poder continuar con la búsqueda del sarcófago. Hacia finales de febrero de 1923, casi todo el material había sido ya transportado y la comitiva se concentró en una nueva puerta amurallada detrás de la cual esperaban encontrar al faraón.
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Una veintena de personas participaron en una auténtica ceremonia de apertura en la que la cámara interior se abrió a sus visitantes. Naturalmente, tan solo Carnarvon y sus ayudantes entraron en el sepulcro, mientras que el resto de la gente permaneció a la expectativa en la primera cámara.
Allí encontraron un gran sarcófago revestido en oro, pero sorprendentemente, todavía no se trataba del faraón. Un poco más allá de una gran puerta se reveló un segundo sarcófago con la puerta barrada y con el sello intacto. Por primera vez se iba a llegar a una sepultura real antes que los ladrones de tumbas. Sin embargo, la apertura de la auténtica tumba se dejó para después del descanso estival, que daría comienzo de allí a poco. Carnarvon nunca llegaría a ver la apertura de esos sellos reales, ya que falleció en abril de ese mismo año aquejado primero de una infección, probablemente causada por la picadura de un mosquito en su mentón, y haberse hecho sangre con la navaja de afeitar, y más tarde por una pulmonía que no consiguió superar con su maltrecha salud. Murió a la edad de cincuenta y siete años.
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Puerta cerrada con el sello real
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Continuaron los trabajos en la tumba y, finalmente, el 3 de febrero de 1924, en el interior de la cuarta sala mortuoria descubrieron el auténtico sarcófago. Tras una nueva ceremonia de apertura, se levantó la pesada losa de granito, surgiendo a la luz la dorada efigie del rey niño. Un espléndido ataúd antropomorfo de unos dos metros de longitud, el primero de una serie de ataúdes, insertos unos en otros como las matrioskas rusas.
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Debido a una serie de impedimentos políticos y diplomáticos, el ataúd no pudo ser abierto hasta el mes de octubre de 1925 y no fue hasta el 11 de noviembre cuando le quitaron los vendajes a la momia del faraón, descubriendo un rostro de rasgos jóvenes y delicados, con las líneas bien trazadas y los labios muy pronunciados. Junto con el rostro de Tutankhamon, nacía también su maldición y leyenda.
ME ENCANTO ESTE RELATO, COMPADRITO JJ... ESTA MALDICION ES MUY INTERESANTE, CUANTA GENTE MURIO Y NO HAY EXPLICACION LOGICA, MAS QUE LA MALDICION... VI LA PELICULA UNA VEZ Y ME ENCANTO...
GRACIAS POR COMPARTIR, SIGO COMO GATO EN COMAL CALIENTE ESTE SEGMENTO...
El 30 de enero de 1954, el hijo de la marquesa de Villasante, Luis Shelly, denunció ante el juzgado de Madrid a su madre, por su proceder un tanto inquietante ante la muerte de su hermana Margot. La marquesa tenía la extraña afición de diseccionar animales de todo tipo, y el muchacho encontró parte del material quirúrgico que utilizaba para ese fin junto al lecho de muerte de su hermana, en concreto, unas tijeras y unas pinzas. Cuando Margot murió, el 19 de enero, su madre prohibió la entrada a la habitación al resto de los hermanos, que querían velarla, y se encerró en ella junto al cadáver de su hija con la sola compañía de su compañero sentimental, José María Bassols. Cuando por fin los hermanos tuvieron acceso, el cadáver de Margot se encontraba ya en un ataúd sellado para conducirla al cementerio. Una vez enterrada su hermana, Luis revisó la habitación y encontró un cuchillo largo y afilado y una tabla para cortar carne, por lo que sospechaba que el cadáver de su hermana había sido mutilado. En el juzgado número 14 de Madrid, el juez Aguado González, ordenó la investigación del caso.
Margarita Ruiz de Lihory, Marquesa de Villasante, siempre fue una mujer muy peculiar. Se consideraba una gran amante de los animales, en su casa tenía 17 perros, 3 gatos, 12 canarios y 2 tórtolas, pero su según palabras de su hijo ante el juzgado ” los diseccionaba una vez muertos, cortándoles la lengua, extirpándoles el corazón y arrancándoles el pellejo, que después conservaba. En alguna ocasión, decapitaba también a sus animales, conservando las cabezas“.
La policía registró la casa que la marquesa tenía en Madrid, en la calle Princesa en el barrio de Argüelles, aunque la familia vivía normalmente en el palacete de la Calle Mayor número 58 de la provincia de Albacete, donde murió Margot. Allí encontraron: ” UN HACHA pequeña de las llamadas de carnicero, con el mango de madera barnizada, con tres remaches dorados; UNA VASIJA, en forma de cubeta, toda ella de material plástico, la mitad inferior estriada, color blanco, la mitad superior transparente, con tapa color rojo y botón blanco y asa de alambre con manguito color rojo; esta vasija contiene, como puede comprobarse por la transparencia de su parte superior, UNA MANO DERECHA, al parecer de mujer, seccionada por la muñeca, estando el recipiente lleno de un líquido transparente…”
Tras estos descubrimientos, el juez ordenó la exhumación del cadáver. Al examinar el cuerpo de Margot descubrieron que, además de la mano derecha, le habían amputado parte de la lengua, extraído los ojos de las cuencas y recortado el vello púbico. Volvieron a registrar la casa, encontrando los ojos y la lengua de la joven junto con restos de vísceras de animales.
La casa de Albacete de la marquesa era muy famosa, los niños la conocían como “la casa de los fantasmas” y se comentaba que en los sótanos se realizaban extraños experimentos. Cuando la policía registró esta casa no encontró ningún sótano, pero la leyenda de que allí había un laboratorio secreto siguió circulando. Incluso hablaban de dos hombres vestidos de negro, que ocultaban sus caras, que fueron vistos entrando y saliendo de la casa.
La gente hablaba de unos “médicos nórdicos”, que estuvieron viviendo en aquella casa con el consentimiento de la marquesa. Decían que tenían que ver con un caso extraño de avistamientos de ovnis que se hizo famoso en aquella década, el posible contacto con seres venidos del planeta Ummo. Posteriormente se llegó a especular con que estos dos hombres de negro procedían de ese planeta imaginario y este fue su primer contacto con la tierra. Pero de este tema ya hablaremos en otro momento.
Otra hipótesis era que los supuestos médicos nórdicos, invitados por la marquesa cuando Margot enfermó, serían alemanes, miembros del Reich que utilizaban la casa para realizar experimentos. El pasado como espía de Margarita Ruíz no era ningún misterio. Estos dos científicos nazis huirían de Alemania durante los juicios de Nuremberg, y seguirían con sus experimentos en casa de la marquesa, tal vez de un arma química.
La historia de esta extraña mujer es muy poco común. Margarita Ruíz de Lihory y de la Bastida, marquesa de Villasante, baronesa de Alcahail, duquesa de Valdeáguilas y vizcondesa de la Mosquera, nació en Valencia a finales del siglo XIX, probablemente el 1889. Con 17 años se casó con Ricardo Shelly, con el que tuvo cuatro hijos. Se licenció en derecho en sólo dos años y estudió además enfermería e idiomas. Sirvió como espía para Miguel Primo de Rivera cuando había problemas con Marruecos, por lo que fue nombrada capitán honorario de las tropas en África por sus méritos. Posteriormente se dedicaría a ser pintora, bailarina, periodista, actriz y pianista.
Nunca quiso confesar por qué motivo mutiló el cadáver de su hija, pero tanto ella como su compañero fueron condenados por delito de profanación de cadáver y atentado contra la salud pública. En ese momento se supo que los títulos de marquesa de Villasante y baronesa de Alcahail no le correspondían a ella, sino a su hermana mayor, Soledad.
Para su macabra costumbre de descuartizar animales, existía una hipótesis, y ésta era que la marquesa los utilizaba para introducir en España joyas, diamantes y documentos secretos, tráfico al que se dedicaba, elementos que introduciría en el estómago de los animales vivos, para luego recuperarlos en su casa. Pór qué motivo conservaba partes de estos animales, nunca se supo, como tampoco se supo el motivo por el que mutiló a su hija. Debemos suponer que la marquesa tenía unas aficiones poco comunes de bastante mal gusto. No hubo juicio pero pasó 10 años en el psiquiátrico de Carabanchel.
Otra hipótesis sería que Margot enfermó al tocar, con su mano derecha, algo con lo que estaban experimentando los científicos alemanes, que entró en contacto con las mucosas provocando su enfermedad. Por ese motivo se amputó la mano y se extrajeron los ojos y la lengua. Margot se sabe que murió de una variante de leucemia. ¿Tal vez una leucemia química?. ¿O un virus extraterrestre traído por los hombres de negro?.
Margarita Ruíz se llevó el secreto con ella a la tumba. Murió en la miseria en su casa de Albacete, el 15 de mayo de 1968, está enterrada en el cementerio de Nuestra Señora de los Llanos, de esa misma ciudad. El mismo cementerio donde enterraron a su hija Margot.
En su momento, los hechos fueron publicados en un diario experto en crímenes y cosas macabras de la España profunda, “El Caso” (mi abuela era fan de esta publicación), en las páginas centrales, dedicadas a los crímenes más famosos del momento, pero recibieron amenazas y dejó de escribirse sobre el tema. La marquesa era tenida en mucha estima por su colaboración en África, y hay temas sobre los que es mejor callar.
Cual si fueran zombis, un grupo de arañas que eran analizadas en un laboratorio de la Universidad de Rennes, en Francia, volvieron a la vida unas horas después de haber sido ahogadas como parte de un estudio científico. Aparentemente, los arácnidos tienen la capacidad de entrar en coma por voluntad propia cuando se encuentran bajo el agua, según revela un nuevo estudio publicado por National Geographic.
Tras recolectar 360 hembras de arañas de 3 especies diferentes y sumergirlas bajo el agua para comprobar cuánto tiempo eran capaces de aguantar antes de ahogarse, han comprobado cómo algunos de los ejemplares han vuelto a la vida como si nada, horas después de que las dieran por muertas.
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En un principio, la idea del equipo era determinar si las arañas que viven en las marismas han evolucionado para sobrevivir durante largos intervalos de tiempo bajo el agua cuando se producen inundaciones. Las especies escogidas para realizar el estudio han sido la Pardosa purbeckensis, la Arctosa fulvolineata y la Pardosa lugubris. Las 2 primeras tienen su hábitat en zonas pantanosas, mientras que la tercera se puede encontrar en bosques más secos.
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Para ello, los científicos recolectaron especies de Pardosa lugubris, Pardosa purbeckensis y Arctosa fulvolineata. Luego, el equipo sumergió un total de 120 arácnidos hembras en agua de mar, revisándolas cada dos horas para ver si respondían.
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Como se esperaba, todas las especies ‘murieron’, aunque las que tenían como hábitat las marismas tardaron más. Los ejemplares de Pardosa lugubris tardaron 24 horas, las hembras de Pardosa purbeckensis llegaron hasta las 28 horas y las de Arctosa fulvolineata hasta las 36.
El siguiente paso del estudio era pesar a las especies, por lo que los investigadores las sacaron del agua para que se secaran.
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La sorpresa llegó cuando, horas después, algunas se comenzaron a mover y en poco tiempo ya estaban de nuevo en pie. “Es la primera vez que sabemos de arácnidos que vuelven a la vida de un coma luego de una inmersión. Podría haber muchas otras especies de las que no sabes que son capaces de hacer esto “, dijo Julien Pétillon, líder de la investigación y aracnólogo de la Universidad Ghent en Bélgica.
La Arctosa fulvolineata, a la que le tomó más tiempo “morir”, necesitó en promedio dos horas para recuperarse. Cuando se encuentran a la intemperie, intuyen los científicos, estas especies no evitan el agua durante las inundaciones como lo hacen otras.
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Aunque todavía no se sabe con exactitud cómo consiguen sobrevivir estas arañas, los científicos creen que en cuanto notan que se encuentran bajo el agua ralentizan sus funciones vitales al mínimo, mantienen únicamente aquellos procesos metabólicos que no requieren oxigeno para funcionar y entran en un estado de coma.
Un descubrimiento que demuestra la capacidad de adaptacion de estos animales. Quien sabe si algún día evolucionaremos y seremos capaces de algo asi. De momento voy a rascarme que me pica todo al ver estas arañitas.
Mary Flora Bell nació el 26 de mayo de 1957 en Newcastle, Inglaterra. Fue una niña maltratada desde su salida del vientre materno. Al nacer, Betty, su madre la alejo de sí con asco y repudio gritando: “alejen esa cosa de mí”; Betty tenía apenas dieciséis años. Nunca se supo quién fue el padre biológico de Mary; su padrastro era Billy Bell, un ladrón que insistía en que sus hijos lo llamaran “tío” para poder cobrar las pensiones del gobierno. La madre de Mary intentó matar a su hija varias veces, fingiendo que la niña sufría “accidentes”. Después se convirtió en prostituta y gustaba de utilizar a Mary para satisfacer los deseos de sus clientes.
Mary era una niña muy hermosa; parecía una muñeca, aunque siempre hubo algo andrógino en sus facciones. Desde los cinco años su madre la hacía participar en juegos sexuales con otros niños y a los ocho años la vendió a un cliente para que la desflorara. Luego la usaba para ofrecerla a cliente pedófilos. Mary declararía a la policía que su madre la sujetaba, desnuda, mientras los hombres que pagaban por ella le introducían el pene en la boca, hasta eyacular. Según su testimonio, siempre terminaba vomitando el semen. Así creció Mary, en medio de una familia enferma y disfuncional.
Durante ese tiempo, gozaba maltratando y torturando animales, como perros y gatos. El 25 de mayo de 1968, un día antes del cumpleaños número 11 de Mary, ocurrió una tragedia. Martin Brown, un pequeño niño que era vecino de las Bell, murió. Aunque la prensa dijo que se había caído mientras jugaba, lo cierto era que Martín había muerto estrangulado y que tenía varios golpes y una contusión sangrante en la cabeza.
Martin brown
La autora había sido la niña. Mary lo había empujado y como todavía estaba consciente, decidió estrangularlo.
Después del asesinato, Mary y su amiga Norma irrumpieron en una guardería en Scotswood, destrozando el lugar y dejando una nota responsabilizándose del asesinato de Martin Brown. La Policía de Newcastle desestimó este incidente diciendo que era sólo una broma.
Nota dejada por Norma y Mary
El 31 de julio, un niño de tres años llamado Brian Howe desapareció. Al ver pasar a Pat, la hermana de diez años del chico, Mary le preguntó: “¿Estas buscando a Brian?” Ella respondió: “Sí, ya debería estar en casa”. Poco después, el niño fue hallado muerto y mutilado cerca de una construcción. Tenía una letra “M” dibujada en el abdomen con cortes de navaja. Con unas tijeras habían cortado mechones de su cabello y habían cercenado sus genitales. A juzgar por los cortes parecía que se trataba de un juego ritual, por lo que la policía pensó inmediatamente en un niño o un adolescente.
Brian howe
La familia de Brian dijo que sospechaban de Mary Bell y su mejor amiga, Norma, pues las dos niñas los habían estado acosando preguntándoles si extrañaban a Brian, si lo querían, incluso en tono de burla. La policía arrestó a las niñas en agosto. Tras interrogarlas, supieron que Mary Bell había matado a Brian. Lo había estrangulado, lo había herido con unas tijeras para pasto y después le había impreso su marca. Primero dibujó una letra “N” (la inicial de Norma), pero después corrigió y la transformó en “M”.
Arrestada también, el relato de su amiga Norma concluyó que Mary había actuado sola y que después de matar al niño había llamado a Norma para mostrarle su obra. Norma fue absuelta de todos los cargos. Mary declaraba haber disfrutado ambos asesinatos. Esto se mostró también cuando la policía encontró sus diarios, donde describía todo con lujo de detalles.
Una página del diario
Tras ser examinada por los psiquiatras, fue declarada psicópata, encerrada en prisión y condenada en diciembre de 1968 por el cargo de asesinato en segundo grado. Los periódicos la bautizaron como “La Niña Asesina”.Tras ser examinada por los psiquiatras, fue declarada psicópata, encerrada en prisión y condenada en diciembre de 1968 por el cargo de asesinato en segundo grado. Los periódicos la bautizaron como “La Niña Asesina”.
Titulares
Mary obtuvo otra vez los titulares cuando en septiembre de 1979 escapó brevemente de la custodia de la prisión. Mary Bell salió en libertad en 1980, doce años después de su condena, a los 23 años. Una vez fuera de la cárcel, se le dio una nueva identidad. Conoció a un joven que la dejó embarazada. Abortó a su primer hijo.
Mary se convirtió en madre en 1984. Lo insólito fue que de infanticida, se transformó en una madre cariñosa y llena de atenciones hacia su bebe. Tiempo después, conoció a otro hombre con el que se casó y formó un hogar.
Sin embargo, y pese a la rehabilitación y nueva identidad de Mary Bell, la sociedad no olvidó su atroz historia y los periódicos siempre descubrían donde estaba. Nadie quería a Mary Bell cerca. Pasó su vida huyendo y escondiéndose, fingiendo ser otra persona hasta que alguien la identificaba y tenía que volver a marcharse. El estigma de sus crímenes la perseguiría siempre.
Mary con 35 años
El 21 de mayo de 2003, Mary Bell obtuvo la victoria en la Corte, para mantener su anonimato y el de su hija por el resto de sus vidas. Pero los investigadores privados, contratados por la familia de Martin Brown, siguieron rastreándola. Tuvo que vivir escondida con el temor de que, a donde fuera, alguien podría identificar en ella a la “Niña Asesina”.