¿Qué son las decepciones?

Todos hemos sufrido alguna decepción en nuestra vida. A veces pensamos que algo o alguien nos dará algo que queremos o esperábamos y al final ocurre que no es así.

En una decepción siempre nos creamos una expectativa por encima de lo que la realidad es, por ejemplo vamos a ver una película que nos han dicho que es muy buena y cuando acaba nos quedamos totalmente decepcionados porque esperábamos que fuera mejor de lo que nos habíamos imaginado.

Otras veces vamos a algún sitio como por ejemplo un hotel y la habitación nos la esperábamos más limpia, más cómoda, con mejores vistas… en éstos casos siempre podemos reclamar cuando lo que nos ofrecen no es lo adecuado con la publicidad que nos hacían.

Decepciones "humanas"

Existe otra clase de decepciones que son las más dolorosas, cuando esperábamos algo de una persona y al final su comportamiento no resulta ser lo que nosotros queríamos o esperábamos.

No será lo mismo que nos decepcione una persona que conocemos desde hace poco a una decepción que venga de una persona con la que tengamos una relación afectiva profunda como pueden ser los grandes amigos, novios, esposos, hijos, padres… Estas decepciones, a las que llamo "humanas", son las más difíciles de superar emocionalmente.

¿Es posible dar sin esperar nada a cambio?

Recuerda alguna vez que hayas dado sin esperar nada a cambio. Dar sólo por el placer de dar. El acto en sí de "dar" es algo maravilloso que te llena de satisfacción.

Sin embargo generalmente no solemos "dar" a cambio de nada, lo que esperamos cuando damos es recibir algo en compensación, como si fuera un trueque. Así que muchas veces cuando damos algo y no recibimos nada o recibimos menos de lo que esperábamos es cuando surgen las decepciones.

¿Cómo podemos tener ilusión en las cosas sin decepcionarnos?

Cuando más ilusión ponemos en las cosas es cuando empezamos algo nuevo, ya sea un trabajo, una empresa, una amistad, un curso… La mayor ilusión la tenemos cuando nos enamoramos y por algo se dice que el amor es ciego.

Ponemos tanta ilusión que las cosas negativas las justificamos, tenemos tanto empeño en que salgan las cosas bien que a veces no queremos ver lo que puede fallar.

¿Es bueno tener ilusiones?

Si lo que queremos es no sufrir decepciones la respuesta es "no". No es bueno tener ilusiones, lo que hay que tener es objetivos, motivaciones, pero analizando los pros y los contras, no ocultando o justificando las cosas negativas y sin crear unas expectativas que luego sean muy difíciles de cumplir.

Cuando a mí me dicen "éste musical es muy aburrido", voy con la seguridad de que me va a gustar, porque al crear la expectativa muy baja luego todo lo que venga va a ser mejor, y generalmente salgo muy contenta. Sin embargo si alguien me dice que es muy bueno, la expectativa la pongo muy alta y generalmente luego el espectáculo no cumple con esa expectativa que yo me había creado, salvo excepciones en las que el musical es excelente.

En resumen, tener ganas de empezar nuevas cosas y relaciones es muy positivo pero siempre con un nivel de expectativa realista, para que luego no surjan las decepciones.

¿Cambiar a los demás o cambiar nosotros?

Después de sufrir una decepción empezamos a ver los defectos en la persona que nos ha decepcionado y queremos cambiarla para llegar a un final feliz.

Esto que parece fácil de hacer es una dura tarea que generalmente acaba sin conseguir su objetivo, siendo una pérdida de tiempo y energía.

¿Por qué es tan difícil cambiar a los demás para hacer nuestro mundo mejor? Porque lo que tú consideras que es un cambio a mejor, a la persona a quien quieres cambiar puede que no crea lo mismo que tú y que esté muy bien siendo como es.

¿Qué pasaría si a quién quisieran cambiar es a ti?

Creo que no te gustaría que te cambiasen si tú te encuentras bien como eres. Te negarías a cambiar. Así que ¿qué tal si empezamos a cambiar nosotros y vemos el mundo de forma más real sin crearnos unas falsas expectativas que luego sean muy difíciles de cumplir?. Seguro que nos evitamos muchas decepciones.