Ocupando un 27% de la masa e islas continentales que integran el nuevo mundo que debió tal vez llamarse Colombia, pero que en honor a Américo Vespucio -propagador que fué de lo descubierto- se le bautizó como América, localizamos a Hispanoamérica: conjunto de 19 países en los que el idioma oficial es el español, cuestión de 300 millones de seres que nos comunicamos utilizando el maravilloso idioma de Cervantes. El español, lengua que es hablada por unos 370 millones en el orbe, ocupando así el tercer lugar en importancia, en un mundo donde existen 197 idiomas.
En Iberoamerica, constituimos un gran mosaico de naciones que conservando su identidad, su particular cultura e historia, tienen en gran aprecio los lazos que por ser comúnes unen, hermanan y permiten una ágil comunicación.
Cierto que el lenguaje de la cooperación, de la comprensión, del respeto mutuo, -de la paz- es el que confiamos que finalmente prevalecerá en el elenco de los 197 idiomas. Es verdad que la multiplicidad del habla no es barrera infranqueable. Pero también es una realidad que la unidad lingüistica es una buena base para hacer descansar la expectativa de un ambiente duradero de fraternidad, cuando se habla entre sí, se entiende sin necesidad de traducir o interpretar. Y he aquí que en este globo IberoAmerica es la mayor agrupación geográfica de países que tienen un idioma y costumbres parecidas, traido por la madre patria España y esparcido por todo nuestro continente a través de siglos, mezclandose con toda nuestra hermosa multiparidad de costumbres; Es tan hermoso hoy dia gracias a las nuevas tecnicas de comunicación conversar, discutir, hacer amistades, palpar que somos en el fondo un mismo pueblo; Solo el idioma Ingles y el Español puede en su propio lenguaje conversar con ciudadanos de 22 paises; es lo que hace grande en nuestro caso a IberoAmerica, que se nutre de sus hombres y mujeres ilustres en todo los ramos de la actividad humana( Poetas, Escritores,Creadores, Cientificos etc..). A continuacion una carta dedicada a los emigrantes de nuestros pueblos hacia EEUU, el tercer pais del mundo después de México y España en hablar el idioma de Cervantes ( gracias a todos los Emigrantes y descendencia).
Para ti: Acosta, Aguilar o Avila; Barrera, Benavides o Bernal; Calderón, Contreras o Cerda: Dávila, Díaz o Domínguez; Enriquez, Escobedo o Espinoza; Farías, Figueroa o Fuentes; García, González o Guzmán; Hernández, Herrera u Hoyos; Ibarra, Iglesias o Iturralde; Jiménez, Julián o Juárez; Landa, Lemus o López; Martínez, Medina o Molina; Navarro, Nieto o Núñez; Olivares, Ortega u Ortíz; Pérez, Pacheco o Prieto; Quezada, Quintana o Quiróz; Ramírez, Reyes o Rodriguez; Salazar, Sánchez o Soto; Torres, Treviño o Trejo; Uribe, Urbina o Ulloa; Vargas, Vázquez o Villareal; Ybarra, Yerbes o Yañez; Zapata, Zamora o Zúñiga.
La gente de orígen hispano que vive, nace, trabaja y muere en los Estados Unidos de América, pertenece a esta clase recia de hombre, como también pertenece a este tipo de temple y coraje humanos, la América alemana, irlandesa, británica, italiana y tantas otras comunidades que se han constituído en el gran crisol para formar la nueva nación, la nueva cultura. Forjadores que han sido todos de ella.
* Emigración.
Complejo fenómeno social que han protagonizado desde 1820 millones y millones de inmigrantes en lo que hoy es el rico país del norte y del que ellos, sus hijos, los hijos de sus hijos y la generación presente son su savia, su esencia, su vitalidad. "El pizcador de pelo negro que habla español, el granjero rubio cuyo abuelo vino de Noruega, el agricultor italiano, el hombre de color de Harlem y el mercader que toma parte en el año nuevo chino, todos ellos son americanos", reza un folleto del Servicio de Información de los Estados Unidos.
El inmigrante, sus hijos, los hijos de sus hijos, la generación presente de estirpe migratoria merecen un reconocimiento, un homenaje que nunca se les ha otorgado ni en donde son ni en donde eran. Y no por ser del ayer debe convertirse en olvido.
De manera que con esta carta, rindo homenaje modesto pero sincero para todos, muy especialmente, para los que tienen sus orígenes en Hispanoamérica.
Reciban pues el saludo fraterno de:
Las naciones bolivarianas, de las del gran colombianismo, de los países del Plata y del Pacífico, de las naciones sanmartinianas, de los países todos de Hispanoamérica.
Para cada uno de los millones de hispano hablantes que dan a los Estados Unidos el sabor hispano. Saludo a los de New Jersey, Pensilvania y Virginia; a los de Illinois, Colorado y Arizona; A los de Oklahoma, South Carolina y New México; a los de Connecticut, Florida y Nueva York; a los de Washington, Massachusets, Michigan y Ohio. Y, naturalmente, a los de California.
Que esta salutación llegue a la América del Norte hispana de New York, Los Angeles, Chicago, San Antonio, Houston, El Paso, Miami, San José, San Francisco, San Diego, Phoenix, Corpus Chisti, Santa Ana, Denver, Tucson y una lista larga de más poblaciones.
Fraternalmente a los hispanos de origen Mexicano (un 60% de toda la comunidad), a los de República Dominicana, Puerto Rico, Cuba, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Perú, Paraguay, Uruguay, Argentina, Venezuela, Nicaragua. Y por supuesto, para aquéllos cuyos orígenes inmediatos están en nuestra España.
Honor a la América del Norte hispana de Maria Bueno, Roberto Clemente y Pancho González. La de Amos Alonzo, Beto Avila y Sid Monje. De Lee Treviño. Del Toro Valenzuela.
Salvas y fuegos de artificio a la América del Norte hispana de José Ferrer y Erick Estrada. De José Feliciano, Viki Carr y Gloria Estefan. De Desí Arnaz y Linda Christian. De Katty Jurado y Ricardo Montalbán. De Gilbert Roland, Ramón Novarro, Rodolfo Acosta. De Antony Quinn, de Lupe Velez. De Oscar de la Renta.
La América del Norte hispana del lechón, las tortas, los tacos, los burritos, los tamales, los panuchos y de la salsa, la picante y la musical.
La Américahispana de lideres prominentes: Cesar Chavez, Reyes López Tijerina, Rodolfo González y José Angel Gutierrez. La de docenas de funcionarios federales, estatales y representantes.
Una América del Norte hispana con 646 condados y poblaciones con nombres hispanos, por ejemplo: Moctezuma, Panamá, Salamanca, Perú, Toluca, Margarita, Dolores, López, Bogotá, Bolivar, Monterrey, Zapata, Cortéz, Manito, Zavala, Pampa, Sonora, Talco, Valparaíso, Chula, Toledo, Cuba, Guadalupe, Hidalgo, Casco, Madrid, México, La Plata, Colón, Granada, Saltillo, Lima, Cavez, Hidalgo, Cayucos, Española, Guadalupita, Manuelito y 608 más.
La América del Norte hispana de estados con nombres españoles: Arizona, California, Colorado, Florida, Montana, Nevada. Y, claro, New México, sin mencionar la cantidad de hermosas ciudades con nuestros nombres, pues son miles.
Todo eso hace hispano hoy dia a los Estados Unidos, confirmando su universalidad, signo característico de su gran personalidad. .
De la Hispanoamérica del Sol brillante y la selva lujuriosa. La de las lluvias torrenciales y la humedad. La del Paraná, del Orinoco, del nacimiento del Amazonas. Desde las tierras del tucán y el papagayo; de la llama y la vicuña; del faisán y del venado; del águila y el nopal; de la anaconda, cóndor, león marino, de la tortuga de las Galápagos. De las tierras de la flor de la ceiba, de la orquídea, la dalia y el azahar.
Desde el Aconcagua y Ojos del salado. Bonete y Chimborazo. Popocatépetl. De la catarata del Angel, de los lagos Maracaibo, Titicaca, Chapala y Nicaragua. Desde el desierto de Atacama, desde donde el continente está partido en dos, desde la latitud cero.
La Hispanoamérica del peso, bolivar y sucre, sol, nuevo peso y quetzal, colón, córdova y lempira, del balboa, el austral y el guaraní. De las regiones del petróleo, antimonio, plata, cobre, hierro, zinc. Del azúcar, té, mate, maíz, café. Algodón, plátano, frijol, del henequén, el camarón, la anchoveta. De las maderas.
Desde la Hispanoamérica del tequila, mezcal y pulque. Del ron de caña y del pisco, de la guarapita, el cocuí y la caña quemada, de los vinos. Desde las tierras del son jarocho, la jarana y el jarabe tapatio, del vals sureño, malambo, tango. Maracas y huiro. Guitarra. Arpa. Marimba.
Te saludamos desde la Hispanoamérica de las grandes ciudades: Buenos Aires, Santiago, México, Caracas, San Juan, La Habana, Asunción, Lima, San José, La Paz, Bogotá, Quito, San Salvador, Guatemala, Tegucijalpa, Managua, Panamá, Montevideo, Santo Domingo.
Te saludamos desde las provincias incas, mayas y aztecas. Desde la Gran Tenochtitlán. Del Machu Pichu, de Chichén Itzá y Tikal. De la raza de bronce. De la prole mestiza. De la suave patria.
La Hispanoamérica de Simón Bolivar. De Benito Juárez. De José Martí, Francisco Miranda y Antonio José de Sucre. De José de San Martín, Francisco Morazán y Juan Pablo Duarte. De Rafael Nuñez, Eugenio de Santa Cruz y Espejo. De Bernardo O'higgins, Manuel Belgrano, Domingo Faustino Sarmiento. De José Gervacio Artigas.
Debemos recordarte, paisano, aquí, en la cuna de Miguel Angel Asturias, Pablo Neruda, Amado Nervo, Manuel Acuña. De Alicia Alonso y Sonia Amelio, Claudio Arrau, Astor Piazzola, Gabriela Mistral y Sor Juana Inés de la Cruz. De Rosario Castellanos, de Mario Benedetti, de Alejo Carpentier. De Octavio Páz, Rómulo Gallegos, Gabriel García Márquez. De José Luis Borges, Carlos Pellicer, Julio Cortázar. De Carlos Fuentes, Mario Vargas LLosa, Andres Bello y Germán Arciniegas. Desde el hogar de Mérida y Botero. De Orozco, Caballero, Rivera, Siqueiros, Tamayo. De Cuevas.
No está nunca lejos de ti, emigrante amigo, el canto de Gardel, de Pedro Vargas, de Lara, Del Jibarito, de Atahualpa, de Chabuca. De Manzanero. Y siempre entonas a Olga Guillot, a Alberto Cortéz, a Marco Antonio Muñíz. Cómo olvidar a los Rufino, a los Silva, y por un tiempo, a los Churumbeles de España. Tu corazón siempre vibra con Pedro Infante, con Lola Beltrán.
Te debemos recordar siempre a ti, amigo emigrante, desde las tierras de la Cumparcita, Uno, Adios Pampa Mía, Mujer, Veracrúz, Farolito, Solamente una Vez, Preciosa, En mi Bello San Juán, Cuando Salí de Cuba, Los Ejes de Mi carreta, Somos Novios, Adoro, Esta tarde ví Llover, Alma LLanera, Besame Mucho, La Flor de la Canela y Hay Jalisco no te Rajes.
Acepta el saludo que va hacia ustedes desde las tierras de: Cantinflas, Tin Tán, Resortes y Clavillazo, desde los escenarios de Verdaguer, Paco Miller, Lucho Navarro, de Luis Sandrini, de Hugo del Carril, la belleza de Maritza Zalayero, Pilín León, Irene Saez, los micrófonos de Gilberto Correa y Salvador Bendayán. De Jacobo Zabludovsky, de Raúl Velazco. La Hispanoamérica de Libertad Lamarque, de Daniel Riolobos, de Tania Libertad, Manoella Torres, Celia Cruz.
Te abrazamos desde estos lares, los de Juantorena, Zavala, Cabrera, Bautista, Colón, Zorrilla, Muñóz, Capilla. Las arenas de Calesero, del Faraón de Texcoco, del Ciclón Arruza. Los cuadrilateros del Ratón Macias, de Kid Azteca, del Puas Olivares, y del Santo, y de Blue Demon y el Cavernario Galindo. De los rumbos de Mafalda y de Pancho Pistolas.
Para ti compadre, con afecto desde donde son el charro, el gaucho, el charrúa, el huaso y el llanero. Las tierras del bracero de bronce. Montura, boleadoras, sombrero, sarape, poncho, jorongo. Cadena y cruz en el cuello. Espuelas, carreta y calandria. Chasquido de cascos sobre el empedrado.
Para ti hermano desde donde las brisas y los suestes. De las noches tibias, del petate y el quinqué. De hamaca y pabellón. Los grillos, la cigarra, los mosquitos. El tímido cucú del tecolote.
Para ti comadre, desde donde veneramos a San Toribio de Mogrovejo y a Santa Rosa de Lima, al Cristo Negro de Esquipulas, a la Inmaculada Concepción, a nuestras señoras: de la Caridad del Cobre, de Altagracia, de Chiquinquirá, de Copacabana, de Coromoto, de la Antigua, de la Divina Providencia, de la Merced, de la Paz, de Guadalupe, de Luján, de Suyapa, del Carmen, del Rosario. Y la Virgen de los Treinta y Seis.
Para ti madre, nunca olvidada en ranchos, fincas, quintas, haciendas y casa grandes. La ciudad y el pueblo. Mi ciudad, mi pueblo. Tu ciudad, tu pueblo. Cura, altar, misa. Atrio, campanario, palomas. Cirios, mantilla, miercoles de ceniza. Domingo, gastada y feria, plaza, quiosco, banda, novia,
Para ti amor, desde aquel balcón, desde aquella reja, aquella serenata. Callejuela, faról y sereno. Portales, arcos y columnas. Arboledas y trinos.
Para ti hermana, hermano, desde las comarcas del tisú, del tafetán y del encaje. Olán, arandela, listón. Trenza y flor. Chongo y peineta. Enagua y rebozo. Huipil, tacón, salomónica. Escote, abanico, ojos negros.
Para ti che, de donde está el chocolate batido, la nata, el pan. Para ti vos, desde donde se hace el pan de nata, el sorbete y el merengue. Chía, pozole, aguas frescas. Mango, sandía, ciruela, guayaba, tamarindo. Zapote, mamey, guanábana.
Desde Hispanoamérica, la tierra de papá y de mamá. De los abuelos. La costura de mamá, las chancletas de papá, la mecedora del táta. Los vecinos, el viento de la lluvia. Los niños de la cuadra, el pregonero. Las canicas, sirenita de la mar, doña blanca. El olor a eso. El sabor a eso. A todo eso. El aroma del recuerdo.
Este homenaje es para ti mi cuate, manito, pochito, caballero, paisa, mi hermano, raza, mi sangre, desde Hispanoamérica, parte prominente de nuestra américa nuestra suave, dulce américa. De la patria grande que es el contienente americano.
Antes de la peluca y la casaca fueron los ríos, ríos arteriales, fueron las cordilleras, en cuya onda raida el cóndor o la nieve parecían inmóviles: fue la humedad y la espesura, el trueno sin nombre todavía, las pampas planetarias.
El hombre tierra fue, vasija, párpado del barro trémulo, forma de la arcilla, fue cantaro caribe, piedra chibcha, copa imperial o silice araucana. Tierno y sangriento fue, pero en la empunadura de su arma de cristal humedecido, las iniciales de la tierra estaban escritas.
Nadie pudo recordarlas después: el viento las olvidó, el idioma del agua fue enterrado, las claves se perdieron o se inundaron de silencio o sangre.
No se perdió la vida, hermanos pastorales. Pero como una rosa salvaje cayo una gota roja en la espesura y se apagó una lámpara de tierra.
Yo estoy aquí para contar la historia. Desde la paz del búfalo hasta las azotadas arenas de la tierra final, en las espumas acumuladas de la luz antártica, y por las madrigueras despenadas de la sombría paz venezolana, te busque, padre mío, joven guerrero de tiniebla y cobre o tú, planta nupcial, cabellera indomable, madre caimán, metálica paloma.
Yo, incásico del légamo, toqué la piedra y dije: ¿Quién me espera? Y apreté la mano sobre un puñado de cristal vacío. Pero anduve entre flores zapotecas y dulce era la luz como un venado, y era la sombra como un párpado verde.
Tierra mía sin nombre, sin América, estambre equinoccial, lanza de púrpura, tu aroma me trepó por las raíces hasta la copa que bebía, hasta la más delgada palabra aún no nacida de mi boca.
Hay un país en el mundo colocado en el mismo trayecto del sol. Oriundo de la noche. Colocado en un inverosímil archipiélago de azúcar y de alcohol.
Sencillamente liviano, como un ala de murciélago apoyado en la brisa.
Sencillamente claro, como el rastro del beso en las solteronas antiguas o el día en los tejados.
Sencillamente frutal. Fluvial. Y material. Y sin embargo sencillamente tórrido y pateado como una adolescente en las caderas.
Sencillamente triste y oprimido.
Sencillamente agreste y despoblado
En verdad. Con tres millones suma de la vida y entre tanto cuatro cordilleras cardinales y una inmensa bahía y otra inmensa bahía, tres penínsulas con islas adyacentes y un asombro de ríos verticales y tierra bajo los árboles y tierra bajo los ríos y en la falda del monte y al pie de la colina y detrás del horizonte y tierra desde el canto de los gallos y tierra bajo el galope de los caballos y tierra sobre el día, bajo el mapa, alrededor y debajo de todas las huellas y en medio del amor.
Entonces es lo que he declarado.
Hay un país en el mundo sencillamente agreste y despoblado.
Algún amor creerá que en este fluvial país en que la tierra brota, y se derrama y cruje como una vena rota, donde el día tiene su triunfo verdadero, irán los campesinos con asombro y apero a cultivar cantando su franja propietaria.
Este amor quebrará su inocencia solitaria. Pero no.
Y creerá que en medio de esta tierra recrecida, donde quiera, donde ruedan montañas por los valles como frescas monedas azules, donde duerme un bosque en cada flor y en cada flor la vida, irán los campesinos por la loma dormida a gozar forcejeando con su propia cosecha.
Este amor doblará su luminosa flecha. Pero no. Y creerá de donde el viento asalta el íntimo terrón y lo convierte en tropas de cumbres y praderas, donde cada colina parece un corazón, en cada campesino irán las primaveras cantando entre los surcos su propiedad.
Este amor alcanzará su floreciente edad. Pero no.
Hay un país en el mundo donde un campesino breve, seco y agrio muere y muerde descalzo su polvo derruido, y la tierra no alcanza para su bronca muerte.
¡Oídlo bien! No alcanza para quedar dormido. Es un país pequeño y agredido. Sencillamente triste, triste y torvo, triste y acre. Ya lo dije: sencillamente triste y oprimido.
Procedente del fondo de la noche vengo a hablar de un país. Precisamente pobre de población. Pero no es eso solamente. Natural de la noche soy producto de un viaje. Dadme tiempo coraje para hacer la canción.
Plumón de nido nivel de luna salud del oro guitarra abierta final de viaje donde una isla los campesinos no tienen tierra.
Decid al viento los apellidos de los ladrones y las cavernas y abrid los ojos donde un desastre los campesinos no tienen tierra.
El aire brusco de un breve puño que se detiene junto a una piedra abre una herida donde unos ojos los campesinos no tienen tierra.
Los que la roban no tienen ángeles no tienen órbita entre las piernas no tienen sexo donde una patria los campesinos no tienen tierra.
No tienen paz entre las pestañas no tienen tierra no tienen tierra.
.......
Miro un brusco tropel de raíles son del ingenio sus soportes de verde aborigen son del ingenio y las mansas montañas de origen son del ingenio y la caña y la yerba y el mimbre son del ingenio y los muelles y el agua y el liquen son del ingenio y el camino y sus dos cicatrices son del ingenio y los pueblos pequeños y vírgenes son del ingenio.
Es verdad que en el tránsito del río, cordilleras de miel, desfiladeros de azúcar y cristales marineros disfrutan de un metálico albedrío, y que al pie del esfuerzo solidario aparece el instinto proletario.
Pero ebrio de orégano y de anís, y mártir de los tórridos paisajes hay un hombre de pie en los engranajes. Desterrado en su tierra. y un país, en el mundo, fragrante, colocado en el mismo trayecto de la guerra. Traficante de tierras y sin tierra. Material. Matinal. Y desterrado.
.......
Quiero ver su amargura necesaria donde el hombre y la res y el surco duermen y adelgazan los sueños en el germen de quietud que eterniza la plegaria.
Donde un ángel respira. donde arde una súplica pálida y secreta y siguiendo el carril de la carrera un boyero se extingue con la tarde.
Después no quiero más que paz. Un nido de constructiva paz en cada palma. Y quizás a propósito del alma el enjambre de besos y el olvido.
Felipe VI dice en Cartagena que España no puede entenderse sin Iberoamérica
Oct 29, 2016 1:09 pm
REUTERS/Jaime Saldarriaga
Felipe VI hizo hoy una solemne proclamación sobre la fortaleza de los vínculos entre España e Iberoamérica en el plenario de la Cumbre de Cartagena de Indias: “España no puede entenderse sin Iberoamérica, ni Iberoamérica puede comprenderse plenamente sin España”, manifestó.
En un discurso pronunciado a puerta cerrada, en la sesión matutina de la XXV Cumbre Iberoamericana, el jefe del Estado español aseguró que Iberoamérica “forma parte de nuestra identidad” y de “lo que somos y queremos seguir siendo” e hizo patente el compromiso de España con el progreso de la comunidad latinoamericana.
Este conjunto de naciones tiene, explicó, “los mejores mimbres para que Iberoamérica siga avanzando y haciendo valiosas aportaciones a la comunidad internacional, centrada en los tres grandes espacios de cooperación: la cohesión social, la cultura y el conocimiento”.
“En esta andadura saben que siempre podrán contar con el firme compromiso de España y de la Corona. No puede ser de otra manera porque Iberoamérica es parte de nuestra identidad, es parte de lo que somos y de lo que queremos seguir siendo”, recalcó.
El rey participa en las sesiones de una cita a la que asisten representantes de 22 países de Iberoamérica, y de la que ha actuado como anfitrión el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.
Como ya hizo ayer en la clausura de un encuentro empresarial, Felipe VI aprovechó la ocasión para reiterar a Santos “el apoyo de España a los esfuerzos por la paz que está realizando el pueblo colombiano, una paz que todos los amigos de Colombia deseamos para esta nación hermana”.
También volvió a felicitarle por la obtención del Premio Nobel de la Paz, del que aseguró que “es un orgullo para Colombia, sí, pero también para toda Iberoamérica”, según el texto del discurso facilitado por la Casa Real española.
De manera emotiva, recordó que fue en Cartagena de Indias, sede de esta cita, donde dio sus primeros pasos en el continente americano, en 1983, cuando visitó Colombia de manera oficial como príncipe de Asturias por el 450 aniversario de la fundación de la ciudad.
Esta circunstancia fue recordada al término de su alocución por el presidente Santos, quien evocó “con emoción” aquella primera visita cuando, él dirigía Tiempo.
Aseguró Felipe VI que en Cartagena comenzó su “pasión por América, por Latinoamérica”, una realidad que “nos une y nos motiva en el camino hacia el futuro”.
En el 25 aniversario del sistema de cumbres iberoamericanas, consideró que la de Cartagena, la primera bienal, es “más eficiente y más cercana”, destacó que sus integrantes comparten un “sólido acervo” basado en valores comunes y apostilló que desde esta identidad común Iberoamérica “está llamada a seguir haciendo valiosísimas aportaciones a la comunidad internacional”.
En este sentido, llamó la atención sobre el hecho de que el próximo secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, que también acudió a la cumbre, sea un “ilustre iberoamericano”, y usó la lengua portuguesa para felicitarle por un nombramiento que interpretó como “un triunfo de toda la comunidad iberoamericana”.
En cuanto al objetivo principal de ese encuentro, dedicado a los jóvenes y el emprendimiento, el rey Felipe afirmó que “la plena integración de nuestra juventud en nuestros sistemas educativos y en nuestros mercados laborales es absolutamente esencial”.
Por ello abogó porque los Gobiernos y organizaciones internacionales respondan al “desafío” de llevar las iniciativas sobre juventud “al centro de la escena política”.
Y realzó el valor del Pacto IbAm de Juventud que hoy aprueba la Conferencia porque sus 24 compromisos contribuirán a la “plena inclusión juvenil” y además servirá como aportación a la Iniciativa Global de Empleo Decente para los Jóvenes de la OIT.
El 25 aniversario de las cumbres iberoamericanas coincide con el IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, algo que recordó Felipe VI invocando a un autor que, con El Quijote “mostró al mundo la mejor síntesis de sabiduría y espíritu joven, un mensaje lleno de vitalidad y de esperanza en el futuro”. EFE